Sintaxis

42 La modalidad. Los actos de habla. Construcciones imperativas, interrogativas y exclamativas

42.11 Las preguntas en la réplica

42.11a Se emplean a menudo las preguntas como réplicas a otros enunciados, sean o no interrogativos. Algunos de los apéndices interrogativos analizados en el § 42.8 son comunes en este uso. Así, ¿No es cierto? y ¿Verdad? (también ¿Verdad que sí?) se emplean en el turno de respuesta para confirmar al que habla en lo acertado de su declaración:

—Violeta, ¡este es el paraíso! —¿No es cierto? —respondió animosa—. Por fin he dado con el lugar (Serrano, M., Vida); —El abuelito es santo. —¿Verdad? —contestó su madre (Mastretta, Mujeres); — ¡Qué bien lucen! —exclamó Stéphanie. —¿Verdad que sí? Hacía tantos años que yo no veía flores —dijo Madame Josephine (Ducoudray, Ojos).

42.11b El uso de ¿Sí? en la respuesta expresa, en cambio, la sorpresa del que habla: —[…] Los hombres hacen otras cosas. —¿Sí? —pregunté, atónita— (Grandes, Malena). Se registra también con otros valores, entre los que destaca el de pedir al interlocutor que complete su discurso: —[…] hasta me atrevería a sugerir… —¿Sí, monsieur Rosay? —dije yo, en el colmo de la maravilla (Cortázar, Armas). El adverbio ¿Sí?, pronunciado con entonación circunfleja, y la locución adverbial ¿A poco?, ya mencionada en el § 42.8f, pueden adquirir, además, valores muy cercanos a los de expresiones como ¿Ah, sí?; ¿Tú crees? y otras similares. Con las preguntas ¿De verdad?; ¿De veras?; ¿En serio?, y otras semejantes se muestra en la réplica la incredulidad o el asombro ante la información recibida del otro interlocutor:

Actriz 1.ª: Te digo que dijo gracias, en alemán. No habla castellano. Actriz 2.ª: ¿En serio? (Arrau, Norte); Armando: Su Excelencia me ha dado luz verde. Lisardo: ¿De veras? (Buero, Trampas); Genaro: Ah, pues sí, me pareció bastante divertido. Padre: ¿De verdad? (Santander, Milagro).

Todas estas preguntas son aclaratorias, como la mayor parte de las que se usan en las réplicas. En los apartados que siguen se comprobará que las preguntas aclaratorias pueden ser o no metalingüísticas.

42.11c Los pronombres y los adverbios interrogativos, así como los grupos que forman, pueden constituir enunciados. Estas expresiones (¿Qué?; ¿Cómo?; ¿Para quién?; ¿Desde cuándo?) se usan como respuesta o como réplica, y se interpretan sin dificultad por referencia al contexto precedente: —Tú me juraste que te harías cargo solo —recordó Josefa. —¿Cuándo? —preguntó Diego (Mastretta, Mal). Esta pregunta se caracteriza por un contorno tonal descendente. Es aclaratoria, pero no posee naturaleza metalingüística. De modo análogo, cuando el segmento ¿Quién? se usa como réplica a una afirmación previa (por ejemplo, Llamó esta mañana un amigo tuyo), no se pronuncia con anticadencia. Este rasgo distingue marcadamente las preguntas en las que se solicita más información sobre un segmento introducido en el discurso, de las llamadas preguntas de eco, que son preguntas aclaratorias de naturaleza metalingüística, como en —Llamó esta mañana don Anselmo Flórez. —¿Quién? Los pronombres que se emplean de esta forma, a la manera de enunciados interrogativos, se pronuncian con inflexión tonal ascendente. Las preguntas de eco poseen propiedades en común con las citas, ya que en tales réplicas no se solicitan nuevos contenidos, sino más bien cierta información literal relativa a la que se acaba de proporcionar.

