Sintaxis

27 El verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio

27.6 El gerundio predicativo (I). Construcciones verbales y preposicionales

27.6a El gerundio predicativo se introdujo en el § 27.1p. El hecho de que puedan alternar grupos sintácticos tan dispares en apariencia como los subrayados en Entró en la casa absolutamente feliz ~ Entró en la casa dando saltos de alegría pone de manifiesto que el gerundio puede designar una propiedad episódica de un individuo, además del modo en que se lleva a cabo una acción. Como se indica en el § 38.6, es característico de los complementos predicativos el referirse a estados circunstanciales, transitorios o alcanzados como resultado de algún proceso, más que a cualidades permanentes de las personas o las cosas. Ello explica que los complementos predicativos adjetivales se construyan más frecuentemente con estar que con ser. Se ha puesto de manifiesto en los estudios sobre estas construcciones que la naturalidad de secuencias como Escribió la carta llorando de emoción está relacionada con la de Estaba llorando de emoción, y que la mayor extrañeza que se percibe en Escribió la carta teniendo ganas de hacerlo es pareja a la de Estaba teniendo ganas de hacerlo. La mayor parte de los gerundios formados con verbos de estado no suelen ser predicativos (Se quedó pudiendo haberse marchado: § 27.6k), pero se ha señalado que sí lo son algunos (Se diría que nació sabiendo todo lo que hay que saber: § 27.6e).

27.6b Se hace notar en el § 38.8 que los predicativos reciben interpretaciones semánticas diferentes en los contextos en que se admiten. Varias de ellas pueden extenderse al gerundio predicativo, que adquiere así sentidos similares a los que se describieron en los § 27.4 y 27.5 para otros gerundios. Suele predominar en los gerundios predicativos el sentido que en el § 38.8b se llama concomitante o descriptivo, es decir, la interpretación en la que el gerundio se refiere a un estado transitorio de algo o de alguien. Esta interpretación viene a coincidir con la de simultaneidad, analizada en el § 27.4, como en Se despertó llorando. Repárese ahora en que cabe entender que el complemento predicativo descalzo adquiere una interpretación condicional en Te encontrarías más cómodo descalzo (es decir, ‘si estuvieras descalzo’: § 38.8d, e). Si ello es así, esa interpretación se extenderá al gerundio descalzándote, que puede ocupar su lugar. Algunos autores piensan, no obstante, que la interpretación condicional de uno y otro es, en realidad, un efecto de sentido provocado por el hecho de que se designa un estado de cosas hipotético o virtual. Los predicativos de este tipo suelen compartir los mismos contextos, y hasta pueden yuxtaponerse en la interpretación citada, como en Dice que le gusta la carne casi cruda, echando sangre, donde se admiten paráfrasis como ‘si está’ o ‘que esté’. El gerundio predicativo adopta otras veces un valor cercano al resultativo, como en La hiedra había crecido cubriendo toda la pared.

27.6c En todos los usos mencionados, el gerundio mantiene la significación imperfectiva que lo caracteriza. Al igual que se aproximan los modificadores adverbiales que expresan formas de actuar de alguien (Se acercó cortésmente) y los complementos predicativos del sujeto que expresan esas mismas disposiciones (Se acercó cortés) (§ 38.6e, f), también lo hacen los gerundios adjuntos y los predicativos. De hecho, no existe pleno consenso entre los gramáticos acerca de los términos en que debe establecerse esta distinción. Así, algunos autores han defendido que es posible distinguir entre los gerundios (predicativos o asimilados a ellos) que describen la situación o el estado en que se encuentran las entidades cuando realizan acciones o experimentan procesos (Había llegado a clase tambaleándose) y los gerundios adjuntos que expresan la manera en que se llevan a cabo las acciones o los procesos de los que se habla (Había llegado a clase atravesando toda la ciudad). Otros gramáticos entienden que esta distinción semántica es difícilmente aplicable, por cuanto la sintaxis no posee recursos formales que la pongan de manifiesto de manera objetiva. En los apartados siguientes se describirán los contextos sintácticos fundamentales que caracterizan a los gerundios predicativos.

