Sintaxis

43 Oraciones subordinadas sustantivas

43.3 Estructura de las subordinadas sustantivas declarativas con verbo en forma personal

43.3a Se ha explicado que las subordinadas declarativas con verbo conjugado constan de la conjunción subordinante que (a veces llamada simplemente subordinante) y de la secuencia que constituye su término. Como otros segmentos sintácticos, los componentes de las oraciones subordinadas sustantivas se pueden desdoblar en los procesos de coordinación (§ 31.4p). Es frecuente confundir estos procesos con los de elipsis al tratar de la subordinación, pero existen diferencias notables entre ellos. En efecto, es posible coordinar una subordinada sustantiva con otra, pero también únicamente el término de la conjunción que con otro análogo, o incluso el grupo verbal con otro semejante. Se subrayan a continuación los segmentos que se desdoblan en los procesos de coordinación que se ejemplifican:

Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros–Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros y que su madre pudiera descansar.

Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros–Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros y su madre pudiera descansar.

Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros–Todos deseábamos que el muchacho se quedara con nosotros y pudiera descansar.

Se analizan otros aspectos de la coordinación de oraciones en el § 31.5.

43.3b Se omite a veces la conjunción que en las subordinadas sustantivas, casi siempre de objeto directo. Esta omisión era mucho más frecuente en los textos antiguos que en los modernos. Se atestigua hoy en el lenguaje epistolar, en el jurídico y en el administrativo, pero también en otras variedades formales de la lengua escrita. Se dividen estas construcciones en dos grupos:

A. Omisión de la conjunción que con subordinadas en subjuntivo

B. Omisión de la conjunción que con subordinadas en indicativo

43.3c El grupo A es más numeroso que el B. Entre los verbos que admiten la omisión a la que se refiere el grupo A destacan los que denotan petición, mandato y otras formas de influencia. En el grupo de citas que sigue se reproducen primero los textos antiguos y se agregan luego los modernos:

Conjúrote me respondas por la virtud del gran poder (Rojas, Celestina); Aviendo prevenido lo necessario para todos, demandó le diessen de comer (Sierra, P., Espejo); Le dio tres pláticas […] las cuales el dicho padre Juan Francisco la mandó leyese (Medina, Chile); Le suplico medite usted de nuevo, y, si insiste en su negativa, se sirva manifestarlo por escrito (Chamorro, V., Muerto); […] en espera de la partida que me rogaba demorara lo más posible (Britton, Siglo); Los jefes militares que derrocaron aquel gobierno le solicitaron cumpliese la tarea iniciada (Salvador Lara, Historia); El público pidió fuese devuelto al corral, a lo que no accedió el presidente (Tapia Bolívar, Historia); En caso de transgredir esta disposición ordenaba fueran castigados con las penas impuestas por el tribunal (Trabulse, Orígenes).

Cabe agregar a este grupo el verbo agradecer, que puede omitir la conjunción que en su complemento oracional, sobre todo cuando introduce peticiones cuyo cumplimiento se agradece por anticipado: Mucho le agradeceré haga del conocimiento de sus lectores estas líneas (Proceso [Méx.] 14/7/1996).

43.3d Pertenecen también al grupo A algunos verbos de voluntad, en particular los que ponen de manifiesto la actitud favorable del sujeto en relación con lo que ha de suceder:

La protesta se realizará de 12:00 a 4:00 de la tarde en el parque La Fayette de Nueva Orleans, donde se espera acudan unos tres mil hondureños (Tribuna [Hond.] 2/1/1998); En fin, te deseo termines tus deliciosas vacaciones (Mundo [Esp.] 24/8/1994); Por ello, consideró que la causa estará pendiente “de tomar una decisión” que confió se adopte antes de agosto (Noticias Álava 29/6/2007).

No es frecuente la omisión de la conjunción que en los complementos oracionales en subjuntivo de otros verbos transitivos. De manera ocasional se registra este uso con el verbo hacer: […] y a fuerza de ruegos hizo le confesase la causa de su pena (García Malo, Voz).

43.3e También corresponden al grupo A algunas subordinadas de sujeto. Coinciden con los usos examinados antes en su naturaleza prospectiva:

Las informaciones disponibles indican igualmente que es posible exista algo de petróleo en El Petén (Galich, Guatemala); […] pero es necesario tenga presente que el compositor se forma en pocos días de un hombre que sepa leer correctamente, mientras el cajista necesita años y años para ser artista (Giráldez, Tipografía).

