Sintaxis

29 La preposición y el grupo preposicional

29.7 Usos particulares de las preposiciones (I): a, ante, bajo, con, contra, de, desde

29.7a En la sección anterior se han presentado ciertos rasgos generales del significado de las preposiciones, así como las diferencias fundamentales que cabe establecer entre las que expresan ‘ubicación’, ‘origen’, ‘destino’ y otros conceptos similares. Se ha analizado también la relación semántica —muy restrictiva unas veces y un tanto laxa otras— entre preposición y término. La relación entre el grupo preposicional y el predicado principal se analiza en los capítulos 36 y 39. En la presente sección se añaden algunas precisiones a las consideraciones generales que se han introducido en la anterior. Como se recordó arriba, en el capítulo 36 se caracterizan desde el punto de vista semántico los complementos de régimen que introduce cada preposición, y en los § 12.10 y 13.17 se hacen diversas consideraciones semánticas sobre los grupos preposicionales que complementan a los sustantivos y a los adjetivos, respectivamente.

29.7b La preposición a es, junto con de, la que posee usos más claramente gramaticales. Se utiliza para introducir complementos indirectos y complementos directos, muy a menudo de persona y definidos (Quiero mucho a mis hijos) (§ 34.8 y 35.3a y ss.), complementos de destino (Voy a Murcia) y de límite (llegar a final de mes). En latín se empleaba «ad + acusativo» para ‘lugar adonde’, y también para ‘lugar en donde’ si se trataba de lugares abiertos. Si el término de la preposición designaba un lugar cerrado, se usaba «in + ablativo» para ‘lugar en donde’ e «in + acusativo» para ‘lugar adonde’. Las preposiciones españolas a y en perdieron los rasgos mencionados, de forma que la primera pasó a denotar ‘dirección’ (dirigirse a Roma) y la segunda ‘lugar en donde’ (suceder en Roma). Persisten, sin embargo, algunos usos localizadores de la preposición a, como en esperar a la entrada, sentarse a la mesa, quedarse a la puerta, ponerse al sol, tumbarse a la sombra. Por el contrario, se emplea en, en alternancia con a, con entrar y penetrar. Se expresan significados muy diferentes en sentarse a la mesa y sentarse en la mesa (recuérdese el § 29.6b). En general, estos complementos de ubicación son más frecuentes si expresan dirección u orientación (como en La ventana da al norte o en para abrirse al mundo) o se construyen en correspondencia con otros formados con de (Está a dos cuadras de aquí), como se vio en los § 29.4j-l. La preposición a encabeza asimismo los complementos de régimen de un buen número de adjetivos, sustantivos y verbos. Se estudian con detenimiento en el § 36.6. Para alternancias como entrar {a ~ en} la casa, véase el § 36.4l. Las del tipo afectar {algo ~ a algo} se analizan en el § 36.6h. Los pares como jugar {fútbol ~ al fútbol} se examinan en el § 33.6m.

29.7c La preposición a precede a los sustantivos que designan horas, y expresa con ellos la localización temporal de los sucesos (Llegó a las tres). Forma, asimismo, grupos preposicionales que indican la finalidad perseguida con una acción (Vengo a que me ayudes, uso estudiado en el § 46.8). Es también parte integrante de otros que reciben interpretación distributiva —a menudo en concurrencia con la preposición por—, que han de estar vinculados a alguna expresión cuantificada: cuatro viajes al año, tres veces a la semana, libros a tres euros. Véanse sobre este tipo de construcciones los § 19.9s y 21.8. La preposición a se integra en un gran número de locuciones adjetivas y adverbiales, entre las que destacan especialmente las que designan maneras de llevar a cabo ciertos procesos, como en cocinar a fuego lento, comer callos a la madrileña, hablar a gritos, andar a tientas, caminar a ciegas, etc. Se estudian estas y otras locuciones formadas con esta preposición en los § 30.15 y 30.16. Sobre las alternancias preposicionales que caracterizan alguna de ellas (a la mañana ~ por la mañana ~ en la mañana; también con tarde y noche), véanse estos mismos apartados. Forma parte, además, de muchas locuciones preposicionales, sobre todo las que se ajustan a la pauta «a + sustantivo + de», que se describen en los § 29.9k-o, así como de algunas nominales (avión a reacción), que se examinan en el § 13.18. Sobre el uso condicional de «a + infinitivo» en la lengua antigua (a saberlo por de saberlo), véase el § 47.11n. Las construcciones del tipo de asuntos a tratar o cantidades a deducir se analizan en el § 26.6l. Las construcciones imperativas formadas con «a + infinitivo», como ¡A callar!, se describen en los § 42.5p y ss.

