Morfología

5. La derivación nominal (I). Nombres de acción y efecto

5.5 Los sufijos -(a)je, -dura y sus variantes

5.5a Es polémica la naturaleza del segmento -(a)je en los derivados verbales. Entienden unos morfólogos que voces como patinaje o abordaje deben segmentarse en la forma patin-a-je, abord-a-je, donde la -a- representa la vocal temática de la primera conjugación. Otros consideran que la segmentación correcta es patin-aje, abord-aje. Existe acuerdo, en cambio, en que la segunda opción es la que corresponde a ram-aje o corre-aje, ya que, al relacionarse estas voces con los sustantivos rama y correa, en lugar de con verbos, no pueden proponerse segmentaciones que contengan una vocal temática. La polémica surge porque en otros derivados de verbos se separa la vocal temática del sufijo (acerc-a-miento, hend-i-dura, tem-i-ble), pero, en el caso de -(a)je, todos los derivados verbales proceden de verbos de la primera conjugación. El que la terminación latina sea -atĭcus (fr. -age) ha influido asimismo en que sea hoy mayoritaria la segmentación abord-aje, aunque presente el problema de no aislar la vocal temática y no distinguir en la segmentación los derivados de base verbal, como este, de los de base nominal (correaje). Estos últimos se estudian en el § 6.13d.

5.5b El nutrido contingente de voces de origen francés, occitano o catalán que penetraron en el castellano desde los inicios del Medievo facilitó que el sufijo -(a)je se independizara y formara nuevos sustantivos deverbales. Se extendió entre los verbos terminados en -ar (abordaje, blindaje), sin excluir las formaciones en -ear (arqueaje, braceaje) o en -izar (alunizaje, amerizaje). Un considerable número de vocablos de creación relativamente reciente presentan hoy este sufijo. Están entre ellos camuflaje, fichaje, patrullaje o reportaje. Entre los numerosos préstamos de otras lenguas, sobre todo del francés, cabe mencionar almacenaje, doblaje, drenaje o rodaje.

5.5c Todos los derivados en -(a)je reconocibles en el análisis sincrónico proceden de verbos de la primera conjugación. Las alteraciones morfofonológicas en estos derivados son escasas y suelen justificarse porque la formación entra en español como préstamo de otro idioma. De espiar se deriva en la morfología sincrónica espionaje (no *espiaje). La irregularidad obedece a que el sustantivo procede del francés espionnage, derivado regular de espion (‘espía’). Se ha perdido en la conciencia lingüística de los hablantes el vínculo etimológico de peaje (fr. péage; cat. peatge) con pie (latín vulgar *pedatĭcum ‘derecho de transitar o pasar a pie’), y se ha creado para algunos una asociación semántica con pagar que no posee apoyo etimológico. En el español rioplatense, se usa beberaje (posible cruce del tradicional brebaje y el inglés beverage) en el sentido de ‘acción de consumir bebidas alcohólicas en gran cantidad’: Una bizarra sesión de beberaje que tenía como eje una partida de truco que duró hasta altas horas de la madrugada (País [Ur.] 11/6/2001). El hecho de que se trate de un préstamo quita fuerza a la posibilidad de que este sea el único derivado en -(a)je asociado con un verbo de la segunda conjugación. El sustantivo salvataje (‘salvamento’), usado en las áreas andina, rioplatense y chilena, es derivado regular de salvatar (‘salvar, rescatar’): Un equipo de salvataje, conformado por varios bomberos de esta capital, buscaron sin resultados durante la jornada (Tiempos 25/3/1997). Se asocia sabotaje con sabotear y (solo en la conciencia de algunos hablantes) cabotaje con cabotar o cabotear. Tiene base verbal engranaje (de engranar ‘trabar’), pero es voz opaca para muchos. Es asimismo minoritaria la vinculación entre oleaje y olear (‘hacer olas’), por lo que en el análisis sincrónico ese nombre se suele asociar con ola. Sobre este punto, véanse también los § 6.13d, e.