Tal como se ha indicado, la omisión se registra en textos antiguos en contextos en los que no se aceptaría en los modernos. La primera de las dos subordinadas que se subrayan ejerce la función de sujeto; la segunda desempeña la de objeto directo:

Por tanto es menester tenga sus consejeros de aquellas calidades que io en los otros capítulos dixe (Furió, Concejo); Ni es bien esperar milagros; el Señor los hace cuando es servido […]; mas quiere Su Majestad que nos tengamos por tan ruines, que no merecemos los haga (Santa Teresa, Moradas).

43.3f La omisión de la conjunción no está limitada únicamente por el significado de los verbos que la admiten y por el registro formal en que se usa. Como se muestra en los ejemplos propuestos, el verbo subordinado aparece contiguo al verbo principal, lo que lleva a pensar que el modo subjuntivo seleccionado por el predicado es el factor que permite omitir la conjunción y suple en cierta forma a esta como marca de subordinación. De hecho, las oraciones sustantivas sin conjunción subordinante no se suelen construir con sujeto antepuesto. Se dice, en efecto, de forma más natural Esperamos sepan ustedes comprender que…, que Esperamos ustedes sepan comprender que… Cabe agregar que, salvo la negación, estas oraciones subordinadas pocas veces aceptan adverbios o cualquier otro modificador que separe el verbo principal del subordinado. Se dice, pues, Esperamos que nos visiten en un futuro próximo, y también Esperamos que en un futuro próximo nos visiten, pero solo la primera oración admite con naturalidad la variante sin que: Esperamos nos visiten en un futuro próximo.

43.3g Como se ha adelantado, el número de verbos que integran el grupo B es más reducido que el de los que forman el A. Destacan especialmente en el primero los predicados que denotan pensamiento y juicio:

Del otro 50%, el que obtuvo las mejores puntuaciones, se excluiría una parte, que estimamos podría ser un quinto (Theorethikos 7/12/2001); En una jugada que se pensó sería inofensiva, Membreño en la media cancha envió un largo pase cruzado para Arriola (Prensa [Hond.] 3/3/1997); […] y salir de aquel valle que se me antojó había de ser mi tumba (Blasco Ibáñez, Traducción); Me percaté de acontecimientos que desviaron el resultado de la investigación […] y que considero es necesario se conozcan (Diario Yucatán 24/7/1996); Hacía una pregunta muy importante para él y que estoy seguro está en la mente de los nicaragüenses (Prensa [Nic.] 21/10/1997); El remitente más prolífico era Félix Schleyer, el comerciante alemán que yo sabía era uno de los agentes nazis más activos (Barea, Forja); Hay autopistas, aun urbanas, que creo son necesarias y convenientes (Clarín 25/4/1979).

Repárese en que los verbos subrayados en estos ejemplos aparecen en oraciones subordinadas. No se suele omitir, de hecho, la conjunción cuando estos mismos verbos se usan en las principales. Así, una variante del último texto con el verbo creer en la oración principal sería Creo que hay autopistas que son necesarias y convenientes. En esta oración no se admite la omisión de la conjunción subordinante: *Creo hay autopistas que son necesarias y convenientes (con la excepción a la que se refiere el § 43.3i). Análogamente, junto a Un asunto que considero tendríamos que tratar ahora, no se obtiene la variante *Considero tendríamos que tratar ahora ese asunto.

43.3h Cabe pensar que la asimetría que se acaba de describir entre verbo subordinado y verbo principal está relacionada con las propiedades de los relativos que en el § 22.17a se llaman desplazados. En el texto que se citó del diario hondureño La Prensa (En una jugada que se pensó sería inofensiva…), aparece, en efecto, un pronombre relativo (que) que no ejerce la función de sujeto en la oración del verbo pensar, sino en la subordinada sustantiva de sujeto que complementa a este, ya que la construcción es pasiva refleja. Así pues, aunque se omita la conjunción que, estos verbos están precedidos por un elemento que ha de proceder necesariamente de una oración subordinada. En el español actual no se omite la conjunción si el verbo que la introduce no está subordinado. Ello parece indicar que la sintaxis requiere alguna marca formal de que existe subordinación: el relativo en los contextos que se acaban de mencionar, y el subjuntivo en los analizados en los apartados precedentes cuando se omite la conjunción.

