Sintaxis

23. El verbo (I). Tiempo y aspecto. El aspecto léxico. Los tiempos del modo indicativo

23.12 El pretérito imperfecto (cantaba) (III). Relevancia del modo de acción. La oposición canté / cantaba

23.12a En el § 23.9 se explicó que el pretérito perfecto simple (canté) es un tiempo perfectivo. Se mostró asimismo que la paradoja que representa el hecho de que sea admitido por predicados atélicos se puede resolver introduciendo diversas formas de delimitación externa a la naturaleza léxica de los eventos. En los estudios sobre el tiempo verbal se han propuesto análisis paralelos del pretérito imperfecto, es decir, análisis que parten de la idea de que la aparente irregularidad que supone la presencia de esta forma verbal con los verbos de consecución o logro (§ 23.3e) se ha de resolver con diversos recursos que aporten la duración de la que carece su modo de acción. Aunque los resultados son menos claros que en el caso del pretérito perfecto simple, esa línea de razonamiento se considera, en lo fundamental, bien orientada. Por ejemplo, levantarse temprano corresponde al grupo de los predicados de consecución o logro. La oración Se levantaba temprano resultará natural en los contextos que induzcan o favorezcan la duración de la que ese predicado carece. La interpretación de hábito23.2ñ) crea contextos atélicos, de modo que la oración se usaría con normalidad si constituyera la respuesta a una pregunta acerca de las costumbres de alguien. También dan lugar a predicados atélicos los complementos de frecuencia: Se levantaba temprano todos los días.

23.12b Crea asimismo contextos durativos la llamada interpretación progresiva del pretérito imperfecto. Desde este punto de vista, la oración Cuando sonó el teléfono, Eugenio se levantaba de la cama resulta natural porque se levantaba significa ‘se estaba levantando’. La interpretación progresiva del pretérito imperfecto se analiza en el § 23.12t. También favorece la creación de contextos atélicos la interpretación de inmediatez característica del llamado tradicionalmente imperfecto de conato23.12n y ss.), como en Salía de su casa hacia el trabajo, cuando sonó el teléfono. La forma salía admite aquí la paráfrasis ‘iba a salir, estaba a punto de salir’. Nótese que, si se suprime la coma, salía admitiría asimismo la interpretación progresiva (‘estaba saliendo’). Se retomarán estas interpretaciones en los § 23.12n y 24.5.

23.12c La interpretación cíclica, iterativa o habitual es un valor aspectual del pretérito imperfecto que comparte con el presente y con el pretérito perfecto, como se explicó en los § 23.5g y ss. Esta interpretación es característica de las situaciones télicas. No existe propiamente diferencia aspectual entre Cada mañana sale a dar un paseo y Cada mañana salía a dar un paseo, sino diferencia temporal, en cuanto que en el primer caso la acción de salir se sitúa en el presente, y en el segundo se ubica en el pasado. Así pues, con el pretérito imperfecto se hace aquí referencia a una serie de situaciones repetidas a lo largo de un intervalo, de forma que la afirmación es válida para cada una de ellas. La diferencia entre las dos opciones que se muestran en Se {levantaba ~ levantó} temprano todas las mañanas radica en que en la primera se presenta una serie abierta de acciones —en el sentido de no concluida—, mientras que en la segunda esa misma serie se manifiesta cerrada.

23.12d Como sucede con esos otros tiempos verbales, la interpretación habitual o cíclica de cantaba puede estar o no favorecida o inducida por algún elemento gramatical o léxico, pero también por ciertos factores extralingüísticos. En efecto, tanto subrayar como desayunar son predicados télicos, pero la oración Clara desayunaba café con tostadas sugiere de modo más evidente la interpretación habitual que Clara subrayaba su libro. Esta diferencia es del todo esperable, ya que sabemos que la acción de desayunar suele ser diaria. En general, se obtiene más fácilmente la lectura iterativa con los predicados que denotan acciones o procesos asociados con puntos temporales (diarios, anuales, etc.), o bien con períodos fijos en un calendario: almorzar, cenar, despertarse, empezar la jornada, llevar a los niños al colegio, salir de casa hacia el trabajo, veranear, etc. Los modificadores adverbiales que expresan horas del día o épocas del año producen el mismo efecto: El tren para Valencia salía a las 8.00 de la mañana; Íbamos a la playa a comienzos de julio; etc. Favorecen también esta interpretación otros recursos, como la coordinación de acciones opuestas:

