Sintaxis

26 El verbo (IV). Las formas no personales: el infinitivo

26.7 Sujetos expresos y sujetos tácitos (I). Aspectos sintácticos de la distinción

26.7a En los § 26.2-4 se analizaron algunos de los rasgos que caracterizan a los infinitivos verbales. Se ha explicado cómo se obtiene en ellos la información relativa al tiempo y al aspecto a pesar de que carecen de flexión, y se han examinado también los contextos en los que los infinitivos presentan forma activa, pero sentido pasivo. Esta sección y la siguiente se centrarán en la interpretación del sujeto de los infinitivos. Se distinguirá entre los sujetos expresos, como Antonio en De venir Antonio, vendrá por la tarde, y los sujetos tácitos, es decir, los que no están presentes en la oración, pero se sobrentienden en ella, como el que se necesita en la oración subrayada en María afirmó no saber nada. El segmento subrayado constituye una oración subordinada sustantiva de verbo no finito, pero no contiene un sujeto expreso. Se supone generalmente que lo posee tácito, de forma que su contenido viene determinado por algún argumento del predicado principal (María, en este caso). Los sujetos expresos y los tácitos coinciden en algunos de sus rasgos, pero se diferencian en otros, como se verá a lo largo de esta sección y de la siguiente.

26.7b Los sujetos tácitos son elementos nulos o sobrentendidos (de naturaleza pronominal en opinión de algunos gramáticos, pero no de todos), cuya interpretación se suele obtener por correferencia o identidad con otros sustantivos o grupos nominales. Así, se suele considerar que la oración subordinada subrayada en Elena siempre deseó viajar al extranjero contiene un sujeto tácito. En esa oración se habla del deseo de Elena de realizar cierta actividad, pero el sustantivo Elena es el sujeto del verbo deseó. Es, por tanto, un elemento sintáctico que forma parte de la oración principal, no de la subordinada. A la vez, se considera que este elemento nominal es el antecedente o el referente del sujeto tácito de viajar. Aunque algunos gramáticos entendían en la tradición que el sujeto de la oración principal es a la vez el de la subordinada, otros defendían la postura —hoy considerada por lo general más adecuada— de que ambos sujetos (el expreso y el tácito) están concertados o son correferentes. Se quiere expresar con ello que el sujeto tácito del infinitivo subordinado es un elemento no expreso cuya referencia está determinada o establecida por un argumento (Elena en este caso) de un predicado que puede situarse fuera de su oración, como sucede en el ejemplo propuesto. En la tradición gramatical hispánica es más frecuente el término infinitivo concertado (en el sentido de ‘infinitivo que tiene el mismo sujeto que otro predicado’) que el de sujeto concertado o sujeto correferente, frecuentes en la gramática actual. Suelen evitarse hoy fórmulas tradicionales como “el verbo principal y el subordinado tienen el mismo sujeto” porque no aclaran suficientemente si el sujeto del verbo principal es sujeto de otra oración, además de serlo de la suya propia o si —lo que parece ser más apropiado— constituye el antecedente del sujeto tácito de la oración subordinada.

26.7c El concepto tradicional de infinitivo concertado se ha retomado en los estudios sintácticos recientes, en los que ha recibido una interpretación direccional. Se resalta actualmente que suele ser el argumento del predicado principal el que determina o establece la referencia del sujeto tácito del subordinado, no al contrario. Así pues, Elena determina la referencia del sujeto tácito de viajar en Elena desea viajar al extranjero, y ello está vinculado al hecho de que desear es un verbo de voluntad. Aunque algunos gramáticos actuales llaman control a esa relación forzosa (Elena “controla”, por tanto, la referencia de un elemento sobrentendido en la oración subordinada), en esta descripción no se usará dicho concepto, sino que se hablará únicamente de relaciones de correferencia entre argumentos expresos o tácitos, y de la forma en que la gramática las establece. Se analizan otros aspectos de los infinitivos concertados y no concertados en el § 46.9.

26.7d Se explicó en los § 26.4a-ñ, 26.5a y ss. y 26.6 que las informaciones correspondientes al tiempo, el aspecto y (en parte) la voz que los infinitivos no expresan morfológicamente se determinan a través del contexto, en concreto a través de los predicados a los que los infinitivos se subordinan o de aquellos de los que son argumentos. Se piensa en general que los sujetos tácitos de los infinitivos constituyen un caso particular de esta dependencia gramatical. En efecto, la información relativa al sujeto de volver en la oración Rebeca desea volver a casa la aporta la oración principal, pero ello es posible porque volver a casa es una oración subordinada que constituye un argumento del verbo desear. La imposibilidad de que la subordinada de infinitivo tenga un sujeto expreso en estos casos (como en *Rebeca desea volver su hijo a casa) no se debe a que la información que podría expresarse así carezca de sentido, sino más bien —piensan algunos gramáticos— al hecho de que la dependencia que la subordinada establece respecto de la principal le impide manifestar sintácticamente su propio sujeto. Esta imposibilidad es determinante sobre todo cuando las oraciones subordinadas sustantivas desempeñan la función de complemento directo (*Ella prefería llegar tú antes) o de término de preposición en los complementos de régimen (*Ana se lamentaba de tener su hija que madrugar tanto). Existen otras interpretaciones de esta irregularidad, que se analizarán en esta misma sección. Hay que hacer notar, sin embargo, que el sujeto expreso era posible en algunas de estas construcciones en la lengua antigua, en particular en las oraciones copulativas:

El dulce sonido de tu habla, que jamás de mis oídos se cae, me certifica ser mi señora (Rojas, Celestina); Ninguno, que conosciese el monjil, sospecharía ser vos quien le cubriese (Pineda, Diálogos); Me dio aviso dello, ignorando ser yo cómplice de aquel delito (Estebanillo); Entró un procurador alegando ser yo vizcaíno (Erauso, Monja).

26.7e Los sujetos expresos de los infinitivos de las interrogativas indirectas se ajustan por lo común a la pauta que se acaba de introducir. Se rechaza el sujeto expreso en *No sé bien adónde ir la gente (frente a adónde irá o adónde va, sin infinitivo), pero se acepta en La cuestión era dónde meterme yo (Gopegui, Real), ya que no se ha introducido un antecedente forzoso para el sujeto tácito del infinitivo. Cuando este antecedente se manifiesta (como el pronombre nos en Nos preocupa cómo llegar a final de mes) se suele rechazar el sujeto expreso del infinitivo (*Nos preocupa cómo llegar esa familia a final de mes).

26.7f Un gran número de los sujetos expresos de los infinitivos aparecen en grupos adverbiales y en oraciones subordinadas no argumentales, en ambos casos en el término de varias preposiciones. El vínculo que une a todas estas construcciones es su naturaleza no dependiente, por tanto la ausencia de un antecedente que la sintaxis forzaría si se obtuviera una relación de dependencia argumental. Se subrayan los sujetos expresos de los infinitivos en los ejemplos siguientes:

de haberlo sabido ella, con estar yo allí dos horas antes, lejos de averiguarlo la policía, con ser eso importante, a los pocos días de morir su mamá, por haber recibido nuestro grupo tan importante premio, antes de llegar el cartero, después de nacer su segundo hijo, al salir el sol, al haberle fallado los frenos, pese a estar enferma su madre, a pesar de decir el testigo la verdad, aparte de haber salido mal el intento, hasta el punto de haber el juez sellado el local, independientemente de haber salido el niño del colegio solo, con tal de estar de acuerdo, a fuerza de gritar los vecinos.

Ilustran la misma pauta los siguientes textos (se subrayan los sujetos expresos de los infinitivos):

Al llegar el momento, lo amamos más que nunca (Somoza, Caverna); Parecía que las calles pasaban por mí en lugar de pasar yo por las calles (Millás, Mujeres); Estuvo al borde del quítate tú para ponerme yo (Coronado, Sombra); De ser acertado el curso de sus propias deducciones, más que protección aquello suponía un flagrante encubrimiento (Pérez-Reverte, Maestro); Lo que más me acongoja, con ser tantos mis males, es esta oscuridad que con el tiempo crece (Fernández Santos, Extramuros); Él no me reconoció en absoluto, pese a haber tergiversado yo sus palabras en el pasado (Marías, J., Corazón); Un chico de su banco quería salir a toda costa pese a estar prohibido moverse durante los sermones (Pombo, Héroe); Tras de efectuarse la tercera descarga comprendió la inutilidad de su empeño (Velasco Piña, Regina).

Se retomarán algunas de estas construcciones en los § 26.11c, e, n, s y 26.13. Pueden aparecer también con sujeto expreso los infinitivos de las oraciones independientes: ¿Rendirme yo?; ¡Hacerme Laura eso a mí!, y otras similares que se estudian en el § 26.14. También los infinitivos que aparecen en estructuras atributivas bimembres permiten la presencia de un sujeto explícito, como en ¡Qué gusto poder bañarse uno en el mar cuando hace calor! Los sujetos expresos de los infinitivos subordinados a verbos de percepción y causación o influencia (Veo entrar el sol por la ventana) se analizan en los § 26.9e-g y 26.10i y ss.

26.7g En el apartado precedente se presentaron numerosas construcciones con sujetos expresos pospuestos a diversos infinitivos. Los sujetos preverbales no son frecuentes en ellas, pero se registran ocasionalmente en algunas. Así, los grupos preposicionales encabezados por la preposición sin aceptan sujetos pronominales antepuestos, como en sin tú saberlo, que alterna con sin saberlo tú: Sin tú saberlo, noble Octavia, juegas a mi favor y en contra de tu marido (Moix, Sueño). Presentan asimismo sujetos pronominales antepuestos, en alternancia con los pospuestos, los complementos infinitivos de los adverbios antes y después. Son más frecuentes en el área caribeña, aunque se documentan también en otras:

Añadió que desde entonces ya no os separasteis nunca, hasta tu muerte, poco antes de él nacer (García Morales, Sur); […] inmediatamente después de yo darme cuenta de que realmente no era la Medicina ni el Derecho la única alternativa que yo pude tener (CREA oral, Venezuela); El Ministerio de Educación, después de yo haber trabajado como maestro de aula, un tiempo, me escogió a mí (CREA oral, Venezuela).

26.7h El sujeto expreso antepuesto, más frecuentemente pronominal que nominal, se extiende sobre todo en el español del Caribe, y el hablado en Estados Unidos (aunque también se registra en otras zonas), a varias preposiciones y adverbios. En la lengua oral de esas áreas son comunes secuencias como a pesar de la policía haber puesto una barricada, para graduarte tienes que estudiar mucho más, al poco tiempo de nosotros mudarnos allá, medidas necesarias para nosotros lograr mejores resultados, al uno examinar las cosas con atención. Aunque más ocasionalmente, estos usos también están presentes en la lengua escrita:

La lancha sale a las tres, así que, para ellos poder cogerla, Correa tiene que venir a buscar a Rosalinda no más tarde de las dos y media (Santiago, Sueño); Fue decapitado por decir estas cosas más de cien años antes de leerlas (Otero, L., Temporada); Nunca quiso a Helena y al nosotros exigirle que cumpliera con sus deberes de esposo, prefirió librarse de ella (Britton, Siglo); El Diario Económico constituyó un instrumento para los criollos expresar sus opiniones (Silvestrini/Luque, Historia).

26.7i Como se ha señalado, el fenómeno descrito excede en algunas de sus manifestaciones el área caribeña. En México, el Perú, el Uruguay, el Paraguay y otros países americanos se han documentado ejemplos similares a estos. De hecho, secuencias como Me lo entregó el lunes para yo acabarlo el miércoles o Cállate para yo oír el ruido resultan hoy comunes en áreas lingüísticas que exceden el área caribeña. La anteposición del sujeto en las subordinadas sustantivas, en cambio, es más rara fuera de las Antillas y ciertas zonas del Caribe continental. Se trata de oraciones como No veía la hora de nosotros regresar o ¿Cuál es la manera correcta de uno hablar de esas cosas?

26.7j Los sujetos antepuestos a los que se hace referencia no son enfáticos ni tienen función contrastiva. De hecho, no reciben una especial prominencia acentual, pero proporcionan rasgos de persona que el infinitivo no puede expresar. En efecto, si se omitiera el pronombre yo en Cállense para yo poder oír lo que dice no se garantizaría la interpretación del sujeto, ya que el verbo de la oración principal (cállense) permitiría entender un sujeto de tercera persona. La interpretación de yo en … para yo poder oír… no es contrastiva, a diferencia de lo que sucedería en al no poder salir yo (es decir, ‘no él, ni ellos’). El significado obtenido es, por el contrario, el mismo que correspondería a la variante con subjuntivo Cállense para que yo pueda oír lo que dice, con la que alterna. Esta misma interpretación se obtiene en los escasos testimonios de estos sujetos antepuestos que se registran en el español europeo. Así, la expresión subrayada en Supe que había muerto en París poco después de yo marcharme (González Ruano, Memorias) equivale a ‘después de que yo me marchara’. Los sujetos preverbales de las interrogativas parciales característicos del español del Caribe (¿Qué tú piensas?) se analizan en los § 42.h-j.

26.7k Los infinitivos con sujeto expreso pospuesto son frecuentes en el español general en el interior de los grupos nominales, como en estas construcciones: la necesidad de identificarse los ciudadanos ante la autoridad, la conveniencia de ir todos juntos, la remota posibilidad de encontrarse ella en la ciudad o en las secuencias siguientes (se subrayan con trazo continuo los sujetos expresos de los infinitivos):

El hecho de haber ido al cuartelillo a defenderlo, me aclara muy bien quién eres (Martín Recuerda, Caballos); El hombre, sin duda, moriría en el momento de descubrirse la disolución del Jardín (Padilla, Imposibilidad); Estas reuniones son necesarias, pero nunca sustitutos de la obligación de conocer el ciudadano y el político la cultura propia (Miret, Felices).

La presencia de sujetos expresos pospuestos en estas construcciones está asimismo en correlación con la ausencia de un argumento expreso del sustantivo que pueda entenderse como antecedente del sujeto (igualmente expreso) del infinitivo. Se subraya el sujeto expreso del infinitivo que se rechaza en Sus posibilidades de decidir (*Andrés) su futuro laboral son remotas.

26.7l Se ha observado que son más frecuentes estos sujetos expresos del infinitivo cuando los grupos nominales en los que aparecen funcionan como sujetos preverbales (El hecho de haber tenido Luisa tan mala suerte podría tener que ver con…) que cuando el infinitivo cae bajo el efecto de un argumento introducido ya en la oración (como el pronombre todos en Todos lamentamos mucho el hecho de haber tenido Luisa tan mala suerte, que resulta mucho más forzada). Se obtienen también sujetos expresos en construcciones como El tener uno que madrugar tanto resulta agotador o en Es terrible el tener uno que madrugar tanto, frente a No me gusta el tener (*uno) que madrugar tanto. Estos contrastes apoyan la idea de que los sujetos expresos de los infinitivos se prefieren en los contextos de subordinación en los que no se espera un sujeto tácito cuya referencia esté determinada o inducida de manera forzosa por un argumento de la oración principal (todos y me, respectivamente, en los ejemplos presentados). No constituyen excepciones secuencias como No me importaría ir yo (en la que podría omitirse la expresión subrayada) por las razones que se expondrán en el § 26.7ñ.

26.7m Como se explica en los § 16.4v-x, no se consideran sujetos de los infinitivos los pronombres enfáticos que los siguen en determinadas circunstancias: Su jefe le había prometido encargarse él de la gestión; El acusado negó rotundamente haber asesinado él a la víctima; La detenida afirmaba tener ella sola todo el dinero robado. Estos pronombres aportan informaciones próximas a las que manifiestan expresiones como personalmente o sin ayuda, y se construyen muy frecuentemente modificados por los adjetivos solo y mismo, como en Los buenos pescadores saben fabricar ellos mismos los anzuelos de mosca o en los textos siguientes:

Estrella quiso hacerlo ella sola (Jodorowsky, Pájaro); Quiere que se levanten para matar él solo a todos los sublevados (Alegría, Mundo); Entonces Stark no pudo contenerse y se encargó de responderle él mismo (Volpi, Klingsor).

26.7n El adjetivo mismo tiene varias interpretaciones, como se explica en los § 13.11, 16.4l y ss. y 16.6o. La que recibe en el último ejemplo citado es contrastiva, de forma que él mismo implica ‘y no otros’ o ‘en lugar de otros’. Sin embargo, no es preciso que esté presente este adjetivo para que se obtenga dicha interpretación:

Gregorio supo que ya no podía volverse atrás y dijo que qué iba a decir él (Landero, Juegos); El director se brindó a ser él ese interlocutor (Gopegui, Real); Juan Luis insistió, quería ir él para despejarse un poco (Giménez Bartlett, Serpientes).

26.7ñ Los pronombres enfáticos se asimilan a los complementos predicativos del sujeto, con el que concuerdan en género y número. El pronombre enfático yo puede omitirse en la oración No me importaría decírselo (yo), pero cuando está presente adquiere su referencia del sujeto tácito del verbo decir. Tampoco se consideran sujetos de los infinitivos por las mismas razones los llamados cuantificadores flotantes (§19.10) que pueden aparecer en las oraciones de infinitivo como en Las nadadoras celebraron todas haber ganado el campeonato. Véanse también sobre este punto los § 33.2h-ñ. Los rasgos que caracterizan este sujeto tácito se determinan mediante diversos factores que se analizarán en la sección siguiente.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
dependencia, oración de infinitivo

 

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