Sintaxis

40 Las funciones informativas

40.7 Adverbios de foco (III). El foco de la afirmación. Construcciones con el adverbio sí

40.7a No siempre existe una marca formal en las oraciones que permita saber cuál de sus segmentos se interpreta como foco. En el § 40.7i se introdujo el ejemplo Las angiospermas tienen los carpelos en forma de ovarios y se explicó que todo él puede constituir información nueva, pero también podría ser foco solo una parte, lo que podrá deducirse del discurso precedente. Para introducir una oración como información focal, enfatizar su relevancia o bien oponerla a las informaciones orientadas en sentido contrario, se usan las construcciones de relieve (§ 40.10-12) encabezadas por lo que sucede es que (o lo que pasa es que en la lengua conversacional). Estas construcciones no se emplean en comienzo absoluto, puesto que se apoyan en una información proposicional previa que, o bien reafirman, o bien rebaten:

Lo que pasa es que le tengo miedo (Borges, Brodie); Lo que sucedía era que el gobernador Pallares lo detestaba y quería acabar con él (Mastretta, Vida); Lo que sucede es que tus investigaciones no te dejan tiempo libre (Signes, Darwin).

40.7b Pertenece a este mismo grupo la expresión es que…37.4u). Se antepone en el registro coloquial a oraciones que introducen justificaciones (unas veces aclaraciones y otras excusas o disculpas) relativas a lo que se declara en el discurso precedente:

—Bien, me dijo Margarita que ya se mejoraba; estaba muy deprimido pero dijo que ahora estaba mejor. —Es que ha trabajado mucho, y la separación le ha afectado mucho (Morales, A., Verdad); Sin avisar, Enzo. Lo hizo sin avisar. Es que no podía avisarme (Viñas, Lisandro); Tenía yo los nervios de punta, porque es que Elvirita me gusta más que las tortas de Motril (González Anaya, Oración).

También se usa la expresión es que… antepuesta directamente al grupo verbal, por tanto tras un sujeto (Tú es que eres muy friolenta; Mario es que siempre llega tarde) o tras uno o varios segmentos temáticos: Yo en casa con Luis es que me lo paso de maravilla. Algunos gramáticos analizan las secuencias con es que como resultado de la supresión del segmento representado por la oración relativa libre en las copulativas enfáticas introducidas por el grupo relativo lo que, como en Lo que sucede es que Elsa ha llegado tarde, o Lo que pasó es que Pedro se presentó sin avisar. En tal caso, el segmento focal sería la subordinada sustantiva, esto es, que Elsa ha llegado tarde y que Pedro se presentó sin avisar en los ejemplos anteriores.

40.7c Se observa en el lenguaje de políticos y periodistas el amplio uso de las fórmulas lo que es, lo que representa, lo que constituye o lo que significa como marcas de foco situadas ante casi cualquier segmento posverbal. Así, en lugar de Avanzaremos hacia una mejor distribución de la riqueza, se obtiene Avanzaremos hacia lo que significa una mejor distribución de la riqueza. He aquí algunas muestras de esta pauta:

Destaca la parte más empresarial de lo que significa una oficina de farmacia sobre la puramente profesional (Salud 20/6/1996); […] quienes le escuchen ahora encontrarán un repertorio de lo que representa la world music (Periódico Extremadura 6/5/2004); Esta indicación la considero absolutamente inconciliable con lo que es un gran mercado (CREA oral, Chile).

40.7d El adverbio 30.2h) se usa para contestar afirmativamente las llamadas preguntas de o no o preguntas disyuntivas, como en —¿Vienes? —Sí. También se emplea para asentir a lo que dice el otro interlocutor, como en los dos primeros ejemplos del grupo siguiente, así como para hacer notar que se ha recibido una orden y se está presto a cumplirla, como en el tercero:

—Veo que has entrado en el fondo de la tablilla que te he mandado. —, abuelo (Martínez Salguero, Combate); —Me tinca que no tienes ganas por pura flojera —reclamó. —, tienes razón (Serrano, M., Vida); —[…] Balbicito, vaya con la señorita Patty. —, señor —dijo Diego (Bayly, Días).

