Sintaxis

13. El adjetivo y el grupo adjetival

13.1 Introducción. Características generales de los adjetivos

13.1a El adjetivo es una clase de palabras que modifica al sustantivo o se predica de él aportando muy variados significados. En un gran número de casos, el adjetivo denota propiedades o cualidades. Aun así, estos conceptos han de interpretarse en un sentido amplio, es decir, como informaciones que se añaden al significado del sustantivo para aportar rasgos que permitan caracterizar la entidad que este último denota. Repárese en que significan propiedades o cualidades las palabras subrayadas en los siguientes ejemplos:

las calles estrechas; las personas discretas; flores rojas; una dura experiencia; un hambre atroz; Estaba malhumorado; Huyó despavorida; Eres desconcertante.

No es, en cambio, igualmente evidente que expresen en la misma medida propiedades o cualidades los adjetivos que se subrayan en estos otros ejemplos:

su actual novia, una mera coincidencia, el presunto autor del plagio, determinados productos, dos visitas semanales, en mi propia casa, trucos de ingeniería financiera, la segunda oportunidad, la política pesquera comunitaria, numerosos accidentes; María es ingeniera industrial.

Los adjetivos que se marcan en este último grupo de ejemplos no aportan informaciones que precisen la denotación de la entidad a la que el sustantivo hace referencia. De hecho, aluden más bien a su relación con otras entidades, al número que forma el conjunto de estas, a la manera (particular unas veces e imprecisa otras) en que son mencionadas, o a la actitud del hablante en relación con ellas, entre otras nociones que se analizarán en este capítulo. Es habitual usar en sentido amplio los conceptos de ‘propiedad’ y ‘cualidad’ para que puedan aplicarse a los dos grupos de adjetivos que se señalan, lo que no sería posible si estas nociones se usaran en su interpretación más estricta. Existen, sin embargo, notables diferencias sintácticas y semánticas entre los adjetivos de una y otra serie, como se verá a lo largo del capítulo.

13.1b La tradición gramatical grecolatina fundaba la definición de las clases de palabras en categorías semánticas de base ontológica (§ 1.9). Conforme a este criterio, los sustantivos denotaban ‘sustancias’, mientras que los adjetivos aportaban los ‘accidentes’ que precisaban o modificaban esas sustancias. Esta caracterización se traducía gramaticalmente en la capacidad del sustantivo de “subsistir” sin el adjetivo, así como en el carácter dependiente de este último. Esta relación se refleja en la etimología misma del término. En efecto, adiectīvum (derivado verbal del latín adiicěre ‘añadir, poner al lado’) significaba en latín ‘adjunto, vecino, arrimado’. En la lengua actual se usa en ocasiones la palabra adjetivo en el sentido de ‘accesorio, secundario’, como en estos textos:

Ninguna de las demás declaraciones oficiales se refiere a acción efectiva para lograr que crezca nuestra producción. Solo se habla de aspectos adjetivos del problema (Beltrán, Realidad); Cuando hay nación, todas las clases sociales, por encima de cualquier diferencia adjetiva, están unidas en lo esencial (Henríquez Gratereaux, Empollar).

A su vez, también se emplea la voz sustantivo como adjetivo en el sentido de ‘esencial, fundamental’, como en Desde mi punto de vista este es un asunto sustantivo (Meza, Metodología). Tales usos no técnicos ponen de manifiesto que en la lengua común existen restos de la caracterización de estas dos clases de palabras en la tradición latina.

13.1c El término adjetivo se suele usar en un sentido laxo y en otro restrictivo. El primero, más frecuente en los estudios tradicionales, es el resultado de privilegiar los dos criterios formales que caracterizan a esta clase de palabras: la concordancia con el sustantivo y su función como modificador de este. Este sentido abarcador del adjetivo da cabida en esta clase de palabras a todos los elementos subrayados en la relación siguiente:

esa calle estrecha, algunos árboles frondosos, sus mismos tres presuntos cómplices italianos, muchos músicos entusiastas, mis antiguos compañeros, nuevo triple empate, demasiadas falsas promesas, ciertas personas discretas, cuya segunda intención.

