Sintaxis

27 El verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio

27.1 El gerundio entre las formas no personales del verbo. Construcciones con gerundio

27.1a Como queda señalado en el § 4.1g, el gerundio se caracteriza por la desinencia -ndo, unida a la raíz verbal a través de la vocal temática propia de cada conjugación. Se mantiene la vocal -a- que caracteriza la primera (cant-a-ndo), pero aparece el diptongo -ie- en la segunda (com-ie-ndo) y en la tercera (viv-ie-ndo). Para otras particularidades morfológicas del gerundio, véanse los § 4.1e y 4.1g.

27.1b Al igual que el infinitivo, el gerundio carece de marcas de número, persona, tiempo o modo, y puede ser simple (cantando, saliendo) o compuesto (habiendo cantado, habiendo salido). Al segundo se lo denomina también en ocasiones gerundio de perfecto. Puesto que no constituyen casi nunca argumentos de un predicado (recuérdese el § 1.12e), la interpretación gramatical de los gerundios depende aún en mayor medida que la de los infinitivos de factores sintácticos y semánticos externos al grupo verbal que encabezan. Dicha interpretación afecta a la temporalidad, a la referencia de su sujeto si es tácito, y al vínculo semántico (causal, modal, condicional, concesivo, etc.) que se establece entre el gerundio y el predicado al que este modifica. Así, el que oye o lee la oración Blanca ganó un premio en el colegio escribiendo versos entiende que la acción de escribir versos se atribuye a Blanca, aunque este sustantivo aparezca como sujeto de ganó, no de escribiendo. Para explicar este hecho, suele suponerse que el gerundio introduce en estas construcciones una oración subordinada adverbial no flexiva, no finita o de verbo no personal, y que el sujeto tácito del gerundio tiene al sustantivo Blanca por antecedente, de acuerdo con ciertas correspondencias de las que se habla en los § 27.3a-c y 27.3m-p. El que oye o lee esta oración entiende también que la acción que el gerundio expresa es anterior a la que expresa ganó, e incluso inmediatamente anterior a ella (§ 27.4e). Interpreta asimismo que el gerundio expresa cierta actividad que constituye el modo en que se alcanzó el resultado designado por el verbo ganar. En otras oraciones de gerundio se obtienen, sin embargo, lecturas diferentes a estas. Como se verá a lo largo del capítulo, intervienen en la elección del valor apropiado del gerundio diversos factores sintácticos, semánticos y discursivos.

27.1c Las oraciones de gerundio no aparecen introducidas por preposiciones, con la excepción de en (en llegando), construcción en desuso en la lengua actual que se analizará en los § 27.4j-l. Tampoco aparecen introducidas por conjunciones subordinantes, con la excepción de aunque y conque. Aun así, esta última está restringida a ciertos usos del gerundio independiente (¿Conque bebiendo, eh?), tal como se señala en el § 27.7p. Con «aunque + gerundio» pueden finalizarse períodos sintácticos: aunque siendo muy consciente de ello (cf., en cambio, *si siendo muy consciente de ello, *porque siendo muy consciente de ello, etc.). A esta misma pauta corresponden los siguientes ejemplos:

Decidió que su casa debía ser construida como los nuevos palacetes de Europa y Norteamérica, con todas las comodidades aunque guardando un estilo clásico (Allende, Casa); Pensaba que lo mejor sería marcharse, abandonar el recinto familiar, aunque sabiendo que le faltarían energías para ello (Carpentier, Siglo); Como ella se expresaba en su italiano acabó por no escucharla, aunque agradeciendo que hablara sin cesar porque así no se veía obligado a darle conversación (Sampedro, Sonrisa).

Aunque se asimila a las conjunciones adversativas en estos contextos, y puede alternar con pero en algunas de estas secuencias, como en el ejemplo de Allende que se acaba de citar. Sobre el uso adversativo de aunque, véanse los § 47.3f y ss.

