Sintaxis

33 El sujeto

33.9 La concordancia «sujeto–verbo» (IV). Construcciones partitivas

33.9a Las construcciones partitivas (§ 20.1) muestran también alternancias de número y persona en la concordancia «sujeto–verbo». Los sustantivos que denotan conjuntos suelen mostrar la concordancia en singular, es decir, con el segmento que designa la parte que se extrae o se selecciona de un conjunto mayor, como en Consta que un grupo de los cascos azules británicos pudo romper una barrera con un coche blindado y huir bajo las ráfagas serbias (Vanguardia [Esp.] 30/5/1995). No obstante, los sustantivos numerales fraccionarios (mitad, tercio, etc.) y otros nombres de interpretación intrínsecamente cuantitativa (cantidad, fracción, mayoría, número, parte, resto, etc.) muestran la doble concordancia. También la ponen de manifiesto los grupos formados por nombres que designan todos los elementos de un conjunto que se considera (el total, la totalidad), los que denotan porcentajes (el cuatro por ciento, el once por ciento) y los sustantivos numerales que admiten como complemento un nombre plural (par, centenar, millar, millón…). Los siguientes ejemplos ilustran las variantes en singular:

La mayor parte de los nativos tomó la misma dirección (Arenales, Arauco); La mayoría de los triunfadores daba saltos (Aguilera Malta, Pelota); El 35 por ciento de los agresores acusados había recibido instrucción primaria completa (Blanco y Negro 23/11/1997); Exigen también que no menos de la mitad de los embarques se realice en barcos de bandera norteamericana (Galeano, Venas); El resto de los muros está empapelado de un solo color ocre pálido enmarcado con hilo de plata (Fuentes, Constancia); La totalidad de los pacientes recibió baños termales y la mitad recibió tratamiento asociado con fangoterapia (Enfermería 1/2002).

Estos otros, construidos con las mismas pautas sintácticas, presentan la concordancia en plural (se mantiene el orden en que aparecen las expresiones cuantificativas en los ejemplos anteriores):

Entretanto, como la mayor parte de las acciones sociales solo habían sido pagadas en parte, llegaba la hora de nuevas cuotas (Orrego, Casa); Pero antes se pusieron de acuerdo en que la mayoría de los militares argentinos eran nacidos bajo el signo zodiacal Tauro (Cortázar, Rayuela); Bien mirado, el ochenta por ciento de las aventuras revisten explícita o implícitamente la forma de un viaje (Savater, Infancia); La mitad de las mesas están desocupadas (Güiraldes, Xaimaca); Expliquen cómo se va a organizar el sistema de colación, si es que el resto de los alumnos traerán colación (Época [Chile] 28/2/1997); La totalidad de los periodistas debieron dejar las islas por orden de la Junta Militar durante el mes de abril (Escudero, Malvinas).

33.9b El complemento de los sustantivos cuantificadores descritos en el apartado anterior puede quedar tácito, como en El veinte por ciento {estaba ~ estaban} de acuerdo o en Se {rechazó ~ rechazaron} una enorme cantidad, oraciones en las que es forzoso sobren tender algún sustantivo plural o alguno no contable. Cuando estos grupos funcionan como sujeto, la concordancia con el verbo puede establecerse en singular o en plural. La variante en singular se ilustra en estos textos:

Algunos la consideran muy grande, otros piensan que es muy chica, pero estimo que la mayoría sabe que se ha hecho justicia (Nuevo Herald 9/3/1997); En la actualidad existe una gran variedad de preparados de estrógenos, y la mayor parte tiene efectos beneficiosos (Pérez López, Menopausia); Los residuos radiactivos se dispusieron de una manera irregular sobre las tierras emergentes y los océanos. Aproximadamente, un 30% se depositó en las cercanías de la explosión. El resto se incorporó a la atmósfera y a la estratosfera (Díaz Dorado, Ordenamiento).

La variante en plural corresponde a estos otros:

De los soldados no me extraña su conducta. La mayoría son herejes (Chao, Altos); Entre el lumpen que circula por aquí, un buen sesenta por ciento son santeros (Chavarría, Rojo). La mayor parte van rotos, aunque lo disimulan (García Sánchez, Alpe d’Huez); Algunas, muy pocas, de las canciones que nos trasmiten las muwashahas hasta hoy conocidas […] serían aborrecidas por el clero mozárabe, pero el resto, casi la totalidad, son de una pureza irreprochable (Menéndez Pidal, Poesía).