42.11d Para interpretar el texto de Mastretta que se cita en el apartado precedente es necesario entender que el predicado de la oración principal admite un adjunto temporal, de forma que la réplica interrogativa satura esa función. Unos autores consideran hoy que la respuesta que se da posee naturaleza oracional (es decir, que constituye el resultado de elidir el segmento te juré que me haría cargo solo en el texto de Mastretta). Otros suponen, por el contrario, que el proceso interpretativo de inserción al que se hace referencia puede dar lugar a un resultado equivalente con menos recursos sintácticos. Se plantea un problema similar en la interpretación de las interrogativas indirectas truncadas, en las que una partícula interrogativa situada en el interior de una subordinada sustantiva aparece al final de oración (como en … pero no recuerdo cuándo). Las opciones que se presentan se analizan en los § 43.8g y ss.

42.11e Se recupera también del discurso inmediatamente anterior la información necesaria para interpretar como oración la pregunta ¿Por qué?, que podría seguir (sin ascensión del tono) a la afirmación No quiero ir con ustedes, o la necesaria para entender la pregunta ¿Adónde? si se usa tras la expresión Acompáñeme, por favor. He aquí otros ejemplos de pronombres o adverbios interrogativos usados en la réplica para solicitar al interlocutor más información de la que proporciona en su turno discursivo:

—[…] Tenemos que preparar la escapatoria. —¿Por dónde? —preguntó Adolphe (Zaragoza, Concerto); —¡Allí, detrás! —¿Dónde? —Detrás del rastrojo de Jaramillo (Tizón, H., Casabindo); —Capitán —díjole al del yate; —¡prepárese a levar anclas! —¿Cuándo? —¡Pronto! ¡No lo sé! (Trigo, Prueba); —¿No te da miedo? —¿De qué? (Buero, Caimán); —Siendo tres en el secreto estaremos a salvo. —¿A salvo de qué? (Miralles, Dragón).

42.11f Las preguntas aclaratorias pueden afectar asimismo a segmentos menores en el interior de un mismo grupo sintáctico. El pronombre qué contenido en los fragmentos siguientes hace referencia a cierta información omitida que el hablante considera pertinente. Se repite, sin embargo, en ellos el segmento marcado con trazo discontinuo:

—¿Nombre y graduación? —Comandante Oskar. —¿Oskar qué? —Oskar nada… —fue la agria respuesta— (Vázquez-Figueroa, Fuerteventura); —No, no hay jefes […]. Si hubiera, sería Antonio. —¿Antonio qué? —Antonio de la Maza —explicó— (Vargas Llosa, Fiesta); Me lo dio Arturo para que no largue por esta boquita. ¿Largar el qué?, le dije (Díaz, Ayer); Pubi: —Podríamos hablar ¿no? en vez de gritarlo todo, o… Antonio: —¿Hablar el qué? ¡Es una histérica! (Miralles, Céfiro); —Demasiada —dijo Almir. —¿Demasiada qué? —Demasiada locura (Galeano, Bocas).

42.11g Cuando el hablante interrumpe su discurso o titubea, su interlocutor emplea a veces el pronombre qué para incitarle a completarlo. Aun así, este uso puede ser desconsiderado o descortés: Dora: […] —¿Quién te ha dicho que te quedes aquí? Cornupeto: Es que… es que… Dora: ¿Es que qué?, juzgón (García Urrea, Juguetes). Otras veces es el propio hablante quien solicita ayuda para completar alguna voz que no viene a su memoria: —Todavía recuerdo aquellas patatas con bacalao y rus… ¿rus qué? —Rustrido (Olmo, Pablo Iglesias). La omisión del término de las preposiciones por y para, como en —No voy a ir a la fiesta. —¿Por? (es decir, ¿Por qué?); —Voy a llamar a Julieta. —¿Para? (es decir, ¿Para qué?), se describe en el § 29.1a.

