Sintaxis

13. El adjetivo y el grupo adjetival

13.5 Repercusiones sintácticas de las propiedades morfológicas de los adjetivos

13.5a Los adjetivos concuerdan en género y número con el sustantivo del que se predican o sobre el que inciden: gato negro/ gata negra/ gatos negros/gatas negras. En el § 2.1l se explica que la flexión de género del adjetivo no tiene significado, ya que es una marca de concordancia. La flexión de número carece igualmente de interpretación semántica en el adjetivo, y aparece en él como manifestación formal de los rasgos de plural del sustantivo. Así pues, los rasgos de género y número del adjetivo alto no aportan información en paredes altas. Los de número del sustantivo alta sí lo hacen en altas médicas. A su vez, los rasgos de género de este último sustantivo no aportan información porque la entidad designada carece de sexo (§ 2.1b y ss.). Los rasgos de género y número que los adjetivos comparten con los sustantivos contribuyeron poderosamente a que la tradición gramatical los englobara en la clase de los nombres, que estaba constituida por el nombre sustantivo y el nombre adjetivo. El término complemento adnominal solía designar asimismo en algunas gramáticas tradicionales tanto los complementos del sustantivo como los del adjetivo.

13.5b Pese a que la concordancia del adjetivo con el sustantivo no pone de manifiesto, como se ha explicado, relaciones semánticas, el plural puede condicionar la interpretación de ciertos adjetivos y contribuir a delimitar su relación semántica con el sustantivo al que modifican, en particular si se oponen sustantivos contables a no contables, como en abundante pelo (‘nutrido, copioso’), frente a abundantes lágrimas (‘muchas, numerosas’). Esta relación se analizó en el § 12.2p. Nótese, en el mismo sentido, que el adjetivo singular constante en expresiones como un constante temor o una constante insatisfacción alude a la persistencia de cierto estado de cosas. En cambio, el mismo adjetivo en sus constantes rezongos expresa que ciertos eventos se reiteran, y no, en cambio, que cada uno de ellos es continuo o duradero. Es infrecuente, aunque no imposible, el segundo sentido con nombres continuos en singular, como en Al recibir una constante negativa de las muchachas el dios montó en cólera y se transformó en un león para amedrentarlas (Obando, Paraíso). Sobre la interpretación de los adjetivos de tamaño con ciertos nombres no contables (como en arroz largo, uva pequeña), véase el § 12.2r.

13.5c En el § 31.7l se explica que dos adjetivos calificativos coordinados y en singular no aportan un plural con el que concuerde el sustantivo (se dice dos novelas largas o dos novelas cortas, pero no se forman grupos nominales como *dos novelas larga y corta). En cambio, los adjetivos de relación pueden hacerlo ocasionalmente, como en las políticas agraria y pesquera del gobierno o en mis abuelas paterna y materna. También lo hacen los ordinales (los capítulos primero y segundo). Sobre el papel fundamental del determinante en el número singular o plural de los grupos nominales coordinados, véanse los § 31.7c y ss.

13.5d Desde el punto de vista flexivo, los adjetivos del español se dividen en tres grupos:

A. Con flexión de género y número

B. Con flexión de número, pero no de género

C. Invariables en género y número

Corresponden al grupo A un amplísimo número de adjetivos que dan lugar a paradigmas de cuatro formas, como en oso pardo /osa parda /osos pardos /osas pardas. Estos adjetivos se denominan tradicionalmente de dos terminaciones. La flexión de género de este paradigma aparece marcada en casi todos los casos por la desinencia -a: alta, guapa, cordobesa, española. Son muy raros los adjetivos que se usan únicamente en femenino, como encinta o clueca.