27.1d Mientras que el infinitivo puede ser nominal o verbal, en ambos casos de modo productivo (§ 26.2), el gerundio se suele construir como verbo, aunque esporádicamente se lexicalice como adjetivo, adverbio o locución adverbial, según se explicará en la sección siguiente. En cuanto forma verbal, el gerundio admite sujetos, sean expresos (no sabiendo ella qué decir) o tácitos, como en el ejemplo introducido en el § 27.1b: Blanca ganó un premio en el colegio escribiendo versos. Las diferencias entre los sujetos expresos y los sujetos tácitos del gerundio se analizarán en el § 27.3. Admite también el gerundio los demás complementos que corresponden al verbo, sean directos (leyéndolo), indirectos (hablándole de ese modo), de régimen (refiriéndose a su trabajo), circunstanciales (trabajando en la oficina) o atributos (permaneciendo alerta), entre otros. Asimismo, acepta los auxiliares de las perífrasis verbales (pudiendo haberlo hecho) y las construcciones pasivas (siendo atendido con esmero), además de las construcciones reflexivas (Escuchaba atento atusándose el bigote) y las pasivas reflejas, como en no habiéndose terminado a tiempo el trabajo. Suele rechazar, en cambio, las oraciones impersonales con se por las razones que se explican en el § 41.10m.

27.1e Al igual que el infinitivo, el gerundio admite pronombres enclíticos (mirándola) y rechaza los proclíticos (*la mirando), que eran normales, sin embargo, en la lengua medieval:

Mio Cid a los sos vassallos tan bien los acordando (Cid); Puedenlas fazer asi commo se estaua non las alargando mas ni las achicando ni las faziendo pintar (Partidas); Honramos omnes por paresçer buenos non los conosçiendo, que sy los conoçiésemos los desonraríamos (Torre, A., Visión); Los romanos en los tiempos antiguos lo fizieron, passando las mares, destruyendo las tierras, venciendo batallas, matando reyes y de sus reinos los echando (Rodríguez Montalvo, Amadís).

La construcción se documenta también en la lengua clásica e incluso en textos más recientes, aunque solo de manera ocasional:

Los tristes hados lo permitiendo y nuestros sañudos dioses nos desamparando, fue tal nuestra desdicha (Guevara, Reloj); O, nombre de toda suavidad, que en lo oyendo vivificó mis ya muertos sentidos (Rodríguez Florián, Florinea); Enxaguárase la boca, en la acabando de beber, con dos tragos de agua cruda (Méndez Nieto, Discursos); Y ansí Dios les haziendo muchas mercedes y dándoles su gracia con la qual van mucho aprouechando de día en día (Motolinía, Memoriales).

27.1f La mayor parte de los gerundios con pronombres proclíticos se perdieron en la lengua clásica. Se exceptúan en las oraciones negativas, en las que se siguieron utilizando, sobre todo con verbos de estado. Así, Cervantes usa gerundios con enclíticos en su prosa (acompañándolos, asiéndola, hallándola), pero alterna no lo siendo y no siéndolo:

Claro está que no será el reino suyo; y, no siéndolo, ¿qué mercedes me puede hacer? (Cervantes, Quijote I); Y que con todo esto […] se dé a entender que es valiente, siendo viejo; que tiene fuerzas, estando enfermo, y que endereza tuertos, estando por la edad agobiado, y, sobre todo, que es caballero, no lo siendo (Cervantes, Quijote II).

Cervantes emplea asimismo no lo estando, acaso por arcaísmo: Y, estando resuelto en esto, y no lo estando en lo que había de hacer de su vida, quiso su suerte que viese a una ventana puesta una doncella (Cervantes, Extremeño). Esta construcción se extiende en la lengua antigua a la variante con indefinidos negativos, es decir, a expresiones como nadie lo sabiendo o ninguno lo viendo, como en Llamaban los antiguos ladrón al hombre que en el campo, o en el pueblo, hurtaba lo ageno, ninguno lo viendo, y el dueño no lo queriendo (Guevara, Epístolas).