42.11h Las preguntas de réplica con las que se solicita alguna información que complete el discurso precedente no han de estar formadas necesariamente por pronombres o adverbios interrogativos. En efecto, si alguien dice Van a venir a cobrar el recibo de la electricidad, otra persona podría replicarle ¿Mañana? Esta pregunta tiene sentido porque el hablante desea completar la afirmación previa saturando algunas de las variables que permite el predicado con el que está construida. Se emplean también las preguntas aclaratorias para solicitar que se identifique la referencia de un pronombre o de un adverbio demostrativo:

¿Dónde la tienen?, dígamelo. —¿Dónde tenemos qué? (Navarro, Hermandad); Néstor: Últimamente lo olvidas mucho. Rosa: ¿El qué? Néstor: Esto. (Le planta un beso en la boca) (Buero, Caimán); No me gusta que me hables así. —¿Que te hable cómo? (Vargas Llosa, Ciudad).

Como se ve, estas preguntas son aclaratorias, pero solo en parte metalingüísticas, ya que lo que se solicita no es la repetición literal de cierto mensaje, sino la referencia de un pronombre o de un adverbio.

42.11i Cuando las palabras interrogativas se pronuncian aisladas, con cuerpo melódico alto, curva tonal ascendente e inflexión final elevada, se interpretan como preguntas aclaratorias metalingüísticas (o preguntas de eco). Solicitan, en efecto, que se repita la información que se acaba de suministrar:

Héctor vive en Santiago de Chile.

¿Dónde? () [inflexión ascendente]

En Santiago de Chile.

Como se ve, no se solicita en esta pregunta cierta información de modo abierto (§ 42.6c), sino que se repita un fragmento del texto anterior. Cuando esos mismos pronombres y adverbios interrogativos se pronuncian con inflexión final descendente, la pregunta pasa a solicitar una especificación, no una repetición. El hablante pide entonces que se le den más detalles sobre la información que acaba de recibir:

Héctor vive en Santiago de Chile.

¿Dónde? () [inflexión descendente]

En la comuna de Providencia.

Una paráfrasis posible de esta pregunta sería ¿En Santiago de Chile dónde? Los hablantes son muy sensibles a las diferencias tonales que se establecen en estos casos, incluso a las más leves, y —a pesar de las múltiples interpretaciones que las expresiones interrogativas admiten— rara vez se producen malentendidos en su descodificación. Como se explicó en los apartados anteriores, el contorno tonal que recibe el interrogativo ¿Quién? cuando se usa como pregunta que solicita especificación es descendente, pero es, en cambio, ascendente cuando se emplea como pregunta de eco.

42.11j Se usan con frecuencia ¿Qué? ¿Cómo?; ¿Cómo dice?; ¿Cómo es eso?, y otras preguntas análogas cuando el que habla desea solicitar que se repita alguna información: Sí. Soy yo. ¿Qué…? ¿qué…? ¿Cómo dice? ¡Repita! (Viñas, Maniobras); pero también pueden emplearse en usos exclamativos o cuasiexclamativos, por tanto para manifestar sorpresa o desconcierto ante lo que se acaba de oír. Frente al anterior, este último uso no es metalingüístico: ¿Cómo dice? ¿Que una bomba de hidrógeno va a estallar sobre nuestra cabeza dentro de treinta segundos? (Arrabal, Arquitecto).

42.11k En otra variedad de las preguntas de eco, muy común en el habla coloquial, se repite en la réplica de manera literal un fragmento del discurso inmediatamente anterior, que puede ser o no interrogativo: —¿Preparaste ya el examen de matemáticas? —¿De matemáticas? Como se ve, se contesta aquí una pregunta con otra pregunta. En este diálogo no se proporciona, en efecto, una respuesta a lo que se demanda, sino que se solicita cierta información relativa al enunciado precedente. La pregunta con la que se replica reproduce, además, el fragmento final de la primera oración. El que la formula expresa con ella sorpresa, extrañeza o incertidumbre, y sugiere de manera velada a su interlocutor que quizá quería referirse a otro examen. Podrían servir de paráfrasis de la réplica interrogativa secuencias como ‘¿Seguro que de matemáticas?’ o ‘¿De verdad te refieres al examen de matemáticas?’, entre otras similares. He aquí otros ejemplos de este tipo en los que se replica con una pregunta a otro acto verbal:

—¿Te vienes al cine? —¿Al cine? ¿Al cine a esta hora? (Alonso Santos, Moro); ¿Uté viene a reclamar? —¿Reclamar? (Veloz, Materia); —A lo más, de no haber hablado a las claras antes…, ahora ya es tarde. —¿A las claras? (Alviz, Son); —Te regalo el encendedor en premio porque vas a entrar al equipo de basquetbol. Pero no se te ocurra aprender a fumar. —¿Aprender? —dijo el beduino—. Le puede enseñar a usted (Ramírez, Baile).

