Sintaxis

37 El atributo (I). Clases de expresiones predicativas. El atributo en las oraciones copulativas

37.5 Interpretación de los grupos nominales en las oraciones copulativas. Las copulativas inversas

37.5a La elección del verbo copulativo depende de la estructura sintáctica del atributo y de su interpretación semántica. Las oraciones copulativas con el verbo ser presentan más dificultades que las formadas con otros verbos copulativos porque expresan significados diferentes en función de la relación gramatical que guarde el atributo con el sujeto. Son numerosos los gramáticos que aceptan alguna variante de la división que sigue, pero no coinciden enteramente los límites que establecen entre ambos tipos de copulativas:

A. Oraciones copulativas adscriptivas o de caracterización

B. Oraciones copulativas identificativas o especificativas

En los siguientes apartados se analizarán las características fundamentales de cada uno de estos dos grupos.

37.5b Las oraciones copulativas del tipo A se suelen llamar adscriptivas, caracterizadoras o de caracterización, puesto que en ellas se expresan características del referente del sujeto, como en Su pelo era oscuro; El camino era angosto (ambas con adjetivos); El café era de una excelente calidad (con grupo preposicional), o Fue profesor de esta escuela durante muchos años (con grupo nominal). Los grupos nominales atributivos formados por nombres no contables se acercan a los adjetivales en su forma de denotar. En efecto, cuando se dice, señalando un material, Esto es mármol, con nombre no contable, se le atribuye una propiedad que lo caracteriza, y a la vez se lo clasifica entre otros materiales. He aquí otros ejemplos similares, también con sustantivos continuos o no contables (§ 12.2):

¡Y sin embargo este poemilla de García Lorca es arte puro! (Luca Tena, Renglones); Y de repente le asalta la sospecha, venida no se sabe de dónde, de que lo que mancha los ricos manteles no es vino, sino sangre (Panero, Lugar); Pero no todo es agua de rosas entre Caroline y yo (Cano Gaviria, Abismo); La ausencia es aire que apaga el fuego chico y aviva el grande (Martín Gaite, Nubosidad).

37.5c Están muy restringidos sintácticamente los grupos atributivos construidos sin determinante cuando se forman con nombres contables, como se observó en el § 37.2ñ. No suele decirse, en efecto, Esta es puerta de salida, sino Esta es la (o una) puerta de salida. Tampoco resulta natural decir El instrumento que tienes en la mano es bisturí. Existen, sin embargo, varias excepciones. Estos grupos nominales sin determinante encabezan atributos clasificativos con los sustantivos persona, hombre, animal, cosa y otros similares que proporcionan rasgos de cierta extensión restringidos por algún modificador:

Sé que es persona de bien (Cohen, Insomnio); Era hombre de recursos, pero aquella llamada, la verdad, le había cogido algo desprevenido (Cela, Colmena); El coyote es animal miedoso y por eso no se acerca a la gente (Fuentes, Cristóbal); Que se mirara con sorna, con escepticismo mi empresa era cosa descontada (Ocampo, V., Testimonios); El trébol subterráneo es planta anual de crecimiento otoñal (Sánchez Monge, Selección).

También se construyen estas oraciones con ciertos nombres contables abstractos, como en El incidente fue causa de una violenta disputa, así como con algunos sustantivos de efecto (§ 12.11), casi siempre acompañados de complementos argumentales de interpretación agentiva:

La espada que ciñe es regalo de la reina de Inglaterra (Cardoza, Guatemala); Pues si fue decisión propia, la debe de haber tomado empujada por las circunstancias (Esquivel, Deseo).

37.5d Forman asimismo grupos nominales atributivos de interpretación caracterizadora los sustantivos que designan profesiones, ocupaciones y otras clases de individuos establecidas en función de rasgos sociales, como en Este señor es abogado del Estado; ¿Es usted médico?; Ya no era cocinero, o en los textos siguientes:

Queríamos que fueras a buscar a una compañera que es enfermera (Belli, Mujer); ¿Cómo lo han invitado, si no es militar? (Muñoz Molina, Sefarad); Fue escogido para colaborar en una misión importante justo porque es físico (Volpi, Klingsor); —Ese señor es mi amigo —dijo Estrella para tranquilizarlo—, es comerciante , ¿sabes? (Ribeyro, Geniecillos).