27.6d Admiten gerundios algunos de los verbos llamados generalmente semicopulativos38.1-5), como en fósiles que se manifiestan formando estructuras radiales, o en construcciones similares que expresan presencia o manifestación de algo, como en Fray Bartolomé hallábase orando en una minúscula capilla encalada y con múltiples brillos de azulejos (Valle-Arizpe, Leyendas) o Una tarde de sábado, Florentino Ariza la encontró tratando de escribir a máquina en su dormitorio (García Márquez, Amor).

27.6e También aparecen gerundios predicativos en las construcciones que encabeza la preposición con (analizadas en los § 38.9a y ss.). Los predicativos que se subrayan en grupos preposicionales como con el trabajo terminado, con la casa a cuestas o con las manos sucias denotan estados episódicos, contingentes o circunstanciales de las personas o las cosas. Los gerundios más frecuentes en estas construcciones expresan acciones o procesos que poseen esas mismas características, como en con la policía pisándole los talones, con todo el cuerpo temblando o en los ejemplos que siguen:

Sobre la cama, la urna con el cuerpo del durmiente, y a su lado la enajenada con la mano apretando tiernamente el cuello (Lezama, Paradiso); Susana de pie en el altillo alumbrado por relámpagos con su hija llorando en brazos, en camisón y con el largo y pesado abrigo de hombre echado sobre los hombros desnudos (Marsé, Bravo); Con la nariz sangrando y los pómulos tumefactos empieza a temblar como si estuviera metida en un gigantesco refrigerador (Mendoza, M., Satanás).

Se documentan asimismo, no obstante, con verbos de estado, en especial si describen posiciones, configuraciones o estados locativos, como en con dos balcones mirando al mar, o en estos ejemplos:

Hablando entre dientes, con las mandíbulas apretadas y con los labios formando una bocina estrecha y arrugada, le dijo que ella era un ser vulgar (Casares, Dios); Y cada vez que se abrían era la noche y la luna mientras lo subían por la escalinata, ahora con la cabeza colgando hacia abajo (Cortázar, Final).

27.6f Es menos frecuente la presencia de la preposición sin en esta pauta (§ 38.9b), pero puede dar lugar a construcciones similares, como en Sin el niño correteando por aquí podré trabajar mucho mejor, en Yo viviría mucho más tranquila sin ese hombre dándome la lata continuamente o en los ejemplos siguientes:

Pero se lo imaginó bajo las coles como un gato y sintió que, sin aquel hombre negándole la existencia, él también desaparecía un poco (Castro, L., Fiebre); Tengo sueño, ganas de irme a mi cama toda para mí, sin tus piernas cruzándose a media noche en mi camino, sin tus ronquidos (Mastretta, Vida).

Más rara, y de marcado carácter literario o arcaizante, es la ausencia de la preposición con en estos contextos: El celador Gielty se alzó en la tarima, pelo rojo brillando y bigote rojo brillando (Walsh, Día).

27.6g Tal como se explica en los § 38.9f, g, existen razones para pensar que la segmentación que se muestra en con [la cabeza colgando] es correcta en términos sintácticos y también semánticos. Esta se apoya en el hecho de que los segmentos que reconoce se pueden coordinar, como en con una mano vendada y la otra chorreando sangre, o en estos otros ejemplos:

La iglesia estaba casi sola, con dos velas de las más altas encendidas en el altar mayor, y unas mujeres esperando para confesarse (Martín Gaite, Visillos); Este eres tú, ¿no? Arcadio con uniforme de miliciano, una canana atravesada encima del pecho y la mano derecha sosteniendo el fusil ante una gran roca de granito (Grandes, Aires).