Así pues, conviene resaltar que una misma pregunta de eco se puede usar para asegurarse de que se ha entendido correctamente un mensaje, pero también para manifestar sorpresa o desconcierto por lo que se acaba de escuchar: —Me voy el martes. —¿El martes?

42.11l Se emplean asimismo las preguntas aclaratorias metalingüísticas que se construyen con pronombres o adverbios interrogativos en posición final para pedir al interlocutor que repita el fragmento situado en el interior del grupo sintáctico al que se refiere la palabra interrogativa: —En México hay muchos güeritos —dijo impasible Josefina, sin bajar la mirada. —¿Muchos qué? —Gente rubia, señorita (Fuentes, Frontera). Como se ve, la pregunta de eco no se forma aquí reproduciendo el final de la oración anterior, o al menos no totalmente, ya que solo la palabra muchos aparece en la afirmación a la que se replica. El grupo sintáctico que conforma la respuesta constituye una construcción interrogativa sin desplazamiento o in situ (recuérdese el § 42.9t). Desde el punto de vista fonético se caracteriza, como ya se explicó, por la marcada anticadencia del segmento final; desde el semántico, interesa resaltar el hecho de que se cita o se reproduce en esta construcción un grupo nominal o preposicional en el interior del cual se sustituye por un interrogativo la expresión que debe repetirse, aclararse o explicarse. He aquí otros ejemplos similares de esta misma pauta:

—[…] si alguien se mete con ella en esta ciudad plagada de gente de la ínfima… —¿Gente de la qué, Joaqui? (Bryce Echenique, Magdalena); —Tié que cerrar los postigones, abue —me dijo. —¿Los qué? —dije yo rojo como la grana (Bolaño, 2666); Luci: ¿Cómo van las cosas de la ingle? —¿De la qué? (Sierra, M., Paraíso); —Vamos a ver. Mendoza, Mexueiro, Miller. Margerie Miller, reverencia. —¿Margerie qué? (Aguilar Camín, Golfo); ¿Qué te podría regalar con motivo de tu nombramiento? —Si es ropa interior, sin encajes y en marrón capuchino —¿Marrón qué? (Amestoy, Ederra).

Es también posible usar el pronombre qué para pedir que se repita todo el enunciado, no solamente un fragmento: —¡Me he caído! —¿Qué? —Que me he caído (Luca Tena, Brújula). No suelen construirse preguntas de este tipo con ¿Por qué?, acaso porque esta combinación de palabras se usa ya como expresión acuñada para las preguntas causales (§ 22.16n y ss.).

42.11m Las preguntas de eco poseen al menos dos propiedades de naturaleza fonológica. La primera es el hecho de que pueden afectar a fragmentos menores que una palabra. En estos casos son siempre las sílabas finales de la palabra las que se ven afectadas:

Burrote: Yo no opino que las ovejas sean viles, ni despreciables, ni indignas; ni que el calificativo de ovejunas sea… Leónidas: ¿Caliqué? Aclárame eso (Olmo / Enciso, Teatro); —Niña, ¿no tenés retazos de brocato? —¿Bro qué? —interrogó. —Brocatos. En tu casa, niña, tiene que haber (Ocampo, Cornelia); Si hubiéramos platicado del internet hace ocho años, hubiéramos oído […] ¿Inter qué?, qué es eso (Excélsior 17/9/2001); —¿Ru qué? —Ruptura, Candelaria, ruptura (Herrera, E., Cero).

La segunda propiedad fonológica afecta al hecho mismo de que se reproduzcan segmentos infraoracionales como ¿De matemáticas? en el ejemplo del § 42.11k. Esta réplica interrogativa podría alternar con ¿El de matemáticas? Por el contrario, recuérdese que, tal como se vio en el § 42.9b, no alternan Con Luisa y Luisa como respuesta a la pregunta ¿Con quién hablabas?, sino que se elige únicamente la primera opción. Así pues, una diferencia notable entre los grupos interrogativos de qué y de la qué es el hecho de que el primero puede usarse para construir una pregunta genuina (¿De qué quieres hablar?), mientras que el segundo se emplearía en una pregunta de eco, como en —Quiero hablar de la hidrognosia. —¿Quieres hablar de la qué? Aunque son infrecuentes, se ha observado que se forman a veces preguntas de eco con anteposición del grupo interrogativo y marcada inflexión ascendente de la curva entonativa (¿De la qué quieres hablar?). Este contorno tonal es muy similar al que caracteriza las interrogativas de eco que repiten literalmente una afirmación previa con la intención de mostrar sorpresa o incredulidad ante ella: —Ha llamado Elena. —¿Ha llamado Elena?

42.11n Junto a estas propiedades fonológicas, las preguntas de eco poseen otras más propiamente sintácticas. Así, la palabra interrogativa es sensible a la categoría gramatical del término por el que se pregunta, así como a su naturaleza semántica, puesto que qué alterna con quién, dónde, etc.: —Dará una conferencia el profesor Elizaincín. —¿Dará una conferencia quién?; —Estuvo viviendo unos años en Kazajstán. —¿Estuvo viviendo dónde? También es normal que en las preguntas de eco se modifiquen los componentes deícticos de la aseveración o de la pregunta previa si los hay, tal como se explicó en el § 42.7ñ: —Me encanta cuidar a mi gato. —¿Te encanta cuidar a tu gato?

42.11ñ Se forman también preguntas aclaratorias sustituyendo el segmento interrogativo por un alargamiento de la sílaba final y una ligera elevación del tono, como en —Dará una conferencia el profesor Elizaincín. —¿El profesor…? Así pues, la inflexión tonal y el alargamiento silábico son aquí los exponentes formales de la información que se solicita. Estas preguntas son aclaratorias, pero no son propiamente preguntas de eco, en lo que coinciden con las descritas en los § 42.11d, e. Se ha observado que, a edades muy tempranas, los niños hispanohablantes usan a veces la inflexión ascendente y la suspensión final en ciertos contextos preposicionales, en lugar de un pronombre interrogativo. La expresión Esto es para… —con alargamiento e inflexión ascendente— adquiere, pues, el significado ‘¿Para qué es esto?’ sin que sea necesario un discurso precedente. En el habla de los adultos dirigida a los niños se reproducen a veces estas mismas pautas. Recuérdese el § 29.1a.

42.11o El expresivo término pregunta de eco se introdujo en los estudios gramaticales para llamar la atención sobre el hecho de que en estas oraciones se formulan preguntas que repiten fragmentos anteriores que se reproducen en la misma forma en que han sido emitidos. La mayor parte de las preguntas de eco agregan, sin embargo, alguna información al fragmento reproducido, como se explicó en los apartados precedentes. Así, si se profiere ante alguien la afirmación Me han dicho que Irene hace la tesis doctoral con el profesor Elizaincín, el oyente podría replicar formulando al menos estas cinco variantes de la interrogación de eco:

¿Con el profesor Elizaincín?

¿El profesor Elizaincín?

¿El profesor qué?

¿El profesor…?

¿El profesor Eli-qué?

Se usa a veces, aunque menos frecuentemente, la variante cómo en lugar de qué (¿El profesor Eli-cómo?). Como se ve, en todas estas oraciones se pide alguna aclaración, pero no es la misma información la que se desea aclarar. En las dos primeras se quiere confirmar que esa persona es, en efecto, el profesor con el que Irene hace su tesis doctoral. En las demás, que son propiamente preguntas metalingüísticas, se desea confirmar su apellido, o bien pedir cierta información aclaratoria sobre él. Con la primera variante se reproduce el grupo preposicional que da término al enunciado precedente y se le asigna un contorno tonal de marcada anticadencia. Las otras cuatro variantes comparten esta inflexión ascendente, pero añaden otros rasgos: en la segunda se lleva a cabo el mismo proceso que en la anterior, pero se reproduce tan solo el término de la preposición con; en la tercera variante se sustituye el nombre propio por el pronombre qué; en la cuarta se alarga ligeramente la sílaba -sor, sin que se modifique la inflexión tonal, y en la última se sustituye la sílaba final del nombre propio por el pronombre qué, lo que sugiere que el hablante no identificó bien el apellido.

42.11p Las preguntas aclaratorias se asocian con varios efectos de sentido. Además de pedir información metalingüística, pueden manifestar sorpresa o incredulidad, como se señaló anteriormente. Pueden asimismo expresar diversos grados de incomodidad, reconvención o censura, en especial cuando aparecen encabezadas por la conjunción subordinante que. Esta conjugación suele preceder a las interrogativas confirmativas que reproducen toda una oración:

No sé qué hacer. —¿Que no sabes qué hacer?; —Me voy de excursión este fin de semana. —¿Que te vas de excursión este fin de semana?; —Ha llamado Nina Gorostiza. —¿Que ha llamado Nina Gorostiza?

42.11q Estas oraciones se asimilan a las que reproducen el discurso directo (§ 43.9). En la primera podría entenderse aproximadamente ‘¿Estás diciendo que no sabes qué hacer?’. El hablante suele dar a entender en estos casos un juicio de valor sobre el contenido del enunciado precedente. En otros casos pone en duda la veracidad de la afirmación realizada por el otro interlocutor; pero también puede sorprenderse de lo que se le comunica, sugerir que la pregunta era inoportuna o su respuesta demasiado obvia, o bien manifestar que no está dispuesto a atender el requerimiento que se le hace: —Ven un momento. —¿Que vaya un momento? Estas connotaciones no se perciben necesariamente en la variante sin que, puesto que en ellas no se introduce el discurso indirecto: —No sé qué hacer. —¿No sabes qué hacer? En los § 43.9f y ss. se explica que con la pauta «que + oración interrogativa indirecta» se reproduce el discurso directo.

42.11r El segmento que sigue a que en las preguntas aclaratorias no reproduce literalmente otras veces aquel al que corresponde la información sobre la que se apoya, sino que constituye una paráfrasis suya: —Échame una mano, por favor. —¿Que te ayude? ¿Tú me pides que te ayude? La pregunta encabezada por que no sigue tampoco en todos los casos a un texto previo, ya que el hablante puede suponerlo implícitamente. Ello da a la pregunta el significado de hipótesis plausible avanzada por el que habla y relativa a algún estado de cosas anterior:

La propuesta valerosa del ministro […]. ¿Que es un camino difícil e improbable? Por supuesto. Pero el camino limpio y, en Colombia, el único camino (Tiempo [Col.] 15/4/1997); Lo que yo les diga: unos artistazos. Ni Picasso ni hostias. Los artistas de nuestra época son los contables. ¿Que no se creen que yo estuve al frente de uno de los clubs de Legrand? Pues no se lo crean (Pérez Merinero, Días); —¿Que no le vio el bolsón? —Claro que le vi el bolsón. Y también vi para qué usó el bolsón. Para meter una botella de vino (Skármeta, Cartero); —¿Que no era pianista esa señora? —protestó la Ruby. —Pianista, conferencista, cualquier cosa: da lo mismo (Donoso, Elefantes).