También se emplea sí, con un sentido próximo a ‘verdaderamente, ciertamente, en verdad’, para apoyar la afirmación que se acaba de hacer, como en Me acuerdo de él, sí (Vargas Llosa, Conversación), a veces repitiendo el segmento del texto precedente que se desea enfatizar, como en —¿Qué va a saber si anda en las nubes? —Sí, en las nubes —declaró la señora Panchita (Donoso, Delfina).

40.7e Consideran algunos autores que, cuando se usa en las respuestas, se elide una oración o, al menos, un grupo verbal. Desde este punto de vista, la respuesta a la pregunta ¿Ha traído el cartero el paquete? corresponde a Sí Ø (donde Ø=‘Ha traído el cartero el paquete’). No obstante, cuando se usa ante grupos verbales manifiestos, como El cartero sí ha traído el paquete, se expresa un sentido considerablemente distinto, como se verá en los apartados que siguen. De hecho, muchas lenguas poseen voces distintas para estos dos usos de : adverbio de afirmación en un caso y adverbio de foco en otro.

40.7f El adverbio de foco incide de manera característica sobre grupos verbales en los que alterna con sí que, como en Eso sí te gustaría ~ Eso sí que te gustaría. No lo hace sobre oraciones (*Sí Clara tuvo suerte ~ Clara sí tuvo suerte), pero en ciertos casos puede preceder a otros grupos sintácticos, como se verá más adelante. Los grupos verbales a los que se hace referencia se construyen con verbos en forma personal, lo que da lugar a contrastes como Luis sí prometió regresar ~ *Luis prometió sí regresar. El foco del adverbio es el grupo verbal al que precede, y puede ser informativo o contrastivo. La primera interpretación es mucho menos común que la segunda, y resulta arcaica para muchos hablantes. En efecto, cuando el foco de es informativo, no se contradice ni se rechaza una información previa. Así, en el siguiente texto de Cervantes no se hace referencia a un posible discurso previo en que se niegue que se llevarán ciertas alforjas: Sobre todo, le encargó que llevase alforjas. Él dijo que llevaría y que ansimesmo pensaba llevar un asno que tenía muy bueno (Cervantes, Quijote I). Sí llevaría se puede parafrasear aquí con un adverbio de énfasis: ‘Desde luego que (las): llevaría’.

40.7g La segunda interpretación de (o sí que) es, por el contrario, refutativa. Corresponde a las oraciones en las que se opone el grupo verbal a otro paralelo que se ha negado supuestamente en el discurso previo. También podría deducirse de él que contiene información opuesta a la que sigue al adverbio :

Ahora sí que lloraba de veras doña Manuela (Blasco Ibáñez, Arroz); A Tomatis se lo imagina bien (Saer, Glosa); Sobre ese tema se explayaban sin eufemismos (Mujica Lainez, Bomarzo); El hecho de que los [=‘los plazos’] hubiera cambiado tres días después de la muerte de Diana es algo que […] (García Márquez, Noticia); Del llanto sí que me acuerdo (Mahieu, Gallina).

40.7h El segmento que precede a suele ser el que aporta la información contrastiva que se requiere: ahora en el primer ejemplo; a Tomatis en el segundo; sobre ese tema en el tercero, etc. Así, en el primer texto de este grupo se contradice o se desmiente la información según la cual doña Manuela no lloraba antes, o su llanto era fingido. Se obtienen inferencias similares si el segmento que precede a no es temático. Así, en Luis sí que llamó, la información refutada se reconstruye directamente negando el predicado al que precede (por tanto ‘Luis no llamó’). Es importante resaltar que la información refutada no ha de ser expresada literalmente en el texto previo. Este poseerá mayor o menor coherencia en función de que tales informaciones negativas se deduzcan de él. Aun así, sería posible comenzar un texto con una oración construida con « + grupo verbal», de modo que la información negativa que no se expresa hubiera de ser inferida por el lector.