Así pues, la existencia de un complemento tácito en expresiones como la mayoría Ø, la mayor parte Ø, el resto Ø, el sesenta por ciento Ø o la totalidad Ø, cuyo contenido se obtiene del discurso más o menos inmediato, permite explicar que en todos estos casos se pueda hablar del complemento de un nombre partitivo.

33.9c En el § 33.6 se introdujeron las generalizaciones fundamentales que afectan en el español a los rasgos de persona en la concordancia «sujeto–verbo». Esas generalizaciones se extienden a las pautas que se analizan en la presente sección. En efecto, en las construcciones partitivas puede establecerse la concordancia con el verbo en cualquier persona del plural. Como en los casos examinados en los § 33.6j, k, la concordancia en primera persona del plural (Tres de los estudiantes fuimos a hablar con el profesor) implica que el hablante o los hablantes se incluyen en el grupo de entidades denotado por el sujeto. Si la concordancia se establece en la segunda persona del plural, característica de una parte del español europeo (Tres de los estudiantes fuisteis a hablar con el profesor), se implica que el oyente o los oyentes se incluyen en dicho grupo. Si se hace la concordancia en la tercera persona del plural (Tres de los estudiantes fueron a hablar con el profesor), se entiende que tanto los que hablan como sus interlocutores están excluidos del grupo que se caracteriza. Se ejemplifican a continuación algunas de estas formas de concordancia:

Recuerdo la ocasión en que asistimos un grupo de los más íntimos colaboradores a contemplar la vidriera artística (Vasconcelos, Proconsulado); Aunque le disguste su falta de acceso a la libertad condicional o al régimen abierto, no sabe cómo lo agradecemos el resto de los ciudadanos (ABC 21/11/1987); Curiosamente, casi la mitad de estas personas vestían los mismos colores que yo llevaba puestos (Salvador Hoy 18/3/1997).

33.9d Cuando el complemento de la construcción partitiva no aparece explícito, se mantienen las mismas posibilidades de concordancia:

La mayor parte amamos y tememos a Alguien (Sastre, Revelaciones); Hizo imprimir una hoja que distribuía entre el público, inútilmente por otra parte, ya que la mayoría eran analfabetos (Saer, Ocasión); Los anglófonos son un 10% y el resto son inmigrados (Vanguardia [Esp.] 30/7/1995); En el mundo no cuentan más que tres o cuatro mil personas, y el resto son —somos— figurantes que bailamos al compás (Mundo [Esp.] 23/8/1996).

Cabe, pues, pensar que los rasgos de persona del verbo se obtienen en estos casos, al igual que los de número plural, del complemento tácito del nombre cuantificativo: La mayor parte Ø [1.ª persona, plural] amamos [1.ª persona, plural] y tememos [1.ª persona, plural] a Alguien.

33.9e Se obtiene una sola forma de concordancia con los sujetos que se construyen con los cuantificadores indefinidos plurales algunos, bastantes, muchos, (unos) pocos, varios (y sus variantes en femenino) cuando están seguidos de un complemento partitivo en el que aparecen los pronombres nosotros/nosotras o vosotros/vosotras. El verbo se muestra en primera o segunda persona, en función de esta diferencia, y siempre en plural:

Muchas veces varios de nosotros corrimos riesgos grandes (Grupo Investigaciones Agrarias, Vida); Desde hoy tenéis un nuevo compañero que, muchos de vosotros ya conocéis (Barea, Forja); No quedará nada cuando se haya extinguido mi generación, nadie que se acuerde, a no ser que algunos de vosotros repitáis lo que os hemos contado (Muñoz Molina, Sefarad).

El complemento en estas construcciones partitivas queda a menudo tácito, como en los casos examinados en el apartado anterior:

Algunos hemos alcanzado este interior por propia voluntad y otros han sido arrojados a él como los caimanes (Vicent, Balada); Muchos hemos vivido esta experiencia: ¿estoy soñando? (Sastre, Análisis); Solo unos pocos sabemos el privilegio que es poder trabajar con el talento artístico de nuestro tiempo (Mundo [Esp.] 20/11/1995); Sí, algunos tenéis suerte (Ortega, Invitados).

33.9f Se han registrado algunas excepciones a la generalización introducida en el apartado anterior. Estas construcciones se dan sobre todo cuando el hablante se incluye en el grupo que se caracteriza, pero desea sugerir que el predicado no se aplica particularmente a él. Así, en el texto siguiente, de carácter autobiográfico, el que habla se refiere a cierto grupo de personas que participan en una serie de sucesos:

Cada viaje dejaba grandes enseñanzas de vida que nos vinculaban de un modo efímero pero inolvidable a la de los pueblos de paso, donde muchos de nosotros se enredaron para siempre con su destino (García Márquez, Vivir).

