Sintaxis

22. Relativos, interrogativos y exclamativos. Sus grupos sintácticos

22.15 Interrogativos y exclamativos (III). Dónde, adónde y cuándo

22.15a Como se explicó en los § 22.1 y 22.2, los adverbios interrogativos poseen varias propiedades análogas a las de los relativos. Destaca entre ellas el hecho de que se agrupan en función de las mismas nociones semánticas. Suelen tener relativos átonos equivalentes: cómo ~ como; dónde ~ donde; cuándo ~ cuando, etc.; unos y otros pueden aparecer en oraciones de infinitivo (No sé dónde ir ~ un lugar donde ir), pero solo los interrogativos admiten modificadores, como se vio en los § 22.2i-n: dónde más, cómo diablos, cuándo en la vida, como en ¿Cuándo en la vida me vi así? (Vázquez, Á., Juanita Narboni). Posee un claro valor expresivo el adjetivo bueno, que modifica ocasionalmente a algunos de estos adverbios interrogativos en el español popular de muchos países, como en —¿De dónde bueno, paisano? —De casa, Rosalita (Carrasquilla, Marquesa), al igual que lo hace o lo hacía en la lengua antigua con los adverbios relativos: Dezid al justo quando bueno, que fruto de sus obras comeran (Biblia Ferrara). Recuérdese sobre esta cuestión el § 22.2i.

22.15b El adverbio interrogativo-exclamativo dónde significa ‘en qué lugar’, como en ¿Dónde estás? Al igual que su equivalente relativo, puede ser término de ciertas preposiciones. Estas combinaciones afectan a la interpretación semántica de dónde, que significa ‘qué lugar’ o ‘qué lugares’ en ¿Por dónde pasa el tren? o en ¿Desde dónde me llamas? Son similares a los relativos ya desaparecidos (§ 22.8a, b) los adverbios interrogativos antiguos (‘dónde’), adó (‘adónde’), dólo (‘dónde’) y adólo (‘adónde’). Los dos últimos se forman con el pronombre enclítico lo, expletivo en estos contextos:

¿De nos viene la esperança larga? (Cascales, Tablas); ¿[…] adó los comeres, adó los manjares, / adó la franqueza, adó el espender, / adó los risos, adó el plazer, / adó menestriles, adó los juglares? (Sánchez Calavera, Poesías); ¿Dólo mi morico, adólo? / ¿dólo mi moro? (Orellana, Endechas).

Estos adverbios se registran en la lengua medieval y solo de manera esporádica en la clásica. Mayor vitalidad poseía el adverbio interrogativo ónde, que se documenta en textos posteriores, muchos de los cuales reproducen el habla popular:

¡Ay, muerte, ónde tardas do serías tanto menester! (Rodríguez Montalvo, Amadís); Y estando mirando Recindos por ónde iría, vido salir de una cámara el gran cavallero (Primaleón); ¿Ónde vamos a ir a parar? (Buenaventura, Diestra).

22.15c Las preposiciones que se anteponen a dónde, formando con este adverbio un grupo interrogativo preposicional (§ 22.1j), son a, de, desde, hacia, hasta, para, por y, en ciertos casos, también en, como se verá en los apartados siguientes. La preposición a y el adverbio dónde dan lugar a las formas adónde y a dónde, ambas correctas. El adverbio adónde se usa sobre todo con verbos de movimiento, como en ¿Adónde nos quiere llevar el viejo? (Fuentes, Laura Díaz). En la lengua antigua se empleaba asimismo con otro tipo de verbos, sin excluir los de estado:

¿Adónde tienes el lienzo? (Lope Vega, Perro); ¿Adónde, hija, estará / más secreta que en mi pecho? (Castro, Amor); ¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido? (San Juan de la Cruz, Cántico).