Me ayudaba a calzarme y descalzarme (Fernández Cubas, Ágatha); Las mujeres iban y venían (ABC Cultural 12/4/1996); Sus dedos flacos como patas de arañas subían y bajaban (González, E., Dios).

Al igual que sucede en los demás tiempos imperfectivos, los inductores más comunes de la interpretación habitual del pretérito imperfecto son los adverbios de frecuencia, a menudo, habitualmente, ocasionalmente, siempre, etc., como ya se vio en el § 23.5h. Se analizará este factor en los apartados siguientes.

23.12e Según se ha explicado, el cuantificador universal cada introduce un conjunto de eventos relativos a cierta extensión temporal, de modo que los tiempos imperfectivos dan lugar en estos casos a la multiplicación del evento. Como en otros tiempos imperfectivos, las prótasis condicionales construidas en presente o en pretérito imperfecto constituyen operadores modales que inducen la interpretación iterativa. No se habla de una ocasión particular en el fragmento siguiente, sino de tantas cuantas situaciones hipotéticas cumplan la condición a la que se alude: Si alguno intentaba romper la armonía impuesta, se le organizaba un consejo de honor (Boadella, Memorias). Así pues, si alguno intentaba se interpreta como ‘siempre que alguno intentaba’ o ‘cada vez que alguno intentaba’.

23.12f Otras expresiones que favorecen la interpretación cíclica o habitual del pretérito imperfecto son el cuantificador todos/todas, como en La niebla surgía de la laguna y del río Ocros todas las mañanas (Alegría, Mundo), o los adverbios, locuciones adverbiales y grupos nominales de frecuencia, como los que se subrayan con trazo discontinuo en los ejemplos que siguen. Varios de ellos hacen referencia a partes del día o de la semana, o concurren con expresiones adverbiales que localizan el adverbio de frecuencia en otras unidades temporales fijas. Todo ello contribuye a que la interpretación reiterativa resulte aún más marcada:

Yo rara vez venía al centro los domingos (Vargas Llosa, Tía); […] donde algunas noches se disfrutaba más del esplendor de las estrellas que de los amores mudos de la pantalla (García Márquez, Amor); Muchas tardes se quedaba en su despacho, resolviendo papeles (Grandes, Aires); Ahí comían y cenaban a diario (Puga, Silencio); De cuando en cuando echaba una ojeada con algo más que curiosidad a la cabalgata que se aproximaba (Donoso, Casa); En aquella época Marcel venía muy poco por el caserío (Montero, M., Trenza).

23.12g Inducen la misma interpretación los adverbios siempre y nunca, y también invariablemente, por lo común o por lo general, entre otros similares:

Comenzó a bizquear, como siempre que se llevaba a la boca un jarro con café bien caliente (Paso, F., Palinuro); Invariablemente se quitaban el sombrero y musitaban una oración de respeto (Olivera Figueroa, Enfermera); Por lo general, llegaba a la una, salía a almorzar a la una y media, volvía hacia las cinco, echaba un vistazo a las noticias y se iba como a las seis (Bayly, Días).