A pesar de que el sujeto de enredaron es muchos de nosotros, la presencia de la tercera persona en el verbo sugiere que el hablante no intervino necesariamente en el proceso que se describe o no se le aplica lo que el predicado afirma. Cabe decir lo mismo de Traemos con nosotras el hambre, la enfermedad, la muerte; algunas de nosotras han perdido su edad, su cara, y vistas de lejos se confunde su frente con su espalda (Aridjis, Teatro). Estas construcciones son mucho menos frecuentes en los textos que las que muestran la concordancia en primera o segunda persona del plural, analizadas en el apartado precedente.

33.9g Cuando aparecen en función de sujeto los cuantificadores alguno/alguna o ninguno/ninguna, en singular, seguidos de un complemento plural, es mayoritaria la concordancia con el verbo en singular (Alguna de las estudiantes aprobó). Si las construcciones partitivas en función de sujeto están introducidas por estos indefinidos, o por el indefinido de elección libre cualquiera20.4a y ss.), seguidos de los pronombres nosotros/nosotras, vosotros/vosotras o ustedes, pueden concordar de dos formas con el verbo. En el primer caso es el indefinido singular el que desencadena la concordancia (Alguno de nosotros lo vio; Cualquiera de vosotras puede acompañarme); en el segundo es el pronombre del complemento partitivo el que la induce. La primera opción se ejemplifica en estos textos:

Hermanas mías: si alguna de vosotras se halla en pecado y quiere confesarse, ahora puede hacerlo (Miras, Brujas); Creo que cualquiera de nosotros debería poner al servicio de lo que hace todo lo que tiene (Bucay, Camino); Ninguno de nosotros se atrevería a cometer crimen tan atroz (Donoso, Casa).

La segunda se ilustra en estos otros:

Gregorio llamó ayer por la tarde preguntando si alguno de vosotros podéis ir a buscarle con la camioneta de la imprenta (Fernández Castro, Novia); El toro solo ataca y mata, si puede, cuando se ve acosado, como haríamos cualquiera de nosotros en situaciones límite para salvar la vida (ABC 28/4/1986); Ninguno de nosotros deberíamos depender de ninguna mujer ni de nadie sino de nosotros mismos (Quesada, Banana).

Se considera más adecuada la primera opción, ya que los rasgos de plural que el verbo refleja en la segunda no corresponden verdaderamente al núcleo de la construcción.

33.9h Si el complemento de los indefinidos alguno/alguna, ninguno/ninguna o cualquiera no está expreso, y cabe entender un pronombre de primera o segunda persona, el verbo muestra en su flexión dichos rasgos, lo que resulta necesario para dar a conocer la implicación del hablante o del oyente en la situación que se menciona, como en Cualquiera podríamos hacerlo (es decir, Cualquiera de nosotros podríamos hacerlo), en ¿Alguno podríais traerme un vaso de agua? o en los siguientes ejemplos:

Lo que ninguno queremos tocar es nuestro estatus social (Otero Novas, Fundamentalismos); No se sabe si nos divierte o nos indigna ese laberinto, tan bien trazado de la justicia, con minúscula, en el que cualquiera podemos vernos empequeñecidos y desnortados (ABC 19/8/1989).

Si se usara la tercera persona del singular, dicha implicación no podría ponerse de manifiesto. El plural cualesquiera no suele emplearse, en efecto, con complementos de primera o de segunda persona.

33.9i Los indefinidos alguien y nadie, frente a alguno y ninguno, tienden a rechazar los complementos partitivos en los registros más cuidados. Se prefiere, pues, Si desea venir alguno de ustedes a Si desea venir alguien de ustedes. En el § 20.1n se explica que no son propiamente partitivos los complementos que denotan el ámbito al que pertenece un determinado elemento. En estos casos, el sujeto concuerda con el verbo en singular:

Su escolta era muy pequeña y nadie de los que la integraban osó detener al astrólogo de Narni (Mujica Lainez, Bomarzo); También estoy en peligro, y hasta alguien de los míos desconfía de mí, pero tengo que hacerles frente yo sola (Torrente Ballester, Viento).