13.1d Las voces que se recogen en esta relación se agrupan tradicionalmente en dos clases: la de los adjetivos calificativos, que designan cualidades, y la de los adjetivos determinativos, que introducen el grupo nominal y delimitan su denotación especificando a cuántas y cuáles de las entidades designadas por el nombre hace referencia el hablante. Para algunos tratadistas clásicos los artículos constituían una subclase de los adjetivos determinativos. El sentido restrictivo de la categoría adjetivo excluye estos, que pasan a ser determinantes (también determinativos para algunos autores) y cuantificadores. No se considera correcto, como se verá a lo largo del capítulo, identificar como adjetivos calificativos a los que resultan al suprimir de esta relación los adjetivos determinativos (esa, algunos, sus, mismos, muchos, etc., en el grupo de ejemplos que precede). En efecto, no son adjetivos calificativos presuntos, italianos (ambos en el tercer ejemplo) o antiguos (en el quinto), ya que no denotan cualidades o propiedades de los individuos de los que se habla.

13.1e A pesar de que los llamados adjetivos determinativos se analizan en otras partes de esta obra, en los § 13.9-11 se explicará que expresiones como cierto, mero, numeroso, otro o mismo poseen, en mayor o menor medida, propiedades predicativas. Se ha considerado por ello que este capítulo era el lugar adecuado para separar dichas características de las que definen esas palabras como miembros de otros paradigmas. Es importante resaltar que los adjetivos determinativos constituyen elementos gramaticales y forman clases cerradas, mientras que los adjetivos calificativos constituyen elementos léxicos (en el sentido de que poseen contenidos que corresponde dilucidar a los diccionarios, más que a las gramáticas) y forman además clases abiertas. Otras clases de adjetivos, como la de los llamados relacionales (químico, constitucional), forman también clases abiertas, pero —como se verá a lo largo del capítulo— no son abiertos los paradigmas a los que pertenecen adjetivos como presunto o supuesto, caracterizados por varias propiedades notables. La clase tradicional de los adjetivos determinativos abarca los demostrativos (este, esas, aquellos), los posesivos (mi, tus, nuestros), los indefinidos (algunos, ciertas, ninguno), los numerales (uno, cuatro, setecientas), así como algunas palabras exclamativas (como qué en ¡Qué calor!), relativas (cuyo) o interrogativas (¿Qué color?). Los adjetivos determinativos también se diferencian notablemente de los calificativos en la posición que ocupan en el grupo nominal (§ 12.16).

13.1f A pesar de que se acepta hoy que los adjetivos determinativos pertenecen, como se ha explicado, a la clase de los determinantes, que puede abarcar la de los cuantificadores, suele hablarse de usos adjetivos de algunas de estas expresiones, en oposición a sus usos pronominales o sustantivos. Corresponden a estos últimos las secuencias subrayadas en Ya llegó ese; No vino ninguna; Solo quiero algunos, no todos, que no inciden sobre sustantivos. Por el contrario, pertenecen a los primeros las que se marcan en estas otras: Ya llegó ese amigo tuyo; No vino ninguna paciente; Solo quiero algunos discos. Aunque solo en un sentido amplio pueden considerarse adjetivos ninguno y sus variantes (ningún día) y, en general, los cuantificadores y determinantes que se estudian en los capítulos 14, 15 y 17-22, en los apartados correspondientes se ponen de manifiesto los puntos de contacto que estas expresiones mantienen con esta clase de palabras. Tales relaciones son aún más estrechas en voces como varios13.9c y ss.), múltiples13.9l), triple21.7), determinado13.10a y ss.), primero21.4 y 21.5), semejante13.10j) o cierto13.10a y ss.).

13.1g Los adjetivos poseen propiedades predicativas, pero no referenciales. En el grupo nominal una casa grande, el adjetivo grande no “se refiere” al sustantivo casa (en el sentido en que lo hacen los pronombres), sino que lo modifica. En general, son los pronombres los que se refieren a los grupos nominales. Al no ser los adjetivos expresiones referenciales, no identifican individuos, si bien acotan o reducen la extensión de los grupos sintácticos y contribuyen ocasionalmente de forma particular a determinar la referencia del sustantivo (§ 13.10a y ss.). En la tradición no siempre se sintió la necesidad de establecer una relación semántica entre sustantivo y adjetivo que se mantuviera fija entre ambos, tanto si su manifestación sintáctica es la de modificación (la niña rubia) como si es la de atribución (La niña es rubia). En la actualidad, suele denominarse predicación a esa conexión semántica.