La ausencia de artículo en las expresiones predicativas nominales es compatible con que estos sustantivos aparezcan modificados por adjetivos de relación (§ 13.12), como en Es médico forense; Era ingeniero químico. Los grupos nominales que reciben esta interpretación se sustituyen por los pronombres neutros lo, eso (no ese) y qué (no quién). Así, la sustitución del atributo cocinero en Ángel es cocinero por un interrogativo da lugar a la oración ¿Qué es Ángel?, no a ¿Quién es Ángel?; su sustitución por un demostrativo da lugar a Ángel es eso, no a Ángel es ese. En las oraciones copulativas caracterizadoras se asigna, por consiguiente, una propiedad a algún ser, y la gramática permite hacer referencia a ella con algún pronombre neutro.

37.5e Como se explica en los § 15.5o y ss., las expresiones nominales caracterizadoras se suelen construir con el artículo indefinido un, una cuando introducen descripciones o definiciones, como en El elefante es un proboscidio; El rosal es una planta angiosperma; La Gaviota es una novela realista (> Lo es); o en los textos siguientes:

La desesperación es una forma de negar la verdad, cuando asumirla supone aceptar un dolor insoportable (Chacón, Voz); Dijo también que la aritmética es una especie de luz que Dios encendió dentro del hombre para que pudiera comprender los misterios del universo (Tomeo, Mirada); Eva es una muñeca muerta en una caja de cartón, que se venera en todos los arrabales (Martínez, Evita); La estabilidad laboral es una conquista sindical que está consagrada en la Constitución (Bayly, Días); La belleza física es una idea convencional, y los hombres más seductores no son generalmente los más hermosos (Milla, Visitador).

Como se comprueba, en estas oraciones no se clasifica el referente del sujeto, sino que se presenta una caracterización de él. El resultado es similar si las oraciones se construyen con sujetos indefinidos, que en estos contextos alternan con los definidos:

Un experimento es una pregunta que hacemos a la naturaleza (Ardila, Psicología); Un cementerio es el final del mundo, pero el mundo todavía (Ponte, Contrabando); Una fractura es la rotura de un hueso, rotura que puede ser parcial o total (Osmar, Auxilios); Una estrella es un enorme caldero en el que se «cocinan» algunos de los elementos de la tabla periódica (Altschuler, Hijos).

37.5f Se construyen con un, una los grupos nominales que denotan ocupaciones y profesiones cuando el sustantivo está acompañado de algún adjetivo calificativo o de una expresión que pueda funcionar como tal, de forma que se introduce cierta propiedad evaluativa del sujeto. Cuando se desea describir objetivamente a alguien asignándole alguna característica nominal se evita el artículo. No se suele decir, como se ha señalado, Iván es un cocinero, sino Iván es cocinero. La presencia del artículo indeterminado en estas oraciones da lugar al llamado un enfático15.5), característico de los grupos nominales de interpretación evaluativa. Favorece la creación de estos grupos la presencia de algún modificador que añada al atributo caracterizador una marca gramatical que permita tal interpretación. Puede ser un modificador adjetival, como en Es un cocinero excelente, o en Lawrence Russ, el autor, es un abogado que hace poesía cuando puede (Gánem, Caminitos). Otras opciones son construir el predicado con un adverbio de naturaleza escalar (Era simplemente un cocinero; Eres nada menos que un cocinero) o utilizando sufijos apreciativos (Es un abogadillo; Era una madraza). Favorece asimismo esta interpretación la presencia de otros grupos nominales yuxtapuestos o coordinados que aporten más información que la meramente clasificativa: Usted es un abogado, un defensor de los derechos humanos, un opositor al gobierno militar (Dorfman, Muerte). Los sustantivos que suelen denominarse nombres de cualidad12.14ñ y ss.) dan lugar también a la interpretación evaluativa característica del un enfático, como en Aquello era un sinsentido.