Son poco frecuentes las construcciones alguien de nosotros, nadie de vosotros, y también las variantes, usadas a veces en el registro coloquial o en el habla espontánea, que dejan tácito el complemento partitivo y muestran el verbo en primera o segunda persona del plural: ¿Alguien me haréis caso de una vez?; Allí nadie estábamos de acuerdo. Se recomienda evitar estas formas de concordancia en la expresión cuidada.

33.9j La concordancia «sujeto–verbo» de la construcción cada uno de ustedes diferencia el español americano del europeo, más exactamente de las variantes de este último que distinguen vosotros de ustedes. En todas las áreas hispanohablantes se admite, en efecto, la concordancia en singular (Cada uno de ustedes decidió lo que más le convenía), pero en el español americano es habitual utilizar asimismo la variante con el verbo en plural (Cada uno de ustedes decidieron lo que más les convenía). La pauta común corresponde a las siguientes oraciones:

Cada uno de ustedes ha encontrado una razón para vivir (Alberto, Eternidad); No queremos que cada uno de ustedes nos mire desde su asiento como si fuésemos un televisor o pantalla de cine (Leis Romero, Sol).

La pauta característica del español americano corresponde a estas otras:

Pues entonces escríbanme cada uno de ustedes, por separado, y en un papelito secreto (Bryce Echenique, Huerto); Hoy cada uno de ustedes son parte de mi realidad cotidiana (Clarín 17/12/2008).

33.9k La forma ustedes, que se acaba de describir, corresponde a la tercera persona gramatical, pero a la segunda del discurso (§ 16.1b). En las zonas en las que se usa el pronombre vosotros/vosotras, el verbo puede construirse en tercera persona del singular o en segunda del plural cuando esta expresión cuantificativa ejerce la función de sujeto:

Imagino que cada uno de vosotros poseerá algo de la virtud mesiánica de abrir a voluntad los sepulcros (López Velarde, Oración); Cualquiera de los dones que cada uno de vosotros habéis recibido, usadlo para serviros los unos a los otros (Melendo, Dignidad).

En todas las variedades es común la alternancia entre singular y plural con cada uno de nosotros ~ cada una de nosotras:

Cada uno de nosotros tenía en el juego una conducta (Rosales, Contenido); Porque toda conciencia es un lugar sagrado, especialmente preparado para oír las revelaciones que cada uno de nosotros debemos escuchar (Martínez Salguero, Combate).

33.9l El pronombre interrogativo quién aparece también en las construcciones partitivas, y acepta, por tanto, los pronombres personales en plural: quién de nosotros, quién de vosotras, quién de ustedes. Cuando estos grupos se usan como sujeto, la concordancia con el verbo se hace en tercera persona del singular: ¿Quién de vosotros lo {hizo ~ *hicisteis}?; ¿Quién de nosotros {mintió ~ *mentimos}? A esta misma pauta corresponden los textos siguientes:

¡Y ahora, adivinen quién de ustedes es cada quien! (Ramírez, Baile); Pero ¿quién de nosotros no tiene un secreto? (Piglia, Respiración); Si triunfan los peores consejos y estalla la guerra, es incierto quién de vosotros será el vencedor y quién el vencido (Moix, Sueño).

Mucho menos frecuente es el relativo quien en esta pauta, pero se ajusta igualmente a ella: Hubo quien de nosotros comentó que aquello no valía lo que un Valdepeñas (Vázquez Montalbán, Soledad).

33.9m Los grupos formados por el pronombre quiénes seguido de un complemento plural (quiénes de nosotros, quiénes de vosotros, quiénes de ellos) concuerdan con el verbo en la persona correspondiente al complemento. Esta pauta se extiende al también interrogativo cuántos/cuántas:

Tendrá como delicada responsabilidad la decisión de quiénes de nosotros somos los más aptos para dirigir este o aquel partido (ABC 25/7/1989); ¿Cuántos de nosotros lo vimos efectivamente en Berlín? (Collyer, Pájaros); ¡Cuántos de vosotros estáis representados en este desgraciado! (Guerra, Oratoria).

Si el complemento partitivo no está explícito, se obtiene igualmente la concordancia con él:

¿Sabe cuántos regresamos tuberculosos? ¿Sabe cuántos padecemos de silicosis? (Scorza, Tumba); Sabes muy bien quiénes lo sabíamos, quiénes lo sabemos, quiénes lo han sabido siempre, por mucho que tú no quieras tomar en serio las consecuencias y responsabilidades de saberlo (Azúa, Diario).

