Sintaxis

18. Los posesivos

18.4 Posesivos posnominales y complementos con de

18.4a Como se explicó en las páginas precedentes, los posesivos posnominales alternan con grupos preposicionales encabezados por la preposición de y se coordinan también con ellos. Se da la alternancia en las terceras personas él, ella y sus plurales, con las reservas introducidas en el § 18.1f (la respuesta de ellos ~ la respuesta suya; un primo de él ~ un primo suyo), así como en la forma usted y su plural (un amigo de ustedes ~ un amigo suyo). En cambio, la construcción preposicional suele excluir las personas primera y segunda del singular (*un libro de mí, *una casa de ti) en favor del posesivo (un libro mío, una casa tuya). En cuanto a la primera y segunda persona del plural, véase el § 18.4e. Los posesivos modificados por el adjetivo mismo se aceptan en esta pauta en las tres personas: de mí mismo, de ti misma, de sí mismos. Se obtienen así contrastes como Había una imagen {*de mí ~ de mí mismo ~ mía}.

18.4b Se registran algunas excepciones a la generalización introducida en el apartado precedente. Los complementos prepositivos de los nombres de representación (§ 12.10c) admiten complementos con de en alternancia con posesivos posnominales, tanto si designan la persona representada, como en algún retrato {del rey ~ de él ~ suyo}, como si designan al autor de lo que se representa, como en un cuadro {de Goya ~ de él ~ suyo}. Se retomará esta cuestión en los § 18.5e-n. En la primera de estas opciones son posibles los grupos preposicionales, sin excluir de mí y de ti, aunque se usan menos frecuentemente que los posesivos pospuestos: una foto de mí, algún retrato de ti. Las construcciones de mí, de ti son comunes como complementos verbales, como en ¿Te acuerdas de mí? o en los usos que reflejan los textos siguientes:

Si vieran lo que no escribes, tendrían mejor opinión de ti (Millás, Articuentos); Procura, Juan, dar buena idea de ti: no recurras a la violencia (Arenal, Cuestión); Todo lo que te hayan contado de mí y de aquel chico, de nuestros encuentros, me tiene completamente sin cuidado (Marsé, Teresa); Te aprovechas de que estoy sola para abusar de mí (Caballero Bonald, Ágata).

18.4c Los nombres deverbales heredan los complementos de régimen de los verbos correspondientes, y los pronombres y ti no se excluyen en esta pauta, como en su huida de ti o en la extrema dependencia de ti que mostraba. Parece pesar la interpretación de la preposición como complemento, sea regido o adjunto, en algunas construcciones nominales que muestran estos complementos. Así, la expresión de ti en La noche, con sus mágicos y falsos sueños de ti […] (Proceso [Méx.] 25/8/1996) puede estar relacionada con el uso de soñar construido con esa misma preposición, como en Cabe soñar de sí mismo muchas cosas que no son representaciones exageradas del propio valor (Ynduráin, Clasicismo).

18.4d Las estructuras que se forman con los verbos llamados de apoyo1.10k-m y 34.11j) presentan una doble segmentación, como se explica en los § 35.3d-i y 36.5g, según el grupo preposicional dependa del nombre o del verbo. Esta doble posibilidad da lugar a alternancias como No tengo noticias {de ti ~ tuyas}:

Me envió ciertas joyas de oro, cueros de tigres, plumajes, piedras y ropa y ellos me dijeron de su parte que había muchos días que Tuchintecla, su señor, tenía noticia de mí (Cortés, Cartas); ¡Afirma otra vez que viste a ese efebo vestido de muchachita cortándose lonchas de carne ante tus ojos, y juro por el peplo de Atenea Políade que no volverás a recibir noticias mías! (Somoza, Caverna).

Se extiende asimismo a algunos contextos preposicionales, como en sin noticias {de ti ~ tuyas}. Se obtiene una alternancia análoga en pares como El recuerdo {de ti ~ tuyo} que guardo; Iban en busca {de mí ~ mía}, entre otros semejantes.