27.6h Al igual que otros grupos preposicionales formados con la preposición con, los que aquí se examinan pueden funcionar sintácticamente como construcciones absolutas, por tanto como modificadores externos o internos. Corresponden al primer tipo (modificadores externos) oraciones como Con el humo llenando la cocina, allí era imposible respirar, así como las que aparecen en los textos siguientes:

El tiempo necesario para renovar toda el agua en el Lago, sería una cuestión de décadas. Con la planta controlando la salida de agua, este tiempo posiblemente podría ser aumentado (Hora 1/3/1997); Con tanta gente llegando de fuera la pobrecita se pasa allá horas y horas curando gente (Chao, Altos).

Al segundo tipo —grupos preposicionales que funcionan como modificadores internos— pertenece el atributo que se subraya en Estaba con la nariz goteando. Nótese que goteando se predica aquí de la nariz y que —a la vez— todo el segmento que se marca es atributo del sujeto de estaba. Se obtienen esquemas parecidos con los complementos predicativos del sujeto (Se levantó con los ojos brillándole de emoción) y del objeto directo (La había retratado con un pañuelo rodeándole la garganta). Los grupos preposicionales predicativos encabezados por con y construidos con gerundios se coordinan fácilmente con otros predicativos:

El Pingajo se queda solo como un auténtico pingajo, medio escoreado hacia un lado, con la cabeza colgando y el cigarrillo colgando del labio (Rodríguez-Méndez, Bodas); La veo descalza y con los cabellos chorreando agua, al pie de la escalera, con rasguños en las rodillas (Marsé, Muchacha).

27.6i Los gerundios predicativos referidos al complemento directo del verbo principal están sometidos, como los predicativos en general (§ 38.6i), a mayores restricciones que los de sujeto. Estas construcciones se forman con verbos que pertenecen a varias clases semánticas. Ocupan el primer lugar, por su frecuencia, los verbos de percepción sensible (contemplar, distinguir, escuchar, mirar, notar, observar, oír, sentir, ver), como los que aparecen en los siguientes ejemplos:

Va hasta el balcón y la ve poniéndose la chaqueta, charlando con su amigo (Gamboa, Páginas); Luisa tararea a veces en el cuarto de baño, mientras yo la miro arreglándose apoyado en el quicio de una puerta (Marías, J., Corazón); Y dijo el nombre de su hija, como si necesitara oírlo saliendo de sus labios para creer que la veía (Mastretta, Mal); Lo observó paseando por el salón hasta las tres de la madrugada (Casares, Dios); Matilde los oyó discutiendo desde la cocina, pero no quiso intervenir (Ferré, Batalla); Se escuchaban las olas estallando en las rocas (Díaz, Neruda),

pero también los de percepción mental o intelectiva (figurarse, imaginarse, recordar):

Se las figuraba paseando por el Espolón… y estaba seguro de que los ojos de los hombres se irían tras ellas (Clarín, Regenta); No podía imaginárselo haciendo mal a una mujer (Uslar Pietri, Lanzas); Imaginan a Clara bailando, arrebolada y sudorosa (Rama, Tierra); Lo recordé extrayendo impaciente una cajita de valium de mi bolsillo (Bryce Echenique, Martín Romaña).

27.6j El verbo hacer se usa con el sentido de ‘imaginar’ o ‘suponer’ en estas construcciones, como en ¡Qué sorpresa! Te hacía pintando a estas horas (Bayly, Mujer). Se aplica a los gerundios predicativos la distinción que se introduce en el § 38.7 entre complementos predicativos no seleccionados u optativos y seleccionados u obligatorios. Así, Vieron al marido de Clara tendiendo la ropa implica Vieron al marido (gerundio optativo), mientras que La tengo a usted esperando desde hace un buen rato no implica La tengo a usted, ni Te hacía tomando el tren implica Te hacía (gerundio no optativo). Como se señala en el § 38.7d, los contextos de complemento predicativo obligatorio se asimilan a veces indirectamente a los contextos proposicionales, por cuanto se describen en ellos situaciones o estados de cosas. Aun así, las paráfrasis con oraciones se obtienen unas veces (Vieron que el marido de Clara…), pero no otras (*Tengo que usted está esperando…).

27.6k Los gerundios que corresponden a estas clases de verbos expresan acciones (La recuerdo mirándome) o procesos (Veíamos los barcos alejándose), pero no suelen denotar estados (*Vi a la niña teniendo fiebre). Como se señala en el § 26.9n, los infinitivos están sujetos a una restricción similar. De un verbo que admita interpretaciones activas en ciertos contextos (un profesor que explica con claridad la trigonometría) y estativas en otros (un libro que explica con claridad la trigonometría) se esperará que admita el gerundio predicativo de objeto directo con ver en el primer caso (Lo veía explicando con claridad la trigonometría), pero no en el segundo. Las subordinadas sustantivas de verbo en forma personal no están sujetas a esta restricción (Veo que este libro explica con claridad la trigonometría). Sobre las diferencias entre percepción sensible y percepción intelectiva, véanse los § 43.1e y 43.4l y ss.

27.6l No se asimilan sintáctica ni semánticamente los complementos predicativos de infinitivo (Los vi entrar) y los de gerundio (Los vi entrando). Desde el punto de vista semántico, los primeros expresan eventos cuya interpretación aspectual se obtiene del verbo de percepción al que se subordinan. Cuando este aparece en pretérito (Los vi entrar), se entiende que el proceso, en este caso entrar, culmina. Pero si el verbo de percepción aparece en imperfecto (Los veía entrar), se entiende que queda en suspenso esa culminación. El gerundio predicativo, por el contrario, contiene su propia información aspectual de naturaleza imperfectiva, por lo que el proceso al que se refiere se manifiesta siempre en su curso. Desde el punto de vista sintáctico, el gerundio predicativo se asimila a los modificadores adjetivales o preposicionales que desempeñan esa función, y —de hecho— se coordina con ellos o se yuxtapone a ellos sin dificultad, como en —Un milagro, que me dejara salir —reflexiona Urania—. Después de haberlo visto desesperado, llorando, quejándose, apiadándose de sí mismo (Vargas Llosa, Fiesta). Los infinitivos en función de complemento predicativo rechazan esa posibilidad (cf. *Lo vi contento y marcharse), lo que puede deducirse de la estructura oracional (o más exactamente proposicional o cuasiproposicional) que, según se indica en el § 26.9e, se les suele suponer.

27.6m Los predicativos de verbos de percepción formados con infinitivos también se diferencian de los constituidos con gerundios en el hecho de que los primeros aceptan predicados sin sujeto, tanto los que se refieren a fenómenos atmosféricos (Veo llover) como los que permiten sujetos tácitos de interpretación inespecífica (Me sobresalté porque oí gritar). Los gerundios predicativos rechazan ambos (*Veo lloviendo; *Me sobresalté porque oí gritando), al igual que los adjetivos y otros complementos predicativos del sujeto o del objeto directo que solo son posibles cuando estos aparecen expresos. Falta, pues, en estas oraciones algún elemento nominal o pronominal explícito del que el gerundio pueda predicarse. Los complementos predicativos adjetivales no están sujetos en la misma medida a esta restricción, como se explica en el apartado siguiente.

27.6n La existencia de alternancias como Los he visto mejores ~ He visto mejores; Los hay más baratos ~ Hay más baratos; El dinero no te hace feliz ~ El dinero no hace feliz pone de manifiesto que los complementos directos tácitos pueden tener complementos predicativos expresos. Estas estructuras se forman con pronombres átonos de genitivo en otras lenguas románicas. No suelen construirse en español con adjetivos que denotan propiedades episódicas (como confirma la anomalía de *Vi muy cansados frente a Los vi muy cansados), lo que ayuda a entender que rechacen siempre los gerundios predicativos: *Hablando de soldados, hoy he visto saliendo del cuartel. Contrasta en la misma medida si veo a alguien {enfermo ~ esperando} con *si veo {enfermo ~ esperando}. Los adjetivos adverbializados que aparecen en Está lloviendo muy fino tienen otras propiedades. Se estudian en el § 30.3.