43.3i Los textos antiguos muestran casos de ausencia de conjunción en contextos del tipo B en los que el verbo que introduce la subordinada no está a su vez subordinado. El uso actual de decir en el primero de los dos ejemplos que siguen contrasta con el uso antiguo, que se ilustra en el segundo:

Aquellos personajes de quienes se dijo morirían siguen vivitos y muy saludables (Tiempos 2/1/1997); Viendo que unos obispos arrianos negaban en Cristo […] las dos naturalezas, les dijo tenía nuevas de que en el cielo se había muerto el arcángel san Gabriel (Abarca, Vigilia).

Se registran en la lengua literaria clásica y moderna numerosos usos de creer sin conjunción y con subordinada de indicativo. Estos usos siguen vivos en algunas variedades del habla popular de México, como en Creo llamará tu mamá. Se ilustra esta pauta a continuación:

Pero creo irá el señor don Duarte y otros (Granada, Epistolario); Y creo iré allí, primero que a Madrid, a fundar (Santa Teresa, Epistolario); La boga del tango creo llegaría a durar treinta o cuarenta años (Baroja, Vuelta); De las acciones esperamos que el Nasdaq baje algo más, creo llegará a unos 3 900 (Nuevo Herald 10/9/2000).

Lo habitual en estos casos es también que el verbo principal y el subordinado aparezcan contiguos. Este uso es característico de la primera persona del singular. Esta es, asimismo, la forma predominante en los incisos (Llamará tu mamá, creo). Se presenta, pues, como información circunstancial o como marca modal que manifiesta la actitud del hablante ante la información que se expresa seguidamente (§ 25.8f, g). La relación que existe entre estos contextos y los que caracterizan los relativos y los interrogativos desplazados se estudia en los § 22.17d-i.

43.3j En general no se omite la conjunción cuando existe un sujeto explícito entre el verbo principal y el subordinado. Tiende a rechazarse, pues, la omisión de la conjunción en Un asunto que entendemos que ustedes deberían abordar cuanto antes, donde el sujeto ustedes precede al verbo deberían, pero se admite más fácilmente en la variante en la que se pospone al verbo subordinado: Un asunto que entendemos deberían ustedes abordar cuanto antes. Si el elemento interpuesto es el sujeto del verbo principal, el resultado es análogo. Así pues, la alternancia que se percibe en Dime lo que crees que pasará ~ Dime lo que crees que pasará no se mantiene en la variante sin conjunción subordinante, en la que se prefieren los sujetos preverbales, puesto que no interrumpen la contigüidad de los dos verbos: Pero quiero que me digas lo que tú crees será la reacción de Pistola Gorda y de los otros (Morales, A., Verdad).

43.3k El término de la conjunción subordinante puede ser un segmento no oracional, sobre todo cuando el verbo subordinado recuperable tendría que aparecer en indicativo. Se calla en estos casos o se sobrentiende el resto de la información que la oración debería contener. Así, es posible contestar Creo que a las cuatro a una pregunta como ¿A qué hora llegará el tren? A esta misma pauta corresponden secuencias, también incompletas, como Es posible que nunca; Me parece que desde allá, o Creemos que no, en cuyas subordinadas se omite cierta información proporcionada en el discurso precedente. Los predicados principales matizan en todos estos casos el punto de vista del hablante de forma similar a como lo hacen ciertos adverbios de modalidad: seguramente, probablemente, posiblemente30.11h y ss.). La negación llamada anticipada48.12) no deja de afectar a la oración subordinada en estos contextos. El fragmento que se subraya a continuación se interpreta como ‘No creo que esté vivo por mucho tiempo’ (o Creo que no estaré… de acuerdo con lo que se dice en los apartados a los que se remite): Por ahora estás viva, yo también. No creo que por mucho tiempo (Quintero, E., Danza).

43.3l Se explica en el § 22.16b que el adverbio interrogativo cómo presenta usos difíciles de distinguir de los de la conjunción subordinante como. Aparece esta última en Verás como sale corriendo, donde no se alude a la forma en que se realiza la acción de correr (frente a lo que sucedería si cómo fuera adverbio), sino que se expresa un significado equivalente a Verás que sale corriendo. Aun así, la conjunción mantiene vestigios de la significación modal que posee como adverbio relativo, ya que la percepción del hecho en sí (en este caso, ‘salir corriendo’) es difícilmente separable de la percepción del modo en que se realiza. La conjunción subordinante como es característica de las subordinadas sustantivas que complementan a ciertos verbos de percepción y juicio:

Ya verás como, a la larga, todos saldrán beneficiados con el programa (Santander, Extensionista); Ha sido también una gran experiencia estar en compañía de tantas, tantísimas mujeres y comprobar como son muchos los que están empeñados en la lucha por liberar a sus pueblos oprimidos (Viezzer, Hablar); Podrá notar como la cadena no siempre cae perfectamente de un engrane a otro (Lesur, Bicicletas).

43.3m Muchas subordinadas sustantivas pueden aparecer introducidas por el artículo el, sin variación de género y número. La inserción del artículo es característica de los contextos en los que la subordinada sustantiva alterna con la construcción el hecho de que…, lo que da lugar a alternancias como El hecho de que digas eso me resulta irritante ~ El que digas eso me resulta irritante ~ Que digas eso me resulta irritante. La alternancia resulta habitual con los verbos que expresan reacciones afectivas (lamentar, sorprender, doler, molestar) y con otros predicados factivos, como en los textos siguientes:

El presidente del patronato constituido en 1994 lamenta el que Australia se quede como el pato feo de la ruta (Proceso [Méx.] 1/9/1996); En muchos casos es sorprendente el que pudieran realizarse obras de arte tan perfectas en emplazamientos tan difíciles (Calvo Serraller, Historia); No me sorprendió el que hubiera reunido tantos materiales (País [Esp.] 1/12/1985); [...] que pecando de ingenuas, achacaron a la edad el que hubiera embarnecido (Hayen, Calle); Resulta confortador el que haya personas que ponen el Arte y la Historia por encima de las sucias urgencias de la guerra (Beltrán Martínez, Pueblos); De otro padre de la patria se alababa el que hubiera vencido al ejército enemigo usando como arma el amor (Jodorowsky, Danza); Hasta el que haya habido ladrones nos beneficia (Alonso Millán, Raya).

Aunque estos contextos sean los más frecuentes en el uso, el artículo no aparece únicamente en ellos:

El hecho lo demuestra el que se hayan presentado 1147 diseños (ABC 3/6/1986); Ponía en tela de juicio el que con ellas pudiera alcanzar un placer embriagador (Alatriste, Vivir).

43.3n Los verbos que rechazan las construcciones con el hecho de que en sus subordinadas tienden a rechazar también el artículo enfático. Son, pues, agramaticales las secuencias que comienzan por *Creo el hecho de que…, y las correspondientes con *Creo el que… De igual modo es agramatical *Ya sabemos el hecho de que ha sucedido un accidente, como también lo es *Ya sabemos el que ha sucedido un accidente. Lo mismo se aplica a decir, querer y otros muchos verbos. No obstante, el paralelismo que sugieren estos pares no es exacto, ya que las subordinadas sustantivas introducidas por el artículo el están más restringidas que los grupos nominales correspondientes con el hecho de que. Así, estos últimos pueden ser términos de preposición, a diferencia de lo que sucede en general en las oraciones subordinadas introducidas por el artículo:

independientemente del hecho de que estemos aquí ~ *independientemente del que estemos aquí; aparte del hecho de que los datos fueran falsos ~ *aparte del que los datos fueran falsos; Se sentía feliz por el hecho de que la hubieran admitido ~ *Se sentía feliz por el que la hubieran admitido.

43.3ñ Las construcciones con el hecho de que alternan el indicativo con el subjuntivo, tal como se explica en el § 25.6c. Sin embargo, las subordinadas sustantivas con artículo son más raras con indicativo, modo generalmente anómalo con los predicados factivos (§ 25.3q y ss., 43.3m). En efecto, en el texto siguiente podría haberse dicho el hecho de que había agua corriente en su pueblo, pero no *el que había agua corriente en su pueblo: El que hubiera agua corriente en su pueblo le produjo una sensación embriagadora de bienestar material (Mendoza, Ciudad). El rechazo del indicativo se percibe asimismo en contrastes como el que nadie {*sabe ~ sepa} cómo salir de la crisis económica, que no se dan necesariamente en la variante con el hecho de que: el hecho de que nadie {sabe ~ sepa} cómo salir de la crisis económica.