37.5g La anteposición del adjetivo en los grupos nominales atributivos facilita la omisión del artículo indeterminado en las copulativas de caracterización, pero es igualmente compatible con él: Es (un) excelente cocinero. Se ilustran las dos pautas a continuación:

René el Negro es un verdadero profesor y es más capitalista al negarlo (Morales, A., Verdad); Peimbert es un distinguido astrónomo universitario (Pérez Tamayo, Ciencia); Carter no es un buen deportista, porque apoya el boicot, no es un buen hombre para los Juegos (País [Esp.] 2/3/1980); Aunque nunca fuimos amigos cercanos debo reconocer que es un gran militar (Chao, Altos); Tonterías. Nadie es gran escritor. Se es simplemente escritor a pesar de uno mismo (Liendo, Platos); Aceptaron que en el fondo los mellizos eran excelentes estudiantes y que podían llegar a convertirse en grandes médicos (Bryce Echenique, Huerto); Quedó claro que Alberto era buena persona (Chavarría, Rojo).

Como se explica en el § 13.12a, los adjetivos relacionales no expresan en sentido estricto propiedades o características atribuibles a los referentes de los nombres a los que modifican, sino más propiamente las relaciones que estos establecen con otras clases de entidades. Usados como atributos, estos adjetivos aportan rasgos que caracterizan a los seres a los que se aplican proporcionando las clases a las que pertenecen (§ 37.2d): Luis es argentino; La catedral de Burgos es gótica; John Locke era empirista; etc. Para otras precisiones acerca del artículo en estas construcciones, véanse los § 13.7c y ss. y 15.5.

37.5h Existe cierto desacuerdo en torno a si los grupos nominales definidos pueden pertenecer a las copulativas del tipo A37.5a). Todo parece indicar que la respuesta es afirmativa. Al igual que corresponden a ese grupo las definiciones o caracterizaciones realizadas con grupos nominales indefinidos —tal como se ha explicado—, también pueden ubicarse en él las formadas con grupos nominales definidos, como en El éxito es el resultado feliz de alguna empresa. El atributo de esta oración es el grupo nominal el resultado feliz de alguna empresa, que puede ser sustituido por los pronombres lo, eso y qué: El éxito lo es; El éxito es eso; ¿Qué es el éxito? Cabe decir lo mismo de la oración La falta de agua es el problema principal (> La falta de agua lo es; La falta de agua es eso; ¿Qué es la falta de agua?) y de oraciones similares formadas con grupos nominales definidos como atributos.

37.5i Los grupos preposicionales que designan nociones asimilables a las que expresan los adjetivos relacionales, como los de origen o nacionalidad, forman atributos igualmente caracterizadores que se interpretan como esos adjetivos. Así, en Este tapiz es de Bélgica se especifica una propiedad del tapiz que permite clasificarlo; en La familia de Irene era de clase media (García Sánchez, Historia) se proporciona asimismo información que caracteriza a cierta familia a la vez que la clasifica en cierta jerarquía. Otros grupos preposicionales se asimilan a los adjetivos calificativos, como en ser {callado ~ de pocas palabras}.

37.5j Considérense ahora las oraciones del tipo B37.5a). En estas oraciones copulativas se identifican personas o cosas. En efecto, si se dice El problema principal es la falta de agua, no se aporta una propiedad o una cualidad del referente del grupo nominal el problema principal, sino que se identifica tal problema, en el sentido de que se le otorga una determinada referencia o se señala entre otros. El grupo nominal la falta de agua no se sustituye por los pronombres lo y qué (> *El problema principal lo es; *¿Qué es el problema principal?). Admite, en cambio, el demostrativo eso (> El problema principal es eso), si bien en contextos más propiamente metalingüísticos. El grupo nominal la falta de agua acepta con naturalidad la sustitución por el demostrativo ese (> El problema principal es ese) y por el interrogativo cuál (> ¿Cuál es el problema principal?). En los § 22.13j y 22.14c se explica que los grupos nominales construidos con este interrogativo solicitan información que permite identificar un elemento entre varios. Se retomará esta particularidad en las páginas que siguen. Estas oraciones se denominan también especificativas porque especifican la referencia de un grupo nominal aportando información que lo identifica.

