Morfología

4. La flexión verbal

4.9 Los verbos irregulares (I). Verbos vocálicos

4.9a Son irregulares los verbos cuya conjugación no se ajusta a los tres paradigmas presentados en el § 4.6. En las gramáticas no suelen considerarse verbos irregulares los verbos vocálicos, analizados en esta misma sección, ya que las variantes que los caracterizan no comprenden fenómenos de epéntesis o síncopa, ni tampoco de alteraciones en la raíz. Las alternancias a las que dan lugar representan tipos de distribución silábica que resultan predecibles según los verbos sean de diptongo sistemático o de diptongo variable (§ 4.9d y ss.). Aun así, esos dos paradigmas han de ser estipulados, por lo que los verbos vocálicos se recogen en esta obra entre los modelos de verbos irregulares (§ 4.15). No se consideran, en cambio, irregularidades morfológicas las variantes ortográficas que obedecen a ciertas reglas de aplicación sistemática en la lengua. Así, las alternancias ortográficas que se obtienen en los pares hice ~ hizo; sigo ~ sigue; dirigimos ~ dirijamos o saco ~ saque se deben al código ortográfico estipulado para el español, no a algún tipo de alteración fonológica de los segmentos que intervienen en ellas.

4.9b Más polémica es, en cambio, para algunos gramáticos la cuestión de si deben considerarse irregulares verbos como leer, proveer y creer, que presentan la consonante [ʝ] en su gerundio, en las terceras personas de su tema de pretérito y en los tiempos derivados de dicho tema: le-yendo, le-yó, le-ye-ron, le-ye-se. En tales formas, estos verbos no presentan, por tanto, la vocal -i característica de los verbos cuya raíz termina en consonante: tem-iendo, tem-ió, tem-ie-ron, tem-ie-se; durm-ió, durm-ie-se; val-ió, val-ie-se. Algunos gramáticos entienden que esta alteración se debe a un proceso fonológico regular que impide segmentaciones silábicas como */lei.ˈo/ o */le.ˈio/ y resuelve esta anomalía convirtiendo la vocal /i/ que se encuentra en la posición de ataque silábico en una consonante articulatoriamente próxima a ella, [ʝ], como en [le.ˈʝo]. Observan estos autores que este mismo fenómeno no es desconocido en otros ámbitos de la morfología, como por ejemplo en el plural rey > reyes, en el que no se obtienen las formas */ˈrei.es/ o */ˈre.ies/. Idénticos problemas presentan alternancias como construí ~ construyamos, que se mencionan en este mismo apartado (§ 4.9j, k). En esta gramática se considera, en cualquier caso, que estos verbos son irregulares (§ 4.9d), ya que, aunque el proceso descrito pueda ser explicado mediante los principios de la fonología sincrónica que se han señalado, el paradigma de estos verbos contiene alternancias ortográficas y articulatorias que la mayor parte de los hablantes sienten como impredecibles a partir de las reglas morfológicas generales del español.

4.9c Las irregularidades en la flexión verbal se suelen agrupar en tres clases: vocálicas4.9 y ss. y 4.10), consonánticas4.11a-f, l-n) y mixtas4.11g-k y 4.12). No obstante, a estos tres grupos se han de agregar algunos otros, como enseguida se explicará. Las irregularidades vocálicas constituyen alternancias entre vocales (pedir ~ pido), o bien entre vocales y diptongos, en función del acento (acertar ~ acierto; contar ~ cuento). Las irregularidades consonánticas afectan a la sustitución de una consonante por otra, como en hacer ~ haga. Las mixtas se producen por la sustitución de una vocal y una consonante por otra vocal y otra consonante simultáneamente, como en decir ~ digo. Los llamados pretéritos fuertes (hizo, quiso, supo, pudo) suelen asignarse a este último grupo (§ 4.12a-i). Se pueden asimilar a las irregularidades vocálicas, aunque presentan características particulares, las que resultan de la silabificación y la posición del acento de los verbos cuya raíz termina en un segmento vocálico. Estos verbos (llamados generalmente vocálicos) se analizarán en las páginas que siguen. A las tres clases básicas de irregularidad han de añadirse las que son resultado de la existencia de raíces supletivas. Se trata de los casos en los que un mismo verbo presenta dos o más raíces en distintas formas flexivas, como en ir > voy; ser > fuimos4.13). Se consideran también irregulares los verbos defectivos4.14), aunque su irregularidad no consiste en la desviación de alguna forma conjugada respecto de la pauta prevista en un modelo de la conjugación, sino en la ausencia de determinadas formas en el paradigma correspondiente.

4.9d Se denominan verbos vocálicos los que poseen raíces terminadas en vocal, como actu-ar, aire-ar, anunci-ar, averigu-ar, ca-er, cre-er, desvi-ar, inco-ar, le-er, o-ír y sonre-ír. Estos verbos (considerados a menudo regulares en la tradición) se consideran aquí irregulares porque la posición que en ellos ocupa el acento no es predecible a partir de los principios generales descritos en la sección anterior (e.va.cú.o ~ e.va.cuo), o bien porque el segmento vocálico en el que termina su raíz sufre mutaciones en ciertos contextos (leí-do ~ ley-ó; construi-do ~ construy-ó). Los verbos vocálicos pueden contener diptongos en todas sus formas, como anunciar o averiguar, o solo en algunas, como enviar o actuar. Los primeros se denominan verbos vocálicos de diptongo fijo o sistemático y los segundos, verbos vocálicos de diptongo variable o de alternancia diptongo ~ hiato. Algunos de ellos (§ 4.9i-k) pertenecen a los dos paradigmas. La raíz de los verbos de diptongo fijo termina en una vocal que forma parte de un diptongo en todos los tiempos de la conjugación. Así pues, la vocal que se subraya en anunciar, averiguar, columpiar o fraguar forma parte de un diptongo que no se deshace (anuncio, anunciamos, anuncien, etc.), por lo que se descartan sistemáticamente formas como *anuncíen o *anuncías. En las Antillas se han documentado las formas negoceo, negoceas (por negocio, negocias), financea, financees (por financio, financies), roceo (por rocío) o roceó (por roció). Ninguna de estas variantes ha pasado a la lengua culta. Los verbos vocálicos de diptongo fijo terminados en -iar, que se conjugan como anunciar (v. tablas de conjugación, n.º 11), son muy numerosos. Los de uso más común son los siguientes:

abreviar

acariciar

acopiar

acuciar

agenciar

agobiar

agraciar

agraviar

agremiar

ajusticiar

aliviar

anestesiar

angustiar

anunciar

apreciar

apremiar

apropiar

arreciar

asalariar

asediar

asfixiar

asociar

atrofiar

auspiciar

beneficiar

calumniar

cambiar

circunstanciar

codiciar

colegiarse

columpiar

comerciar

compendiar

conferenciar

congeniar

congraciar

contagiar

copiar

custodiar

denunciar

depreciar

desagraviar

desgraciar

desperdiciar

despreciar

desprestigiar

desquiciar

destapiar

diferenciar

diligenciar

diluviar

disociar

distanciar

divorciar

domiciliar

elogiar

encomiar

endemoniar(se)

enjuiciar

enrabiar

enranciar

ensuciar

entibiar

enturbiar

enunciar

enviciar

envidiar

escanciar

espoliar

estudiar

evidenciar

exfoliar

exiliar

expoliar

expropiar

financiar

fotocopiar

hipertrofiar(se)

incendiar

incordiar

indiciar

ingeniar

iniciar

injuriar

intercambiar

irradiar

licenciar

lidiar

limpiar

lisiar

maliciar

mediar

menospreciar

miniar

multicopiar

mustiar(se)

negociar

noticiar

obsequiar

obviar

odiar

oficiar

oprobiar

parodiar

pifiar

plagiar

potenciar

preludiar

premiar

presagiar

presenciar

presidiar

prestigiar

principiar

privilegiar

promediar

pronunciar

propiciar

rabiar

radiar

recambiar

refugiar

remediar

renunciar

repudiar

resabiar(se)

residenciar

reverenciar

rumiar

saciar

salmodiar

secuenciar

sentenciar

seriar

silenciar

sitiar

subsidiar

sumariar

sustanciar

tapiar

terciar

testimoniar

vendimiar

viciar

vilipendiar

vivenciar

4.9e A este mismo paradigma corresponden otros verbos de menor uso, entre los que están amustiar, arranciar, demediar, derrubiar, engaviar, engraciar, enjarciar, enlabiar, escoliar, industriar, insidiar, maleficiar, ociar, pendenciar, penitenciar, preciar, providenciar y ranciar. La estructura morfológica del verbo no siempre garantiza que se comporta como verbo vocálico de diptongo fijo. Así, vanagloriarse pertenece a este grupo. Se dice, pues, Se vanagloria de ello (es incorrecto Se vanagloría). En cambio, gloriarse es verbo de diptongo variable: Se gloría de no ser como los publicanos y pecadores (Comunicación 3/12/2001). El extenso paradigma de verbos de diptongo sistemático en -iar contrasta con el escaso número de los terminados en -uar, que siguen el modelo de averiguar (v. tablas de conjugación, n.º 15): aguar (también desaguar), alenguar, amortiguar, apaciguar, atestiguar, averiguar, fraguar, menguar (también amenguar), santiguar. Se dice, por tanto, apaciguas o atestiguan, no *apacigúas ni *atestigúan (sobre licuar y otros verbos que pertenecen a los dos paradigmas, véase el § 4.9i).

4.9f Los verbos vocálicos de diptongo variable se dividen en varios grupos. El más numeroso es el de los terminados en -iar ~ -i.ar y -uar ~ -u.ar. Los segmentos /i/ y /u/ forman parte de un diptongo en estos casos en la pronunciación de la mayor parte de los hablantes cuando no reciben el acento, como en en.via.ré.mos, ac.tua.ré.mos, pero aparecen en hiato cuando lo reciben en dicha vocal (como en des.ví.o, ac.tú.o). En México, Centroamérica y parte de las áreas caribeña y andina se prefiere generalmente con diptongo, como en ac.tuá.mos, des.viá.mos. En las demás áreas hispanohablantes es más común el hiato (ac.tu.á.mos, des.vi.á.mos). Al paradigma de verbos vocálicos de diptongo variable terminados en -iar ~ -i.ar, que tienen como modelo enviar (v. tablas de conjugación, n.º 32), pertenecen los verbos siguientes:

aliar

amnistiar

ampliar

arriar

ataviar

autografiar

averiar

biografiar

cariar

cablegrafiar

calcografiar

cartografiar

chirriar

ciar

confiar

contrariar

criar

desafiar

descarriar

desliar

desvariar

desviar

enfriar

enhastiar

enlejiar

enviar

espiar

espurriar

esquiar

estriar

expiar

extasiar(se)

extraviar

fiar

fotografiar

grafiar

guiar

inventariar

liar

litografiar

malcriar

mecanografiar

piar

porfiar

radiografiar

recriar

reenviar

resfriar

rociar

triar

vaciar

variar

Al de los terminados en -uar ~ -u.ar, que se conjugan como actuar (v. tablas de conjugación, n.º 5), pertenecen estos otros:

acentuar

actuar

atenuar

conceptuar

consensuar

contextuar

continuar

desvirtuar

devaluar

efectuar

exceptuar

extenuar

evaluar

habituar

individuar

infatuar

insinuar

menstruar

perpetuar

preceptuar

puar

puntuar

situar

usufructuar

valuar

Las alternancias de silabeo mencionadas se extienden a los infinitivos. Así, todos los hispanohablantes pronuncian a.mor.ti.guar, en lugar de *a.mor.ti.gu.ár (verbo de diptongo sistemático), pero unos pronuncian con.ti.nuár y otros, conti.nu.ár (verbo de diptongo variable).

4.9g Unos pocos verbos terminados en -iar ~ -i.ar oscilan —o bien oscilaban en la lengua antigua— entre el grupo de enviar (es decir, con diptongo variable en función del acento) y el de anunciar (con diptongo sistemático). Los verbos afiliar, auxiliar, conciliar, desahuciar, filiar y reconciliar se conjugan hoy como anunciar, pero se documentan usos antiguos en los que se acentúan como enviar. Así, se dice en la lengua actual auxilie, en lugar de auxilíe: A las seis de la mañana despierta a su madre y le pide que la auxilie (Martínez, Vuelo), pero la otra opción, no recomendable hoy, aparece en textos antiguos, como en Ordeno al dicho mi Gobernador y Capitán General de Philipinas, auxilíe y proteja a esta Compañía y a sus oficiales (Comercio de Filipinas). Ilustran la situación opuesta (preferencia por el modelo de enviar en lugar de por el de anunciar) los verbos ansiar y el ya citado gloriar. Las variantes que predominan en los textos, y se consideran correctas, son las que siguen el modelo de enviar: ¿Es posible que no ansíe apagar el último rayo de luz que brilla en el ocaso […]? (Bécquer, Leyendas). La otra opción, registrada de forma ocasional en textos actuales y con más frecuencia en los antiguos, no se considera hoy correcta: No ansies vivamente nada (Filosofía popular).

4.9h Se admiten en la actualidad las dos variantes —es decir, la del modelo de anunciar y la del de enviar— con los verbos agriar, expatriar, historiar, paliar, repatriar y vidriar. Son, por tanto, igualmente correctas La fruta se agría y La fruta se agria. En los citados historiar y vidriar también se aceptan ambas opciones, pero se prefiere la que presenta el diptongo sistemático. Se ilustran a continuación las variantes con diptongo y con hiato de algunos de los verbos mencionados:

[…] porque el parentesco no ocasione que se toleren, disimulen, y palíen sus excesos unos á otros (Solórzano Pereira, Política); Omite algunos cuadrúpedos del reino de México, expatría a otros de su propio país y confunde a otros (Clavijero, Historia); La discusión se agría (Gala, Ulises); El carácter, por ejemplo, se agria violentamente (Marsillach, Ático); Obliga al uso de fármacos que palien los efectos neurodegenerativos del envejecimiento (ABC Cultural 5/7/1996); Se expatrian y van lejos de su país natal a trabajar para ganarse el pan (Asturias, Regresión); Pregunten en la embajada cómo se repatría, si es necesario (Bryce Echenique, Martín Romaña); Repatria sus ahorros a una tasa superior (Barnet, Gallego).

Debe tenerse en cuenta, de todas formas, que la ausencia de acento ortográfico no garantiza en todos los casos que el autor pronunciara con diptongo las sílabas correspondientes.

4.9i Son escasos los verbos terminados en -uar que oscilan entre el diptongo sistemático (modelo averiguar) y la alternancia «diptongo – hiato» en función del acento (modelo actuar). Muestran hoy esa oscilación los verbos vocálicos terminados en -cuar procedentes de la terminación latina -quāre/-cuāre o asociados con esa pauta: adecuar, evacuar, licuar, oblicuar y promiscuar. Este factor etimológico llevó a mantener como forma correcta de la conjugación la variante con diptongo, pero las formas con hiato han ido progresando por asimilación con el patrón acentual mayoritario en estos verbos y se consideran hoy correctas. Se aceptan, pues, tanto adecuo y evacuo como adecúo y evacúo:

Los servicios médicos evacuan a una mujer herida en el atentado de Haifa (Razón [Esp.] 3/12/2001); No hay drenajes en las calles, no se evacúan basuras o descargas sanitarias (Salvador Hoy 17/4/1997); […] en el orden que más se adecue a nuestras necesidades (González León, Viejo); La situación seguirá siendo explosiva mientras no se adecúe la Ley de Extranjería a la realidad social (Mundo [Esp.] 30/10/1995).

A pesar de su terminación, el verbo anticuar solamente admite la alternancia «diptongo – hiato» (anticúo pero no *anticuo).

4.9j Otro grupo de verbos de diptongo no sistemático es el formado por los que terminan en -u.ir o -uir. Cuando lo que sigue a u + i átona es una consonante, predomina el diptongo (cons.trui.ré.mos), pero también se registra ocasionalmente el hiato en las áreas lingüísticas que admiten este tipo de silabeo (§ 4.9f): cons.tru.i.ré.mos. Si la /i/ es tónica, se obtiene hiato sistemáticamente en el imperfecto (cons.tru.í.an) y diptongo o hiato en los demás casos, en función de las diferencias geográficas señaladas: cons.tru.í o cons.tr; cons.tru.í.mos o cons.tr.mos, etc. En todos los verbos en -uir es sistemática la epéntesis de -i- en el presente de indicativo y subjuntivo (construyo, construya). En otras formas del paradigma no se trata de una -i- epentética, sino de la consonantización de la -i- de la vocal temática (construyera, construyendo). Los verbos más usuales de este grupo, que siguen el modelo de construir (v. tablas de conjugación, n.º 24), son los siguientes:

argüir

atribuir

circuir

concluir

constituir

construir

derruir

diluir

disminuir

fluir

huir

imbuir

inmiscuir

intuir

Pertenecen también a él algunos otros de escaso uso, como fruir, gruir o luir.

4.9k Los verbos terminados en -o.ir son oír (v. tablas de conjugación, n.º 44) y sus derivados desoír, entreoír, trasoír. Se asimilan a los que se acaban de analizar, en cuanto que dan lugar a alternancias de silabeo similares, como en in.tu.í.mos o in.tuí.mos; pero cuando la vocal /i/ de la secuencia o + i va seguida de una vocal distinta de i, se obtiene una /g/ epentética (oigo, no *oyo), o bien una consonante palatal (oyes, no *oies), sobre la que se habla en el § 4.9b. No presentan irregularidad los verbos vocálicos terminados en -ear, ya que admiten en todos los casos dos pautas diferentes de silabificación: ear ~ e.ar. (ba.lan.ceár o ba.lan.ce.ár). Nótese que en el primer caso (ba.lan.ceár) se forma un diptongo con dos vocales abiertas, si bien la /e/ tiende a cerrarse en /i/ en estos diptongos. Estos verbos son muy numerosos, ya que la terminación -ear es una de las más productivas en la derivación verbal (§ 8.3-5). Muestran también ambas variantes los verbos terminados en -o.ar u -oar, como croar, incoar y loar. Son en cambio irregulares los verbos terminados en -e.er, cuyo tema de pretérito termina en -ey- en algunas formas: creer (creyó), leer (leyó), peer (peyó), poseer (poseyó), proveer (proveyó) y sobreseer (sobreseyó).

4.9l Los verbos vocálicos terminados en -o.er son únicamente roer (v. tablas de conjugación, n.º 57) y corroer. Estos verbos presentan tres variantes en la primera persona del singular del presente, sea de subjuntivo o de indicativo. En el caso de roer alternan las variantes roo (regular y preferible), roigo y royo (irregulares e igualmente correctas), en el indicativo, y roa (regular y preferible), roiga y roya (irregulares e igualmente correctas), en el subjuntivo. Las tres opciones se repiten en todas las formas del presente de subjuntivo (por tanto, roas, roigas o royas; roa, roiga o roya, etc.). Aun así, las variantes roigo, roiga, royo o roya, documentadas en la lengua clásica, son muy infrecuentes en los textos actuales: Quien come la carne, roiga los huesos (Estebanillo). Son irregulares los verbos vocálicos terminados en -a.er, como caer, que se analizarán en el § 4.11j, y también los terminados en -e.ir, como reír, sonreír o freír4.10r). Son defectivos los escasos verbos vocálicos terminados en -a.ir, como embaír y desvaír, de los que se hablará en el § 4.14d.

4.9m Los verbos que contienen diptongos en una posición no final de su raíz se asimilan, en parte, a los dos grupos que se analizaron en los apartados precedentes. Así, los verbos bailar, causar, aislar y aunar contienen un diptongo en la penúltima sílaba del infinitivo: bail-ar, caus-ar. Los dos primeros son verbos de diptongo sistemático (bailen, bailemos, causaba), mientras que los dos últimos son verbos de diptongo variable (a.ís.len, pero ais.lé.mos; a.ú.nan, pero au.námos). El primero de estos dos grupos es mucho más numeroso que el segundo. Se describirán ambos en los apartados que siguen.

4.9n Son verbos de diptongo sistemático la mayor parte de los que contienen en su raíz dos vocales contiguas en diptongo creciente. Estas secuencias vocálicas son las siguientes: -ie-, como en adiestrar, agrietar, diezmar, expedientar o inquietar, verbos todos de la primera conjugación; -ia-, como en afianzar, apiadar, entusiasmar, soliviantar o viajar, igualmente de la primera conjugación; -ua-, como en aguantar, cuajar, disuadir, persuadir, de la primera y la tercera; -ue-, como en amueblar, deshuesar, frecuentar, de la primera conjugación, y los antiguos licuecer o diminuecer, de la segunda. El esquema -uoes muy infrecuente. Se ajusta a él el verbo fluorar, también de diptongo sistemático.

4.9ñ A los verbos que se acaban de mencionar debe agregarse el grupo, muy numeroso, de los que contienen la secuencia -io-. La mayor parte de ellos terminan en -ionar y son derivados de sustantivos formados con el sufijo -ción5.2 y 5.3), sean voces patrimoniales o cultismos. La pauta se extiende a algunas palabras terminadas en -ción en las que no se reconoce un sufijo, como afición, ambición, etc.: adicionar, aficionar, ambicionar, decepcionar, evolucionar, inspeccionar, etc.; o bien a las terminadas en la variante -ión, como anexionar, apasionar, cohesionar, lesionar, etc. Tienen otras bases, pero se ajustan a esta misma pauta (y son igualmente verbos de diptongo sistemático) apiolar, cabriolar, cerciorar, despiojar, endiosar, maniobrar, violar, entre otros. Los diptongos mencionados se mantienen en toda la conjugación.

4.9o Los verbos que contienen un diptongo decreciente pueden pertenecer a los dos paradigmas descritos en los apartados anteriores. Así, los que contienen au en la raíz pueden ser de diptongo variable o de diptongo sistemático. Al primer grupo pertenecen aullar, aunar, aupar, desembaular, embaular o maullar, todos los cuales siguen el modelo de aunar: a.ú.nan ~ au.na.rán (v. tablas de conjugación, n.º 14). Al segundo, más numeroso, corresponde el verbo aplaudir (por tanto, aplaudo, no *aplaúdo; v. tablas de conjugación, n.º 12) y el poco usado exaudir, junto con un grupo nutrido de verbos de la primera conjugación al que pertenecen los siguientes, que siguen el modelo de causar (v. tablas de conjugación, n.º 20): agaucharse, defraudar, embaucar, encausar, encauzar, enjaular (también desenjaular), incautar, instaurar, laudar, pausar, pautar, recaudar, restaurar. A estos verbos pueden añadirse aflautar y enflautar; claustrar y sus derivados más usados enclaustrar y exclaustrar; cauchar y sus derivados recauchar y rencauchar, así como los desusados apaularse, fraudar y maular.

4.9p Entre los verbos que contienen el diptongo -ei- en posición no final de la raíz, son de diptongo variable descafeinar (v. tablas de conjugación, n.º 28), europeizar, rehilar o reilar. Se obtienen, por tanto, contrastes como des.ca.fei.na.rán ~ des.ca.fe.í.nen. Son, en cambio, de diptongo sistemático los conjugados como peinar (v. tablas de conjugación, n.º 47): aceitar (también enaceitar), afeitar, deleitar, despeinar, empleitar, homogeneizar, reinar, reiterar y reivindicar, entre otros que tampoco deshacen el diptongo -ei- en ninguna forma verbal.

4.9q Entre los verbos que contienen -ai-, son de diptongo variable y siguen, por tanto, el modelo de aislar (v. tablas de conjugación, n.º 9) los siguientes: airar, arcaizar, (a)traillar, hebraizar, judaizar y raizar (también enraizar, desraizar y desenraizar), entre otros. Son, en cambio, de diptongo sistemático, con bailar como modelo (v. tablas de conjugación, n.º 16), amainar, arraigar, desairar, envainar (también desvainar y desenvainar) o raigar (y sus derivados arraigar y desarraigar). Los verbos que contienen -oi en posición no final de radical pueden ser igualmente de diptongo variable, como amohinar, cohibir, prohibir (v. tablas de conjugación, n.º 51) y prohijar (v. tablas de conjugación, n.º 52), o sistemático, como coitar (v. tablas de conjugación, n.º 22). Entre los que contienen raíces con la secuencia vocálica -eu-, son de diptongo variable los derivados de untar: entreuntar y reuntar, que siguen el modelo de rehusar (v. tablas de conjugación, n.º 55), así como reunir (v. tablas de conjugación, n.º 56) y los poco comunes rehundir y reundir. Entre los demás verbos de este grupo, son de diptongo sistemático adeudar (v. tablas de conjugación, n.º 6) y endeudarse, así como los poco usados feudar y leudar.

4.9r Los verbos de diptongo variable que se acaban de mencionar deshacen el diptongo en las formas de raíz tónica del tema de presente, de manera que el acento se manifiesta en su segunda vocal, la más cerrada de la secuencia. Así pues, a.ís.lo, a.ís.las; a.ú.llas, a.ú.llan; con raíces tónicas y secuencias de vocales en hiato; contrastan con ais.lá.mos; au.lla.ré.mos, con raíces átonas que contienen diptongos. Los diptongos -iuy -ui- se forman con vocales de abertura y sonoridad parejas, por lo que no son diptongos crecientes ni decrecientes. Los verbos que las contienen en su raíz son de diptongo sistemático. Al tipo -ui- pertenecen arruinar, cuidar, descuidar y enjuiciar, mientras que al tipo -iu- corresponden verbos como enviudar y triunfar.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
verbo irregular, verbo vocálico

 

Nueva gramática de la lengua española
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