43.3o La construcción con artículo enfático se extiende a las subordinadas de infinitivo, como en Era una lata el tener que levantarse a las cinco de la mañana, o en las que se reproducen a continuación:

¿No es una debilidad de su gobierno el tener que conformar una comisión con gente de fuera de su gabinete, para que venga a dar esta visión de nación? (Salvador Hoy 12/5/1997); Pero no solo la atormentaba eso, sino también el saber que Carmelo continuaba queriéndola (Vergés, Cenizas); Debe de ser muy desagradable el tener que abandonar con tanta frecuencia a una esposa tan encantadora (Buero, Valmy); Me molesta el saber que no puedo viajar (Sophia, Arte).

43.3p El artículo el que precede a las subordinadas sustantivas no se extiende a las interrogativas indirectas (*No sé el quién llamó). Sin embargo, se observa en algunas áreas del español americano (sobre todo en la andina y la chilena, pero también en otras) cierta tendencia a anteponerlo a las interrogativas indirectas encabezadas con por qué o para qué, como en Nunca entendí el por qué no quería renunciar a su trabajo, o en los textos siguientes:

Este conocimiento explica el por qué los incas, en el entrenamiento de sus guerreros, proporcionan a estos, raciones de maca (Antúnez, Dieta); Ellos conocen el campo, pero no saben bien el por qué trabajan de ese modo y no de otro (Hoy [Chile] 1/2/1978).

Esta pauta se registra en textos españoles del siglo xix: Sus compañeras trataron de hacerla cantar el para qué la había llamado don Carlos (Galdós, Misericordia). Se prefieren hoy las variantes sin artículo: Nunca entendí por qué no quería…; Este conocimiento explica por qué…, etc. Este uso es distinto del empleo del sustantivo porqué (‘razón, causa’), que introduce una estructura nominal: Era difícil entender la razón de tanta inquina, el porqué de ese tono hostil (Collyer, Habitante).

43.3q Cuando desempeñan la función de sujeto, las subordinadas sustantivas se sustituyen por los pronombres ello, eso o qué, pero también pueden quedar tácitas o, más exactamente, representadas por la flexión verbal, como sucede con los sustantivos o los grupos nominales. Así, en Convendría que vinieras, pero no es imprescindible se sobrentiende ‘que vengas’. Las subordinadas sustantivas que constituyen términos de preposición se sustituyen también por esos mismos pronombres (Confío en que la atiendan bien > Confío en ello), pero no pueden omitirse porque los términos de preposición nunca son tácitos. Las subordinadas sustantivas de sujeto o de objeto directo se omiten a menudo como argumento de ciertos verbos de pensamiento y juicio, sobre todo en contextos comparativos, siempre que la información que contienen se obtenga del discurso precedente. Así pues, las oraciones que aparecen entre paréntesis en los ejemplos que siguen pueden estar o no presentes (véanse también los § 22.2w-z):

Las cosas saldrán como esperamos (que salgan).

No me llamó la persona que tú decías (que me llamaría).

Se reunió mucho menos dinero del que se pensaba (que se reuniría).

No te va a suponer tanto esfuerzo como te imaginas (que te va a suponer).

Esas oraciones ausentes han de suplirse por razones interpretativas y también estrictamente sintácticas. Nótese que, fuera de contexto, en el grupo nominal la persona que tú decías no puede analizarse el relativo que como complemento directo de decir, puesto que este verbo no tiene complementos directos de persona. Aun así, en el contexto adecuado, en cambio, la persona que tú decías puede ser equivalente de la persona que tú mencionaste, de forma que el relativo funcionaría en ese caso como complemento directo. En algunos ejemplos puede producirse esta ambigüedad: No salió elegido el que yo esperaba (que saliera), frente a No ha venido la persona que yo esperaba, donde cabe entender que se espera a una persona, o bien que venga determinada persona. Se aplican razonamientos análogos a los demás ejemplos del grupo anterior. Véanse en relación con esta misma cuestión los § 22.2x-z.

43.3r En la lengua medieval y en la clásica es frecuente la repetición de la conjunción que cuando un inciso interrumpe la oración subordinada introducida por aquella:

Auien jurado / que, si antes las catassen, que fossen perjurados (Cid); Decía el vizcaíno en sus mal trabadas razones que si no le dejaban acabar su batalla, que él mismo había de matar a su ama (Cervantes, Quijote I).

En el lenguaje literario moderno se suele evitar este pleonasmo.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
elipsis

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE