Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.2 Clases de adverbios. Criterios de clasificación

30.2a Existen muchos criterios para clasificar los adverbios, pero los que suelen considerarse fundamentales son los siguientes:

A. Su estructura morfológica

B. Su significado

C. Su naturaleza gramatical

D. Su incidencia sintáctica

En los apartados siguientes se analizarán estos criterios por separado.

30.2b De acuerdo con su estructura morfológica (criterio A), los adverbios se dividen en dos grandes grupos: los simples o no derivados y los formados por derivación, composición u otro recurso morfológico. Pertenecen al primer grupo bien, mal, antes, después, lejos, cerca, siempre, nunca, sí, quizá(s), acaso, aquí, allí, entonces, luego, adrede, entre otros. Los del segundo grupo guardan una relación morfológica con otras clases de palabras. Algunos de los que poseen ciertas propiedades nominales están morfológicamente emparentados con las preposiciones: delante y adelante, con ante; detrás y atrás, con tras; debajo, con bajo, etc. Si bien algunos adverbios proceden históricamente de sustantivos (encima, de cima; arriba, del lat. ripa ‘orilla’; alrededor, de al y rededor ‘contorno, ruedo’), esta relación etimológica no suele tener consecuencias en su funcionamiento sintáctico. Los adverbios mejor y peor se consideran comparativos sincréticos45.2i y ss.), ya que envuelven el cuantificador comparativo más: el que peor canta, la que escribe mejor.

30.2c La serie más numerosa de adverbios del español se ajusta a la pauta «adjetivo + -mente». El segmento -mente posee, como se señala en el § 7.14, varias propiedades características de las palabras compuestas, pero también algunas propias de las derivadas. Las coordinaciones del tipo lenta y pesadamente (por lentamente y pesadamente) se analizan en los § 7.14d y ss. Los adverbios terminados en -mente no admiten diminutivos u otros sufijos apreciativos, pero los diminutivos sí forman, de manera ocasional, estos adverbios (ordenaditamente, lentitamente, tranquilitamente), como se observa en los apartados mencionados. Otros adverbios, en cambio, aceptan sufijos apreciativos con mayor facilidad: aquicito, ahorita, poquito, cerquita, lejitos, lueguito, lejotes, despuesito, mismito (como en ahora mismito) o enantito, de enantes. Estas formaciones se analizan en los § 9.2a y ss. Admiten el sufijo -ísimo algunos adverbios, como cuantísimo, prontísimo, tantísimo, tardísimo, tempranísimo7.4). Como se explica en el § 9.4h, se suelen aducir los adverbios cerquísima o lejísimos para argumentar que estas formas se crean por interfijación (cerqu-ísim-a; lej-ísim-os), al igual que los aumentativos arribota y lejotes.

30.2d Algunos adverbios admiten prefijos intensivos, restringidos generalmente a los registros conversacionales o al habla juvenil (rebién, requetemal, requetemucho, superbién, superlejos). Los llamados adverbios adjetivales30.3) también se ajustan a esta pauta, como en Iban superrápido (o recontrarrápido); Juegan supersucio, o Cantan superbonito. Se analizan estos usos en el § 10.9. Rara vez aceptan los adverbios prefijos que correspondan a otras clases. Así, ilegiblemente o improbablemente no se forman agregando prefijos negativos a otros adverbios (por tanto, *i-legiblemente; *im-probablemente), sino a partir de adjetivos que los contienen (por tanto, ilegible-mente; improbable-mente). Por tanto, no es en realidad el adverbio el elemento prefijado en esas formaciones. Como se ha indicado, se crean también adverbios caracterizables en función de sus propiedades morfológicas recategorizando algunos adjetivos calificativos de género masculino, como bajo, en volar bajo, o bien sin moción de género (§ 13.5f, g), como fuerte, en golpear fuerte. Estos adverbios se analizarán en el § 30.3.