18.4e Como se señaló en el § 18.1f, las formas de segunda persona del plural vosotros, vosotras solo se usan en el español americano en situaciones especiales. Alternan hoy las construcciones formadas por «sustantivo + de nosotros»:

Asumía ese papel para salvar la estabilidad afectiva de la casa, la relación de nosotros con mis padres (Guido, Invitación); ¡Qué bien que está aquí nuevamente en el seno de nosotros! (Viezzer, Hablar); Pensé enviarle a la madre de Inés una foto de nosotros en el templo (Bryce Echenique, Martín Romaña); Venite a vivir conmigo al hotel de nosotros, no estés triste (Rossi, María); El creador hizo cuatro mujeres para nuestros padres, y estos alabaron al arquitecto formador, engendraron las tribus pequeñas y las tribus grandes y fueron el origen de nosotros, la gente maya (Vásquez, Ecología); Pagó al chofer y se quedó parado mirando la casa de nosotros (García Ramis, Días),

con las que corresponden a la pauta «sustantivo + nuestro»:

En este momento la situación nuestra es muy difícil (País [Col.] 5/11/1997); La función nuestra es plantear problemas, no resolverlos (Triunfo 2/7/1977); Todavía treinta años atrás los niños nuestros tenían sanas distracciones (Tamayo, Hombre); Estos amigos nuestros, nos consta, se han convertido en espontáneos propagandistas de nuestro turismo (Revilla, Guatemala); Creyó que podría terminar con la presencia nuestra en las montañas fácilmente (Belli, Mujer); La regla en la política nuestra es que los pactos no se cumplen (Rumbo 20/10/1997).

La primera de estas dos pautas alterna con la segunda en los textos americanos. En el español europeo, exceptuado el de las islas Canarias, no se da la alternancia y se emplea únicamente la segunda opción. Así, en el primero de los textos citados solo resultarían naturales, en el español europeo, las variantes nuestra relación con mis padres o la relación nuestra con mis padres.

18.4f Se suelen denominar construcciones de posesivo doblado o duplicado las que repiten la información correspondiente al poseedor dentro del grupo nominal. Presentan dos variantes, ninguna de las cuales pertenece al español general:

A. Con posesivo átono y «de + grupo preposicional» en posición posnominal: su casa de usted, su hermano de mi papá.

B. Con posesivo átono y tónico: mi marido mío.

El posesivo redundante es —según se piensa generalmente— el átono, no el tónico. Así pues, sus hermanos de mi mamá se interpreta como ‘los hermanos de mi mamá’. Las construcciones de posesivo duplicado guardan relación formal con otras duplicaciones en el dominio verbal (Lo vi a él). Sin embargo, los posesivos átonos hacen menos distinciones morfológicas que los pronombres átonos de dativo o acusativo. Entienden algunos autores que las construcciones de posesivo duplicado pueden haberse desarrollado como consecuencia de la escasa capacidad distintiva de los posesivos prenominales (su libro ‘el libro de {él ~ ella ~ ellos ~ ellas ~ usted ~ ustedes}’), pero existen otras opciones, como se verá en los apartados que siguen.

18.4g Los posesivos doblados son frecuentes en los textos medievales y clásicos. He aquí algunas muestras de estos usos:

E era su amigo de don Iohan Alfonso, e fablaron en vno (López Ayala, Crónica); Mandaron dar dos reales a su muger de Juan de Madrid, vezino de Rejas, para unos fierros de estacadas (Concejo Madrileño, Acuerdos); E así a su hijo de Lope de Sosa, llamado Joan Alonso de Sosa, como a todos sus criados e a los que con él venían, los trató muy bien (Fernández Oviedo, Indias); Llegó Filis al aldea, / Entró en su casa de Fabio; / Los pastores la reciben / Como al sol los montes altos (Lope Vega, Guzmán); Se fué con ellas, por no apartarse de su amada Lisis, avisando a su madre de doña Isabel, que como supo dónde estaba su hija, se vino también con ella (Zayas, Desengaños).

18.4h Se registra hoy el posesivo doblado en el español popular de parte de México, Centroamérica y el área andina. Para algunos autores, representa la conservación del uso antiguo al que hace referencia el apartado anterior, pero para otros revela la influencia de las lenguas indígenas. El doblado se da cuando el poseedor es una persona o puede interpretarse como tal. La construcción es especialmente frecuente con los nombres de parentesco, de partes del cuerpo, con los que se denotan cualidades del poseedor y con otros complementos argumentales. La pauta A se registra tanto con pronombres personales en el grupo preposicional:

Mi mamá no debía llamarse Inés Melgarejo, porque el Melgarejo era apellido de su mamá de ella (González, E., Dios); Porque él deseaba tener un hijo varón justamente para que siguiera sus ideales de él y continuara su trabajo de él (Viezzer, Hablar); […] hubiera encontrado de cuando en cuando en el taller folletos y cartas relativos a su país de ella (Adoum, Ciudad),

como con grupos nominales:

Ahí he perdido como ocho familias, aparte de mi papá, mi mamá, su hermano de mi papá, su hermana de mi mamá, y mis primitos también (Agenciaperú 8/1/2003); Su precio de la villa 6 es de 1 200 000,00 (Segunda mano [Méx.] 20/7/2009); O sea que su mano de don Esteban toca bonito (Navarrete Pellicer, Música); Tocó la puerta y salió su mamá de la señorita (Narváez, Dioses).

No se suele extender esta construcción a los grupos nominales en los que el sustantivo que hace referencia al poseedor no denota una persona (*su ventana de la casa). Aunque la estructura más habitual en la construcción de posesivo doblado es la que ilustran los ejemplos precedentes, en el español andino se documenta también el orden «poseedor–poseído», como en de mi papá su hermano, que se atribuye a un calco del quechua o del aimara. Ninguna de estas variantes ha pasado a los registros formales.

18.4i En el español europeo son infrecuentes los posesivos en las construcciones de duplicación, pero se documentan, sobre todo en la lengua popular, los que corresponden a la segunda persona en el tratamiento de respeto:

—No aprecia mucho a su marido de usted —Solo oír su nombre le causa pavor (Marsé, Rabos); Y, para que vea usted, lo que no me deja dormir no era el hambre, ni el frío… ni su carne de usted, que se me representaba más blanca cada noche (López Rubio, Puerta).

Está hoy algo más extendido este uso en el español americano, incluso en registros algo más elevados que los que se asocian con esta construcción en el español europeo:

Su tío de usted, fray Mariano, me aconseja con justísima razón que es peligroso decir al pueblo que las leyes no son justas (Roa Bastos, Supremo); Oiga —interrumpió el funcionario—, ¿y de veras esta es la casa donde nació su hermano de usted? (Celorio, Contraconquista).

18.4j La pauta B18.4f) es menos común que la A. Se registra en México y en algunos países centroamericanos, entre ellos Guatemala y Honduras. Al igual que la variante anterior, no ha pasado a la lengua culta. Coincide también con la pauta A en que el posesivo que se interpreta semánticamente es el tónico, de forma que el primero viene a ser un sustituto del artículo:

Mientras yo hago esfuerzos inauditos por prenderme a tierra firme en el oviducto del útero rumbo a su cavidad de ella que se dispone a ser mi cueva mía (Fuentes, Cristóbal); Necesidad absoluta de una patria, de mi tierra mía y su imprescindibilidad de función ecuménica (Cardoza, Guatemala); Agustín me da todo para mis hijos y para mí, todo mío, mi marido mío, mis hijos míos, mi casa mía (Carballido, Fotografía).

No se consideran complementos doblados los que no muestran correferencia entre el posesivo prenominal y el término de la preposición de, o bien entre el posesivo prenominal y el posnominal, como los que acompañan a los nombres de representación mencionados arriba (mis recuerdos suyos). Se retomará esta construcción en el § 18.5l.

18.4k El posesivo puede aparecer como complemento del sustantivo de algunas locuciones preposicionales y adverbiales. Como se señala en el § 29.9e, las locuciones pueden manifestar distintos grados de lexicalización, de forma que el sustantivo contenido en ellas se reconoce como pieza léxica relativamente independiente a pesar de que forma parte de una construcción idiomática. Muchos de estos nombres admiten tanto el posesivo antepuesto como el pospuesto, como se aprecia en los siguientes ejemplos:

Repugna estar a su vera (Marrero, Over); De buena gana me vendría yo para acá, para estar a la vera tuya; pero no puedo, chica (Gallegos, Bárbara); ¡Dios te dé la vitoria, pues llevas la razón de tu parte! (Cervantes, Quijote II); Mañana terminaré la carta para mi señora madre, a quien me permitiré mandar infinitos besos de parte tuya (Galdós, Episodios); Escribe el Reinado a tu gusto: glorioso, lleno de prosperidades, y además largo (Galdós, Episodios); Todo se dispuso tan a gusto mío, que antes que pasaron ocho días ya estuve vendida en cien ducados (Zayas, Desengaños); Tú, que al Olimpo sin escala subes, / Allá pulsa tu lira, Fabio mio, / dancen en tu torno los querubes (Bretón Herreros, Poesías); ¿Qué habrá en torno mío que esté ya definido, inscrito, presente, y que aún no pueda entender? (Carpentier, Siglo); El norteamericano podía fomentar movimientos rebeldes en su contra vendiendo armas (Cosío, Historia); Le parecía que todos estaban en contra suya (Cotto-Thorner, Trópico).

18.4l El sustantivo expensas3.8f) acepta también las dos variantes (a sus expensas, a expensas suyas), mientras que instancia las admite en singular o en plural: a su instancia ~ a sus instancias; a instancia suya ~ a instancias suyas. No aceptan, en cambio, el posesivo los sustantivos de otras locuciones como a base de (*a su base,*a base suya), a raíz de (*a su raíz, *a raíz suya), en función de (*en su función, *en función suya), en vez de (*en su vez, *en vez suya), en vista de (*en su vista, *en vista suya), etc. Otros aceptan solo el posesivo antepuesto (a su modo ~ *a modo suyo; en su caso ~ *en caso suyo; etc.) o pospuesto (en bien de él ~ en bien suyo ~ *en su bien). En el español general alternan a su alrededor ~ alrededor suyo ~ alrededor de ella:

A tu alrededor, no veo a nadie que pueda merecerte (Egido, Corazón); Este, sin enterarse de lo que ocurre alrededor suyo, solo escruta con su monóculo los cuadros, las sillas, el arcón (Rossardi, Visita); Producen manchas y quemaduras en la boca y alrededor de ella, en la garganta, el esófago y el estómago (Osmar, Auxilios).

Aunque menos frecuentemente, se usa también como sustantivo alrededor, como en Es un naufragio en el vacío, con un alrededor de llanto (Neruda, Residencia). Se emplea más alrededores como pluralia tántum (§ 3.8k).

18.4m En los países del área andina, sobre todo el Perú y Bolivia, se usa el adverbio delante con posesivos antepuestos en grupos preposicionales, como en La muchacha pasó por su delante, o en los textos siguientes:

De vez en cuando algunos bultos negros cruzaban a carrera por su delante, muy pegados al suelo con el que se confundían: eran los perros flacuchos de los pastores, que vagaban por la llanura buscando su alimento (Arguedas, Raza); Ya me lo figuro —contestó el cura, indicando con la cabeza a la Rita, que en ese momento retiraba de su delante las ruinas del bastión tras del cual había estado parapetado (López Albújar, Matalaché); En mi delante riñó a su flamante colega por su espíritu apático (Vargas Llosa, Tía); Cuando alguien, en mi delante, se excede y hace el ridículo, se me inflama la cara y padezco por él (Vargas Llosa, Elogio); Según su relato, unas tres personas le acorralaron por su delante […] mientras una cuarta persona lo redujo agarrándolo de los brazos y quitándole el portafolio que llevaba en la mano derecha (Indymedia 18/6/2008).

Este uso no se ha extendido a otras áreas del mundo hispanohablante.

18.4n Se extiende el uso de los posesivos tónicos a secuencias en que se combinan con un grupo reducido de adverbios de lugar (§ 30.5a, b) que admiten complementos preposicionales. Las tres pautas que se obtienen son las siguientes:

A. «adverbio + [de + pronombre personal]»: delante de ella;

B. «adverbio + posesivo tónico masculino»: delante suyo;

C. «adverbio + posesivo tónico femenino: delante suya.

La variante que se considera preferible es la A, que pertenece a la lengua común en todas las áreas lingüísticas:

En medio del recinto se levantaba una plataforma de tabla de pino, de quita y pon; sobre ella a un lado había tres filas de bancos sin respaldo, y enfrente de ellos una mesa cubierta de damasco viejo (Clarín, Regenta); Anda detrás de mí para matarme (Eltit, Vaca); Sin duda, llegarían cerca de él en segundos (Aguilera Malta, Pelota); No pudo ver que delante de ella había una loza rota en el suelo (Beltrán, R., Corte); Yo siento sus ojos encima de nosotros (Díaz Lozano, Ciudad).

Como se ve, en la pauta A no aparecen los adjetivos posesivos, sino los pronombres personales.

18.4ñ La opción B es propia de la lengua coloquial y percibida todavía hoy como construcción no recomendable por la mayoría de los hablantes cultos de muchos países. Sin embargo, se ha ido extendiendo a otros registros, en diferente medida según las zonas hispanohablantes. Se atestigua esta pauta con delante, detrás, cerca (no tanto con lejos), encima (más raramente con debajo) y enfrente, además de con alrededor que, como se señaló en el § 18.4l, admite tanto el posesivo pospuesto como el antepuesto. Se ejemplifica a continuación la variante B en textos pertenecientes al área rioplatense, en la que aparece en proporción mayor en todos los niveles de lengua:

Un chico como de doce años se había sentado cerca mío (Güiraldes, Segundo); Nos parece oír gritos, tan cerca nuestro que miramos hasta debajo de las sillas de paja de la veranda (Cortázar, Bestiario); —Otro delator. Hay tantos cerca tuyo que van a terminar tragándote (Martínez, Vuelo); Ella permanece inmóvil y silenciosa sentada enfrente suyo, con una arpillera en la cabeza (Saer, Limonero); ¿Qué razones te da para venir a bailar delante tuyo con tan poca ropa? (Benedetti, Tregua); —Mi único temor es el de estar soñando, despertar y no verte más… allí… recortada en el marco de esa puerta, detrás tuyo el aire rosado del alba (Puig, Boquitas); Se sienta junto a la misma mesa, cerca mío, donde estaba al principio (Onetti, Sueño); Muy cerca nuestro, jóvenes de la falange Kataeb y tropas livianas palestinas luchan encarnizadamente por una mesa (Fontanarrosa, Nada); —No te conviene andar cerca mío (Andahazi, Errante); El perro corría detrás suyo, todo alrededor, con un aire alegre, de cachorro (Barletta, Historia); La tierra desaparece, el músico respira otro aire, una luz nueva brilla encima suyo (Liberman, Gustav Mahler).

Los que siguen corresponden a otras áreas lingüísticas en las que también se atestigua, aunque en proporción menor:

Miré sin esperanza a un anaquel casi vacío detrás mío y entre el polvo presente y la marca clara de la ausencia de cada libro, fantasmas fugaces, vi materializarse un tomo (Cabrera Infante, Vidas); Los niños de Lientur, ocultos entre los árboles, tensan detrás mío sus arcos (Labarca, Butamalón); Y empleo “real” en el doble sentido de ‘auténtico’ o ‘verdadero’ pero también de “propio de un rey”: el que toma decisiones sin que nadie por encima suyo le dé órdenes (Savater, Ética); Mientras lo besaba, me sentaba encima suyo y él encima mío (Vargas Llosa, Cuadernos); Son tantas las montañas que has escalado así, no imaginando sino viendo enfrente tuyo una pantalla en la que podías observar tu pedaleo, que ahora bien podrías volver a hacerlo (García Sánchez, Alpe d’Huez); De vez en cuando se organizaba un pequeño guirigay por delante o por detrás nuestro (Montero, Hija).

18.4o La variante C es mucho menos frecuente que la B en los textos, y está más desprestigiada que esta. Es rara con el posesivo suya, y se usa también con un número más reducido de adverbios:

Ya sabes que no soporto que nadie llore delante mía (Vázquez, Á., Juanita Narboni); Lola lo dejó pasar y entornó la puerta detrás suya (Caballero Bonald, Días); ¡Oh, hijo mío, gracias que te tengo a ti tan cerca mía para que me eches una mano en esto del orden familiar! (Omar, Hoy); Juan Ignacio confirmó que “es una apuesta personal mía por la que voy a tener la espada de Damocles encima mía durante toda la temporada” (Verdad 25/7/2009); Y las dos vedetes segundas, que venían en los carteles debajo mía, también, esas cantaban y bailaban (Quiñones, F., Hortensia).

18.4p Existen razones gramaticales que explican que, siendo adverbios, las piezas léxicas que se mencionan se combinen con posesivos. Estos adverbios identifican lugares y alternan con los grupos nominales en los términos de preposición, como en las flores de encima de la mesa, desde detrás de la casa o en los textos siguientes:

Esta vez no tendría que quedarse observando desde lejos la marcha avanzando al cementerio. Ahora era diferente (Belli, Mujer); […] hace pasar por delante de él a miles de personas (Henríquez Gratereaux, Empollar).

Admiten, además, los adverbios mismo y justo, que los modifican a la manera en que lo hacen los adjetivos, como en […] enfrente mismo del hotel (Mallea, Bahía).

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
nombre de representación

 

Nueva gramática de la lengua española
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