5.5d Muchos derivados en -(a)je se ajustan a la pauta ‘acción y efecto de V’, si bien el segundo de estos dos significados es a veces difícil de establecer por las razones que se explicaron anteriormente (§ 5.1l y ss.). A esa serie pertenecen los siguientes sustantivos en alguna de sus acepciones:

abordaje, almacenaje, anclaje, arbitraje, arribaje, aterrizaje (también aterraje), amarizaje, amerizaje, amaraje, alunizaje, camuflaje (de camuflar), desgaje, doblaje, drenaje, embalaje, encaje, ensamblaje, espionaje (con la irregularidad morfofonológica a la que se aludió en el apartado anterior), etiquetaje, fichaje, filtraje, lanchaje, maquillaje, marcaje, mareaje, patinaje, patrullaje, peregrinaje, peritaje, pesaje, pilotaje, rastrillaje, reciclaje, reglaje, rodaje, talaje, tatuaje, trucaje, tutelaje, vareaje, viraje.

5.5e Varios de los nombres mencionados desarrollan acepciones particulares. Se usa marcaje en el ámbito deportivo (placaje es característico del rugby), pero también en el sentido de ‘seguir de cerca a alguien’. Talaje designa en Chile la acción de pacer los ganados la hierba en los campos (de talar ‘cortar árboles por su base’). Rastrillaje (que alterna con rastreo) se deriva de rastrillar, que en gran parte de América significa ‘batir o rastrear un área en busca de algo o alguien’, además de ‘limpiar con rastrillo’. En el Río de la Plata alternan lavaje y lavado, pero se prefiere el primero cuando se habla de órganos internos del cuerpo, como en lavaje de intestino o lavaje de estómago: Ese lavaje de estómago fue espantoso (Gené, Ulf).

5.5f La interpretación de resultado se obtiene más claramente en tatuaje, doblaje, blindaje, montaje, encaje, arbitraje, fichaje, el antiguo obraje (‘obra’) o el actual helaje (de helar), usado en Colombia: En medio del helaje y la oscuridad de las 7 de la ‘madrugada’, los árboles se doblan y se enderezan (Tiempo [Col.] 10/4/1997). Puede obtenerse también en aprendizaje (como en Mi aprendizaje fue nulo). En muchos países americanos es habitual, y se prefiere, hablar del tiraje de un libro (es decir, del número de ejemplares tirados o impresos, efecto de tirar), mientras que, en otras partes de América y en España se prefiere tirada, o bien alternan ambas formas. Unos pocos derivados en -(a)je hacen referencia (al menos en alguno de sus sentidos) a la tarifa o la cantidad estipulada por algún servicio: almacenaje, hospedaje y otros que se mencionan en el § 6.13c.

5.5g El sufijo latino -tūra pervive en español bajo la variante patrimonial -dura, como en picar > picadura. Los alomorfos -tura (probatura) y -sura (visura, poco usado) constituyen la herencia directa de -ūra, que se adjuntaba en latín a la raíz del participio de perfecto pasivo. Aunque ambas se reconozcan en algunos derivados, es discutible que puedan considerarse segmentos morfológicos en el español de hoy, como se explicará enseguida. Los derivados de esta índole que logran pervivir en español suelen filtrarse por vía culta (es decir, como latinismos). En cambio, los verbos de su base suelen plegarse al cumplimiento de las leyes fonéticas, por lo que con el tiempo se diluye la relación formal (y en ocasiones también la semántica) que se percibía entre ambos. Así pues, en el análisis sincrónico no se puede postular una relación derivativa entre querer y cuestura. Del mismo modo, la primera acepción de factura que propone el DRAE (‘acción y efecto de hacer’, como en la expresión de factura impecable) indica que en el español contemporáneo todavía se establece una relación entre el verbo base (originalmente, el latino facĕre) y el sustantivo deverbal, que muestran la alternancia entre la forma popular y la forma culta en la raíz. No es posible, en cambio, asignar estructura morfológica a otros derivados, como al italianismo partitura.

5.5h El sufijo -dura forma nombres de acción sobre bases verbales de las tres conjugaciones: pod-a-dura, torc-e-dura, invest-i-dura. He aquí algunos derivados de cada una (como en otros casos, no todos empleados del mismo modo en todas las áreas hispanohablantes):

Derivados de verbos en -ar: andadura, atadura, botadura, cepilladura, desembocadura, grabadura, mojadura, quemadura, ralladura, rapadura, rascadura, rociadura, tomadura, untadura, voladura.