23.12h Existen otros adjuntos de sentido temporal que favorecen la interpretación habitual del imperfecto, tal como sucedía con el presente (§ 23.5h). Así, dan lugar a una lectura distributiva las locuciones en las mañanas, en las tardes, en las noches (o las variantes respectivas con por en lugar de en, que se prefieren en el español europeo), y también diversos grupos preposicionales o nominales formados con sustantivos temporales en plural: en los veranos, los jueves, etc.:

En las tardes se lo podía ver en los cafés (Stefano, Historias); Por las tardes nos acercábamos a la playa a tomar el sol (Cappa, Intimidad); […] para saber qué enfermedad era la que nos daba los días domingos (Grupo Investigaciones Agrarias, Vida).

Otras expresiones adverbiales con las que se obtiene la interpretación habitual del pretérito imperfecto denotan etapas de la vida, como de joven, de niño o en sus buenos tiempos: […] en la ventana del comedor donde de niño desayunaba con su madre (Asturias, Presidente). Dado que no aparece aquí ninguna expresión cuantificativa, se entiende ‘cada mañana’ o ‘todos los días’.

23.12i En varias de las secuencias citadas en los apartados anteriores, construidas con pretéritos imperfectos de sentido habitual inducidos o favorecidos por adverbios de frecuencia, no aparecen adverbios o locuciones adverbiales que designen el intervalo temporal para el que es válida la situación expresada por el predicado. Esta información puede obtenerse del discurso precedente, pero puede quedar también tácita. Así, para interpretar el ejemplo de Vargas Llosa citado en el § 23.12f (Yo rara vez venía al centro los domingos) es preciso ubicar la acción de venir al centro los domingos en algún punto temporal (‘en aquellos días’, ‘en aquel tiempo’, etc.). Los adverbios de tiempo y las locuciones adverbiales temporales de marco30.6f) suelen identificar la situación pasada con la que se vincula el rasgo temporal del pretérito imperfecto. No es, por tanto, contradictoria la presencia de los dos grupos preposicionales de sentido temporal que se subrayan en el texto siguiente: En sus buenos tiempos se levantaba a las dos de la tarde (Elizondo, R., Setenta). La primera de estas expresiones constituye el marco temporal característico del copretérito, es decir, el intervalo del pasado para el cual es válida la acción que se describe. La segunda denota el tiempo del evento, en este caso cierta hora del día. Como se ve, no es necesaria la presencia de una expresión cuantificativa que induzca la multiplicación del evento (como sería todos los días o cada día) para que levantarse —predicado puntual— adquiera sentido iterativo.

23.12j El pretérito imperfecto comparte con el presente el ser un tiempo imperfectivo, como se ha explicado, pero se diferencia de él en que es relativo o secundario, propiedad que trata de captar el análisis del copretérito en alguna de las variantes que se expusieron en la sección anterior. En efecto, la oración Don Julián tenía un bigote castaño admite dos interpretaciones. Puede designar, en efecto, una propiedad transitoria de dicha persona. Se sugiere en esta interpretación que don Julián ya no tiene bigote, que lo tiene ahora de otro color o, tal vez, que murió. Pero es igualmente posible que el predicado no afirme nada acerca de la extensión temporal que corresponde a la propiedad designada. Es lo que sucede en esta cita:

Casi de inmediato apareció un tipo vestido de militar con ropa verde oliva […]. Era un hombre negro que sudaba copiosamente, tenía un bigote castaño extendido en forma de púas desagradables; las manos eran nerviosas y regordetas (Zaldívar, Capablanca).

Se obtiene aquí el llamado imperfecto de aspecto continuo, característico de los predicados atélicos. Como tener bigote es un predicado no dinámico (§ 23.3f, x), el pretérito imperfecto es difícilmente compatible con los adverbios que expresan su límite externo. Se prefiere, pues, de forma clara tuvo a tenía en {Tuvo ~ Tenía} bigote hasta los 60 años. Aun así, estos predicados pueden adquirir la delimitación existencial de la que se habló en el § 23.9l, como en Tenía bigote desde su juventud. Algunos gramáticos han señalado que, puesto que el pretérito imperfecto no expresa límite alguno, las inferencias respecto del posible final de la situación denotada son deducciones del hablante que pueden estar equivocadas y que pueden cancelarse, además, con recursos sintácticos diversos, como en Don Julián tenía un bigote castaño que tal vez siga teniendo.

23.12k En el § 23.3h se mostró que los adjuntos temporales construidos con la pauta «durante + grupo nominal cuantificativo» son característicos de los predicados atélicos: {trabajar ~ *llegar} durante un par de horas. Ello no es contradictorio con el hecho de que, como también se explicó, estos complementos puedan aportar la delimitación externa característica del aspecto perfectivo: Fue marino durante unos años. Cuando los predicados atélicos se construyen con pretérito imperfecto, los adjuntos del tipo «durante + grupo nominal cuantificativo» introducen una forma de delimitación incompatible con el aspecto imperfectivo:

Se {*llevaban ~ llevaron} mal durante algunos años;

Su hija {*estaba ~ estuvo} enferma durante varios meses.

El pretérito imperfecto de sentido iterativo o habitual está libre de esta constricción, puesto que, según se vio, está inducido por adverbios de frecuencia y otras expresiones cuantificativas que dan lugar a la multiplicación de los eventos:

Dormía durante diez horas cada vez que se quedaba de guardia la noche anterior;

Permanecía inmóvil durante mucho rato cuando se sentaba en aquel sillón.

Así pues, si se añadiera al año al ejemplo con el predicado estar enferma que se menciona en este mismo apartado, la variante con pretérito imperfecto resultaría natural, puesto que se habría obtenido una situación cíclica: Su hija estaba enferma durante varios meses al año.

23.12l La irregularidad del pretérito imperfecto en pares como el citado, Su hija {*estaba ~ estuvo} enferma durante varios meses, muestra que no puede delimitarse la situación pasada en la que se ancla ese tiempo verbal, y con la que coincide total o parcialmente. No obstante, si el intervalo temporal que expresa durante no incluye dicha situación pasada, el pretérito imperfecto es compatible con tales complementos de delimitación. La variante agramatical con estaba que se acaba de mencionar pasaría a ser natural si esa misma oración fuera complemento tras Soñó que... Lo que cambia al situar la oración como complemento de soñar (o de imaginar, o de otros verbos llamados creadores de mundos entre los semantistas) es que el intervalo durante varios meses deja de delimitar la situación pasada que introduce estaba, ya que el pretérito imperfecto se interpreta en relación con el punto en que se produce el sueño.

23.12m Las prótasis condicionales pueden introducir contextos virtuales muy similares. El pretérito imperfecto es compatible, en efecto, con los complementos de durante en la mayor parte de los usos en los que alterna con el condicional simple, como en Si me tocara la lotería, me {iba ~ iría} de vacaciones durante un mes, y en los contextos, ya analizados (§ 23.11j-m), en los que se expresa planificación: Nos íbamos durante una semana a París, pero tuvimos que anular el viaje. El que no se perciba contradicción alguna entre cantaba y los adjuntos de delimitación que encabeza durante se debe a que el pretérito imperfecto está en ellos anclado en una situación pasada que no contiene el lapso denotado por el adjunto de duración.

23.12n Los predicados télicos construidos en imperfecto no dan lugar solo a la interpretación cíclica o iterativa. Se denomina tradicionalmente imperfecto de conato al que expresa lo inminente de alguna acción télica situada en el pasado, y de cuyo resultado no se informa. Así, se iba ejemplifica este uso en el texto siguiente, en el que admite la paráfrasis ‘estaba a punto de irse’: Esto último lo dijo el general deprisa cuando ya se iba (Pombo, Ventana). Aunque el término imperfecto de conato sea de uso general en la tradición gramatical romance, el sustantivo conato se emplea aquí en un sentido algo más laxo que el que explica el DRAE (‘inicio de una acción que se frustra antes de llegar a su término’), ya que los imperfectos de conato expresan la inminencia de una acción inmediata, no necesariamente su frustración, como en Yo salía de casa en ese preciso momento (‘me disponía a salir’, ‘iba a salir’).