42.11s Las preguntas aclaratorias introducidas por la conjunción subordinante que se usan como réplica a las preguntas parciales y a las totales. Así, la pauta «que + interrogativa directa parcial» se emplea como interrogativa aclaratoria de eco tras una pregunta directa, como en —¿Quién ha pagado la cuenta? —¿Que quién ha pagado la cuenta?, o como en —¿Cuándo saldrá el libro? —¿Que cuándo saldrá el libro? Como se ha explicado, los efectos de sentido (enojo, recriminación, etc.) se asocian con el discurso indirecto, y se obtendrían igualmente si la réplica estuviera encabezada por un verbo que lo admita: ¿Dices que…?; ¿Me preguntas que…?

42.11t Es análoga la diferencia que se observa entre usar la conjunción si u omitirla en las réplicas aclaratorias formadas por interrogativas totales. En efecto, a la pregunta ¿Apareció el informe? podría contestarse con ¿Que si apareció el informe?, donde la conjunción si garantiza que se reproduce una pregunta directa en el discurso indirecto. Es inapropiada la réplica ¿Que apareció el informe?, en la misma medida en que también lo es *¿Preguntas que apareció el informe? He aquí otros ejemplos de esta pauta:

—¿Y hay “ginoveses” en España?; —¿Que si hay ginoveses…? ¡Los hay por todas partes! (Fernández Suárez, Pesimismo); —¿Es que lo has visto? —¿Que si lo he visto? (Sierra, M., Palomas); —¿En los cafetines? ¿Se atreven a tanto? —¿Que si se atreven? (Gómez-Arcos, Queridos).

42.11u Es poco frecuente hoy la ausencia de que en estas preguntas, pero también se documenta. Se trata de diálogos como —¿Estás contento? —¿Si estoy contento? Estoy encantado, o como en ¿Confía en mantener el título? ¿Si voy a mantener el título? (CREA oral, España). Los verbos decir o preguntar aparecen otras veces expresamente en las preguntas aclaratoria totales, como en ¿Dices que si estoy contento?; ¿Me preguntas que si me apetece un helado? Como consecuencia de los valores secundarios a los que se alude (sorpresa, incredulidad, etc.), las preguntas aclaratorias que se mencionan alternan a menudo con las exclamaciones: ¿Que si me apetece un helado? ~ ¡Que si me apetece un helado!

42.11v El adverbio cómo introduce preguntas aclaratorias de naturaleza muy diversa. Puede equivaler a ¿Cómo dice? (o ¿Cómo dices?; ¿Cómo decís?, etc.) cuando se usa para solicitar que se repita lo que se acaba de proferir:

—A propósito: ¿cuándo te vas de casa? —¿Cómo? —Que cuándo te vas de casa (Marsillach, Ático); —¿Qué le parece? —pregunté. —¿Cómo? —dijo el vecino arrimándose una mano a la oreja (Montero, Hija).

También se emplea cómo en la réplica con un sentido próximo a ‘¡Cómo es eso!’. El que enuncia esas secuencias no solicita que se le repita información alguna, sino que manifiesta abiertamente su disconformidad con la que se ha emitido o su sorpresa ante ella:

Alberto: Rufina, déjalos; calla. Doña rufina: ¿Cómo? Yo en mi casa mando (Rivas, Tanto); “¿Es algún torneo?”, pregunté una vez. “¡Cómo! ¡Pero si es la Liga Oficial de la Mediana y la Pequeña Empresa!”, me respondieron en un tono escandalizado de obviedad (Landero, Guitarrista).

Este uso de cómo oscila entre la pregunta y la exclamación.

42.11w Son más propiamente preguntas aclaratorias metalingüísticas aquellas en las que cómo se antepone a un fragmento entresacado del texto precedente. Se expresa enfáticamente en ellas sorpresa, desconcierto, indignación y otras reacciones emotivas similares ante cualquier clase de información:

—Están por allí. —¿Cómo por allí? (Expreso [Perú] 1/10/1992); Eso es una tontería. ¿Cómo una tontería? (CREA oral, España).