Las formas adónde y a dónde también se registran ocasionalmente en el español actual con verbos de estado. No obstante, se recomienda evitar esta construcción. Es regular el uso de adónde con verbos que no son de movimiento pero tienen argumentos de destino. Así, para sustituir la expresión subrayada en Me indicó que lo mejor sería que te llamara a California (País [Esp.] 21/5/1997) podría usarse adónde, lo que no implica que llamar sea un verbo de movimiento. Se ilustra este uso en ¿Crees que, si supiera cómo, no lo habría llamado? Pero ¿adónde? (Gala, Durmientes).

22.15d Se recomienda evitar las combinaciones redundantes en las que el adverbio adónde aparece precedido de otra preposición que indique dirección o destino. Se consideran incorrectas, por tanto, oraciones como ¿Hacia adónde nos dirigimos?, en lugar de ¿Hacia dónde nos dirigimos? Construcciones como la primera son poco frecuentes en los textos contemporáneos, pero se atestiguan en los dos últimos siglos: ¿[…] no has sabido de dónde venía, quién era o hacia adónde encaminaba sus pasos? (Castro, R., Flavio). Tanto en el caso de dónde como en el de adónde, es importante no confundir las estructuras en las que estos adverbios funcionan como término de preposición de aquellas otras en las que el término de la preposición es una interrogativa indirecta, como en Yo no me he enterado de adónde vas ni de dónde te marchas (Fernán Gómez, Viaje). Véase también sobre este punto el § 29.5c.

22.15e El hecho de que la preposición a esté integrada léxicamente en los adverbios locativos que expresan dirección o destino (como en Voy allí) explica en parte el que se considere optativa la alternancia dónde ~ adónde en esos mismos contextos. Son, pues, igualmente correctas ¿Dónde vas? y ¿Adónde vas?; ¿Dónde nos lleva todo esto? y ¿Adónde nos lleva todo esto?; ¿Dónde tengo que enviar la carta? y ¿Adónde tengo que enviar la carta? No obstante, la preposición a es más frecuente en algunos casos, en especial con los verbos conducir, encaminarse, abocar y otros similares, que introducen estos mismos complementos: —¿Y adónde conduce eso? —preguntó Ángela (Argullol, Razón).

22.15f No se percibe en los adverbios interrogativos y relativos de lugar la redundancia que se manifiesta en los demostrativos. Se considera incorrecta la secuencia en allí (como se explica en el § 17.8l), pero se admite en donde22.8o), y también en dónde, en pares como ¿Dónde trabaja? ~ ¿En dónde trabaja? Se observa la presencia de la preposición en ¿En dónde mora el enigma? (Bain, Dolor), y su ausencia —con el mismo verbo— en […] sin determinar dónde deben residir los enajenados, dónde mora la insania y dónde no (Otero, L., Temporada). La segunda opción es la más frecuente en los textos.

22.15g Al igual que sucede con el adverbio relativo donde22.8a), el interrogativo dóndede + ónde») equivalía en la lengua antigua a la combinación de dónde, antes de pasar a tener el sentido de ubicación que hoy tiene:

Retractemos la nasçençia de la palabra, esto es, dónde viene (Etimologías romanceadas); Y si consideráys la fin d’aquélla y dónde procede su nacimiento […] (Traducción Tirante); […] antes que se averigüe dónde salió la causa y principio de tal tumulto o rumor (Isaba, Mi licia).

Las demás combinaciones de «preposición + dónde» que forman grupo preposicional son análogas a las que se obtienen con los adverbios demostrativos de lugar (§ 17.8). Se dice, pues, ¿Por dónde van? y también Van por allá; ¿Hasta dónde quieres que lleguemos? y del mismo modo Quiero que lleguemos hasta allí.

22.15h Los adverbios dónde y adónde se usan en muchas fórmulas con las que se construyen interrogativas retóricas y varios tipos de exclamativas. Así, con la locución dónde va a parar se suele enfatizar en el coloquio la diferencia que existe entre dos estimaciones, como en A la Amanda Ordóñez le gusta más Enriqueta Palmeño, ¡dónde va a parar! (Cela, San Camilo). Se distingue, por tanto, de ¡Dónde (o adónde) vamos a parar! (también … a llegar), que se utiliza como fórmula enfática de contrariedad aplicable a muchos más contextos: ¡Hombre, que había señoras, a dónde vamos a llegar! (Zamora Vicente, Traque). En contextos similares se usa dónde se ha visto: No pueden sacar ahogados por unos níkeles, como si vendieran sus cuerpos. ¡Dónde se ha visto! (Roa Bastos, Contravida).