13.1h Los adjetivos son modificadores de los sustantivos, sin excluir los infinitivos sustantivados (como su andar cansino: § 26.3). No lo son, en cambio, de las oraciones subordinadas, que admiten atributos (Es bueno que regrese) pero no modificadores adjetivales. Los adjetivos pueden modificar también a los pronombres, aunque con algunas restricciones. Los admiten los indefinidos, como en Nada bueno sacarás de ello; No hay mucho interesante que contar o en Al mirarse en el espejo, sorprendió algo nuevo en su mirada, algo débil, inseguro, y volvió a sentir rabia (Torrente Ballester, Gozos).

13.1i Los adjetivos presentan mayores restricciones cuando acompañan a los pronombres interrogativos. En algunas zonas del español andino se aceptan construcciones como ¿Qué interesante dijo? en el sentido de ‘¿Qué cosas interesantes dijo?’. En el área andina y en la rioplatense se registra también qué nuevo por ‘qué cosas nuevas’: O porque son muy chicos y entonces sería prematuro, o porque son grandes y entonces qué nuevo se les podría decir (Página 26/9/2008). Estas expresiones se suelen sentir anómalas, en cambio, en las restantes áreas. Las construcciones del tipo ¿Qué dijo de interesante? se analizan en los § 20.3e y ss. No admiten adjetivos los pronombres personales (*nosotros altos, *tú guapo, *ella profesional), ya que son expresiones designativas asimilables a los nombres propios (§ 16.2h, i). Estos rechazan igualmente los adjetivos calificativos, pero aceptan los llamados epítetos, como se explica en el § 12.7g.

13.1j Las expresiones comparativas constituyen una excepción a la generalización que se introdujo en el apartado anterior, como en ¿Quién mejor para este trabajo? o en el siguiente fragmento del Quijote:

Si no, díganme quién más honesto y más valiente que el famoso Amadís de Gaula. ¿Quién más discreto que Palmerín de Inglaterra? ¿Quién más acomodado y manual que Tirante el Blanco? ¿Quién más galán que Lisuarte de Grecia? ¿Quién más acuchillado ni acuchillador que don Belianís? (Cervantes, Quijote II).

Aun así, estas preguntas son retóricas (§ 42.12), por lo que se asimilan a las oraciones correspondientes con el indefinido nadie. Se diferencian, pues, ¿Quién hay mejor que ella para este trabajo? (pregunta retórica o bien genuina) y ¿Quién mejor que ella para este trabajo? (solo pregunta retórica). Los grupos adjetivales insertos en las construcciones consecutivas también inciden sobre los pronombres interrogativos, como en ¿Quién tan desvanecido por la felicidad, que crea merecerla? (Arenal, Visitador).

13.1k Son variables las condiciones en las que los pronombres demostrativos admiten adjetivos. Junto a Todas estas cosas buenas, no se suele decir *Todo esto bueno, pero se admite, en cambio, ¿Qué es esto anaranjado? o —en construcción comparativa— Y esto tan grave no es todo; hay además otra cosa (Baroja, Árbol). El artículo neutro se asimila en parte a un demostrativo en construcciones como lo bueno de preguntarle a ella14.9). Los pronombres relativos muestran resistencia a los adjetivos, con la excepción del relativo neutro cuanto: Entiendo yo que constituyen su alma el escepticismo de todo lo bueno y la credulidad de cuanto malo hay en el mundo (Galdós, Episodios).