27.1g Los gerundios con proclíticos precedidos del adverbio no se documentan en otros textos del Siglo de Oro. Se registran también, aunque solo esporádicamente, en los siglos posteriores:

Sólo os advierto que, no lo habiendo de por medio, no fuera desestimada vuestra voluntad (Castillo Solórzano, Trapaza); No osamos decir calentura porque, no la teniendo, era fácil de conocer el enredo (Quevedo, Buscón); Respondió que dijeseis a los Oidores de parte de los Procuradores y Capitanes, de las ciudades que hiciesen a Gonzalo Pizarro Gobernador del Perú, que así convenía al Rey; y que no le haciendo, saquearían la Ciudad con riesgo de sus vidas (Arzans, Potosí); Por este motivo, deben los clérigos obedecer a su propio Obispo, si les manda vengan a residir a su propia Iglesia […], y no lo ejecutando, incurrirán en las censuras (Santa Teresa, M., Compendio).

Como se explica en el § 16.7h, todavía se usa el infinitivo con pronombres proclíticos en el español hablado en la zona asturleonesa de la Península Ibérica, pero solo en contextos negativos (como en para no lo fastidiar). El gerundio sigue ocasionalmente esta misma pauta, más a menudo si adquiere sentido condicional, como en No lo molestando, no protesta; No lo sabiendo, no se preocupará; Lo mismo se hará estando de acuerdo que no lo estando.

27.1h Se expone en el § 26.1c que los infinitivos se asimilan generalmente en su comportamiento gramatical a los sustantivos, mientras que los gerundios se acercan a los adverbios. Los primeros suelen admitir la sustitución por el pronombre interrogativo qué (—¿Qué hacer? —Esperar), mientras que los gerundios aceptan cómo (—¿Cómo aprobar? —Estudiando). Aun así, en las preguntas en las que se solicita que se especifique una acción o un comportamiento, alternan a veces el infinitivo y el gerundio. El primero proporciona el nombre de la acción (—¿Qué haces? —Leer el periódico); el segundo, más propio del habla coloquial, la presenta en su curso (—¿Qué haces? —Leyendo el periódico). Cabría pensar que se suple el auxiliar estar en presente en estos casos, pero no hay acuerdo entre los gramáticos sobre este análisis, ya que este uso induce una entonación característica y afecta a la presencia de ciertos adverbios, como en Aquí, leyendo (también Acá, leyendo o Ahí, leyendo, en algunos países). El gerundio en las respuestas se registra sobre todo en los diálogos en los que alguien pregunta lo que hace su destinatario, le saluda cortésmente o se interesa por él:

Olivia: —¿Qué haces? Hugo: —Recordando. Recordando viejos tiempos. Mirando fotos antiguas (Vallejo, A., Cangrejos); —[…] ¿Qué hay de nuevo? —Ya ve usted, tirando (Caballero Bonald, Días); Esa tarde Virginia lo sorprendió desnudo, viéndose de perfil en el gran espejo de su vestidor. ¿Qué haces? Viendo que ya me falta poco para tocar con las palmas mis rodillas (Elizondo, R., Setenta); Carmelo: —(Cordial.) ¿Cómo estás, Pablo? Pablo: —Ya ves, esperando a los amigos, amodorrado frente a la chimenea, igual que mi perro (Díaz, Neruda); —Bueno, ¿qué hacemos aquí al sol? ¡Venga ya! —Aquí dilucidando el porvenir de Mely (Sánchez Ferlosio, Jarama).