22.15i Son más las fórmulas lexicalizadas o semilexicalizadas formadas con el adverbio interrogativo dónde. Con la oración interrogativa ¿De dónde sacas que yo estoy enfadado contigo? (Martín Gaite, Fragmentos) no se formula propiamente una pregunta, sino que se niega de modo enfático el contenido expresado por el complemento directo oracional (es decir, ‘Yo estoy enfadado contigo’) y se resalta lo injustificado de tal deducción. En Quieto ahí, dónde vas tú (Vargas Llosa, Conversación), no se pregunta a cierta persona dónde va, ni tampoco se muestra asombro por el hecho de que el interpelado se dirija a cierto lugar, sino que se afirma de manera indirecta que no irá a ningún sitio. Estas expresiones se usan también con sentido figurado. En los siguientes ejemplos se emplea el adverbio dónde con el verbo ir en contextos en los que no se alude a movimiento alguno:

Estuvo impertinente, como al parecer es su costumbre, criticando la profesión que yo había elegido o hacia la que me había deslizado. ‘¿A dónde vas con eso?’, me dijo con un rictus de superioridad en sus labios pulposos y húmedos (Marías, J., Corazón); Ya, papá, ya sé por dónde vas, ya te entiendo (Fernán Gómez, Viaje); —Entiendo hacia dónde vas —se oyó entonces la voz contenida de Max (Contreras, G., Nadador).

22.15j El adverbio interrogativo-exclamativo cuándo es análogo en muchos aspectos a su equivalente relativo cuando. Existen, no obstante, algunas diferencias entre ellos. Entre esas asimetrías destaca especialmente el hecho de que cuándo se pueda construir con futuro (¿Cuándo llegará?), mientras que el relativo rechaza este tiempo verbal en la lengua actual (*cuando llegará), con las excepciones que se mencionan en los § 23.14v, w, no así en la antigua, tal como se explica en el § 23.14v. La incompatibilidad entre cuando y el pretérito perfecto compuesto que se produce con ciertos verbos en función de su aspecto léxico o modo de acción (como en *cuando ha muerto) se analiza en el § 24.5d. Esta incompatibilidad no se extiende al interrogativo cuándo en determinadas variedades del español europeo (¿Cuándo ha muerto?), como allí mismo se explica.

22.15k Cuándo puede formar un grupo interrogativo preposicional con las preposiciones de, desde, hasta y para, como en estos ejemplos:

Disculpe, hermano. ¿De cuándo data esta construcción? (Martínez Salguero, Combate); ¿Desde cuándo eres aprista? (Vargas Llosa, Conversación); ¿Desde cuándo lo sabes? (Barrera, Enfermedad); ¿Y hasta cuándo quedará en la hacienda el patrón? (Arguedas, Raza); Para cuándo, preguntaba ella, para cuándo (Galeano, Bocas).

Hoy resulta infrecuente el grupo preposicional a cuándo, cuya aparición solía limitarse a las oraciones formadas con aguardar y esperar:

Ven presto, mi pastor, ¿a quándo aguardas? (Montemayor, Cancionero); ¿Pues a cuándo espera, santo varón? (Galdós, San Pedro).

Como se recordó en el § 22.15d, no se construye el grupo preposicional «preposición + cuándo» en los casos en los que el término de la preposición es una interrogativa indirecta, como en Me refiero a cuándo empezamos el libro (Cercas, Soldados) o en Ahora las apuestas se cruzan sobre cuándo ingresará en prisión (Mundo [Esp.] 21/12/1994).