Derivados de verbos en -er: escocedura, lamedura, metedura, moledura, raedura, retorcedura, tejedura, torcedura.

Derivados de verbos en -ir: añadidura, ceñidura, cernidura, freidura, investidura, podredura.

5.5i Se comprueba en el esquema del apartado anterior que permanece en estos derivados la vocal temática de los infinitivos, incluida la -e- de la segunda conjugación que, como se recordará, pasa a -i- en los derivados de -ción y -miento: están documentados hendedura y hendidura, así como los verbos hender y hendir. En cambio, presenta una vocal temática irregular podredura, puesto que se registran podrir y pudrir, pero no *podrer. Algunos sustantivos en -dura poseen base participial, como cosidura (de cosido, junto a cosedura, con tema de infinitivo) o tosidura (‘acción y efecto de toser’). El citado hendidura puede asociarse con el participio hendido, que corresponde a hender y a hendir. Igualmente, junto a la forma más usada mordedura, también se documenta mordidura en textos recientes, acaso por analogía con mordida: Se mascan y se ponen debajo de los sobacos y un emplasto de los mismos en la mordidura (Buitrago, J., Pescadores).

5.5j Los derivados participiales fuerzan a reconocer en el análisis sincrónico una variante -ura que no está relacionada con el sufijo que forma nombres de cualidad (blanco > blancura, § 6.2ñ y ss.). Esta opción tiene la ventaja de que permite identificar fácilmente los derivados de participios irregulares, como en fritura (< frito), rotura (< roto, junto al cultismo ruptura, véase el § 5.5n) o incluso el antiguo voltura (‘vuelta’): Yo fui deyusmetido e abaxado de aquel monte por la tergiversaçión e voltura de la instable rueda de la ventura (Mena, Comentario). Por otra parte, se suele reconocer el sufijo -ura como formador de derivados deverbales en voces como sepult-ura, unt-ura, aunque se conozca su origen latino (lat. sepultūra, unctūra).

5.5k Es discutible que -tura pueda considerarse un sufijo en el español de hoy, no solo porque todos los derivados verbales a los que da lugar son cultismos, sino especialmente porque en casi todos en los que se reconoce la relación con la base verbal puede suponerse que la -t- es parte de esta, como en escritura (< escrito); contractura (< contracto); tintura (< tinto). También cabe pensar en una base participial en abertura (lat. apertūra), e incluso en la variante culta apertura, idéntica al étimo latino, pero con alternancia de bilabiales en el análisis sincrónico. La relación entre leer y lectura puede establecerse si se postula lect- como variante supletiva de la base de leer, y también de lección. Esta base está presente en lectivo, lector, lectura y otros derivados. Una alternancia similar se hace necesaria en los radicales hac- ~ fact- para la derivación hacer > factura, mencionada en el § 5.5g (al lado del patrimonial hechura), así como para la de factible, fáctico y otras formaciones. Los casos restantes en que aparece -tura en derivados deverbales afectan a procesos como hilar > hilatura (‘arte de hilar’); cuadrar > cuadratura; apoyar > apoyatura; probar > probatura; abreviar > abreviatura. Una opción es limitar a estas formaciones el sufijo -tura; la otra —probablemente preferible— es considerar (siempre en el análisis sincrónico) que estas voces son derivados de bases participiales sujetas a la alternancia /t/ ~ /d/, con lo que la única variante del sufijo -dura sería -ura. Se documentan algunos dobletes, como cosedura ~ costura; apoyadura ~ apoyatura (con diferencia de significado). A esa alternancia se agrega la de /o/ ~ /u/ en la derivación de cobertura (latín tardío coopertūra), de cubrir, como en la cobertura de una noticia periodística.

5.5l Un razonamiento similar al que se acaba de presentar lleva a excluir -sura de los sufijos del español. A partir de rasum, participio de radĕre (‘raer’), se formó en el latín tardío rasūra. Para relacionar morfológicamente en nuestra lengua la definición de rasura (‘acción y efecto de raer’) con el verbo raer en uno de sus sentidos, es preciso introducir la variante ras- como forma supletiva de la raíz y, por tanto, reproducir sincrónicamente un proceso que se dio en latín. Suele suponerse por ello que esta forma no tiene estructura morfológica en el español actual. Lo mismo cabría decir de visura (‘examen, reconocimiento’) o de censura (lat. censūra, derivado de censēre ‘censar’, pero también ‘juzgar’). Esta última voz, opaca en el español actual desde el punto de vista morfológico, es la base del derivado verbal censurar.