27.6ñ Las demás diferencias que se reconocen entre el infinitivo y el gerundio en las construcciones predicativas que se comparan se deducen, en lo fundamental, de las que se han presentado. La ambigüedad conocida entre los predicativos de sujeto y los de objeto (La vi un día saliendo de mi casa, ‘Ella salía’ o ‘Yo salía’) también se produce, aunque quizás de manera menos marcada, en los predicados adjetivales (Lo vi completamente mareado). Es asimismo esperable la cercanía —y hasta el solapamiento o el traslape— del gerundio predicativo de sujeto y el gerundio de simultaneidad: Lo vi saliendo ‘mientras (yo) salía’, como se explicó en el § 27.6b. Se añade a esas diferencias el hecho de que los gerundios se sustituyen por los adverbios cómo o como, al igual que los demás predicativos (§ 37.1m): ¿Cómo los viste? {*Entrar ~ Entrando} en la comisaría, frente a los infinitivos. Estos últimos están sujetos, por el contrario, al proceso de reanálisis o reestructuración que se describe en el § 26.10c y que permite segmentaciones como [Veo llegar] [los barcos]. El que este proceso no afecte al gerundio predicativo ayuda a explicar la extrañeza de secuencias como Veo llegando la primavera, descartando posibles hipérbatos literarios.

27.6o Los verbos de percepción no son los únicos que aceptan gerundios predicativos del complemento directo. Forman un segundo grupo los verbos de representación: describir, dibujar, fotografiar, grabar, pintar, representar, etc., como en La retrató sonriendo o en los textos que se reproducen a continuación:

Lo habían dibujado mirando hacia algún lugar impreciso (Pérez-Reverte, Piel); Clairin la pintó luciendo su atavío seudofaraónico, junto a una vaga Esfinge monumental (Mujica Lainez, Escarabajo); Los periodistas lo retrataron subiendo a un automóvil negro (Allende, Casa); ¿Qué novelista argentino ha escrito nada más bello que aquel capítulo en que Gutiérrez describe a Juan Cuello entrando al velorio de su novia…? (García Velloso, Memorias); En los años siguientes las revistas del corazón lo fotografiaron varias veces bailando en las disco de Buenos Aires con adolescentes (Verbitsky, Vuelo); Era un bonito camafeo de piedra azul y, alejándolo mucho de sus ojos, pudo ver que representaba a un niño cabalgando sobre algo que parecía un delfín (Obligado, C., Salsa).

Se reconoce que existe una relación estrecha entre este grupo y el que se describió en los apartados anteriores, ya que los conceptos de ‘representación’ y ‘percepción’ están próximos. En uno y otro caso se describen situaciones constituidas gramaticalmente por el gerundio y el elemento nominal del que se predica. La naturaleza imperfectiva del primero las presenta como procesos en curso, y la significación del verbo que admite estos complementos hace que se interpreten como descripciones, imágenes o estados de cosas percibidos o concebidos.

27.6p Constituyen otro grupo de predicados que admiten gerundios predicativos los verbos que expresan hallazgo o descubrimiento: descubrir, encontrar, hallar, sorprender, etc., como en Lo sorprendieron copiando en un examen, o en estos otros ejemplos:

Temí que me sorprendiera espiándola (Bioy Casares, Invención); Dos veces te he descubierto ya usando la ropa interior de Andrea (Laforet, Nada); Lo habían encontrado durmiendo en un banco de plaza (Consiglio, Bien); La halló recortando figuras y acomodándolas en el asiento de la madera (Ramírez Heredia, Rayo); Tampoco permitían bañarse frente al Malecón; al que cogieran bañándose allí era arrestado (Arenas, Antes).