El mismo comportamiento respecto a la concordancia se extiende a los relativos quienes y cuantos/cuantas:

Claro está que las tentaciones acuden constantemente a la imaginación de quienes sabemos que nada de nuestros elementos culturales brota por casualidad (Beltrán Martínez, Pueblos); De rodillas, así, como estará ante la historia desde el primero hasta el último de cuantos de vosotros habéis contribuido a la desgracia de la patria (Mármol, Amalia).

33.9n Concuerdan con el verbo en primera, segunda o tercera persona del plural los relativos formados con el artículo determinado en plural que encabezan las oraciones de relativo sin antecedente expreso en función de sujeto oracional, como en los que {vivimos ~ vivís ~ viven} en las grandes ciudades. Idénticas posibilidades de concordancia muestra el relativo plural los cuales/las cuales en esa misma función:

Agradezco […] la publicación del artículo del teniente coronel don Serafín Gómez, quien ha sido capaz de expresar el sentimiento de indignación de muchos componentes de este Cuerpo y también de sus familias, los cuales hemos estado, estamos y estaremos dispuestos a entregar lo que la Sociedad Española necesite de nosotros (Razón [Esp.] 1/12/2004).

Cuando el relativo es singular pero tiene un complemento plural, la concordancia con el verbo se establece en tercera persona del singular: El que de vosotros se halle sin pecado, tire contra ella la primera piedra (Molina, V., Misal).

33.9ñ Cuando los grupos nominales partitivos incluyen una subordinada relativa especificativa, esta puede modificar a todo el grupo nominal que expresa la parte que se extrae o se selecciona de algún conjunto, o bien al complemento que representa al conjunto completo de personas o cosas del que aquella se extrae. Así, en Estuvo a punto de dispararle a uno de los empleados que no quería tenderse boca abajo en el piso (Ferré, Batalla), la subordinada caracteriza a uno de los empleados —esto es, a la parte—, en lugar de a la totalidad de ellos, por lo que el verbo se coloca en singular. No puede deducirse de la anterior oración, en consecuencia, que todos los empleados amenazados se resistieran a tenderse boca abajo en el piso, lo que sería forzoso si el verbo apareciera en plural (querían). Así pues, cuando el antecedente de la relativa es el grupo nominal que representa el conjunto más amplio del que se obtiene la parte, la característica se predica de la totalidad. De manera implícita, se atribuye también a la parte extraída, ya que los elementos que la componen son asimismo miembros del conjunto más amplio: A fin de evitar que su vagancia y falta de recursos le induzcan a ser uno de los rateros que acosan este vecindario, lo remito por ruta… (Picó, Caimito). En el ejemplo anterior se subraya con trazo discontinuo el antecedente de la relativa especificativa. Este sustantivo es el núcleo del grupo nominal plural que encabeza la coda de la construcción partitiva. La propiedad expresada por la subordinada se aplica, no obstante, también al ratero al que se refiere la construcción partitiva, dada la pertenencia de aquel a ese otro conjunto más amplio.

33.9o Como se ha comprobado, las relativas semilibres que denotan un conjunto del que se extrae alguna parte se construyen con el verbo en plural si el relativo hace la función de sujeto, aunque la parte extraída constituya un solo elemento:

Pero eres uno de los de allá; uno de los que nos roban las tierras, el dinero, la comida y nuestros hijos, y lo peor de todo, nuestro derecho de ser humanos (Morales, A., Verdad); […] al pie de la Puerta de la Caballería, una de las que daban acceso a la antigua ciudad (Vargas Llosa, Paraíso); Uno de los que cargaban el camión me dijo algo, y los otros se echaron a reír, pero yo no los miré (Muñoz Molina, Invierno).

No obstante, se atestiguan con cierta frecuencia ejemplos que, aun reproduciendo el patrón presentado en el apartado anterior, muestran concordancia del verbo de la subordinada con el núcleo de la construcción partitiva. Esta opción está menos justificada sintácticamente que la anterior. Aunque aquella se considera preferible, esta otra es también correcta. Se subraya el verbo en singular en los siguientes ejemplos:

Reyes, uno de los que más tiempo tenía de no verlo, casi se suelta a llorar en cuanto lo tuvo frente a él (Esquivel, Deseo); El que nos está husmeando desde que aparecimos por aquí es el Cipriani —dijo uno de los que iba con Felipe Anafre (Caballero Bonald, Pájaros); Vio que se acercaba madre Mary Joan, una de las que había llegado este año, pero que había estado antes en Méjico y entendía las reglas del fútbol (Bryce Echenique, Julius); Alguno de los que se había acercado a saludar, dijo […] (Castro Caycedo, Hueco).

La concordancia en singular aparece asimismo profusamente documentada en la lengua antigua:

Todos corrieron por vella e uno de los que la vido dixo que parescía aquella cabeça a la del Gran Turco (Palmerín); Llámase mi padre Cosdros, fue uno de los que a manos de un cavallero llamado Bramarandos murió, a quien el emperador Trebacio después mató en mortal batalla (Sierra, P., Espejo); Aunque fué uno de los que más riesgo corría, nunca dejó de trabajar lo posible, como buen servidor de su Rey, en concertar los gobernadores, de cuyas pasiones pendía el mal de todos (Fernández Oviedo, Indias).

33.9p Cabe pensar que la concordancia en singular en estos textos, sean antiguos o modernos, se deba al hecho de que el elemento que representa la parte es el foco40.4) de la construcción partitiva, a diferencia de la coda, que tiene valor temático. Puede también influir el hecho de que, por la propia naturaleza de la relación partitiva, dicho elemento comparte todas las propiedades que puedan predicarse del resto de los miembros del conjunto del que se extrae, como se ha explicado. De hecho, las discordancias de número en las codas partitivas de las construcciones superlativas están más ampliamente extendidas (§ 45.13j), ya que, en tal caso, todos los individuos implicados en la relación partitiva comparten el grado extremo que caracteriza a la construcción. Se acepta, pues, la silepsis de número en los ejemplos que siguen como una manifestación de la concordancia ad sensum similar a la analizada en los § 33.8b y ss. Las formas verbales subrayadas en los ejemplos que siguen están en singular, pero pueden alternar con las correspondientes variantes en plural (acomodaron en el primer ejemplo, insistieron en el segundo, etc.), que se consideran preferibles:

Ese gordo negruzco y asqueroso fue uno de los que mejor se acomodó —la interrumpe Lucindita— (Vargas Llosa, Fiesta); Pedro Escabino fue uno de los que más insistió, que le hiciera el favor de medir sus palabras (Vargas Llosa, Casa); Maigret fue también uno de los que más celebró la vuelta de su amigo (Trapiello, Amigos); Tal vez uno de los [=‘países’] que menos me gustó fue Alemania (CREA oral, Perú); Otro fenómeno, aparentemente anecdótico, se ha convertido en uno de los que más pasiones ha levantado y ha sido el que ha dado lugar a mayores polémicas (Mundo [Esp.] 3/3/1996).

En cambio, cuando el elemento extraído del conjunto posee cierta cualidad que se predica en un grado distinto del que corresponde al resto de los componentes de la coda, resulta muy forzado vincular la relativa con el núcleo del grupo nominal superlativo, por lo que la concordancia en singular se rechaza marcadamente: Esta es la novela más interesante de las que {ganaron ~ *ganó} algún premio. Por último, como se explicó en el § 33.6j, está mucho más marcada desde el punto de vista sociolingüístico la concordancia ad sensum en los rasgos de persona. Aunque se registran secuencias como Yo fui uno de los que más insistí (o insistimos), se recomienda la variante insistieron, que concuerda con el relativo. Se retoma esta cuestión en los § 33.10h y ss.

33.9q La presencia o ausencia en el atributo del elemento que expresa la parte tiene como resultado un cambio en el significado de la construcción. Cuando ese elemento se elide, el atributo denota una propiedad característica del sujeto. Por el contrario, cuando todos los componentes de la construcción partitiva aparecen de manera expresa, lo que se atribuye al sujeto es la pertenencia a una clase de individuos identificada en el discurso. Así pues, la diferencia entre Es de los que siempre protestan y Es uno de los que siempre protestan radica en que solo en el segundo caso se alude a un grupo específico de individuos que suelen protestar. La discordancia de número analizada en los apartados anteriores no se da, lógicamente, si tanto el elemento que designa la parte como el que hace referencia al todo aparecen en plural. No obstante, se ha observado que estos casos son problemáticos para identificar el antecedente del relativo. Así, en No me gustan algunos de los que están contigo y que se creen que, gracias a ellos, va a mejorar la calidad de la televisión que vemos los españoles (Gopegui, Real), el plural del verbo están puede verse inducido por cualquiera de los dos elementos que se subrayan.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
concordancia ad sensum, estructura partitiva

 

Nueva gramática de la lengua española
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