40.7i Se usan también y sí que en las oraciones exclamativas como expresiones cuantificativas a distancia, similares a vaya, bien y otras similares que se analizan en los § 42.15k-m, como en Sí que tienes valor (en el sentido de ‘Tienes mucho valor’). Esta misma oración admite el uso de como adverbio de foco, puesto que podría usarse para refutar la afirmación Tú no tienes valor, atribuida a otro interlocutor.

40.7j En una variante del uso contrastivo, se usa tras la conjunción adversativa pero. Alterna entonces con en cambio o a cambio. La información que se rechaza aparece manifiesta en el primer miembro de la coordinación, de manera que enfatiza el segundo miembro. Se introduce en él lo que sustituye al primero, a la vez que se presenta como compensación o contrapartida suya (§ 31.10q y ss.):

Por ahora no mencionaré sus nombres; pero daré algunos indicios acerca de los libros y sus autores (Monterroso, Literatura); En este presente no nos extrañan, pero nos vuelven a conmocionar, los cambios a los que son sometidos los pueblos que intentan estar acordes con el desarrollo social, científico y técnico de la humanidad (Trama 3/10/2002); Esta fiesta no tiene una fecha fija de celebración, pero podemos afirmar que se practica en el período comprendido entre la segunda quincena de diciembre y la primera de enero (Domínguez, Fiestas).

A pesar de que el uso de en el segundo miembro de una coordinación adversativa alterna con en cambio, esta última locución adverbial es compatible con otros adverbios negativos (pero, en cambio, nunca está satisfecho), a diferencia de (*pero sí nunca está satisfecho).

40.7k Se explica en los § 42.3t y ss. que el adverbio no es compatible con los enunciados imperativos (No vengas), aunque no lo sea con el modo imperativo (*No ven). El adverbio no es compatible con ninguno de los dos (*Sí ven ~ *Sí vengas), pero acepta en cambio verbos realizativos (§ 42.2h y ss.) sin que estos pierdan su valor ilocutivo. Este uso, igualmente contrastivo, es característico de las construcciones adversativas a las que se acaba de hacer referencia: —Pues bien, Martín, yo no te ordenaría nunca que mataras, pero sí te ruego hoy que me pongas al tanto de la suerte de Cecilia (Barragán, Hija). Asimismo es compatible, al igual que su contrapartida no, con las oraciones interrogativas, como en ¿A quién sí le gusta el helado de caramelo? Usado como adverbio de foco, es también apropiado para responder preguntas retóricas, o presentadas como tales, como en —¿Acaso no estás contenta? —Sí estoy contenta, pero no lo es para contestar a preguntas parciales: —¿A qué hora llega el tren? —Llega (y no *sí llega) a las cuatro. Como es un adverbio de foco, es esperable que sea incompatible con otros: Sí llamó una vez ~ Solo llamó una vez ~ *Sí solo llamó una vez.

40.7l El adverbio no precede a los adverbios no o nunca, como se ve en el § 48.1p, pero tampoco a los indefinidos nada o nadie. En el § 48.3 se explica que los indefinidos negativos preverbales envuelven el significado del adverbio no, con el que eran compatibles en la lengua antigua y lo son todavía en algunas variedades del español actual. Es esperable, en consecuencia, que las oraciones así formadas rechacen el adverbio , como en *Ninguna persona sí aceptó el encargo. Por el contrario, es común en la lengua conversacional la construcción sí que no ante un grupo verbal, como en Eso sí que no me lo esperaba o en los textos siguientes:

Vos sí que no tenés vicios (Andahazi, Errante); Disculpe, pero ahora sí que no lo entiendo (Casona, Árboles); Mire, desde allá me está saludando el profesor Viveros. Él sí que no tiene modales. No le voy a contestar (Donoso, Elefantes); Tú sí que no entiendes nada (Martín Gaite, Visillos).

Así, en Vos sí que no tenés vicios se contrasta el no tener vicios una persona con el que otra los tenga. El hecho de que no se admita ningún segmento entre que y no (*Sí que vos no tenés vicios; *Sí que eso no me lo esperaba) hace pensar que sí que no constituye una locución adverbial negativa que precede a un grupo verbal. No alterna tampoco no en sí que no con nadie, nunca u otros indefinidos en estas construcciones (*Sí que nunca tienes hambre). Admite paráfrasis aproximadas con no … en absoluto (como en ‘Eso no me lo esperaba en absoluto’), pero agrega la inferencia relativa a cierto estado de cosas contrario al que se presenta: ‘Podría esperarme otra cosa, pero esto no me lo esperaba’; ‘Por oposición a x, vos no tenés vicios’, etc.