22.15l El uso distributivo de quién22.13d) y cuál22.14i) se extiende a cuándo, si bien la construcción es ya infrecuente en la lengua actual. Así pues, cuándo… cuándo… se utiliza en estos contextos con el sentido de ‘unas veces… otras…’:

Ningún amigo que tengáis os querrá bien si no le dais, cuándo la camisa, cuándo la capa, cuándo la gorra, cuándo los huevos frescos (Delicado, Lozana); Sobresalía entre los sobresalientes, cuándo con la pluma, cuándo con la espada, cuándo con el éxito feliz en las empresas que daban por resultado grandes obras (Montalvo, Tratados); Pero a la paz de los Alzates no le faltaban gestos, cuándo de mofa, cuándo de furor (Carrasquilla, Frutos).

22.15m Con el adverbio interrogativo cuándo se forman varias locuciones, como no tener para cuándo, que significa ‘no estar preparado’ o ‘faltar mucho tiempo para algo’. Se emplea más frecuentemente en México, Chile y parte de Centroamérica:

La única manera de liberarse realmente de ella sería con la muerte y Mamá Elena aún no tenía para cuándo (Esquivel, Agua); Es cierto que Vardomiano, cuando supo que se les venía encima Macedonio Gálvez y vio que nosotros no teníamos para cuándo, decidió pasarse del lado de los federales (Ibargüengoitia, Relámpagos).

En estos ejemplos se sobrentienden infinitivos (morirse en el primero y decidirnos en el segundo). Cuando se usa con infinitivo expreso, la construcción adquiere a menudo un sentido próximo a «no ir a + infinitivo»:

Vio que el criadero de roedores no tenía para cuándo concretarse y decidió que era mejor precipitar las cosas (Allende, Casa); […] tratar de olvidar los años que pasó en la ciudad con la mirada opresiva de la madre quien le machacaba lo del tiempo ido y que Alcira no tenía para cuándo casarse (Ramírez Heredia, Rayo).

22.15n Se usan los pronombres y los adverbios interrogativos en preguntas retóricas negativas que responden a afirmaciones que se tienen por evidentes (§ 42.12), como en —Me gusta viajar. —¿Y a quién no?; —Son cosas que suceden en mi pueblo. —¿Y dónde no?; —Ayer se mostró muy charlatán. —¿Y cuándo no? Algunas de estas abreviaciones se han fosilizado y adquirido significados diferentes. Así, se utiliza cuándo no para expresar que algo tiene lugar inexorablemente o que no se puede evitar alguna situación:

Un anabolizante sintético producido […] con el propósito desmedido (¿cuándo no?) de ganar a cualquier precio (Trabajadores 19/12/2003); “Voy yo bonita, bien vestida y arreglada y nadie me hace el favor”. “Ay, a mí sí”. Yo digo “¿Cuándo no?” (CREA oral, Venezuela).

22.15ñ Con las locuciones de cuándo acá y de dónde acá se construyen asimismo interrogativas retóricas. En el primero de los dos textos que siguen se niega vehementemente que una persona sea juez de otra; en el segundo se expresa sorpresa ante cierta situación inesperada:

¿Y de cuándo acá eres mi juez? (Aguilera, N., Caricia); “De dónde acá los policías verdes se inmiscuyen en el tráfico”, pensó en voz alta mientras entre molesto y asustado orillaba su carro contra el sardinel (Tiempo [Col.] 21/1/1997).

Es algo menos frecuente la variante de cuándo: ¿De cuándo el prójimo se ocupó de ti? (Velázquez, Á., Juanita Narboni).

22.15o En Panamá, las Antillas y otras zonas del área caribeña se usa de cuándo a dónde, como en ¿De cuándo a dónde tienes autoridad sobre mí?, o en el texto siguiente: ¿Vendría a bañarse? ¿Y eso de cuándo a dónde? ¡Era tan tímido! (Sinán, Orilla). Con desde cuándo se forman asimismo preguntas retóricas en las que no se solicita que se proporcione el instante inicial de una situación en curso, sino que se rechaza enfáticamente que tenga lugar: Pero ¿desde cuándo me importan a mí estas cuestiones de honor? (Mendoza, Ciudad). Sobre otros aspectos del adverbio cuándo pueden verse los § 30.2l y ss., 30.6a,b y 42.9g.

 

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