Estas preguntas aclaratorias son metalingüísticas, puesto que reproducen información previa. Aun así, no se solicita al interlocutor con ellas que repita lo que ha dicho, sino más bien que explique sus palabras, puesto que sorprenden al que las recibe. Los segmentos a los que afectan pueden ser infraoracionales, como en las demás preguntas de eco:

Diana: […] Qué ilusión: las velas también funcionan. Marcos: ¿Cómo también? (Gala, Durmientes); Ana: […] ¿Desde cuándo la traición es mejor que la mentira? Osvaldo: ¿Cómo traición? (Rovner, Compañía); Sciacalli: […] Pero me parece que con esta crisis habría que ir pensando en alguna que otra opción, ¿no? Rafael: ¿Cómo esta crisis? ¿Cuándo no hubo crisis, acá? (Campanella / Castets, Hijo).

42.11x El adverbio cómo se antepone también a las oraciones subordinadas. Así pues, la pregunta ¿Cómo que…? se usa en la réplica para cuestionar o rechazar un enunciado precedente:

—Ya ve usted cómo se pone: se le trastorna más el cerebro y adivina los secretos. —¿Cómo que adivina los secretos? (Galdós, Fortunata); —Rosalinda, nosotros nunca hemos sido una familia. —¿Cómo que no somos una familia? Él no ha vivido siempre con nosotras pero […] (Santiago, Sueño); ¡Cómo que ya nos vamos! ¡Faltan todavía muchos surcos por hacer! (Santander, Extensionista); —Buenas noches. —¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado! (Motos, Club); Pero el primer vigilante a quien pregunta en el interior le advierte que allí no hay etruscos. —¿Cómo que no?, se indigna (Sampedro, Sonrisa); —Bueno, bueno, ¿y ahora qué? —¿Cómo que ahora qué? (Echavarría, Aire).

42.11y La variante ¿Cómo que si…? sigue, por el contrario, a una interrogativa directa total: —Entonces, ¿te llevas el coche? —¿Cómo que si me llevo el coche? (Rossetti, Alevosías). Finalmente, la variante en la que sigue a cómo que una interrogativa parcial o un grupo interrogativo se usa como réplica a las preguntas formuladas de esa misma manera:

—¿Quién tiene la verdad? —¿Cómo que quién tiene la verdad? (Alberto, Eternidad); —La verdad que sí —le contesté—: ¿Quién es, perdone? —¿Cómo que quién es? Nada menos que el maestro Olimpo Cárdenas (Alatriste, Vivir); —¿Pero dónde está ese monte Libredón, don canónigo?, preguntó intranquilo Martín. —¿Cómo que dónde está? (Torbado, Peregrino); —Pero ¿por qué la han consentido precisamente ahora? —¿Cómo que por qué? (Gala, Ulises); —¿Qué le pasa a esa frase? —¿Cómo que qué le pasa? (Gamboa, Páginas); —¿Está Bob? —¿Bob? ¿Qué Bob? —¿Cómo que qué Bob? ¡Vaya pregunta! (Sierra Fabra, Regreso).

Como otros tipos de preguntas de eco, las construcciones encabezadas por ¿Cómo que…? se asimilan parcialmente a las citas. Cuando se usan para replicar a un fragmento que contiene una muestra de discurso indirecto, se yuxtaponen dos conjunciones tras el adverbio interrogativo: —¡Te he dicho que te calles! —¿Cómo que que me calle? Las dos conjunciones subordinantes no se fusionan aquí en una sola.

42.11z En los apartados precedentes se comprobó que la presencia de cómo indica que el que formula una pregunta aclaratoria en la réplica no pretende únicamente asegurarse de haber entendido bien una determinada secuencia de palabras. Esta última opción es, en cambio, la más común con las preguntas aclaratorias introducidas por que. Las primeras, pero no necesariamente las segundas, se asocian con los valores exclamativos mencionados, que oscilan desde la leve extrañeza hasta la máxima irritación. En la lengua coloquial es normal, sin embargo, encadenar unas y otras, como en —¿Dónde vas? —¿Que dónde voy? ¿Cómo que dónde voy? Así pues, con la primera de estas dos réplicas encadenadas, el que responde finge solicitar que se le repita la información suministrada, mientras que con la segunda manifiesta su irritación por el hecho mismo de que se le haya formulado esa pregunta.

 

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