40.7m No suele omitirse el sujeto ante los grupos verbales introducidos por sí que no. Resultaría extraño encabezar un discurso con la expresión Sí que no tenés vicios, es decir, omitiendo el pronombre vos que está presente en el texto de Andahazi reproducido en el apartado precedente. Puede relacionarse esta restricción con el hecho de que los sujetos de estas oraciones se asimilen a los tópicos contrastivos. Recuérdese (§ 40.3u) que los tópicos contrastivos no se eliden. Por otra parte, el segmento contrastivo que precede a sí que no puede ser distinto del sujeto, como en Este mes de agosto sí que no va a llover, donde tampoco se suprimiría el segmento que se subraya. Se explicó en los § 40.2h y ss. que el foco del adverbio no rechaza generalmente la anteposición, lo que da lugar a contrastes como Eso [tópico], no lo digo yo ~ Eso [foco] digo yo ~ *Eso [foco] no digo yo. El foco del adverbio puede, en cambio anteponerse: Me di cuenta de que algo sí que sabía José Joaquín García Vela de los males del corazón (Mendicutti, Palomo).

40.7n Se usa el adverbio en el segundo miembro de las oraciones yuxtapuestas y, sobre todo, coordinadas, para introducir el grupo sintáctico que sustituye al foco de la negación en el primer miembro de una estructura bimembre. La construcción yuxtapuesta se ilustra en estos textos:

Reían felices hasta que Ladillo llamó a silencio: no era un bramido, un rugido (Guido, Invitación); El orgullo no siempre nos pertenece, la dignidad. Cobra le extendió un pitillo. (Souza, Mentira).

La coordinación con y o con aunque corresponde a estos otros:

No es que antes fuera flojo, sino que antes no vivía en función del tiempo que corre y ahora (Elizondo, R., Setenta); El pobre no había logrado hacerme bien alguno, y sí mucho daño (Bryce Echenique, Martín Romaña); Los narcos y los policías son iguales pero no siempre, aunque a veces . ¿Me comprende? (Pérez-Reverte, Reina); No usa peinetas, aunque sí unas horquillas plateadas, nada usuales (Fuentes, Constancia).

La variante con pero es la más frecuente en los textos:

Quizá no sea un motivo pero sí un salvoconducto (Cortázar, Rayuela); Lucrecia no tenía hermanas en el libro, pero sí una amiga fraterna que cantaba en un bar de Coyoacán (Aguilar Camín, Error); No tengo apego por las cosas, ni siquiera por los libros o los discos, pero sí por los lugares en los que he conocido la misteriosa exaltación de lo mejor de mí mismo (Muñoz Molina, Sefarad); No siente dolor pero sí el recorrido de su sangre (Guido, Incendio).

Así, en el último ejemplo el grupo nominal el recorrido de su sangre sustituye al foco del adverbio no (es decir, dolor), lo que da lugar a la interpretación ‘Siente el recorrido de su sangre’. Recuérdese el § 40.7j.

40.7ñ Algunos gramáticos entienden que las oraciones del tipo de las citadas en el apartado precedente incorporan elisión de verbo o del grupo verbal, como en … pero sí Ø el recorrido de su sangre (donde Ø=‘siente’). Otros, por el contrario, consideran (parece que con mayores argumentos) que la elipsis del verbo es innecesaria en estos casos, al igual que lo es en la negación contrastiva contigua al foco (§ 40.5a). Cabe, pues, pensar que es preferible limitar la elipsis verbal a los casos en los que el adverbio afirmativo ocupa la posición final, como en Si le cae en la piel no es dolorosa de momento, pero después (Lesur, Barniz), donde se elide es dolorosa. La diferencia entre No X, sino Y y No X, pero sí Y, se estudia en los § 31.10q, r.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
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