27.1i Se percibe también alternancia entre el infinitivo y el gerundio en oraciones copulativas construidas con los sustantivos forma, manera, modo, medio y otros similares, como en La única forma de abrirlo es {sustituyendo ~ sustituir} este taladro por el otro o El mejor método para evitarlo es {empleando ~ emplear} un buen sistema de limpieza. Aunque estas dos variantes están próximas, no son enteramente equivalentes. Con el gerundio se expresa el modo de realizar la acción (Sustituyendo este taladro es como se abre), mientras que con el infinitivo se identifica la acción misma. En el caso del gerundio se admite la subordinada como aposición del adverbio así (La única forma de abrirlo es así, sustituyendo este taladro por el otro). Se obtienen variantes de estos contrastes en oraciones más simples, como La forma de hacerlo es así ~ La forma de hacerlo es esta. Véase sobre este punto el § 17.9m. En algunas variedades del español rural antillano se registran oraciones como Yo no pienso diciéndoselo (por Yo no pienso decírselo).

27.1j Se considera incorrecto el uso del gerundio en subordinadas sustantivas que se ha documentado en el español de Puerto Rico. Se trata de oraciones que calcan estructuras del inglés, como en Lo que se pretende es consiguiendo (por conseguir) la ruina total; El muchacho lo que hace es comparando (por comparar) las muestras. Se registra asimismo en Puerto Rico el gerundio en algunas subordinadas sustantivas que constituyen el término de una preposición, como en Todo el día para pidiendo (por pedir) plata; En vez de tirándose (por tirarse) los unos a los otros, lo que deben hacer es ayudarse. Se recomienda igualmente evitar estas construcciones. Alternan el infinitivo y el gerundio en algunas expresiones lexicalizadas, como en matarse {trabajando ~ a trabajar}. La primera opción es común a todas las variedades; la segunda es muy común en el español europeo, aunque se documenta también en Cuba, Chile y otros países americanos.

27.1k Como el infinitivo, el gerundio forma perífrasis verbales con estar, ir, seguir y otros auxiliares (Te estoy mirando; Siguió leyéndolo, etc.). El gerundio se suele construir sin preposición y el infinitivo con ella en empezar diciendo ~ empezar por decir; ir pasando ~ ir a pasar, con diferencias de significado (§ 28.2d, e, 28.5b, 28.8l, 28.10p, 28.11l y 28.12k). Se estudian otros aspectos del gerundio perifrástico en los § 27.1r-t y 28.12-15. Algunos gramáticos han asimilado las perífrasis de gerundio a las construcciones atributivas: Siguió comportándose igual > Siguió así (cf. Siguió inmóvil); Continuó dando gritos ~ Continuó enojado. Estos autores enfatizan el hecho de que el gerundio puede alternar con atributos en muchos de estos contextos y —aunque no suele coordinarse con ellos (*Estaba cansado y sentándose)— aparecer en yuxtaposición con los atributos adjetivales, como en Ella estaba solita, siempre esperando (Vargas Llosa, Casa). A pesar de estas coincidencias parciales, se mantendrá aquí la separación tradicional entre perífrasis de gerundio y gerundios predicativos (§ 26.6 y 26.7), que se matizará oportunamente. Sobre la resistencia de los gerundios a aparecer de manera consecutiva (*Va siguiendo estudiando lo que puede), véase el § 28.12b.

27.1l Se construyen con gerundio gran número de cláusulas externas a la oración. Estos gerundios externos o periféricos se asimilan a otros adjuntos que ocupan posiciones similares (§ 39.4d y ss.) y se refieren generalmente al sujeto de la oración principal. Se suelen asimilar a las construcciones absolutas (§ 38.11-13), por lo que han recibido asimismo la denominación de gerundios absolutos, temáticos o de tópico40.2a, b, e, j) en varios sistemas terminológicos. El término absoluto se usa aquí con el sentido del adjetivo latino absolūtus ‘desligado, suelto’. Aparecen muy frecuentemente al comienzo del período y separados por una pausa (Encaramándose sobre la silla, había conseguido alcanzar el tarro de la mermelada), pero también se admiten en posición final de oración, con separación gráfica y prosódica (Así que abandonó, sabiendo como sabía que no conseguiría llegar), o en posición medial, en construcciones que se suelen llamar parentéticas, incidentales o simplemente incisos (El Ministerio, viendo el número de casos irregulares que se acumulaban, anuló las pruebas). En todos estos contextos, la oración de gerundio introduce alguna aclaración a lo que se afirma en la oración principal, pero esta información complementaria adquiere matices semánticos diversos que se analizan en los § 27.4-5.