5.5m Se forman a partir de verbos un gran número de sustantivos derivados en -dura que se interpretan como nombres de acción. Están entre ellos muchos de los mencionados en los apartados precedentes, además de otros similares (como antes, no todos se conocen en todas las áreas hispanohablantes): achicadura, andadura, arrancadura, cebadura, cobertura, escarbadura, grabadura, probadura, rapadura, sobadura, trabadura, etc. Este proceso es sumamente productivo en algunas variedades del español americano, sobre todo en las áreas caribeña y chilena. El siguiente texto, procedente de Chile, da idea de ello:

Hay mingas [grupos, cooperativas] de aserradura, de tiradura, de techadura, de cercadura, de sacadura de papas, de cosechadura de trigo, de levantadura de tierras, etc. (Municipalidades Chiloé, Comunas).

Resulta por ello en cierto modo paradójico el que sea tan elevado el número de derivados en -dura documentados en la lengua antigua como deverbales de acción o efecto que tienen hoy poco uso. A ese grupo pertenecen calzadura, emboscadura, encaladura, rebotadura, tejedura. Se emplea hoy coladura como nombre de efecto en las áreas andina y rioplatense, como en Le tocaba siempre tomarse el agua de la coladura (Gamboa, Páginas). En España se usa la misma forma como ‘efecto de colarse o equivocarse’: Uno se ha puesto colorado por cualquier coladura, por cualquier indiscreción (Chacel, Barrio).

5.5n Otros derivados en -dura están hoy prácticamente restringidos a locuciones adverbiales (por añadidura, por agregadura) o nominales (tomadura de pelo, metedura de pata —si bien alternan tomada y tomadura, metida y metedura en algunos países y se prefieren las voces participiales en otros— o comedura de coco, solo usada en España). Algunos derivados se usan en contextos más restringidos de lo que parece indicar su definición; es el caso de ruptura (de relaciones, de las reglas, de la tradición, de la monotonía, entre otras nociones abstractas), frente a rotura, que se combina preferentemente con nombres de cosas materiales (hueso, vidrio, viga, etc.) y tiene, además, la interpretación de efecto. Ese último sustantivo tiende a ocupar el lugar del primero, no al contrario: Mi pasado exigía el cumplimiento de un último deber, con la rotura del vínculo legal que me ataba todavía al mundo de allá (Carpentier, Pasos). Existen asimismo diferencias sutiles entre apertura y abertura; envoltura y envoltorio, etc.

5.5ñ El significado de efecto se percibe en un gran número de derivados en -dura, entre los que están los siguientes:

caedura (‘lo que cae o se desperdicia en los telares’), cosedura, desolladura, escocedura, hendidura, limadura, matadura (‘cierta herida, sobre todo en algunos animales’), mercadura, morde dura, picadura, quebradura, quemadura, ralladura, rozadura, salpicadura, sembradura, soldadura, tachadura, torcedura.

Repárese en que picadura y quemadura designan el efecto material de ciertas acciones, mientras que picazón y quemazón5.3i) denotan sensaciones en lugar de efectos. Se usa lascadura (‘hendidura, rozadura’) en el área andina: [El sonido de la quena] se produce por la presión de los labios regulando una pequeña columna de aire sobre una lascadura (Bretón, Panorama). Designan también efectos asoleadura (de asolearse ‘acalorarse’; hoy es menos usado que indigestión en la Argentina); asentadura, de asentarse (‘estancarse, indigestarse’), vivo en el área rioplatense, aunque en progresivo desuso en otras zonas, o exageradura, empleado en Venezuela. Predomina el sentido de instrumento, utensilio, recurso o medio en apoyatura, atadura, cerradura, colgadura (distinto de colgante y de colgajo), cortadura, empuñadura, envoltura, herradura, juntura, ligadura, soldadura, vestidura.

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE