Sintaxis

43 Oraciones subordinadas sustantivas

43.1 Introducción

43.1a Como se explica en el § 1.13n, se denominan tradicionalmente oraciones subordinadas sustantivas (también cláusulas sustantivas o proposiciones sustantivas, además de oraciones completivas) las que desempeñan las funciones características de los sustantivos o de los grupos nominales. Se subrayan las subordinadas sustantivas que aparecen en los textos siguientes:

Los argentinos deseaban que se mantuviera la convertibilidad (Vázquez Rial, Enigma); […] para el final de la gestión esperamos haber disminuido la inseguridad en 40% (Nacional 2/10/2000); Nadie sabía de dónde había salido, qué hacía en la ciudad ni dónde vivía (Aldecoa, J., Mujeres); La dueña, doña Atanasia, decía no saber nada (Vargas Llosa, Tía); La participación de los seleccionados con sus equipos en la jornada inaugural dependerá de si el conjunto nacional tiene fogueo programado en dicho fin de semana (Prensa Gráfica 7/7/2004).

Si se considera el primero de estos ejemplos, se pueden distinguir dos aspectos en la oración que se subraya: su estructura y su función. Desde el punto de vista de su estructura, está formada por la conjunción subordinante que y una oración que constituye el llamado término de la conjunción (§ 1.11i y 31.1i): se mantuviera la convertibilidad. Desde el punto de vista de su función sintáctica, la oración desempeña la de complemento directo del verbo transitivo deseaban. Aunque algunos gramáticos usan el término proposición con el sentido de oración subordinada, el concepto de ‘proposición’ recibe otro significado en la tradición lógica, que se ha consolidado en los estudios de semántica. Así, los contenidos proposicionales son los característicos de las oraciones, subordinadas o no, e incluso de ciertos grupos nominales. Estos contenidos aluden normalmente a hechos, situaciones o estados de cosas.

43.1b Con las escasas excepciones que se analizarán en los § 43.2g, h, las oraciones subordinadas sustantivas aparecen incrustadas en una unidad más amplia: la oración principal. En el ejemplo propuesto, la oración principal es todo el texto que se reproduce: Los argentinos deseaban que se mantuviera la convertibilidad. A diferencia de lo que sostenían algunos gramáticos en la tradición, la oración principal no es los argentinos deseaban, es decir, lo que queda de la secuencia completa al retirar de ella la subordinada. La secuencia los argentinos deseaban no es un segmento sintáctico. Así pues, las oraciones subordinadas sustantivas se incrustan o se insertan (lat. tardío subordinare ‘colocar debajo’) en segmentos más amplios que las contienen. Ese segmento más amplio puede ser oracional, como en el ejemplo que se cita, pero también nominal (la prueba de que tienes razón), adjetival (contento de que lo hayan llamado) o de otro tipo, como se verá a lo largo del capítulo.

43.1c Las subordinadas sustantivas son argumentales (recuérdese la definición de argumento § 1.12e). Los verbos que admiten como argumentos oraciones sustantivas suelen permitir también sustantivos, ciertos pronombres o grupos sustantivos en su lugar. De hecho, estas oraciones se denominan tradicionalmente subordinadas sustantivas porque la relación entre estas oraciones y los grupos nominales mencionados se ha reconocido siempre en la tradición gramatical. Se obtienen así alternancias como las siguientes:

Dijo que estaba de acuerdo ~ Dijo la verdad;

Me alegraría que regresara ~ Me alegraría su regreso;

Cuento con que ustedes participen ~ Cuento con la participación de ustedes.

La naturaleza nominal de estas subordinadas se pone de manifiesto en la sustitución por pronombres átonos o tónicos, según se hará notar en el § 43.3q, así como en la posibilidad de coordinarlas con frases nominales que ejerzan su misma función, como en Los trabajadores exigían mejores condiciones laborales y que les subieran el salario un quince por ciento o en Te pedía perdón y que no lo fueras a acusar frente al director del liceo (CREA oral, Venezuela).

43.1d Las equivalencias mencionadas presentan algunas restricciones. Así, un grupo no muy amplio de verbos, al que pertenecen creer, decir, dudar u opinar, entre otros, suelen rechazar —en alguna de sus acepciones— los grupos nominales en la función de complemento directo, pero admiten con naturalidad las subordinadas sustantivas. De este modo se obtienen contrastes como los siguientes:

Creo que regresará ~ *Creo su regreso;

Dudo mucho que acepte ~ *Dudo mucho su aceptación;

Opinan que está demente ~ *Opinan su demencia.

También algunos adjetivos (Estoy feliz de que…) y sustantivos (Tienes la suerte de que…) aceptan con mayor facilidad subordinadas sustantivas que los grupos nominales equivalentes (§ 36.5 y 43.6a-e). Los verbos a los que se hace referencia pueden admitir grupos nominales con otra función sintáctica (por ejemplo, complemento de régimen en Dudo mucho de su buena voluntad; Creo en su regreso) o incluso con la misma función si se obtiene algún cambio de significado (Creo su palabra). Así, el verbo asegurar puede construirse con grupos nominales cuando significa ‘dejar firme o seguro’ (asegurar el portón, asegurar las ataduras), ‘garantizar, dar por seguro’ (asegurar el abastecimiento, …la lealtad, …el anonimato) o ‘resguardar de una posible contingencia contratando un seguro’ (asegurar el auto, …la casa), entre otros sentidos. No suele hacerlo, en cambio, cuando significa ‘afirmar la certeza de algo’, lo que da lugar a contrastes como Te aseguro que volveré ~ *Te aseguro mi vuelta y otros similares.

43.1e Algunos verbos alteran levemente su significado cuando admiten subordinadas sustantivas en lugar de complementos nominales, en particular si se construyen con sustantivos concretos. Así, encontrarse con un amigo es toparse con él, pero encontrarse con que un amigo nos ha fallado es descubrir de repente ese hecho. Se ha observado repetidamente que los verbos de percepción física, cuyos complementos designan seres materiales o eventos, con frecuencia se interpretan como verbos de juicio cuando sus complementos abarcan nociones más abstractas. Así, el verbo ver equivale aproximadamente a ‘comprender, darse cuenta’ en Vi que mi hijo no me comprendía, pero significa ‘percibir por la vista’ en Vi a mi hijo. Muchos complementos abstractos de este mismo verbo reciben una interpretación similar a la que corresponde a la oración subordinada (No es capaz de ver el problema; Cuando me la explicó, vi perfectamente la situación). Se obtienen matices significativos análogos con verbos como oír, notar, advertir y otros. Se analizan otros aspectos de esta reinterpretación en el § 26.9ñ.

43.1f Las alternancias a las que se aludió en los apartados precedentes son menos sistemáticas cuando se basan en significados metafóricos particulares, como en No digiere bien las comidas que tienen grasa, frente a Le costaba digerir que su libro hubiera fracasado (esto es, ‘aceptar’, ‘hacerse a la idea’). Los sustantivos abstractos se agrupan aquí con las oraciones subordinadas y cumplen sus mismas funciones (Le costaba digerir el fracaso). Se obtiene una diferencia similar al comparar El público aplaudió la obra atronadoramente (donde se alude a cierto tipo de palmoteo, como explica el DRAE) con Todos aplauden que el Gobierno esté dispuesto a ceder (esto es, ‘celebran’, ‘acogen favorablemente’). Muchos verbos transitivos que suelen construirse con complemento directo nominal y que designan diversos elementos de información o de comunicación (leer un libro, votar una resolución, escribir un artículo) en ocasiones lo hacen también con complemento oracional:

Publiqué en El Universal una nota editorial en la que me atreví a escribir que era “el hombre más tremendamente humano que he conocido” (García Márquez, Vivir); […] hacía poco había leído que esa medicación podría producir degeneraciones epileptiformes (Martínez Salguero, Combate); […] cuyos dirigentes votaron que era preferible ir hacia la constitución de un partido único, en lugar de mantener la coalición con el Partido Liberal (País [Esp.] 2/12/1986).

43.1g Aunque comparten sus mismas funciones sintácticas, las llamadas relativas sin antecedente expreso o relativas libres presentan diferencias notables con las subordinadas sustantivas, como se explicará en los § 43.7n y 43.8a, b. Cabe destacar aquí que la mayor parte de ellas son consecuencia de las diferencias semánticas que existen entre ambas construcciones. Las subordinadas sustantivas no designan personas, animales, lugares ni objetos físicos, sino nociones más abstractas, en particular hechos, contingencias o estados de cosas. Las relativas sin antecedente expreso pueden denotar, en cambio, tantas nociones como tipos de referente tenga el antecedente del relativo: personas (quien levante la mano), objetos materiales (lo que me compré), maneras (como lo hace habitualmente), lugares (donde vivo), tiempos o intervalos (cuando digas; durmió cuanto quiso), además de otras nociones de naturaleza inmaterial (lo que esa palabra signifique). Es de esperar, en consecuencia, que, cuando un verbo admite grupos nominales y también subordinadas sustantivas, los primeros puedan construirse con relativas sin antecedente expreso. La alternancia con las subordinadas sustantivas siempre dará lugar a diferencias de significado:

Me habló de que estaba estudiando ~ Me habló de lo que estaba estudiando;

Confío en que piense serenamente ~ Confío en quien piense serenamente.

Así pues, los ejemplos de la izquierda contienen subordinadas sustantivas en cada uno de estos pares. En el primero se alude a cierta situación que tenía lugar, y en el segundo se habla de confiar en que suceda algo. Los segmentos subrayados en las secuencias de la derecha son relativas libres (semilibre en el primer caso: § 44.1g) y contienen pronombres relativos. En la primera se designa cierta materia y en la segunda cierto individuo.

43.1h Dado que las dos clases de oraciones denotan conceptos semánticos diferentes, resulta natural que aparezcan también en contextos sintácticos distintos. Así, es de esperar que no aparezcan subordinadas sustantivas —y sí en cambio relativas sin antecedente expreso— como sujetos de los predicados que denotan acciones restringidas, como las que se atribuyen a las personas o los animales (comer, llorar, morir…) o a ciertos seres materiales (caber, ser alto, parecer amarillo…). Tampoco aparecen las subordinadas sustantivas como argumentos de los predicados que indican lugares (proceder de, ser oriundo de…), objetos materiales (agarrar, beber, golpear…) y otras muchas nociones igualmente concretas. Se dice, pues, Comía lo que le daba (no *Comía que le daba). Más complejo resulta analizar pares como Ya sé que aprendiste a manejar ~ Ya sé lo que aprendiste a manejar, alternancia que se examinará en el § 43.8c.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
oración principal, oración (subordinada) sustantiva, subordinación

 

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