En la lengua coloquial de Chile, México, España y otros países se emplea el verbo pillar en el sentido de ‘sorprender o atrapar en falta’, que admite gerundios predicativos, como en La pillaron robando o en Como suponíamos, lo pillamos durmiendo la mona (Prada, Tempestad). En el Río de la Plata y en otras áreas es más frecuente en estos contextos el verbo agarrar: Si lo agarraban cambiando plata falsa iba a ir preso (Aira, Varamo). De uso más general es pescar, que se admite en el español general con ese mismo sentido y acepta igualmente gerundios predicativos:

Y apenas regresa de Manaos me la pescan trabajando en plena vermouth del cine Bolognesi (Vargas Llosa, Pantaleón); ¡Y el marido la puede pescar revolviendo las cosas! (Puig, Beso); Dos veces lo pesqué garabateando disimuladamente en una libreta algún dato sobre Sebastián (Mujica Lainez, Ídolos).

27.6q El siguiente grupo de verbos que admiten gerundios predicativos del complemento directo es el compuesto por los que denotan existencia, presencia, presentación o manifestación. El más destacado entre ellos es el verbo haber:

Hay demasiada gente esperando (Sábato, Túnel); En la orilla había un perro jugando (Cabrera Infante, Tigres); Más viejos que ese los hay rodando (Sánchez Ferlosio, Jarama).

Se explica en los § 15.6c y ss. que el verbo estar y el verbo haber manifiestan requisitos opuestos en relación con la especificidad del elemento nominal que se presenta o se introduce. Haber lo requiere inespecífico (se dice, por tanto, Aquí hay un gato durmiendo, y no *Aquí hay el gato durmiendo), mientras que con estar sucede lo contrario (se dice Aquí está el gato durmiendo, y no *Aquí está un gato durmiendo, si el gerundio se interpreta como predicativo). Véase también el § 28.12. Se asimilan en parte a estos verbos los que expresan aparición o surgimiento, especialmente con sujetos de interpretación remática (§ 40.1j), como en Entró un perro babeando o en Se abrió una ventana y apareció una mujer gritando: —¡Ni se atreva, ni se atreva! (Walsh, Operación).

27.6r Se construyen asimismo con gerundios predicativos de complemento directo los verbos tener, dejar y llevar:

El sultán no puede tener el avión esperando todo el año (Soriano, León); Dejó durmiendo a Mateo y bajó a la calle (Chacón, Voz); Dos de ellos llevaban el cuerpo inerte de un muchacho de unos dieciséis años. Llevaba la cabeza sangrando, pero iba vivo aún (Barea, Forja).

El primero y el último dan lugar a estructuras similares a las que se obtienen con la preposición con en secuencias, ya analizadas, como con los brazos colgando. El uso de «llevar + gerundio» que aquí se ejemplifica no es perifrástico. Se distingue, por tanto, del que corresponde a la oración Te lo llevo diciendo desde hace años, que se estudia en los § 28.15a-g. Los tres verbos mencionados admiten otro tipo de predicativos: Me tienes muy enojado; Nos dejó atónitos; Llevaba la cabeza mojada.

27.6s Las clases semánticas de verbos que admiten gerundios en función de complemento predicativo del objeto directo no se alteran en las correspondientes oraciones pasivas. Así, el gerundio que se subraya en Había sido sorprendido portando una ametralladora (Verbitsky, Ezeiza) es un complemento predicativo del sujeto, a pesar de que sorprender pertenece al grupo analizado en el § 27.6p, relativo a cierto tipo de complementos directos. Se aplica el mismo razonamiento a Esteban fue hallado flotando en el río (Freidel, Árbol) y a otras muchas oraciones similares que contienen sujetos pacientes. Así pues, el complemento directo de estas oraciones puede pasar a ser sujeto sin que el predicativo se vea afectado.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
ambigüedad, verbo de percepción

 

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