13.5e Aunque los adjetivos acabados en -ora (fuerza impulsora, guía rectora) pertenecen al grupo A, algunos alternan las formas en -ora con las variantes en -iz, como en fuerza motora ~ fuerza motriz (también automotora ~ automotriz; locomotora ~ locomotriz). Como se señaló en el § 2.3n, se consideran incorrectas expresiones como impulso motriz, taller automotriz, por impulso motor, taller automotor. Existe el adjetivo director, como en Cuenta con un plan director de restauración global por 723 millones (Vanguardia [Esp.] 10/8/1994), cuya variante femenina mayoritaria es el adjetivo directriz, siempre que no se hable de personas: las líneas directrices del proyecto. Aun así, se documenta ocasionalmente el adjetivo directora: Si se estudian los libros más recientes del presidente Lagos será fácil encontrar las líneas directoras del pensamiento socialista renovado (Bicentenario 3/2002). Se emplea también directora, en lugar de directriz, cuando el adjetivo se aplica a las personas, como en la nueva ingeniera directora, pero existen dudas acerca de si este uso de directora es propiamente adjetival en lugar de nominal. Sobre este punto, véanse los § 12.13f y ss. Para otros aspectos de esta alternancia, véanse los § 2.3m, n.

13.5f Forma el grupo B del § 13.5d una serie menor, pero también nutrida, de adjetivos, tradicionalmente llamados de una terminación. Los paradigmas que se constituyen en este grupo solo presentan dos variantes: una para el singular y otra para el plural, como en posible {candidato ~ candidata}; posibles {candidatos ~ candidatas}. Este grupo está compuesto por numerosos adjetivos terminados en -e (bilingüe, culpable, inerme, leve, ovoide, triste, verde). Son excepciones muchos de los derivados en -ete/-eta y -ote/-ota, que pertenecen al grupo A: regordete ~ regordeta9.6i). También integran el grupo B los adjetivos terminados en -i (cursi); (baladí, ceutí, marroquí, saudí); -a (ácrata, agrícola, azteca, belga, cardiópata, croata, hipócrita); (hindú, zulú), y muchos, aunque no todos, de los que terminan en las consonantes -z, -r, -l y -s. Entre los acabados en -z, pertenecen al grupo B los adjetivos audaz, feliz, feroz, soez, pero no andaluz, que corresponde al A.

13.5g Como se ha señalado, forman parte asimismo del grupo B los adjetivos terminados en -r. Son característicos de este grupo los formados con el sufijo -ar (polar, familiar, celular, escolar), pero también las voces derivadas del sufijo latino -ĭor, como mejor, inferior, ulterior, superior, salvo en casos como madre superiora o madre priora, que corresponden al grupo A. Pertenece igualmente al grupo B un gran número de adjetivos terminados en -l, en particular los formados con el sufijo -al (industrial, fundamental, nacional, liberal), con la terminación aguda -il (infantil, juvenil, civil, mercantil, pajil, pero se registra gila como femenino del adjetivo despectivo gil en el área rioplatense). Corresponden asimismo al grupo B los formados con la terminación llana -´il (hábil, útil, grácil, táctil, portátil). Se asimilan a este mismo grupo algunos adjetivos terminados en -és, como cortés o montés, pero no pertenecen a él francés, cordobés, santiagués, maltés, tailandés, montañés y otros muchos gentilicios que corresponden al grupo A. Sobre el sufijo -és, véase el § 7.6p.

13.5h Pertenecen al grupo C los pocos adjetivos no agudos terminados en -s como isósceles (triángulo isósceles ~ triángulos isósceles) o gratis (un viaje gratis ~ varios viajes gratis). Esta última voz puede ser también adverbio, como en Viajé gratis. Corresponde asimismo al grupo C fetén (‘estupendo, excelente’). He aquí ejemplos de estas voces:

Tiene tres puntas en forma de triángulos isósceles, unidas por una larga base sobre la que se apoya el mango, corto y cilíndrico (Martínez, Evita); Voceros de Botto Ugarteche aseguraron que habrá refrescos y viandas gratis (Bayly, Días); —¿Vas acompañado? —Sí; una panda fetén y unas modistillas de las que algo espero (Mendoza, Verdad).