29.7d La preposición ante expresa localización orientada y se aproxima en su significado a delante (de), como en ante la puerta ~ delante de la puerta. Admite a veces paráfrasis aproximadas con las locuciones en presencia de (arrodillado ante él ~ arrodillado en presencia de él) y frente a, como en Se esponja como gallina ante un espejo (Asturias, Leyendas), es decir, frente a él, o en estos otros:

Y pasaba […] como consternada de su impotencia ante los hechos (Carpentier, Pasos); Y la belleza / honda se ofrece ante su muerte (Brines, Otoño).

Esta preposición forma grupos sintácticos que complementan a varias clases de palabras, como se explica en los § 36.6ñ, o. Los que modifican a los sustantivos no suelen expresar la presencia física de algo (*el árbol ante la casa), pero sí la figurada (la actitud ante la vida). El sentido causal que a veces se le atribuye es una extensión figurada del uso locativo que se acaba de describir:

Quedose pasmada ante semejante alarde de paciencia y humildad absoluta (Clarín, Hijo); Su alma de hombre de negocios se indignó ante los centenares de miles de millones que la loca aventura iba a invertir en humo y matanzas (Blasco Ibáñez, Jinetes); Ante lo formidable del ataque flaquearon los nuestros (Galdós, Episodios).

En otro sentido figurado, también próximo al de localización espacial, ante expresa preferencia, en especial en la locución ante todo, que significa ‘antes que ninguna otra cosa’, pero también ‘principalmente’. La preposición ante introduce asimismo complementos próximos en su significado a los que se forman con la locución en vista de, es decir, complementos que admiten paráfrasis como ‘teniendo en cuenta’ o ‘tomando en consideración’ (como ante la gravedad de los hechos), lo que no anula el sentido básico que se ha descrito.

29.7e La preposición bajo localiza lo que ocupa una posición o una situación inferior a la persona o cosa designada por su término, como en Los papeles estaban bajo la mesa. Carece de usos temporales, pero admite numerosos usos figurados, en los que se expresan de muy diversa forma los resultados inmateriales de hallarse por debajo de algo o alguien. Se trata de nociones como ‘protección’ o ‘control’ (bajo su tutela, bajo la vigilancia de la policía), ‘sometimiento’ (bajo el imperio de la ley, bajo el mando militar, bajo su supervisión directa, bajo sus órdenes, bajo el yugo del tirano), ‘ocultación’ (bajo nombre supuesto, bajo un pretexto ridículo) y otras formas de dependencia o subordinación. Alternan bajo y desde con punto de vista, perspectiva, visión, enfoque y otras expresiones similares. Se recomienda el empleo de desde en todos estos contextos:

En el capítulo siguiente la observaremos bajo el prisma de la lucha antidictatorial (Fasano, Derrota); En ese importante documento se comprueba hasta la evidencia la justicia de nuestra causa, bajo el punto de vista legal (Ramírez F. Fontecha, Arbitraje).

Alternan bajo y con en ser elegido {bajo ~ con} el nombre de y otros pares semejantes. Se documenta de manera ocasional en los textos la alternancia de bajo con sobre en {bajo ~ sobre} la base de:

El arquitecto catalán experimentó con fantasía, aunque siempre bajo la base de un naturalismo descriptivo (Aranda, Surrealismo); Esas, pues, son las fundamentales, capitales y filosóficas razones que me indujeron a edificar la obra sobre la base de partes sueltas (Cortázar, Rayuela).

La primera variante (bajo la base) se desaconseja por su clara incongruencia semántica.

29.7f La preposición cabe se analizó en los § 29.2b y 29.6b. La preposición con expresa ante todo concurrencia o la compañía de personas o cosas. No tiene usos propiamente temporales, pero sí los admite locativos, ya que indica destino con algunos verbos de movimiento, como en Llevó al niño con su madre, es decir, ‘donde estaba su madre’. En el sentido que se suele denominar comitativo, la preposición con introduce complementos de compañía, como en A veces paseaba con ella. Alterna con junto con cuando denota colaboración o acción conjunta, sentido que se suele distinguir del anterior: Escribió un libro {con ~ junto con} él39.6). El adjetivo junto se caracteriza por esta misma dualidad (Pasean juntos frente a Trabajan juntos). Muchos de los grupos semánticos a los que corresponden los verbos y los adjetivos que introducen con como complemento de régimen (descritos en el § 36.7) tienen en común el hecho de que denotan acciones o procesos en los que intervienen varias personas o cosas conjuntamente. Se trata de nociones como ‘confrontación’, ‘mezcla’, ‘reunión’, ‘unión’ y otras similares que ponen de manifiesto variantes más específicas de los conceptos abstractos que la preposición expresa. Sobre el uso conjuntivo de con (Con Paula fuimos al cine, en el sentido de ‘Paula y yo fuimos al cine’) en algunos países, véanse los § 33.7g y ss.

29.7g El sentido instrumental de con admite una interpretación literal y varias extensiones figuradas. El término de la preposición puede designar, en efecto, un utensilio (con un martillo), pero también el medio, material o inmaterial, empleado en la consecución de algo (con agua, con habilidad, con paciencia), la manera en que se lleva a cabo un proceso (Lo escuchaban con sorpresa; Come con gula) o la causa que lo provoca (Me desperté con la luz de la calle; Se aburre con esos cuentos). Algunos predicados que expresan reacciones emocionales dan lugar a la alternancia con ~ por, como en Está satisfecha {con ~ por} el resultado. No obstante, suele entenderse que el primero de ellos está seleccionado, por lo que constituye un complemento de régimen (§ 36.7g). Sobre la alternancia con ~ , como en cumplir {con una obligación ~ una obligación}, véase el § 36.3.

29.7h La locución conjuntiva con tal (de) que se analiza en el § 47.10j. Se manifiesta concesión con el esquema «con + infinitivo», normalmente en construcciones topicalizadas, como en Con ser tan inteligente, no parece que entienda lo que sucede26.13d y 47.14m, n). En ocasiones, el mismo esquema da lugar a un sentido condicional, como en Se cree que con estudiar una hora al día todo está resuelto. Este valor está próximo al que adquiere la preposición cuando aparece introducida por algunos predicados que denotan suficiencia (§ 33.10c y 36.7k). El sentido condicional se extiende a las subordinadas de verbo flexionado, como en Pues eso, con que la familia apoquine el loben, pronto se remedia (Valle-Inclán, Milagros), e incluso a los grupos nominales, especialmente a los antepuestos cuando aparecen en contextos prospectivos: Con una mujer en el cargo, la institución funcionará mejor (es decir, ‘si hay o si hubiera una mujer en el cargo’: § 39.4j). Si el contexto no es prospectivo, la interpretación que predomina es la causal, como en Con un obispo enfermo, y enfermo como este, iba pudriéndose la diócesis (Miró, Obispo). Sobre el uso de con en las expresiones exclamativas (¡Vaya con el muchacho!; ¡Con lo que me ha costado llegar hasta aquí!; ¡Con la de amigas que tenía en el pueblo!; ¡Con lo mucho que yo lo quería!), véase el § 42.16o.

29.7i La preposición con interviene en la fórmula exclamativa que se construye en correlación con a. Sigue a esta última preposición un grupo nominal que designa el lugar al que se desea enviar o dirigir aquello que expresa el término de la otra, como en estos ejemplos:

El señor Pantoja y su amigo Ocampo protestaron. ¡Al diablo con los puercos! (Arguedas, Raza); ¡Al pozo con él! (Galdós, Episodios); ¡Al carajo con todo! (Martín Moreno, Mutilado).

Algunas de estas variantes (al diablo con, al infierno con, etc.) presentan mayor grado de lexicalización. La construcción suele ser imprecatoria, pero no lo es en todos los casos: Cuando llegó la hora me vestí, ¡y al teatro con mi persona! (Galdós, Manso). Véase también el § 42.5s.

29.7j El valor fundamental de la preposición contra es el de oposición. Contra es una de las preposiciones descritas en los § 29.5l y 29.6c que expresan ubicación en unos contextos (apoyarse contra la pared, situarse contra el viento) y destino o término en otros (lanzar algo contra el suelo, estrellarse contra un árbol). En ambos casos se indica que existe contacto, pero en el primero se pone de manifiesto la situación en la que se halla algo o alguien, mientras que en el segundo se denota el final de algún proceso. En el español medieval contra podía expresar dirección sin aludir tan claramente a la noción de contacto: […] dende que salga a la carrera que viene de Negriella contra la villa (Pascual Sánchez). El concepto de ‘oposición’ que contra denota posee numerosas variantes. Se usa esta preposición para introducir sustantivos que designan la persona o la cosa a la que se enfrenta alguien o aquello a lo que se opone (luchar contra los invasores, pastillas contra la tos, jugar las semifinales contra Francia), el destinatario de lo que se lanza o se dirige (un artículo contra el ministro de Industria), sin excluir ciertos sentimientos negativos (odio contra los intrusos). Encabeza también la preposición contra complementos que se refieren a la persona o la cosa afectada directamente por una acción reprobable (delitos contra la salud pública). Sobre la naturaleza semántica de los predicados que introducen esta preposición, véanse los § 36.7l y ss.

29.7k En contextos más restringidos, la preposición contra admite el sentido de ‘a cambio de’, como en Se otorgaba un préstamo […] mediante entregas monetarias semanales contra la recepción de los correspondientes comprobantes (Monterde, Cine). Este sentido se reconoce en las locuciones adverbiales contra reembolso, contra recibo y contra entrega, como en El pago por la compra se hacía generalmente contra entrega (Moreno Fraginals, Historia). Se usa también en algunos países contra original, como en revisar un documento contra original (‘cotejarlo con el original’). Sobre el uso incorrecto de contra por cuanto en las comparativas proporcionales o correlativas (Contra más lo intento, peor), véase el § 45.11q. Contra no es preposición, sino sustantivo, en alternancias como en contra tuya ~ en tu contra, que se analizan en el § 18.4k.

29.7l La preposición de es, junto con a, la que posee más usos como elemento gramatical, por oposición a los propiamente léxicos. De es la preposición más utilizada para introducir complementos de nombres, adjetivos o adverbios (§ 12.10, 29.1i y 36.8), sean argumentales o no, así como para encabezar los complementos partitivos (uno de los nuestros, § 20.1). Es también la que introduce de forma característica los complementos apositivos en todas sus variedades (la ciudad de Sevilla, el tonto de Luis, una maravilla de edificio), como se explica en el § 12.14. En todos estos usos, la preposición de se considera equivalente al caso genitivo, por lo que no se asocia con un contenido léxico particular. En el § 12.10 se explica que el complemento introducido por de puede interpretarse como agente (la decisión del ministro, la salida del tren), como paciente (el cuidado de los ancianos, la lectura del libro) o con uno u otro sentido según el contexto (la elección del nuevo presidente). Sobre la alternancia de ~ por en el complemento agente (rodeado {de ~ por} todos), véanse los § 27.8p, q.

29.7m A los valores que se mencionan en el apartado precedente cabe añadir otros muchos efectos de sentido. Dan lugar a ellos las construcciones en las que un grupo preposicional encabezado por de modifica a un sustantivo. La preposición de introduce complementos que designan la persona o la cosa que posee algo (la casa de mis abuelos), el todo del que se señala una parte (la rama del árbol, los pies de la cama) o lo que se caracteriza por cierta propiedad (el precio de la vivienda, la edad de la luna, el color del mar). Los complementos del nombre formados con esta preposición pueden expresar además la propiedad misma atribuida (hombre de valor), el contenido que caracteriza a algo (libro de Física), la materia de la que está hecho (mesa de mármol), el destino que se le da o el propósito que alberga (tablero de ajedrez, traje de cóctel), su causa o su razón de ser (fiebre del heno), entre otras nociones que se analizan en el § 12.10.

29.7n Los complementos de régimen encabezados por la preposición de que inciden sobre verbos, sustantivos y adjetivos se estudian en los § 12.10, 13.17 y 36.8. Los que complementan a ciertas interjecciones (¡Ay de mí!; ¡Pobres de vosotras!) se examinan en el § 32.8. De forma parte de varias correlaciones de preposiciones, examinadas en el § 29.4 (de… a…, de… hasta…, etc.), y también de un gran número de locuciones adverbiales (§ 30.15-17). No suele introducir, en cambio, complementos adjuntos o circunstanciales —en el sentido de ‘no regidos o no seleccionados’—, con la excepción de los que expresan causa, generalmente extrema: Se caía de(l) sueño; Murió de(l) tifus; Saltaba de (la) alegría. Este tipo de complementos suele estar restringido a las construcciones de sentido comparativo o consecutivo. No se dice *Se bebió un litro de cerveza de la sed, pero sí … de la sed que tenía, es decir, ‘de tanta sed como tenía’. Véanse, en relación con estas construcciones, los § 39.8 y 45.14r y ss.

29.7ñ Se asimilan a los complementos argumentales los que expresan la procedencia de algo, como en Llegó de París; Esas ramas nacen directamente del tronco; Los problemas no surgen de la nada. Aun así, se ha observado que la relación entre las nociones de ‘causa’ y de ‘procedencia’ es estrecha en ciertos casos, como en Vive de su trabajo. Con la preposición de se forman numerosos complementos de materia, como en Volvió a instalarse cerca del hogar como en un sillón de brazos hecho de madera de algarrobo (Blasco Ibáñez, Papa). Sobre este punto, véanse los § 12.10p y § 39.6p y ss. Los demás usos de la preposición de se estudian también en otras partes de esta obra: las construcciones que presentan queísmo y dequeísmo se analizan en el § 43.6; la alternancia entre deber y deber de, en los § 28.6i-k; la elección de que o de en las comparativas de desigualdad, en los § 45.7 y 46.6; la interpretación condicional de «de + infinitivo», en los § 26.13ñ y 47.11l. No se consideran correctos algunos usos de esta preposición, como en ser adicto de algo (frente a … a algo); hacer algo de urgencia (mejor … con urgencia) o perder de cinco puntos (se prefiere … por cinco puntos).

29.7o La preposición desde introduce, como se explicó en los § 29.6c-g, el punto de origen, de arranque o de partida de un proceso o de una situación. También marca el lugar a partir del cual se mide un espacio, como en la distancia a la capital desde aquí, o aquel en el que se percibe algo, como en Se ve el mar desde su casa. El frecuente uso de la preposición desde con las expresiones nominales ángulo, enfoque, perspectiva o punto de vista constituye una extensión figurada de este último sentido:

Se podría decir, desde un punto de vista no demasiado exigente, que no había perdido su tiempo (Marías, J., Travesía); Lo que, desde una perspectiva flamenca, une a Rubens y Rembrandt es la tactilidad, la necesidad de conocer la realidad palpándola con las manos (Calvo Serraller, Paisajes); Han penetrado en territorios que solo eran tratados antes desde el ángulo novelístico (Iglesias, Historia); Siempre hemos visto las cosas desde mi enfoque. ¿Y si era al revés? (Espido, Melocotones).

Los llamados adverbios de punto de vista30.9p) admiten paráfrasis con estas fórmulas, como en rentable económicamente ~ rentable desde el punto de vista económico. Sobre la alternancia ocasional desde ~ bajo, véase el § 29.7e.

29.7p Como sucede con otras preposiciones, del concepto de origen se pasa fácilmente al de causa (§ 39.8g): Creo que [esta frase] solo puede ser pronunciada desde la ignorancia o desde la pereza (Alsius, Dudas). Se observó en los § 29.6a y ss. que el término nominal de esta preposición puede designar una unidad temporal (desde hoy, desde el verano), pero también un suceso (desde la guerra, desde su marcha). En el español actual no se usan los grupos nominales cuantificados para designar un punto temporal (*desde dos horas), frente a lo que se permite en otras lenguas románicas como el francés o el italiano (cf., por ejemplo, fr. depuis deux heures, it. da due ore ‘desde hace dos horas’) y se permitía en el español antiguo:

Y desde tres o cuatro días partió de allí entregando el lugar al Rey de Túnez (Santa Cruz, Crónica Emperador); […] para asistir a su mujer, que está enferma desde dos meses (Música Sigüenza).

El uso de desde que se acaba de describir se documenta solo excepcionalmente en textos contemporáneos:

En el pesante rumor de una lluvia que caía desde tres días regresaron varias embarcaciones (Carpentier, Siglo); Los cuerpos de socorro rescataron hoy los cadáveres de 133 personas que desde tres días fueron aplastadas por un alud de tierra (Nuevo Diario [Nic.] 10/10/2005).

29.7q La preposición desde forma parte de correlaciones con hasta y a de sentido temporal, como en desde entonces hasta ahora29.4i). Las construcciones del tipo desde varios meses hasta hoy, desde muchos días acá, etc., en las que sigue a desde un grupo nominal cuantificativo, se documentan en algunos países americanos: Y el hecho de que la familia real británica se haya venido tratando con esta terapéutica desde muchos años hasta hoy, le da prestigio, indudablemente, a este bello arte de curar (Lasprilla, Reflexiones). Sobre la construcción hace tres años atrás, que se considera incorrecta, véase el § 24.6a. En relación con la pauta «desde hace + grupo cuantificativo temporal», propia del español general, véase el § 24.6n.

29.7r Cuando se construye con oraciones subordinadas, el término de la preposición desde designa también un punto temporal (desde que te vi > desde entonces), lo que se suele explicar suponiendo que estas oraciones constituyen relativas sin antecedente expreso en lugar de subordinadas sustantivas. Para las alternancias como desde que te vi ~ desde cuando te vi, véanse los § 22.9i y ss. En la lengua medieval se empleaba desque o des que con el sentido de ‘cuando, en cuanto’: El privado fue muy rezio corriendo desque lo vido así fablar (Sendebar). En el español actual de muchos países americanos (pero especialmente en los del área caribeña), así como en el de las islas Canarias (España), se atestigua el uso de desde que por ‘en cuanto’, con indicativo y con subjuntivo, como en Desde que me lo dijo, me di cuenta de lo que pasaba o en los textos siguientes:

[…] el turista, desde que vea ese gran monumento, seguro que irá al sitio más cercano a comprar una bandera de nuestra isla (Canarias 2/10/2006); Menos mal que yo, desde que sepa que hay un paisa para candidato no voto (Espectador 2/12/2008).

Este uso de desde que está, sin embargo, algo más restringido que el de en cuanto en algunas variedades del español americano, ya que solo se emplea en ellas cuando la subordinada denota una situación persistente. En esas variedades resulta normal la oración Desde que la vi, me enamoré de ella, pero no tanto la variante Desde que la vi, la abracé, puesto que solo en el primer caso se da lugar a una situación que continúa durante cierto tiempo, incluso tal vez hasta el presente. Véase también el § 31.11c.

29.7s En gran parte de América —y sobre todo en las áreas mexicana, centroamericana, caribeña y andina—, se registra la preposición desde con valor enfático o intensivo. El grupo preposicional que desde encabeza puede modificar en estas construcciones a predicados de significado puntual, lo que el sistema gramatical no permite en términos generales. Así, la oración Trajo la plata desde el lunes significa aproximadamente en esas variedades ‘Trajo la plata el lunes y ha transcurrido ya mucho tiempo desde entonces’. Recibe una interpretación similar Te dieron la orden desde la semana pasada, donde el predicado verbal denota igualmente un suceso instantáneo. Este uso no está alejado del llamado desde expletivo, que se documenta en esas mismas áreas, como en Desde entonces fue cuando entramos o en el siguiente fragmento literario, que reproduce la lengua hablada: Señor cura, desde antenoche murió mi marido, no me ha dejado más bienes que estas criaturas (Fernández Lizardi, Periquillo). Sobre el uso de hasta en expresiones como Abren hasta las doce, véase el § 48.11v.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
ablativo, genitivo

 

Nueva gramática de la lengua española
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