30.2e De acuerdo con el criterio B, los adverbios se clasifican tradicionalmente por su significado en los siguientes grupos: adverbios de lugar, de tiempo, de modo, de cantidad, de afirmación, de negación y de duda. En la gramática moderna, algunas de estas clases se agrupan de modo diferente con otras categorías, como se verá más adelante. Los adverbios de lugar (§ 30.5) expresan la localización espacial de algo (aquí, allí, encima, arriba, detrás, etc.), y los de tiempo (§ 30.6 y 30.7) establecen, de forma análoga, su ubicación en un punto o en un período (ayer, hoy, mañana, siempre, nunca, antiguamente, recientemente, repentinamente). En los estudios contemporáneos se agregan a este grupo los adverbios de aspecto, como todavía o completamente30.8), si bien los límites de esta clase gramatical son aún imprecisos.

30.2f Los adverbios de modo o de manera30.9) expresan la forma en que ocurren las situaciones o los sucesos, como en escribir bien o caminar despacio. Un gran número de adverbios de este grupo terminan en -mente y admiten paráfrasis formadas por la fórmula «con + sustantivo» (como en cortésmente ~ con cortesía), y también con los sustantivos manera o modo seguidos del adjetivo correspondiente a su base léxica. Así, Habló cortésmente equivale a Habló de manera cortés. Muchos adverbios que se agrupaban tradicionalmente entre los de modo o manera corresponden a otros grupos en las clasificaciones actuales. Por ejemplo, el adverbio prácticamente (Están prácticamente extinguidos) no equivale a ‘de manera práctica’. No expresa, en efecto, manera, sino aproximación (‘están próximos a la extinción’). Se analizan en los § 40.9p y ss. El adverbio verdaderamente tampoco equivale a ‘de manera verdadera’, sino, más bien, a ‘de verdad’: Los que verdaderamente valen son poco conocidos, nadie les hace caso (Ortega Gasset, Universidad). Se agrupará con otros similares en el § 30.11o.

30.2g Otros adverbios de modo admiten la interpretación amplia «de manera + adjetivo» (sobre la que se volverá en el § 30.9b), pero les corresponden con más propiedad otras más específicas. Algunos aportan, en efecto, las causas de los procesos que se describen: milagrosamente, en curarse milagrosamente, admite la paráfrasis ‘de manera milagrosa’, pero también ‘de milagro’ o ‘a causa de un milagro’. Otras veces, el adverbio de manera hace alusión a cierto medio, como en comunicarse telefónicamente (‘por teléfono’), o a algún procedimiento o sistema de actuación (calcular mentalmente ‘usando la mente’). Por lo general, se prefiere hoy el sustantivo manera a modo para denominar este tipo de adverbios, ya que existen adverbios modales o de modalidad30.11h) que poseen propiedades diferentes de las que caracterizan a los adverbios de manera, y también porque ya se usa tradicionalmente el concepto de ‘modo’ en la gramática para designar cierto tipo de inflexiones del verbo.

30.2h Los adverbios de cantidad expresan esta noción, pero también grado, frecuencia y muy diversas formas de intensidad. Se analizarán en el § 30.4 y en los apartados a los que se remite desde allí. Los adverbios de afirmación denotan este concepto, pero también aceptación o aquiescencia. El adverbio de afirmación más característico es 30.11q-t y 40.7), y se asimilan también a ese paradigma ciertamente, efectivamente, indudablemente, así como los adjetivos adverbializados claro y seguro (en uno de sus sentidos) y las locuciones adverbiales desde luego, por supuesto o sin duda30.11o).

30.2i Los adverbios que expresan negación son no, nada, apenas, nunca, jamás y tampoco, a los que se añaden un gran número de locuciones adverbiales, como las que se describen en los § 48.1g, 48.3 y 48.13q. También se suelen subdividir hoy estos adverbios en grupos diferentes en función de sus propiedades gramaticales. Así, el adverbio no comparte con solo y con también la propiedad de tener ámbito o alcance, lo que exige postular una clase de adverbios generalmente no reconocida en la tradición (adverbios de foco, según el criterio expresado en C). Se retomará este concepto en el § 30.2m. Se dedican a los adverbios de foco los § 40.5-9. La clase tradicional de los adverbios de duda se agrupa aquí con otras clases de adverbios oracionales de naturaleza modal. Los adverbios de duda (§ 30.11i y ss.) son quizá o quizás, acaso y capaz (muy usado en América con el significado de ‘acaso’, ‘posiblemente’). A ellos hay que añadir locuciones como a lo mejor o a la mejor, tal vez o talvez (véase el § 30.15a sobre esta diferencia), o de repente, empleada con el significado de ‘posiblemente’ en América (§ 30.15t). La locución puede que se asimila a un adverbio en el español europeo (Puede que me llame), pero en el americano acepta algunas variantes flexivas en el tiempo verbal (podía que..., pueda que..., pudiera que...), como se explica en los § 25.14o y 28.1o, lo que implica que posee un grado menor de lexicalización.

30.2j El criterio C30.2a) da lugar a una clasificación diferente de adverbios. En el § 1.9c se dividen las clases de palabras en dos grandes grupos: léxicas y gramaticales (las segundas llamadas también funcionales por algunos gramáticos). Si se aplica este paradigma a los adverbios, se obtiene un gran grupo de adverbios propiamente léxicos. Pertenecen a él la mayor parte de los terminados en -mente, que constituyen una clase abierta, análoga a la de los adjetivos calificativos. De este paradigma de adverbios de naturaleza léxica forma parte también un conjunto (no demasiado numeroso) de otros que no muestran esta terminación (adrede, bien, deprisa, regular, temprano, despacio, etc.). Los que pertenecen al grupo de los llamados gramaticales o funcionales forman paradigmas cerrados. No obstante, en los § 30.4e y 13.16h y ss., se observa que muchos adverbios léxicos se pueden usar también como expresiones cuantificativas, como en increíblemente listo o en considerablemente mejor. Los adverbios llamados gramaticales suelen dividirse en varios subgrupos:

1. Demostrativos

2. Identificativos o referenciales

3. Cuantificativos

4. Relativos

5. Interrogativos

6. Exclamativos

7. Focales

30.2k Como se ve, este criterio se cruza con el B, puesto que no se establece en función de clases nocionales (tiempo, lugar, modo, etc.). Los adverbios demostrativos son aquí, allá, ahora, hoy, mañana, entonces, así y otros similares cuyo significado se obtiene por deixis (§ 17.1a) o a través de relaciones anafóricas. Por su gran proximidad con otros demostrativos (este ~ aquí; ese ~ ahí, etc.), se analizan en esta obra con los determinantes y pronombres demostrativos (§ 17.7-9). Estos adverbios coinciden con los llamados identificativos o referenciales (antes/después; delante/detrás; encima/debajo, etc.) en sus propiedades pronominales, que se ponen de manifiesto en el hecho de que pueden referirse a tiempos o lugares y ser términos de preposición: la gente de aquí; el árbol de detrás de la casa; las costumbres de antes; las canciones de ahora. Como se observa en el § 1.9c, se suele reconocer hoy que la distinción entre unidades léxicas y unidades gramaticales es gradual, puesto que muchas poseen rasgos pertenecientes a ambas clases. Sobre este punto, véanse también los § 29.1g y ss.

30.2l El tercer grupo de adverbios propiamente gramaticales es el de los cuantificativos30.4). Expresan cantidad, grado, intensidad y otras nociones similares, como en muy despacio, sumamente apartada, No me gustó demasiado o Le agradezco enormemente su participación. Los adverbios relativos son cuando, cuanto, como, donde, además de los relativos indefinidos formados con estos adverbios y la terminación -quiera22.12). Sus propiedades gramaticales se comprenden con más claridad si se analizan junto a otros relativos, como se hará aquí, en lugar de junto a otros adverbios. El mismo criterio se aplica a los adverbios interrogativos: cuándo, cuánto, cómo, dónde y por qué22.13-16). Los adverbios exclamativos coinciden en su mayor parte con los interrogativos, pero existen diferencias semánticas importantes entre ellos que se analizan en esas mismas secciones. Se ha observado que los grupos 3, 4 y 5 se cruzan parcialmente en algunos casos. Así, cuanto y cuánto son adverbios cuantificativos, pero el primero es relativo y el segundo interrogativo, por lo que pertenecen simultáneamente a dos grupos de adverbios establecidos con criterios gramaticales (§ 1.9n).

30.2m El último grupo mencionado en el § 30.2j es el que constituyen los adverbios de foco o focales. Estos adverbios, entre los que están no, también, solo, incluso, precisamente, concretamente y otros que se analizan en los § 40.5-9, intervienen en relaciones de ámbito y se caracterizan por resaltar o enfatizar ciertos segmentos, sea a distancia o en situaciones de contigüidad. En efecto, en la oración Solo lo dijo una vez, el complemento circunstancial una vez cae bajo el efecto del adverbio de foco solo, de forma que la oración equivale a Lo dijo solo una vez. Los adverbios de foco se estudian en el capítulo 40, en lugar de en este, porque su forma de significar está en función de la relación gramatical que establecen con el segmento sintáctico sobre el que inciden. El adverbio no se analiza en el capítulo 48, pero los aspectos de la negación relativos a la interpretación de su foco se tratan en el § 40.6.

30.2n El criterio D es el más polémico de los cuatro que se presentaron en el § 30.2a, como pone de manifiesto el hecho de que sean tan heterogéneos en la bibliografía los resultados que se obtienen al aplicarlo. Este criterio agrupa los adverbios en función de las relaciones de modificación a las que dan lugar. De acuerdo con él, se pueden dividir los adverbios en estos tres grupos:

1. Argumentales

2. Atributivos

3. Adjuntos

Los argumentales están seleccionados por algún predicado como parte esencial de su significación (§ 1.12e). Pueden ser temporales (¿Cuándo llegaremos?); locativos (Pon aquí la chaqueta) o de manera (No se portaron mal; Actúan maravillosamente; Compórtense adecuadamente; No se desenvolvía bien en ese ambiente). Algunos adverbios cuantificativos o de medida son también argumentales (Mide muy poco; La valija no pesa nada). Son a menudo compatibles con algunos de los grupos anteriores, como en La ópera dura excesivamente, donde el adverbio cuantificativo subrayado es, a la vez, temporal. Los adverbios atributivos ejercen la función de atributo, como en Estamos aquí; ¿Cuándo es la reunión?; Estás estupendamente, o la de complemento predicativo, como en Te veo mejor que hace un año; Las bebidas se quedaron arriba; La encontré divinamente. Estos adverbios se analizan en el § 37.3.

30.2ñ La mayor parte de los adverbios no son argumentales, ni atributivos, sino adjuntos, es decir, modificadores no seleccionados. Son adjuntos (§ 39.3) casi todos los adverbios que inciden sobre los predicados verbales (Camina lentamente; Llegó hoy; Lo encontraron detrás del árbol), puesto que el grupo de los argumentales es proporcionalmente muy escaso. También son adjuntos los que modifican a adjetivos o a otros adverbios, sean estrictamente cuantificativos (muy alto, nada lejos, sustancialmente mejor) o no (psicológicamente endeble, mundialmente famoso).

30.2o Se suelen distinguir otros dos grupos de adverbios de acuerdo con el criterio D: los oracionales y los conectores discursivos. Algunos gramáticos agrupan ambas clases en una superior (adverbios periféricos), pero otros prefieren considerarlos separadamente. Los adverbios oracionales inciden, como su nombre indica, sobre toda la oración, pero no siempre la modifican. Se dividirán aquí en tres grupos, el tercero de los cuales se desdoblará a su vez, como se indica a continuación:

1. Adverbios de la enunciación o del acto verbal (§ 30.10c)

2. Adverbios temáticos o de tópico (§ 30.10j)

3. Adverbios del enunciado (§ 30.11)

- Evaluativos (§ 30.11b, e)

- Modales o modalizadores (§ 30.11b, h)

- Evidenciales (§ 30.11b, o)

Los del grupo 1 (como el adverbio subrayado en Sinceramente, no te comprendo) introducen información que modifica a un verbo de lengua tácito. Los del grupo 2 (Técnicamente, el partido fue muy bueno) presentan un tema o tópico —cierto criterio o punto de vista en este ejemplo— con relación al cual se aporta determinada información. Los adverbios del enunciado (grupo 3) son propiamente modificadores oracionales, si bien algunos admiten usos en los que inciden sobre segmentos menores que la oración. Estos adverbios introducen informaciones relativas a la modalidad, en el sentido amplio de este término que se usa en los § 42.1i y ss. Los adverbios evaluativos (Desgraciadamente, las cosas salieron mal) aportan un juicio de valor que se predica de la proposición; los modales (Posiblemente, las cosas salieron mal) especifican un juicio relativo a la seguridad, la certeza o la posibilidad de que algo tenga o haya tenido lugar; los evidenciales (Obviamente, las cosas salieron mal) ofrecen información relativa a la fuerza o la contundencia con la que se asevera algo.

30.2p La clase gramatical de los conectores o marcadores discursivos abarca elementos de varias categorías, fundamentalmente adverbios, conjunciones e interjecciones. El concepto de ‘conector’ no constituye, por tanto, una unidad gramatical que pueda agregarse al paradigma de las clases tradicionales de palabras. Como se explica en los § 1.9z y 30.12b, muchos adverbios que vinculan dos fragmentos discursivos se engloban tradicionalmente en el grupo de las conjunciones, como en Consecuentemente, no hay nada que hacer o en No obstante, esperaremos, pero se consideran hoy adverbios. Se estudiarán en los § 30.12 y 30.13.

30.2q En los apartados anteriores se presentaron esquemáticamente los grupos A, B y C del § 30.2a, todos los cuales se analizarán a lo largo del capítulo. Cuando se considera el criterio D, se observa que la relación que existe entre las posiciones sintácticas y las clases de adverbios introducidas es solo indirecta. Así, entre los adverbios de modo destacan los que suelen denominarse de punto de vista30.9p). Estos adverbios, como económicamente (‘desde el punto de vista económico’), se suelen derivar de adjetivos de relación (§ 13.12), por lo que se han llamado también adverbios relacionales. Admiten, de hecho, paráfrasis como ‘en lo relativo a’, ‘en lo que respecta a’ y otras similares que ponen de manifiesto su estrecho vínculo con los adjetivos de relación. Pueden modificar a un adjetivo (Es económicamente inviable) o a un grupo verbal (Nuestra comunidad mejorará económicamente a corto plazo), pero también pueden aparecer en posición de tópicos oracionales, como en Económicamente, el proyecto no es viable, o en incisos intraoracionales, como en Soluciones que, económicamente, no parece ni siquiera posible plantear. Como se ve, todas las posiciones mencionadas son compatibles con el significado de ese adverbio, lo que no permite clasificarlo exclusivamente entre los adverbios oracionales.

30.2r Los adverbios que se caracterizan por aportar una propiedad del predicado pueden aparecer en varias posiciones, muy a menudo con consecuencias para el significado. Así, el adverbio rápidamente modifica a las formas verbales (escribir rápidamente) y a algunos adjetivos relacionados con ellas (desmontable rápidamente). Además de situarse en su posición natural dentro del grupo verbal (Hablaba rápidamente), puede hacerlo en incisos o al comienzo de una oración. De este modo, en la secuencia Empezó a salir agua del lavarropas. Rápidamente, Luisa llamó a un técnico y repararon la avería, no se dice que cierta llamada se hizo de manera rápida, sino más bien que la rapidez se atribuye a la sucesión de los eventos que se mencionan. Aunque algunos autores han sugerido que esta posición inicial lo convierte en modificador oracional, conviene tener en cuenta que de las entidades denotadas por las oraciones no puede predicarse la rapidez (cf. Es {posible ~ *rápido} que termine el trabajo). En los § 30.10j y ss. se agrupará este adverbio con otros que ocupan la posición de tópico. Ello permite que no se altere su naturaleza como modificador del grupo verbal, ya que los segmentos sintácticos en posición de tópico oracional no son propiamente modificadores. Es habitual, por otra parte, analizar adverbios modales como posiblemente en el grupo de los modificadores de la oración. Aunque aquí se seguirá también esta tendencia, conviene llamar la atención sobre el hecho de que no son oracionales grupos sintácticos como errores posiblemente involuntarios, en los que este adverbio mantiene su naturaleza modal sin dejar de ser un modificador del adjetivo. En los § 13.4h y 13.8m se explica que adjetivos como supuesto no son tampoco oracionales, pero sí modales, en grupos nominales como el supuesto asesino.

30.2s Los adverbios que manifiestan actitudes del hablante, como lamentablemente, suelen aparecer en posiciones extraoracionales, pero no dejan de expresar esas actitudes cuando modifican a los adjetivos dentro de un grupo adjetival, como en […] entre otras razones, por ser lamentablemente improductivos (Rangel, Salvaje). Los adverbios de este grupo pierden solo en parte ese valor cuando modifican al verbo dentro del predicado. Cabe pensar que el que escribe […] cuya empresa de invasión de España fracasó lamentablemente (Martín Recuerda, Arrecogías) no se lamenta del fracaso que menciona, sino que resalta su carácter penoso. Aun así, no es del todo claro que, en esa posición interna al grupo verbal, el adverbio lamentablemente deje de poner de manifiesto determinada actitud del que habla. Ciertamente, ese significado resalta más si el adverbio aparece en la posición preoracional con la que se suele asociar: Lamentablemente, el capitán […] se aproximaba hacia nosotros (Asensi, Catón).

30.2t Se comprueba en los apartados precedentes que es solo indirecta la conexión que existe entre las clases semánticas de adverbios y sus posiciones como modificadores de diversos grupos sintácticos. Asimismo se señaló en esos apartados que ciertos adverbios que habitualmente inciden sobre las oraciones aparecen también como modificadores de segmentos menores que la oración. El significado que se obtiene suele corresponder a una paráfrasis proposicional (como en errores posiblemente involuntarios ~ errores que es posible que sean involuntarios), pero la sintaxis no pone de manifiesto dicha estructura. Es tarea de la gramática establecer la interpretación de cada uno de los tipos de adverbios mencionados en cada contexto sintáctico en que puede aparecer, así como determinar los factores que lo hacen compatible o incompatible con él. No parece, en cambio, posible relacionar cada clase semántica con una sola posición. Es igualmente lógico que muchos adverbios puedan corresponder a clases distintas, establecidas con los criterios A, B, C y D.

30.2u Los criterios A y B30.2a) son los que mayor atención reciben en los análisis tradicionales, mientras que los criterios C y D son los que más se tienen en cuenta en los contemporáneos. Una de las razones fundamentales que apoyan este cambio de perspectiva es el hecho de que muchas propiedades gramaticales de los adverbios no se obtienen directamente de su clasificación semántica, sino más bien de la relación que se establece entre esas clases semánticas y otros grupos que se determinan con criterios sintácticos en sentido estricto. Así, las voces ahora, cuándo, siempre y antiguamente son adverbios de tiempo, pero manifiestan propiedades muy diferentes. El concepto de ‘tiempo’ representa en el significado de siempre el restrictor (§ 19.1c) de un cuantificador universal (cf. en todo tiempo, en todo momento, todas las veces, etc.). La relación semántica entre todo y siempre es, en este sentido, análoga a la que existe entre alguno y a veces, ya que, en el primer par se expresa cuantificación universal y en el segundo, existencial (§ 19.1f).

30.2v Repárese, por otro lado, en que el adverbio siempre no expresa estrictamente ‘tiempo’ en muchas oraciones genéricas. Así, la oración Las vocales siempre son sonoras no habla exactamente del conjunto de instantes, momentos o puntos temporales en los que las vocales poseen sonoridad, sino que viene a decir lo mismo que Todas las vocales son sonoras. Este uso de siempre, en el que el adverbio constituye un cuantificador universal de expresiones no necesariamente temporales, se analiza en los § 15.8j y 19.3k, l. Ello pone de manifiesto que algunas propiedades temporales del adverbio siempre están supeditadas a sus propiedades como cuantificador universal. De forma análoga, la gramática de cuándo está condicionada, en buena medida, por su naturaleza interrogativa o exclamativa; la de ahora, por su carácter de adverbio demostrativo (§ 17.9), grupo al que pertenecen otros adverbios (aquí, entonces), pero también unidades no adverbiales (esto, ese). Existen otros muchos casos similares.

30.2w Como se sugirió en los apartados precedentes, algunos adverbios (en especial los demostrativos y los cuantificativos, pero no solo ellos) engloban, envuelven o lexicalizan dos tipos de informaciones: la propiamente gramatical (es decir, la que siempre comparte con todos o la que ahora comparte con este) y la que corresponde a la clase semántica a la que pertenece el adverbio; por tanto, a la noción cuantificada o determinada (tiempo, lugar, modo, etc.). Esta duplicidad se extiende a las palabras negativas, como en nunca (‘en ningún momento’), y también a las interrogativas o a las exclamativas: cuándo (‘en qué momento’), cuánto (‘en qué grado, qué valor, qué intensidad’), dónde (‘en qué lugar’), etc.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
adverbio de afirmación, adverbio de duda, adverbio de manera, adverbio de negación, adverbio de punto de vista, adverbio en -mente

 

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