13.1l Los adjetivos ejercen la función de atributo (capítulos 37 y 38) cuando la relación predicativa que caracteriza su modo de significar se establece a través de un verbo, generalmente copulativo. Se predican, pues, de los grupos nominales (El problema es antiguo; La calle me pareció demasiado estrecha), de las relativas sin antecedente expreso (que se asimilan a ellos: Es absurdo lo que dices), de los pronombres (Todo es útil; Eso es bueno) o de las oraciones subordinadas sustantivas (Es incómodo esperar; Es lamentable que se haya enojado por eso). Una de las manifestaciones del atributo es el complemento predicativo38.6-10): El gato dormía tranquilo sobre sus piernas; Las vi cansadas. En uno y otro caso, el lugar del grupo nominal puede ser ocupado por una oración subordinada sustantiva, como en No está claro que sea ella la culpable o en Consideramos imprescindible revisar el dictamen. Otras oraciones no copulativas que contienen atributos son las absolutas como Una vez sola en su habitación, abrió la carta38.11-13) y las atributivas bimembres sin verbo (§ 38.13j), como Bienaventurados los limpios de corazón.

13.1m Ejercen la función de modificadores del sustantivo los adjetivos que se subrayan en las expresiones siguientes:

guayabas maduras, atento oído, el mundanal ruido, un día {puro ~ alegre ~ libre}, materia orgánica, el pobre caballero, piadosas visiones alegóricas, un simple error.

En principio, el modificador no es requerido por el núcleo nominal, sino que se le agrega facultativamente para restringir su denotación, y por tanto precisar su significado. En cuanto que es un elemento potestativo, puede ser omitido sin alterar la gramaticalidad de la construcción. Aun así, se observan varias construcciones en las que el modificador adjetival no es optativo. Forman una clase homogénea en este sentido los grupos nominales indefinidos constituidos por un sustantivo no contable y algún adjetivo que lo evalúa, como en Tenía una sed insaciable; Soplaba un viento racheado; Se despertó con un hambre atroz. Como se explica en el § 15.3p, no es posible suprimir los adjetivos que se subrayan en ejemplos como estos, salvo en los contextos de entonación suspensiva que se describen en los § 45.14o-q. Esta restricción no suele extenderse a los sustantivos contables o usados como contables, por lo que pueden suprimirse los adjetivos que se subrayan en Tuvo un presentimiento fatal; Sintió un dolor fuerte en el pecho. Se examinan, sin embargo, algunas excepciones en los apartados siguientes.

13.1n Los modificadores cualitativos suelen ser los elementos informativamente más destacados en los atributos nominales. Por esta razón, resultaría muy forzado prescindir de los adjetivos o de los grupos adjetivales modificadores que aparecen en estas oraciones: Es un tema candente; Fue un día muy ajetreado; Era una propuesta bastante atractiva. Se hacen también indispensables los adjetivos que modifican a sustantivos de significado abstracto, como circunstancia, cosa, lugar, manera, momento, situación y otros análogos. No pueden suprimirse, en efecto, los adjetivos o los grupos adjetivales que se subrayan en estas construcciones:

Lo dijo de manera contundente; Apareció en el momento menos oportuno; Estamos atravesando circunstancias muy complejas; Un tropiezo inesperado los puso en una situación poco brillante; Fue conducido a su trágico final de un modo inexorable.

Véanse, en relación con esta misma construcción, los § 15.5a y ss.

13.1ñ Son asimismo difícilmente suprimibles los adjetivos que aparecen en los complementos nominales cognados de verbos como vivir, morir, llorar, etc. (§ 34.4d), como en estos ejemplos:

Murió una muerte cristianísima (Granada, Epistolario); Lloró lágrimas vivas por su enamoramiento y su felicidad (Vergés, Cenizas); Volvió a Escocia, donde se casó y vivió una vida extrañamente aislada (Ruffinelli, Guzmán).

En el § 34.5 se proporcionan más informaciones sobre estos complementos.

13.1o Forman otro grupo de estructuras nominales en las que el modificador adjetival no es potestativo las construcciones introducidas por la preposición de que expresan posesión inalienable, como en un hombre de pelo rubio, mujeres de ojos grandes, niños de cara pícara. Estas construcciones se equiparan en buena medida a las de complemento predicativo necesario (§ 38.7) con verbos transitivos como conservar, llevar, mantener o tener, entre otros: Conservaba el cutis lozano; Llevaba el vestido sucio; Tiene los ojos azules. También se asimilan a las de complemento predicativo obligatorio introducidas por la preposición con, que se analizan en los § 38.9a y ss., como en Se quedó con las manos vacías; Salió con el pelo aún mojado, en las que se admiten atributos sumamente variados y necesarios. Los modificadores adjetivales son facultativos cuando el grupo nominal es introducido por un posesivo, como en Sus ojos azules se cerraron; Acariciaba sus manos suaves; Nos encantó tu vestido blanco.