27.1m Se llaman a veces ilocutivos o elocutivos los gerundios externos (a menudo preoracionales, aunque no siempre) que hacen referencia al propio acto verbal, a la vez que constituyen ordenadores del discurso: Resumiendo…; Concretando…; Cambiando de tema…; Yendo al grano…; Hablando de otra cosa…; Siguiendo a Freud…, etc.:

Chonina, volviendo a lo de antes —dijo Benuza, reteniéndola—, ¿no será que padecemos el mismo desamparo? (Díez, Fuente); —Resumiendo —concluyó, ácido, Guadalmedina—. Que has estado a punto de despachar al valido del Rey de Inglaterra (Pérez-Reverte, Alatriste); Esto mismo no podría decirse del cubano Heredia, quien […] nos parece, siguiendo a Francisco García Calderón, de genuina cepa romántica (Vallejo, Romanticismo); Cambiando de tema, dijo Maldonado: —Hemos quemado las naves, compañeros (Fernán Gómez, Viaje); Pero volviendo al punto, ¿tiene usted una amistad muy estrecha con Capablanca? (Zaldívar, Capablanca); Concretando: había un hombre rubio y corpulento con la barba recortada (Lynch, Dedos).

27.1n Al ser absolutos o externos al enunciado, los gerundios que se describen en el apartado anterior pueden ir seguidos de oraciones interrogativas (Cambiando de tema, ¿sabes a quién vi el otro día?) o imperativas (Resumiendo, apúrense, que no nos sobra tiempo), entre otras modalidades oracionales que constituyen actos verbales (§ 42.2). De hecho, algunos usos del gerundio como tópico, asimilables a estos últimos, no preceden a oraciones, sino a otros enunciados, como en Siendo sincero, ¡una tomadura de pelo! o en Concluyendo: de ninguna manera. El gerundio del verbo hablar encabeza frecuentemente tópicos oracionales de valor ilocutivo:

Hablando de morbo, cuénteme lo de la Bernarda. ¿Hubo beso o no hubo beso? (Ruiz Zafón, Sombra); ¿Qué paradoja, no? (Daniel corre el escritorio nuevamente a su lugar.) ... Hablando de paradojas, vino Helga a limpiar y mi escritorio sigue sucio (Rovner, Premio).

El que los gerundios ilocutivos no suelan aceptar las paráfrasis que reciben los tópicos (‘en lo que se refiere a, por lo que respecta a’) se debe a que no poseen naturaleza nominal, y también a que no introducen ni cambian el tópico del discurso. A diferencia de otras construcciones absolutas, el gerundio no admite fácilmente sujeto expreso en esta pauta, ya que se entiende que es el mismo hablante el que lleva a cabo la acción que menciona: resumir, concluir, cambiar de tema, etc.

27.1ñ Junto al gerundio perifrástico y al gerundio absoluto, introducidos en los apartados precedentes, se habla de gerundio circunstancial o gerundio adjunto para hacer referencia al que funciona sintácticamente como modificador adjunto, como en el ejemplo, citado en el § 27.1b, Blanca ganó un premio en el colegio escribiendo versos, o en Redactó el trabajo poniendo todo el cuidado del mundo en cada línea; Se protegía de la lluvia tapándose con un periódico; La herida se curó aplicándole antibióticos, etc. El gerundio adjunto —llamado también gerundio en construcción conjunta en la tradición gramatical académica— puede expresar, como en estos ejemplos, el modo en que se lleva a cabo lo significado por el verbo principal. Asimismo puede indicar que la acción o el proceso al que se refiere el gerundio es simultáneo de otro (§ 27.4a y ss.) o incluso que constituye su causa, su condición o su motivación (§ 27.5).

27.1o El gerundio adjunto (o en construcción conjunta) raramente es compuesto: Se dirigió a él {insultándolo ~ *habiéndolo insultado}, ni perifrástico: Salió de allí {arrastrándose ~ *pudiendo arrastrarse}. El gerundio externo o absoluto, en cambio, es muy a menudo compuesto, ya que implica anterioridad y, por lo general, adquiere significación perfectiva, como se explica en el § 27.4f: Habiendo aceptado Villalonga la Dirección de Beneficencia y Sanidad, había encargado a Juan Pablo un trabajo delicadísimo y muy enojoso (Galdós, Fortunata). Puede ser asimismo perifrástico: Mas él, no pudiendo atender a mis golpes, me rogará que descansemos un poco, por verse algo fatigado (Avellaneda, Quijote). El gerundio adjunto no suele contener su propio sujeto (*Había terminado a tiempo ayudándole un amigo), pero lo admite a veces en las condiciones que se examinarán en el § 27.3d. Este uso de gerundio suele rechazar también las formas pasivas, como en Salió de allí {corriendo ~ *siendo perseguido por la policía}, a diferencia de lo que sucede con el gerundio externo o absoluto: Siendo observado tan de cerca en su jaula, el animal nunca se comportaba con espontaneidad.

27.1p Como se explica en el § 37.1p, el complemento predicativo es una expresión atributiva que se predica de un grupo nominal o de una oración sustantiva a través de un verbo pleno, es decir, no copulativo: Llegó radiante; Te veo más alta. También los grupos verbales que constituye el gerundio pueden desempeñar esa función, lo que da lugar al llamado gerundio predicativo: Llegó llorando; Te veo pidiendo en el metro. El complemento predicativo así formado puede atribuirse al sujeto (Se presentó en casa tiritando de frío), al complemento directo (Me la imaginaba hablándome) y a ciertos complementos de régimen (A veces pienso en él fumándose un enorme puro en su sillón de orejas). Existen incluso gerundios predicativos en un grupo nominal, como en un cuadro del señor marqués montando a caballo o el gracioso gesto del niño haciéndole burla a la niñera. Se volverá sobre todas estas construcciones en los § 26.6, 26.7 y 38.9k y ss. En numerosas ocasiones se ha señalado, sin embargo, que los límites entre el gerundio adjunto y el predicativo son, a veces, borrosos. Se considera esta cuestión en el § 27.6c.

27.1q Los gerundios predicativos no se construyen con ser ni con parecer. La posición que ocupan suele ser esencial para determinar su naturaleza. Así, los que se predican del complemento directo no se anteponen porque, en posición inicial, es difícil relacionarlos con el elemento nominal del que se predican. Puede compararse, en este sentido, el gerundio en construcción absoluta que aparece en Paseando por la alameda, vi a Lucía, donde se entiende que soy yo el que pasea, con el que se subraya en Vi a Lucía paseando por la alameda, donde la acción de pasear se puede atribuir a cualquiera de las dos personas de las que se habla. El gerundio adjunto y el predicativo se llaman a veces gerundios internos porque ocupan posiciones interiores a la oración, lo que los diferencia del gerundio que se ha llamado externo o absoluto.

27.1r A cada una de las construcciones de gerundio que se han introducido corresponden propiedades gramaticales e interpretaciones semánticas específicas, aunque algunas de esas características gramaticales pueden coincidir, como se explicará en los apartados siguientes. La posición de los pronombres átonos diferencia claramente el gerundio perifrástico de los demás. Se explica en los § 16.12a-d que el pronombre átono que complementa al verbo principal de una perífrasis verbal se antepone o se pospone optativamente, como en Puedo leerlo ~ Lo puedo leer. Las perífrasis verbales de gerundio muestran la misma alternancia: Seguía diciéndolo ~ Lo seguía diciendo; Estabas terminándola ~ La estabas terminando; Vengo leyéndolo desde hace años ~ Lo vengo leyendo desde hace años.