13.5i Sobre la pauta anti-N se forman numerosas voces que se asimilan por su distribución a los adjetivos, y que en estos usos se clasificarían en el grupo C: anticarro (granadas anticarro); antigás (máscaras antigás); antitabaco (leyes antitabaco), aunque algunos de ellos incorporan ya el sustantivo inmovilizado en plural: {crema ~ cremas} antiarrugas; {producto ~ productos} antimosquitos. La cuestión de si estas estructuras son propiamente adjetivales se considera polémica en la actualidad (§ 10.11e y ss.). Se ejemplifican a continuación algunas de estas voces:

Estos atacaron al patrullero con granadas anticarro (Scheina, Iberoamérica); Por primera vez, la FDA ha aprobado un tratamiento antiarrugas (Mundo [Esp.] 30/5/1996); Las pocas máscaras antigás se fueron pasando de mano en mano (Verdugo, Casa).

Alternan minas antipersona y minas antipersonas, lo que pone de manifiesto que esta pauta sintáctica comparte algunas de sus propiedades con la que corresponde a problema clave y otras expresiones similares, analizadas en los § 3.5 y 11.2f y ss. La misma alternancia se da con otros prefijos, entre ellos algunas formaciones creadas sobre el esquema contra-N, como en patrullas contraincendio(s): “La alarma contraincendios no funcionó”, dijo Pathchiman (Américas 12/7/1997). Otros adjetivos compuestos formados con pautas similares se ajustan al grupo B, no al C. Así, al adjetivo singular multicolor se opone el plural multicolores: […] ofreciendo su multicolor mercancía (Paso, F., Palinuro); […] los pétalos multicolores del rosedal (Donoso, Casa). Sobre estas mismas cuestiones, véase asimismo el § 10.3i.

13.5j Corresponde también al grupo C del § 13.5d un grupo reducido de voces construidas con plural inherente y asimilables a los adjetivos: cachas (en el español coloquial europeo, ‘musculoso, fornido’), contreras, finolis, frescales, guaperas, locatis, loqueras, manitas, rubiales, vivales, como en Su hijo menor es muy manitas3.2o,p). Hay que tener en cuenta, además, que algunos se usan por lo general como sustantivos en las llamadas construcciones de un enfático15.5) y son relativamente raros como adjetivos (guaperas, lumbreras); otros, en cambio, admiten ambos usos con naturalidad (finolis, manitas). Algunos de estos adjetivos están restringidos geográficamente. Se emplea vivales (‘fresco, vividor, desaprensivo’) en España, en México y en algunos países centroamericanos; manitas (‘habilidoso’) se registra en España y en parte de las Antillas; contreras (‘que lleva la contraria, polemista’) es propio de México, Chile, España y parte del área andina. En la rioplatense se prefiere la variante en singular contrera. Se atestigua finolis (despectivo, ‘delicado, afectado’) en la mayor parte de estas mismas áreas. En cuanto a guaperas, es mucho más frecuente en el español europeo que en el americano. Se ejemplifican a continuación estos adjetivos del grupo C, junto con algunos de sus usos nominales:

El barman, un tío cachas con pinta de ser la cuarta parte del espectáculo de catch a cuatro, manipula la registradora mirando de reojo al detective (Ribera, Sangre); Robinsón era un hombre ilustrado, y además muy manitas (ABC 21/10/1997); Es claro que las dudosas historias imaginadas por los “contreras” […] son exageraciones debidas al odio (Proceso [Méx.] 26/1/1997); Yo sé muy bien que usted es un contrera de lo peor, un tipo muy violento (Orgambide, Años); La tensión cómica de la obra se establece así entre la cursilería finolis de una parte y la llaneza aldeana de la otra (ABC 23/3/2008); [...] un chico sobrio, equilibrado, resultón, no demasiado guaperas (Ameztoy, Escuela).

Son asimismo invariables algunos préstamos que se emplean como adjetivos, en su mayoría provenientes del inglés, como unisex, light (esta, con resalte tipográfico en el DRAE, ya que no es palabra castellana) o heavy. Véanse también sobre estas cuestiones los § 3.3 y 3.4.

13.5k Pertenece igualmente al grupo C el adjetivo gagá, procedente del francés. Oscilan entre los grupos B y C unos pocos adjetivos que resultan de procesos de acortamiento, en ocasiones circunscritos a registros juveniles o infantiles: Estamos un poco {depre ~ depres}; Estos cromos los tengo {repe ~ repes}. En general es más frecuente la concordancia (grupo B) en estos casos:

¡Hombre, Alfonso, se te hubiera agradecido una visita, tan depres no somos! (Pombo, Metro); Se contaron en los mentideros progres mil fabulosas historias (Martínez Mediero, Lola); Me han dicho que ahora te tratas con curas retro (Salisachs, Gangrena).

Es excepción el adjetivo porno. Se usa más en singular (películas porno), pero también se documenta el plural: Siempre que se emborracha me escribe unos poemas súper pornos (Bayly, Días). Se utiliza solo el singular en tecno (músicas tecno), reven (por reventado, en México), extra (como adjetivo sinónimo de ‘superior’ —aceite extra—; cuando significa ‘adicional’, en cambio, suele pluralizarse —horas extras—) y otras pocas formas acortadas.

13.5l Como se explica en los capítulos 2 y 3, los determinantes y los adjetivos ponen de manifiesto el género y el número de los sustantivos que carecen de marcas explícitas, como en lunes {negro ~ negros}; crisis {violenta ~ violentas}. Una función diacrítica similar cumplen los determinantes y los adjetivos que modifican a los nombres comunes en cuanto al género: estudiantes {destacados ~ destacadas}; el testigo decisivo ~ la testigo decisiva. La misma capacidad distinguidora se extiende a algunos antropónimos (§ 12.8i y ss.): nombres de pila, como el gracioso René ~ la graciosa René; apellidos, como el famoso Goethe, los legendarios Grimm y las hermosas Bolena, o nombres completos, como la torturada Emily Dickinson. Como es obvio, la función diacrítica no puede ser desempeñada más que por los adjetivos de dos terminaciones. Sobre la alternancia de género en pares como azúcar {moreno ~ morena}, con sustantivos ambiguos, véanse los § 2.4g y ss. Acerca de la doble opción que se presenta en {Todo ~ Toda} Sevilla salió a la calle, véanse los § 2.10e y ss.

13.5m Los pronombres personales tónicos yo, mí, tú, ti, vos, usted, sí y todos los átonos, a excepción de los acusativos de tercera persona, se asimilan en parte a los sustantivos comunes en cuanto al género, como se hace notar en el § 2.4b. La flexión de género en el adjetivo informa en estos casos acerca del sexo del referente, como en Anda usted algo {despistado ~ despistada}; Nos vieron {juntos ~ juntas}; Está muy {satisfecho ~ satisfecha} de sí {mismo ~ misma}. Los adjetivos en función de complemento predicativo revelan asimismo el género de los sujetos tácitos. Cuando la distinción de género se corresponde con la de sexo, también lo hacen indirectamente sobre el sexo de las personas de las que se habla. Estas relaciones se dan tanto si el verbo aparece en forma personal, como en Contestó muy {seguro ~ segura}, como si no es así, como sucede con salir en Procuró salir {ileso ~ ilesa}. En las oraciones impersonales con sujeto genérico, el adjetivo puede mostrar los dos géneros y los dos números, como en Hay que ser más {generoso ~ generosa ~ generosos ~ generosas}; en las impersonales con se41.10l) solo se acepta el número singular, pero son posibles tanto el género masculino como el femenino:

Su culto se observa con abstinencia, danza y música, si se es órfico (Obando, Paraíso); Si se está embarazada es preferible consumir la mandarina naturalmente, para evitar náuseas (Ronald, Frutoterapia).

13.5n Como se observa en el § 2.1c, no existe flexión propia de género neutro en español, por lo que la concordancia en neutro es indistinguible de la concordancia en masculino: {Esto ~ Este} es necesario. Así pues, como en español existen pronombres neutros, pero no flexión de género neutro, los adjetivos que concuerdan con las oraciones sustantivas no presentan formas distintas del masculino singular, tanto en las de verbo finito como en las de infinitivo:

Era obvio que ella estaba muy enamorada de ese hombre (Cabrera Infante, Habana); Es preciso emplear protección solar y evitar la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad (Lavilla, Familia).

La elección del género del adjetivo en construcciones como lo {cómodo ~ *cómoda} de esta chaqueta, frente a lo {*cómodo ~ cómoda} que es esta chaqueta se estudia en los § 14.9e y ss. y 42.16. Sobre la discordancia que se observa en oraciones como Dos horas es más que suficiente, véase el § 33.10b. Sobre la que se percibe en Es increíble las altas sumas de dinero que se […] pagan a terceros (Medicina 7/2002), véase el § 42.16g.

13.5ñ Los adjetivos calificativos se construyen con los adverbios de grado muy, tan y cuán, variantes apocopadas de mucho, tanto y cuánto respectivamente, salvo cuando son comparativos o aparecen en grupos comparativos, como se explica en el § 19.5. Los sustantivos adjetivados (§ 13.6) se les asimilan del todo en este punto: tan mujer, muy niño, muy bestia, tan manazas, muy animal. Otros adjetivos que sufren un proceso de apócope cuando preceden inmediatamente a un sustantivo singular —en este caso, solo si es masculino— son los numerales ordinales primero, tercero y el adjetivo postrero, que se asimila a los anteriores: primer actor, tercer capítulo, postrer homenaje21.4).

13.5o Se apocopan también en posición prenominal los adjetivos bueno y malo: buen comienzo, buen entendedor, mal pronóstico, mal estado de las carreteras. Estos adjetivos admitían la variante apocopada ante sustantivos femeninos en la lengua antigua, como en La causa d’esto ya se a tocado en otra parte por la buen mezcla de lo seco y húmido (Pérez Vargas, Metallica). La suelen rechazar en la actual, pero se documenta en textos de los dos últimos siglos con el sustantivo hora en las construcciones lexicalizadas en buen hora y en mal hora, como en En buen hora, señor; no digas más: confieso que no lo entiendo (Larra, Doncel) o en En mal hora vino acá la moda imperial (Galdós, Episodios).

13.5p El adjetivo grande se apocopa en la forma gran ante sustantivos de los dos géneros, siempre en singular: un gran hombre ~ una gran mujer. La apócope se produce incluso cuando entre ambos se interpone otro adjetivo, en especial si está también apocopado, como en Se gustó particularmente en un gran primer plano frontal (Marsé, Muchacha), y —con menos frecuencia— si no lo está, como en el gran último acto de esta espléndida ópera. La variante no apocopada precedía a menudo al sustantivo en la lengua antigua:

Yo hize muy grande yerro a Nuestro Señor Dios (Cifar); Ansí sonó la voz que pareció grande trueno (León, Job); Apenas hubo puesto los pies en ella Camila, cuando, dando un grande suspiro, dijo: —¡Ay, Leonela amiga! (Cervantes, Quijote I); Yo estoy en grande peligro (Moreto, Enredos); Grande rüido suena (Lope Vega, Fuenteovejuna); Juntó el oro y plata, que en grande número fue llevado a Roma (Quevedo, Marco Bruto).

13.5q El uso de grande ante sustantivos permaneció con relativa vitalidad hasta el siglo xix:

Habíale hablado del grande sufrimiento de los pueblos oprimidos por leyes injustas (Galdós, Episodios); Dios te dará el premio de tan grande sacrificio (Valera, Pepita Jiménez).

Era poco frecuente en el siglo xx, pero todavía se documenta, a veces con intención arcaizante y especialmente con algunos sustantivos:

Me habló del modo como vivía, de ese grande vacío sin rescate (Mallea, Bahía); […] un director de orquesta alemán, grande amigo suyo en sus tiempos de Austria (García Márquez, Amor); —Aquí —dijo— está el grande secreto de vuestro linaje, pequeño (Mujica Lainez, Galaz); Se quedaban inmóviles, en un grande silencio, dando la cara hacia el cuerpo que pasaba (Sánchez Ferlosio, Jarama).

13.5r No se apocopa grande en las construcciones superlativas: […] mostrándome en una jaula como al más grande majadero de la historia (García Márquez, General). Nótese que, en estos casos, el adjetivo no incide directamente sobre el sustantivo, ya que el más grande majadero se segmenta en la forma el [más grande] [majadero]. El mismo razonamiento se aplica a las construcciones exclamativas que encabeza cuán, poco frecuentes en la lengua actual, como se explica en los § 22.14o y ss. Tampoco se da la apócope en estos casos: ¡Cuán grande amor huyó en exiguo tiempo! (Guelbenzu, Río). Se elige asimismo la variante no apocopada en la coordinación de adjetivos prenominales. En estos casos grande tampoco forma un segmento sintáctico con el sustantivo: […] el grande pero abúlico rey Moctezuma (Fuentes, Naranjo). Sobre la diferencia entre gran hombre y hombre grande, y construcciones similares, véase más adelante el § 13.14.

13.5s El adverbio apocopado tan incide sobre adjetivos plenos (tan alto), pero también sobre los apocopados, como en tan buen resultado, a tan gran escala o en No merecen mentarse como indicios de tan gran suceso (Borges, Sueños). Si bien la apócope en el adjetivo grande es la opción habitual en estos casos, la variante no apocopada, mucho menos frecuente, se documenta también en la lengua actual. Suele asociarse esta opción con un nivel de lengua algo más elevado, casi siempre literario y a veces deliberadamente arcaizante:

El decreto conciliar sobre los medios de comunicación social del Concilio Vaticano II (1963) —que tan grande repercusión ha tenido entre los expertos de la información […]— (Martínez Albertos, Noticia); Fue una pobre venganza para tan grande ofensa (Otero, L., Temporada); Sería tan grande daño que no aprovecharían ninguna otra predicación que les hiciese (Cardoza, Guatemala).

13.5t El adjetivo santo pierde su última sílaba ante nombres propios: san José, san Sebastián, san Pablo, salvo ante los que comienzan con las sílabas to- y do- (santo Tomás, santo Tomé, santo Toribio, santo Domingo). Sin embargo, se ha puesto en tela de juicio que santo constituya un verdadero adjetivo en estas construcciones, ya que, cuando modifica a nombres comunes o forma parte de locuciones nominales, el adjetivo santo no sufre apócope: todo el santo día, el santo padre, el Santo Oficio. Cabe pensar, por consiguiente, que la variante san se incluye en un paradigma de fórmulas nominales apositivas al que pertenecen también otras expresiones de tratamiento átonas, como don, fray o sor, que preceden a nombres propios de persona (§ 16.16d y ss.).

13.5u Desde el punto de vista de su estructura morfológica, los adjetivos pueden ser simples (atroz), derivados (ruidoso) o compuestos (agridulce). Se dedica a los del segundo tipo el capítulo 7 y parte del 10. Los del tercer grupo se estudian en el § 11.6. Se ha observado que la distinción entre adjetivos calificativos y adjetivos de relación, que se introdujo en el § 13.2g, tiene consecuencias en la formación de voces derivadas. Así, solo los calificativos admiten prefijos gradativos que indican el grado alto de lo que se predica: archi- (archiconocido), extra- (extrafino), hiper- (hiperactivo), super- (superelegante), ultra- (ultraconservador), re- (relimpio), requete- (requetebueno), recontra-: Estamos hablando de guaguas que son recontraparecidas (Hoy [Chile] 12/5/1997). Se dedica a los prefijos gradativos el § 10.9. Sin ser propiamente prefijos numerales, se asimilan a este patrón varios prefijos que se corresponden con ciertos cuantificadores universales (omnívoro, panhispánico) y con algunos indefinidos (multifacético, polifónico, políglota, plurilingüe). Se analizan otros muchos aspectos de la prefijación adjetival en el § 10.12.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
concordancia, (género) neutro

 

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