13.1p Por último, el adjetivo se hace preciso, dentro del grupo nominal, en algunas construcciones con el verbo haber que no se ajustan al efecto de definitud (§ 15.6c y ss.), como en Hay la cantidad suficiente y, en general, en muchas de las que contienen complementos cuantitativos y están sujetas a un proceso de elipsis oracional (§ 15.6l), como en Mide los metros necesarios, es decir, ‘los metros que es necesario que mida’. Se analizan otros casos de adjetivos calificativos no suprimibles en el § 15.5.

13.1q Existe una frontera inestable entre los grupos nominales que contienen adjetivos y las locuciones nominales (§ 3.5, 11.2f y ss. y 12.9). Los primeros se forman libremente en la sintaxis, mientras que las segundas poseen naturaleza léxica y en su mayor parte están recogidas en los diccionarios. Así, el hecho de que el DRAE dé cabida a las expresiones intestino grueso e intestino delgado, pero no a calibre grueso o a línea delgada se debe a que estas últimas expresiones son unidades sintácticas, mientras que las primeras son unidades léxicas. Existen, por ejemplo, muchas locuciones nominales que se forman con adjetivos de color:

agujero negro, alerta roja, carta blanca, chiste verde (colorado en algunos países), mano negra, mercado negro, novela rosa, prensa amarilla, sangre azul, viejo verde, luz verde, etc.

Otras contienen adjetivos que hacen referencia a formas o a dimensiones, como en caza mayor, golpe bajo, mano larga, mesa redonda, paños menores, así como a muchas propiedades físicas: caja fuerte, disco rígido (duro en algunos países), guerra sucia, lluvia ácida, plata dulce, sangre fría, mano dura, vacas flacas. Se forman algunas unidades de este grupo con adjetivos de relación, como chivo expiatorio, teléfono celular, correo electrónico, cociente intelectual, clase social, etc. Recuérdense los § 12.9o y ss. La mayor parte de las expresiones mencionadas aparecen en los diccionarios, puesto que son unidades lexicalizadas. Se caracterizan, además, por no aceptar la anteposición del adjetivo o la modificación de este por algún cuantificador. Aunque es variable el grado en que la denotación de las expresiones a las que se alude puede reconocerse a partir de la de sus dos componentes, se considera generalmente que deben ser aprendidas como unidades léxicas individuales. Para la diferencia entre los conceptos de ‘grupo adjetival’ y ‘locución adjetival’, véase el § 13.18.

13.1r Los adjetivos forman grupos sintácticos, al igual que otras clases de palabras. Como se explica en el § 1.11d, los grupos adjetivales o grupos adjetivos se construyen de diversas maneras. Los adjetivos constituyen grupos adjetivales cuando son modificados por adverbios, que pueden ser de grado, como en bastante satisfecho de su labor, o no serlo, como en dudosamente legal o tristemente célebre. Así, en el primer ejemplo, los adjetivos admiten, además, complementos preposicionales. Se forman de este modo grupos adjetivales de cierta complejidad interna, como absolutamente harta de tener que aguantarte o rotundamente contrarios a la legalización de las drogas. Los grupos adjetivales integrados por términos comparativos admiten también complementos (§ 44.1o y ss.), como en casi tan difícil de entender como ciertas operaciones algebraicas. No obstante, el cuantificador de estos grupos adjetivales puede aparecer implícito: duro como una roca. Se dedicarán a los grupos adjetivales los § 13.16 y 13.17. Los grupos adjetivales se distinguen de las locuciones adjetivales. Estas locuciones (§ 1.10) son agrupaciones de palabras que funcionan como los adjetivos, no admiten la conmutación de sus elementos por unidades sinónimas y expresan un significado que no se obtiene combinando el de las unidades que las forman: de postín, sano y salvo, del demonio, de quita y pon, etc. Se dedicará a las locuciones adjetivas el § 13.18.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
adjetivo, adjetivo calificativo, clase (de palabras) abierta, clase (de palabras) cerrada, extensión

 

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