27.1s La anteposición del pronombre átono siempre se rechaza cuando el gerundio no es perifrástico: Huyó horadando un túnel > Huyó horadándolo, no *Lo huyó horadando. El verbo seguir forma perífrasis verbales con el gerundio (§ 28.5l-r), pero permanecer las rechaza. Así pues, en Él permaneció contemplando a los niños con mirada absorta, hasta que los ojos se le humedecieron y se los secó con el dorso de la mano (García Márquez, Cien años), podría decirse Permaneció contemplándolos, pero no *Los permaneció contemplando. Los verbos llamados semicopulativos o pseudocopulativos (§ 38.1-5) rechazan igualmente la anteposición de pronombres átonos: aparecer (Apareció dando gritos > Apareció dándolos, no *Los apareció dando), encontrarse, hallarse, verse, etc. La excepción aparente representada por el verbo quedarse (como en Se me quedó mirando) se estudia en los § 28.15s, t.

27.1t Se explicó en los apartados anteriores que la posición de los pronombres átonos diferencia el gerundio perifrástico de los demás usos de esta forma verbal. A su vez, el gerundio perifrástico y el predicativo tienen en común una propiedad que no comparten los otros valores. Se suele decir que esos dos gerundios están integrados en el predicado, mientras que el gerundio adjunto o circunstancial aparece desgajado o desvinculado de la predicación que establece el verbo principal. Una consecuencia directa de esta distinción es el hecho de que suele ser posible formar oraciones de relativo con los complementos del gerundio predicativo y del gerundio perifrástico, pero no con los del gerundio adjunto. Puede decirse, por ejemplo, el libro que iba yo leyendo (donde el relativo que es complemento directo de leyendo) o el ómnibus que llevo una hora esperando (el relativo que es aquí complemento directo de esperando), ambas con gerundios en perífrasis verbales. También es posible decir el banco del parque en que lo encontraron durmiendo o la farmacia de la que te vi saliendo. Estas últimas secuencias contienen pronombres relativos que son complementos de gerundios predicativos.

27.1u La imposibilidad de construir grupos nominales análogos a estos últimos a partir de oraciones como Entró en la casa forzando la puerta (es decir, secuencias inviables como *la puerta que entró en la casa forzando) se debe a que el gerundio aparece aquí en un complemento circunstancial, es decir, en una construcción no argumental ni predicativa, en la que esta forma verbal no ha sido inducida o seleccionada por ninguna otra. Los contrastes que se obtienen con oraciones de relativo se extienden a las interrogativas o las exclamativas, como en ¿Qué ómnibus llevas una hora esperando? o ¿De dónde te han visto saliendo? (frente a *¿Qué entró en la casa forzando?, con gerundio adjunto). Las pautas sintácticas que dan lugar a estos marcados contrastes se analizan en el § 22.17.

27.1v La propiedad de los gerundios a la que se aludió en los dos apartados precedentes no se extiende a todos los gerundios predicativos, sino específicamente a aquellos cuya supresión altera el sentido del predicado principal (§ 27.6j y ss.). A diferencia de lo que sucede en estos casos, suele ser difícil formar oraciones de relativo o interrogativas con los complementos de los demás gerundios predicativos. Se dice, por ejemplo, Había gente mirando el río, y también La retrataron montando un precioso caballo, pero la lengua rechaza grupos nominales como *el río que había gente mirando o *el precioso caballo que la retrataron montando. Se considera generalmente que la ausencia de selección en las construcciones agramaticales mencionadas es el rasgo gramatical que permite unificar el comportamiento de los adjuntos con el de los gerundios predicativos que rechazan la formación de relativas o interrogativas de acuerdo con la pauta que se ha explicado.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
forma no personal, gerundio, oración absoluta, oración de gerundio

 

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