Sintaxis

40 Las funciones informativas

40.8 Adverbios de foco (IV). Adverbios de inclusión

40.8a Los adverbios también e inclusive (el segundo, en una de sus interpretaciones) se suelen llamar aditivos porque su foco se agrega a algún conjunto, explícito o supuesto, de personas o cosas. El adverbio además comparte varias propiedades con ellos, pero no otras, como se explica en los § 30.13c, d. La información que se agrega puede presentarse expresamente en el texto, a menudo en estructuras coordinadas o yuxtapuestas:

El marido era tímido, también muy jovencito (Aldecoa, J., Mujeres); […] un proceso más justo para el niño y también para los padres (Tiempo [Col.] 10/4/1997); No son buenos para su pelo —advirtió Forest—. Y tampoco para sus oídos (Marsé, Muchacha),

pero se omite a menudo, y se obtiene indirectamente de la situación o del contexto. Los adverbios también y tampoco permiten la elisión de su grupo verbal, propiedad que comparten con los adverbios y no. Así, en El taxista está desesperado y yo también (Razón [Esp.] 20/12/2001), se sobrentiende ‘estoy desesperado’. También y tampoco se diferencian, fundamentalmente, de y no en que solo relacionan dos oraciones con la misma polaridad: Ana lo sabía, pero yo {no ~ *tampoco}. Sobre este punto, así como sobre otras propiedades del adverbio tampoco, véanse los § 48.8a-d.

40.8b Los adverbios aun, incluso, hasta y ni siquiera se suelen denominar escalares porque su foco no solo presupone cierto conjunto de personas, cosas, propiedades o situaciones, sino que, además, queda situado en uno de los extremos de la escala o la jerarquía que se forma implícitamente con esas nociones. Los otros elementos de la escala pueden estar o no presentes. Lo están, por ejemplo, en los textos siguientes:

Dejó de ir al almacén de lanas, en la vieja Judería, y se olvidó por completo de Benjamín Martín, su rentero de Pedrosa. En su inactividad, don Bernardo dejó incluso de visitar a mediodía, con sus amigos, la taberna de Dámaso Garabito (Delibes, Hereje); La propaganda y sus trompetas proclamaron que ese final demostraba el error, e incluso la perversidad, del comunismo (Sampedro, Mongoles). Después del cuarto accidente, los campesinos, comprendiendo por fin la alusión, abandonaron los campos y se volvieron, algunos a la ciudad, otros a Buenos Aires, y otros incluso a Suiza o a los campos de Asturias (Saer, Ocasión).

Como puede comprobarse, la presencia de incluso en el ejemplo de Delibes que encabeza el bloque precedente implica que la omisión de ciertas visitas por parte de don Bernardo tiene mayor pertinencia o mayor alcance que otras posibles omisiones suyas. En el texto de Sampedro, la perversidad se sitúa por encima del error en relación con la relevancia de alguna demostración. En el último ejemplo, se obtiene una valoración escalar similar.

40.8c Otras veces, en cambio, no se enumeran los demás elementos del conjunto. Aparecen a menudo abarcados por una expresión cuantificativa (todos, muchos, etc.). En ese caso, se expresa con el foco de incluso que del elemento así resaltado no sería de esperar la situación que se describe: Pocos momentos después salían todos, incluso el perro de las Porreñas (Galdós, Fontana). Puede suceder asimismo que el texto no contenga referencia alguna al grupo en cuestión. En esos casos, se obtiene igualmente la relación escalar mencionada, puesto que se entiende que de la persona o la cosa designadas por el foco del adverbio no se esperaría —a diferencia de lo que podría suceder con otras— la acción, la propiedad o la situación que se menciona:

Como se trata de una Cruzada Civilista en la que participa incluso la jerarquía eclesiástica, la embajada norteamericana cree poder actuar desembozadamente (Soler, R., Panamá); Y a la hora de cesar la lucha y entregar sus armas, aun sabiendo que se encaminaría incluso al sacrificio de su vida, Sandino ejecuta su inmolación sin más alternativas (Ramírez, Alba).

40.8d Los adverbios mencionados en los apartados precedentes aparecen unas veces integrados en el grupo verbal (… dejó incluso de visitar…), pero otras se adjuntan a grupos sintácticos diversos situados en incisos. Así, en el ejemplo que sigue, incluso se antepone en un inciso al grupo pronominal lo inimaginable, yuxtapuesto a lo que nunca ocurrió: Seguramente había que […] recordar, imaginar, acaso suplir lo que nunca ocurrió, incluso lo inimaginable (Fuentes, Laura Díaz). En el texto de Pérez Galdós que se citó en el apartado anterior (Pocos momentos después salían todos, incluso el perro de las Porreñas), el adverbio incluso forma parte de un grupo nominal situado en un inciso explicativo en el que se precisa el contenido del pronombre todos. El uso de los adverbios escalares en enumeraciones, réplicas, apostillas y otras construcciones similares favorece la creación de contextos discursivos en los que se manifiesten las expectativas y contraexpectativas que, como se ha explicado, caracterizan su significado.

40.8e El adverbio inclusive comparte uno de sus sentidos con incluso. Coincide, en efecto, con este adverbio en la interpretación escalar que se ha descrito:

Siempre se encuentran unos pantalones para todo, inclusive para casarse (Galdós, Tristana); Con el taxi nuevo, trabajaba toda la semana, inclusive los domingos (Donato, Sector); Mientras los germanos, inclusive en sus épocas de mayor extravío, no han cesado de sentirse europeos, en los ingleses es manifiesta la voluntad de ruptura (Paz, Arco).

Inclusive no es, en cambio, adverbio escalar, aunque sí inclusivo, cuando se usa para indicar que uno o varios elementos no deben excluirse de un conjunto, a menudo presentado como enumeración:

A partir de ese día, y hasta el 5 de mayo inclusive, el horario de visitas se extenderá hasta las 23 los días de semana (Nueva Provincia 13/4/1997); […] en los años comprendidos entre 1989 y 1991, ambos inclusive (Vanguardia [Esp.] 2/7/1995).

Es incorrecta la forma inclusives (ambos inclusives) que se atestigua en la lengua popular de algunos países.

40.8f Las expresiones ni siquiera y ni aun (asimilables en alguna medida a las locuciones adverbiales) constituyen las variantes negativas de incluso y aun, de forma similar a como tampoco es el adverbio que corresponde a también, o nunca el que corresponde a la expresión indefinida alguna vez. El significado escalar que caracteriza a incluso está presente igualmente en ni siquiera. Así, en el texto siguiente se dice que, si bien sería esperable, en mayor medida, caminar en línea recta que dar vueltas, cierta persona no es capaz de realizar ninguna de las dos acciones: Mi jefe, en cambio, ya no da vueltas, ni siquiera camina en línea recta (Millás, Articuentos). El adverbio incluso no suele aparecer bajo el ámbito de la negación (con las excepciones que se verán en el apartado siguiente) porque ni siquiera ocupa su lugar. La relación entre incluso y ni siquiera es similar, desde este punto de vista, a la que existe entre algo y nada, entre o y ni, o entre también y tampoco.

40.8g En los § 48.4g, ñ se explica que algo, alguien, también y otras expresiones similares pueden estar situadas linealmente tras la negación y escapar, sin embargo, de su ámbito en la interpretación semántica, como en Ayer no te dije algo importante (‘Hay algo importante que no te dije’) o en No me pienso equivocar yo también (‘No me uniré a otros que se equivocaron’). El adverbio incluso se ajusta a esta misma pauta. Así, en el fragmento que sigue se dice lo mismo que en Incluso no descartaba hacer una película…, pero no se expresa el mismo contenido que en Ni siquiera descartaba hacer una película: No descartaba incluso hacer una película cuyo argumento fuera la gira de Los Nuevos Ídolos por España (Landero, Guitarrista). El significado de ni siquiera es, en suma, el que corresponde a no … incluso…, tanto si los dos adverbios aparecen contiguos como si están separados. La diferencia entre ni incluso y ni siquiera es solo estilística en muchos casos. Así, podría haberse usado la variante ni siquiera, en lugar de ni incluso, en las oraciones siguientes:

Nunca lo dudó, ni incluso cuando recién llegado el cura a Santa Inés se desconocían sus antecedentes (Ayerra, Lucha); No siempre existe ocasión de lograrse la declaración manifiesta por parte del sujeto delirante de su enamoramiento del rival, ni incluso cuando al delirante se da por “curado” (Castilla, Psiquiatría 2).

40.8h Cuando incluso precede a no, se espera que quede fuera de su ámbito. Así sucede en muchas oraciones, pero no en todas. En los textos siguientes, la combinación incluso no aporta un significado diferente del que corresponde a ni siquiera:

De joven le encantaba bailar, e incluso no cantaba demasiado mal (Reverte, Ulises); No tenía nada que temer, ya me lo había dicho, es más, no iba a interferir en mi trabajo, podía continuar con mi folletín, incluso no objetaba a ese Coronel (Allende, Eva); Se acostumbra a asociar con este tipo de ciudad […] la mayor parte de nuestros males sociales y económicos, e incluso no faltan voces que culpan a este tipo de ciudades de todos y cada uno de nuestros padecimientos (Estébanez Álvarez, Ciudades).

Existen, sin embargo, numerosos testimonios del esquema sintáctico opuesto a este. En los ejemplos siguientes, incluso no expresa, en efecto, el significado que corresponde a ni siquiera:

Se reían de la gente, y para reírse todavía mejor la señalaban con el dedo. Incluso no necesitaban mirar a la gente para reírse: con mirar el dedo les bastaba (Landero, Juegos); Simplemente es otro color: azul o verde, o incluso no es un color sino cualquier otra cosa: un barco o un árbol (Paso, F., Palinuro); Dijo ser divorciada (incluso no se había ocupado de recoger el acta de separación del juzgado) (Chávez, Batallador); Crown podía fabular sobre geografías que incluso no existían en el planeta (Armas Marcelo, Madrid).

En el § 48.5k se explica que las secuencias formadas sobre la pauta todos… no… pueden equivaler, en ciertos casos, a las construidas con nadie o con ninguno. En uno y otro esquema, la negación puede abarcar en su ámbito, como se comprueba, a alguna expresión que la precede.

40.8i La locución adverbial ni siquiera da lugar a la alternancia negativa descrita en el § 48.3, al igual que hacen los indefinidos negativos: No llama nunca ~ Nunca llama; No llamó (ni) siquiera una vez ~ Ni siquiera una vez llamó. En el § 48.3u se explica que ni añade énfasis a siquiera en posición posverbal, ya que en esa ubicación constituye una marca de concordancia con la negación que precede al verbo. En posición preverbal, ni siquiera no se construye con otra negación, puesto que ya contiene rasgos negativos. Es posible la combinación incluso ni siquiera en estas condiciones, si bien solo aparece en los textos esporádicamente:

A esa temperatura la superficie del Sol no puede ser ni sólida ni líquida, solo puede estar en forma gaseosa; incluso ni siquiera pueden existir moléculas, sino solo átomos individuales (Maza, Astronomía).

40.8j Cuando siquiera o ni siquiera aparecen en posición posverbal y se usan con el sentido de incluso, se requiere una expresión negativa preverbal, como en No me llamó ni siquiera una vez o en sin mirarse siquiera. Hace sus veces la interrogación retórica en ¿Lo dudáis siquiera? (Navarro Villoslada, Blanca). El adverbio ha de caer en estos casos bajo el ámbito de la negación o la interrogación, lo que explica el rechazo de siquiera en incisos como No estaba dispuesto a dejarle el auto, {*siquiera ~ ni siquiera} dinero para comer. Se ha observado que en muchos contextos negativos e irreales siquiera no equivale a incluso, sino a al menos. Se trata de construcciones como ¿Acaso los conocía siquiera? (Arguedas, Raza). Se analizan en los § 42.12b y 48.6w.

40.8k El adverbio de foco hasta se diferencia de la preposición hasta, como se explica en los § 29.2d y 29.8h, i. El primero se caracteriza por modificar a múltiples grupos sintácticos, sin excluir los nominales, y también porque no puede posponerse a su foco, a diferencia de otros adverbios focales. Como es esperable, el adverbio hasta no fuerza el caso oblicuo de los pronombres personales: hasta [adverbio] yo ~ hasta [preposición] :

Porque hasta yo puedo hacer chiquilladas (Rivarola, Yvypóra); Las causas no me las dijeron, nunca llegaron hasta mí (Alberti, Arboleda).

El adverbio hasta es más frecuente que incluso en esos contextos. Ambos alternan en muchos enunciados y aportan el mismo significado, si bien pueden no ser intercambiables por razones rítmicas y métricas:

Pero esta vez lo hizo con gusto y hasta con buen humor (Carpentier, Siglo); En verdad la anécdota literal puede ser banal y hasta ridícula (Cabrera, J., Cine); Cuando entré en su cuarto estaba en cama, hasta tenía un poco de fiebre, creo (Prada Oropeza, Hora).

40.8l Se observa en los § 30.8k, m que todavía se puede usar como adverbio de foco (Todavía se quedó dos días en la ciudad), en una de cuyas variantes recibe la interpretación escalar, que allí se analiza, como en ¡Y todavía te atreves a decir que no te gusta la filosofía! —resopló (Somoza, Caverna). En esos apartados se comprueba que el significado fundamental de todavía es el que aporta su interpretación como adverbio de fase, lo que explica que comparta ciertas propiedades con la perífrasis aspectual «seguir + gerundio». Se muestra allí que algunas secuencias ponen de manifiesto que existe cierta relación entre las fases con las que se asocia y los segmentos que caen bajo el ámbito de los adverbios de foco. Si bien el uso de todavía como adverbio de foco es común a todas las áreas hispanohablantes, se extiende a un mayor número de construcciones en el español andino. En las oraciones siguientes, todavía equivale, en efecto, a incluso, encima o para colmo:

Todavía tiene la bondad de decirme que le da mucha alegría descubrirme a su lado (Bryce Echenique, Martín Romaña); No fue brillante, pero por lo menos creó jugadas y todavía hizo un bonito gol de tiro libre (Adnmundo 10/9/2007).

En el Perú resultan asimismo naturales secuencias como Todavía guardaba una pistola en su casa con esa misma interpretación.

40.8m Algunos usos de todavía en el castellano rural o popular andino parecen ser transferencias del valor de los sufijos -raq (del quechua) y -raki (del aimara). En uno de estos usos, todavía adquiere la interpretación exclusiva o prioritaria. Así, Su mamá todavía trajo eso se interpreta en las áreas de influencia quechua o aimara en el sentido de ‘De todas las personas que podrían haber traído eso, fue su mamá quien lo hizo’. Análogamente, sería normal usar la oración Yo contestaré todavía en un contexto en el que suena el teléfono, hay varias personas que pueden contestar, y una de ellas insiste en que desea hacerlo ella. Como se ve, esta interpretación (aproximadamente, ‘Seré yo quien conteste’) es también focal. Por último, todavía se usa en esas mismas áreas con valor aditivo. La oración Todavía es su casa significa en el español general ‘(Esta) sigue siendo su casa’, pero en el español rural andino adquiere asimismo el significado ‘Esta también es su casa’.

 

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