23.12ñ El imperfecto de conato es particularmente frecuente con la perífrasis «ir a + infinitivo», que expresa inminencia en uno de sus sentidos (§ 28.8c, d): Branshaw iba a contestar cuando la señorita Bunnage se le anticipó (Marías, J., Travesía). Se obtiene también con la perífrasis «estar para + infinitivo» (§ 28.10k, l) y «estar a punto de + infinitivo» (§ 28.10b-d), o bien sin perífrasis alguna, como en los ejemplos mencionados en el apartado anterior. Aunque el predicado llegar tarde carezca de desarrollo interno por ser un predicado de consecución, es posible decir Llego tarde y también Llegaba tarde (como en Tenía que apresurarme porque llegaba tarde), ya que puede focalizarse la fase previa a la consecución del evento. Se obtienen así alternancias como Llegaba tarde ~ Estaba a punto de llegar tarde ~ Iba a llegar tarde.

23.12o El adverbio relativo cuando que aparece de forma característica en las oraciones que contienen imperfectos de conato se suele denominar inverso (lat. cum inversum). Las subordinadas que encabeza el cuando inverso interrumpen una situación que puede estar a punto de iniciarse, o bien hallarse en su curso. Así pues, en el texto siguiente cabe entender que cierta aparición tuvo lugar en medio de un movimiento, pero también que impidió el aviso que alguien se disponía a hacer (interpretación de conato): Iba a avisarles cuando de pronto apareció un espía con abrigo de piel y derribó a la más alta a golpes (Cohen, Insomnio). En su uso más común, las subordinadas con cuando que denotan un punto temporal situado en un intervalo más amplio no afectan al proceso en curso, a diferencia de lo que sucede en los casos mencionados: Estaba trabajando cuando llegamos nosotros y no lo dejó en todo el tiempo (Martín Gaite, Visillos). Se retoman las propiedades del cuando inverso en los § 23.14v, w y 24.5q, r.

23.12p El pretérito imperfecto llamado tradicionalmente narrativo se construye asimismo con predicados télicos. Es característico de la lengua escrita —casi siempre literaria o periodística—, en la que suele concurrir con el pretérito perfecto simple:

Un día, el 7 de febrero de 1979, al tratar de ascender a un ómnibus, doña Corina resbaló y cayó al pavimento. Instantes después moría (Salvador Lara, Historia); Una tarde, después de comer en la estación, se metió Urríes en el mixto de Bilbao. Al poco rato se apeaba en Pobes (Galdós, Episodios); El día 22 de septiembre se dio inicio a la reunión en Viena, capital de Austria. En esos momentos el presidente de Iraq, Saddam Hussein, lanzaba un furioso ataque por tierra y aire contra Irán. Se iniciaba así una guerra que habría de durar ocho años y que causaría tremendos daños materiales y grandes pérdidas de vidas humanas a ambos países (Universal [Ven.] 12/9/1996); Mauricio Omar Campos marcaba el 1-0 para los “verdolagas” y arrancaba gritos y aplausos entre los unionenses (Diario de Hoy 5/5/2003); Pero si eso fue realmente así, de nada le sirvió (al poco tiempo el marido conseguía el divorcio y se casaba con una amiga común) (Fernández Cubas, Ágatha).

El pretérito imperfecto narrativo ha sido también llamado de ruptura porque se suele usar para presentar una acción como desenlace de otras introducidas secuencialmente, según se comprueba en la mayor parte de los ejemplos citados. Comparte esta interpretación con el presente narrativo, que se estudió en los § 23.6k y ss., y con el pretérito perfecto compuesto narrativo, descrito en el § 23.8g. El término narrativo que se aplica a este uso del imperfecto no debe confundirse con el que caracteriza al imperfecto que se emplea como fondo de las narraciones. Ilustraron este otro valor las series de imperfectos que aparecen en el texto de Aguilera Malta citado en el § 23.9d.

23.12q A favor de considerar el imperfecto narrativo como tiempo perfectivo está el hecho de que pueda sustituirse por el pretérito perfecto simple. Si en el primero de los ejemplos citados en el apartado anterior se hubiera dicho Instantes después murió, no se habría alterado el significado de esa oración, pero se habría perdido el efecto estilístico que caracteriza al pretérito imperfecto en estos contextos. El imperfecto narrativo es particularmente frecuente en las construcciones encabezadas por adjuntos temporales de localización (como en A las tres de la mañana, la policía entraba de improviso en su departamento), en especial por los que denotan posterioridad, como poco después, años más tarde, transcurridos unos meses o «tras + infinitivo»: Tras reconocer el mal dato de noviembre, el Gobierno admitía ayer su pesimismo sobre la evolución de este índice durante los próximos meses (Mundo [Esp.] 27/12/1995).

23.12r El imperfecto narrativo aparece otras veces en expresiones yuxtapuestas o coordinadas, pero siempre formando parte de un relato o una narración: Por la mañana firmaban el acuerdo y por la tarde […] se reunían con el ministro de Trabajo (ABC 29/4/1997). Entienden algunos autores que esa unidad textual más amplia (llamada macroevento por algunos gramáticos) podría asimilarse en su conjunto al marco o al escenario característico del copretérito (§ 23.11a). Sin embargo, no existe acuerdo sobre si tal hipótesis puede justificar adecuadamente su peculiar posición en el sistema de los pretéritos, ni tampoco acerca de si es este rasgo en particular el que explica el efecto literario con el que se suele asociar. Aunque sea más frecuente en la lengua escrita, el imperfecto narrativo no es ajeno al registro coloquial. Nótese que decía alterna con dijo en Alguien me decía hace poco: “¿Qué vamos a hacer?”. Y le dije: “El pan se hace con la harina que hay” (Proceso [Méx.] 19/1/1997).

23.12s En los apartados precedentes se ha comprobado que la telicidad del predicado, su sustitución por el pretérito perfecto simple y el efecto estilístico que ello comporta son los tres rasgos que suelen caracterizar al imperfecto narrativo, como en el fragmento de Salvador citado en el § 23.12p: Instantes después moría (=‘murió’). Es importante resaltar que en ese texto se habla de un solo individuo (doña Corina). Repárese ahora en que no existe, en cambio, neutralización entre morían y murieron en el fragmento siguiente, ya que el sujeto plural proporciona la imperfectividad que refleja la forma cantaba en los contextos distintos del narrativo: Allí los hombres morían como moscas envenenadas (Salisachs, Gangrena). Se obtienen contrastes análogos en pares como Luis se caía ~ La gente se caía y otros similares en los que se oponen sujetos que denotan individuos a otros que se refieren a agrupaciones de ellos.

23.12t El llamado imperfecto progresivo es similar al presente progresivo del que se habló en el § 23.5e. Se caracteriza por focalizar un único punto de un predicado (sea télico o atélico) que se presenta en curso. Así, el pretérito imperfecto doblaba equivale a estaba doblando, es decir, a una perífrasis progresiva (§ 28.12) en el texto siguiente: El capote amarillo del taxi que en aquel momento doblaba la esquina, la reconfortó (Pedrozo/Pedrozo, Mujeres). Se diferencia, pues, del pretérito imperfecto continuo en que el primero focaliza un punto, no un período; del cíclico, en que el evento no se repite, y del de conato, en que no es ingresivo. Coincide con este último, sin embargo, en que focaliza una de las fases del evento, lo que puede relacionarse con el hecho de que admita con igual facilidad el adverbio cuando en la interpretación inversa de la que se habló en el § 23.12o: Se dirigía firmemente hacia la silla de los chales, cuando de pronto escuchó los aplausos (Bryce Echenique, Julius).

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
pretérito perfecto simple

 

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