37.5k El tipo oracional que ilustra el ejemplo propuesto El problema principal es la falta de agua es denominado inverso en muchos estudios gramaticales contemporáneos porque presenta en primer lugar el elemento que se aporta como información predicativa, es decir, el que se esperaría que apareciera en el segmento poscopular. Este último segmento (la falta de agua) permite identificar el primero, pero también designa la entidad a la que se atribuye lo denotado por él (es decir, ‘el ser el problema principal’). La diferencia expuesta se ha interpretado en dos direcciones en los estudios gramaticales. Entienden algunos autores que la distinción introducida permite otorgar dos interpretaciones semánticas a la noción de atributo: el atributo de las oraciones copulativas sería el segmento poscopular, que unas veces aportaría propiedades del sujeto y otras veces le otorgaría una determinada referencia. Otros autores que aceptan la distinción entre los tipos A y B añaden una diferencia más a los rasgos que los oponen: las copulativas inversas presentan atributos antepuestos y sujetos posverbales. Desde este otro punto de vista, que se adoptará aquí, el sujeto de El problema principal es la falta de agua es la falta de agua, de forma que el problema principal constituye un atributo antepuesto. En las páginas siguientes se justificará esta opción. Por oposición a las copulativas inversas, las del tipo A se denominan a veces copulativas rectas.

37.5l Las copulativas inversas no presentan únicamente dos grupos nominales definidos en torno al verbo copulativo ser. Son asimismo inversas las copulativas que se ajustan a la pauta «grupo nominal + ser + subordinada sustantiva». En efecto, la subordinada sustantiva subrayada que sigue al verbo es en El problema es que no nos entendemos no aporta una propiedad del problema del que se habla, sino que permite identificarlo. En el § 37.4 se vio que están muy restringidas las oraciones subordinadas sustantivas en función de atributo. Cabe suponer que la del ejemplo propuesto no ejerce esta función, sino la de sujeto. Tal como es de esperar, no se sustituye por los pronombres lo y qué (*El problema lo es; *¿Qué es el problema?, secuencias anómalas en este contexto), sino por los pronombres ese y cuál (—¿Cuál es el problema? —Que no nos entendemos).

37.5m El atributo posverbal de las oraciones copulativas induce el modo de las subordinadas sustantivas de sujeto: Es un problema que no nos {entendamos ~ *entendemos}. En las atributivas inversas a las que se hace referencia se aceptan, por el contrario, tanto el indicativo como el subjuntivo: El problema es que no nos {entendemos ~ entendamos}. Tal como se explica en los § 25.4c y ss., la doble opción suele considerarse un efecto de la estructura informativa de la oración. En general, el atributo antepuesto de las copulativas inversas aporta información temática (el problema, en este ejemplo), en el sentido de presentada, conocida o supuesta. El sujeto pospuesto constituye, en cambio, el foco informativo (§ 40.4b), ya que aporta la identidad del primero. Repárese, en el mismo sentido, en que, para interpretar adecuadamente la oración El médico era el doctor Martínez, es preciso inscribir la referencia de el médico en algún dominio discursivo (§ 14.4e y ss.), lo que permitirá que se entienda ‘el médico del pueblo’, ‘el médico del dispensario’, etc.

37.5n Los nombres propios no denotan características o propiedades de los individuos, sino que los identifican entre otros otorgándoles una referencia única (§ 12.1d y 12.7). Situados en posición poscopular, estos nombres pueden ejercer la función de sujeto en las copulativas inversas. Así, en la oración El Caballero de la Triste Figura es don Quijote, la expresión don Quijote no asigna una propiedad al grupo nominal que precede al verbo ser, ni tampoco lo incluye en clase alguna, sino que proporciona su identidad. Tal como es de esperar, el nombre propio de persona se sustituye por los pronombres ese o quién: ¿Quién es el Caballero de la Triste Figura?; El Caballero de la Triste Figura es ese. Cabe decir lo mismo de los textos siguientes:

El único poeta mexicano que sabe de memoria estas cosas es Octavio Paz (Bolaño, Detectives); Quien habita ahora aquel palacio oriental es Dorothy Lamour (Ramírez, Baile); Este joven trabajador es Vicente Puentegarcía García (Mendoza, Verdad).

Los nombres propios están muy restringidos en los contextos atributivos. Se diría Se considera a Quevedo el autor de este texto (se subraya el objeto directo), pero no, en cambio, *Se considera al autor de este texto Quevedo (se subraya el complemento predicativo). De hecho, son escasos los contextos en los que un nombre propio es adecuado en un entorno característico de una expresión predicativa, como en Le dije soy yo, Martín, mi amor, pensando que a lo mejor me había tomado por Mario (Bryce Echenique, Martín Romaña).

37.5ñ Se ha observado que el pronombre átono lo parece sustituir a un nombre propio en ciertas copulativas identificativas. Se dice, en efecto, Tú crees que ese jugador es Ronaldo, pero yo creo que no lo es, y también … pero yo creo que no es él, sin diferencia apreciable de significado. Aun así, estos procesos de sustitución son polémicos porque no es del todo claro que el segmento sustituido sea en realidad el que parece serlo. Es marcadamente anómala, en efecto, la variante *… pero yo no creo que ese jugador lo sea (donde lo sustituye a Ronaldo), lo que hace pensar que el segmento … pero yo creo que no lo es se interpreta, en este contexto particular, en el sentido de ‘… pero yo creo que Ronaldo no es ese jugador’. Sin embargo, los gramáticos del español no están de acuerdo en este punto, y algunos sostienen que los pronombres neutros pueden ser, en ciertos casos, sustitutos adecuados de los nombres propios. Mayor consenso existe en torno al hecho de que los nombres propios pueden ser atributos en las copulativas de caracterización cuando se interpretan como prototipos: Su hijo no es precisamente Napoleón. El gran corso fue un aventurero y el novelista, un hombre lento, moroso, solitario (Vanguardia [Esp.] 2/9/1995). Aunque el adverbio precisamente ayuda a interpretar el sustantivo Napoleón como atributo de esta oración, podría omitirse. Como se comprueba, no se desmiente aquí la identidad de un individuo, sino que se dice que no alcanza el grado de genio o de persona excepcional. Tal como cabe esperar, se diría Lo que (y no Quien) su hijo no es precisamente es Napoleón.

37.5o Son también sujetos en las copulativas inversas los pronombres personales, tal como refleja la concordancia, como en El asesino {eres ~ *es} tú o en La invitada {soy ~ *es} yo. En algunos análisis tradicionales se entiende por atributo de las oraciones copulativas el segmento que sigue a la cópula. Desde esa opción, el atributo sería el pronombre personal en los ejemplos propuestos, a pesar de la irregularidad a la que da lugar la sustitución pronominal (*La invitada lo soy). El español muestra en ciertas oraciones la concordancia del verbo copulativo con el atributo (§ 37.6i-k), pero parece más adecuado entender que las oraciones propuestas, formadas con pronombres personales, no presentan una concordancia irregular, sino que el sujeto posverbal (tú, yo) concuerda con el verbo en número y persona.

37.5p Con los grupos nominales definidos se pueden construir copulativas identificativas, pero también caracterizadoras. El que dice Este hombre es el cocinero del hotel puede estar haciendo equivaler la referencia de las dos expresiones definidas. Se obtiene así una oración del tipo B, cuyo sujeto pospuesto se puede sustituir por el pronombre quién: —¿Quién es este hombre? —El cocinero del hotel. Junto a dicha interpretación, es igualmente posible entender que esta oración presenta una descripción de la expresión este hombre proporcionando el cargo, el rango o el puesto de la persona de la que se habla. Ello da lugar a una copulativa del tipo A: —¿Qué es este hombre? —El cocinero del hotel. Como cabe esperar, en el primer caso se admite el demostrativo ese (Es ese: el cocinero), mientras que en el segundo se obtiene la sustitución por el demostrativo eso (Es eso: el cocinero). Así pues, los sustantivos que designan profesiones, oficios, cargos o puestos pueden formar parte de grupos nominales que denotan propiedades, pero también de otros que identifican individuos. En el § 41.12h se explica que esta particularidad permite entender que los grupos constituidos por ellos funcionen, en ciertos contextos, como sujetos de las pasivas reflejas, incluso si los grupos nominales son definidos, como en Todavía se ha de nombrar el nuevo embajador. El doble papel de los grupos nominales a los que se alude se extiende a los formados por un superlativo relativo (§ 45.13a), como en Ester es la mejor profesora de la escuela (> Ester es esa o Ester es eso).

37.5q Las oraciones copulativas que indican el valor de cardinalidad de un conjunto son también identificativas: —¿Cuántos (y no *Qué) son los planetas del sistema solar? —Los planetas del sistema solar son nueve. Tal como cabe esperar, en estas oraciones no es posible sustituir el segmento poscopular por el pronombre neutro lo (*Los planetas del sistema solar lo son). También se distingue gramaticalmente, en el mismo sentido apuntado en el apartado anterior, la identificación de una información temporal de la caracterización que se hace de una fecha. En efecto, la oración Su cumpleaños es el martes que viene es identificativa, mientras que la variante El martes que viene es su cumpleaños es caracterizadora. Las sustituciones pronominales confirman el diagnóstico. La expresión ese día alterna con el demostrativo entonces, que identifica un punto temporal. El interrogativo cuándo se elige, análogamente, en las copulativas identificativas:

El martes que viene es su cumpleaños (tipo A)

Sustituciones apropiadas: ¿Qué es el martes que viene?; El martes que viene lo es.

Sustituciones inapropiadas: *¿Cuándo es el martes que viene?; *El martes que viene es entonces.

Su cumpleaños es el martes que viene (tipo B)

Sustituciones apropiadas: ¿Cuándo es su cumpleaños?; Su cumpleaños es ese día (o … entonces).

Sustituciones inapropiadas: *¿Qué es su cumpleaños?; *Su cumpleaños lo es.

37.5r Como se ve, en la primera de las dos oraciones destacadas en el apartado precedente se aporta una característica o un rasgo de la expresión el martes que viene: la de constituir el cumpleaños de cierta persona. En la segunda, por el contrario, se identifica la fecha que corresponde al cumpleaños de alguien. En estos y otros muchos casos similares es posible permutar los grupos nominales definidos que constituyen el sujeto y el atributo. La permutación da lugar a una oración gramatical, pero de significado diferente. Las oraciones atributivas identificativas se han llamado también ecuativas. Este término, que se acuñó para resaltar la identidad de los dos componentes de estas copulativas, similar a la de una ecuación, no intenta dar a entender que las oraciones obtenidas en esa permutación son intercambiables, sino poner de manifiesto que las construcciones resultantes de la permutación son ambas admisibles en el sistema gramatical del español. Varios autores han observado que los atributos de las oraciones copulativas caracterizadoras permiten términos comparativos construidos con la pauta «como + grupo nominal»: Luis es santiaguino, como tú, y también que las identificativas rechazan sistemáticamente estos adjuntos: *El culpable es Jaime, como tú.

37.5s Tiene particular interés la cuestión de determinar las propiedades semánticas de los grupos nominales que participan en todas estas oraciones. Se ha observado repetidamente que los atributos antepuestos de las copulativas inversas poseen menor capacidad referencial —y, por tanto, mayor contenido predicativo— que los sujetos pospuestos, como en el ejemplo La invitada soy yo. De hecho, los pronombres personales y los nombres propios ocupan un extremo de esa jerarquía, ya que su capacidad referencial es máxima y su contenido predicativo mínimo. Los grupos nominales indefinidos que aparecen como sujetos en las oraciones del tipo A que introducen definiciones o descripciones poseen menor extensión y mayor comprensión que los grupos indefinidos que pueden caracterizarlas, como en Un elefante es un proboscidio; Un rosal es una planta angiosperma (> Lo es). Si se permutan estos grupos nominales, se obtienen copulativas inversas en la interpretación llamada ejemplificativa, como en Un proboscidio es un elefante (es decir, ‘Un ejemplo de proboscidio es un elefante’) o Una planta angiosperma es un rosal (es decir, ‘Un ejemplo de planta angiosperma es un rosal’). Los sujetos pospuestos formados con grupos nominales definidos dan lugar a la misma pauta, como en Un lepidóptero es la mariposa (es decir, ‘Un ejemplo de lepidóptero…’), en Un arma antigua es el sacabuche (es decir, ‘Un ejemplo de arma antigua…’), o en los textos siguientes:

Un tema de actualidad es el relativo a la reforma previsional que en algunos países ha tomado impulso (Hora 10/6/1997); Un tipo de decoración es la superpuesta (Martínez Peñaloza, Arte); Una buena combinación es el maíz con el frijol (Valdivieso, E., Panza); Una clínica es la neuromuscular; otra, la de Parkinson, movimientos anormales y enfermedades degenerativas (Tiempo [Col.] 17/7/1997).

37.5t Las oraciones copulativas que presentan definiciones (no necesariamente lexicográficas) y otras caracterizaciones o explicaciones particulares que se les asimilan pueden formarse con dos subordinadas de infinitivo (Ocultar algo es mentir; Traducir un poema es desvirtuarlo; Ayunar es simplemente dejar de comer), pero también con una de infinitivo y otra con verbo finito, más frecuentemente en la lengua conversacional que en los registros formales (Ser famoso es que le paren a uno por la calle). Los sustantivos en función de sujeto se usan a veces sin determinante en esta pauta, lo que refleja las propiedades metalingüísticas de la construcción, como en Decencia es no mentir nunca a los amigos. A pesar de que algunos autores han situado las copulativas que presentan definiciones entre las identificativas, parece que su lugar está entre las caracterizadoras, como se explicó en los apartados precedentes.

37.5u Existen otros factores que contribuyen a determinar la diferencia explicada entre las oraciones caracterizadoras y las identificativas cuando ambas se forman con grupos nominales definidos. Resulta natural preguntarse, por ejemplo, qué particularidad posee el sustantivo problema para que dé lugar a oraciones copulativas identificativas como las que se han analizado, pero también qué rasgos comparte con otros sustantivos similares que forman oraciones que corresponden al mismo esquema: La causa es el hambre; El objetivo era la aniquilación de la resistencia; etc. En los § 22.13i y 22.14d, se explica que las oraciones que se ajustan a la pauta «¿Cuál es + grupo nominal definido?» permiten dos tipos de identificaciones: unas veces cuál equivale a ‘cuál de ellos o de estos’ (con las variantes de género y número correspondientes), de manera que se elige un elemento entre varios presentados deíctica o anafóricamente, como en ¿Cuál es su asiento?; ¿Cuál es tu papá?; ¿Cuál es la música de Mozart?; ¿Cuál es la luz infrarroja? Otras veces, en cambio, estas preguntas identificativas tienen pleno sentido sin que sea preciso señalamiento alguno:

¿Cuáles son tus planes?; ¿Cuáles serían sus intenciones?; ¿Cuál era su país natal?; ¿Cuál es tu problema?; ¿Cuál fue la causa del accidente?

Los sustantivos que se admiten en estas últimas oraciones están entre los que favorecen la formación de copulativas identificativas o inversas. En los § 43.8c-f se explica que con muchos de ellos se pueden construir las llamadas interrogativas encubiertas (No sé su país natal ‘No sé cuál es su país natal’), que los sustantivos del otro grupo rechazan (*No sé la luz infrarroja). En los apartados a los que se remite se mencionan otras características de estos sustantivos. Existen varios análisis que tratan de delimitar sus propiedades semánticas, pero no hay, por el momento, acuerdo general sobre si es o no posible deducir estas particularidades de la manera en la que han de ser caracterizados lexicológicamente.

37.5v Se da una relación estrecha entre las copulativas que poseen atributos nominales y las llamadas de relieve40.4h y 40.10-12). Reciben, en efecto, dos interpretaciones oraciones como El que mató a la señora fue el mayordomo de la casa. Si esta secuencia se interpreta como copulativa de relieve o perífrasis de relativo, vendrá a ser una variante perifrástica de Mató a la señora el mayordomo de la casa. El tiempo verbal de la cópula no se interpreta semánticamente en las fórmulas de relieve, como se explica en el § 40.11j. De forma análoga, fue no implica ‘ha dejado de ser’ si se elige esta interpretación del ejemplo propuesto, sino que, como el signo «=», viene a constituir una marca gramatical que se usa para equiparar la referencia de las dos expresiones que la oración vincula.

37.5w Cabe entender también que la oración propuesta informa de que la persona de la que se habla ocupó el puesto de mayordomo en cierto período. En esta última interpretación, la oración admite la continuación … pero ya no lo es, que no tiene sentido en la primera. Como se recordará (§ 37.2n), los grupos nominales que designan cargos, puestos o profesiones pueden formar grupos nominales atributivos en las copulativas caracterizadoras. El verbo ser, que no se asimila aquí a un signo de identidad, admite un complemento temporal en esta lectura, mientras que lo rechaza en la interpretación perifrástica. No hay, pues, doble interpretación en El que mató a la señora fue el mayordomo de la casa durante años. El complemento preposicional durante años modifica al verbo ser y denota el intervalo en el que está vigente la situación descrita. Tal como cabe esperar, no sería ambigua la oración El que mató a la señora fue Ángel, puesto que los nombres propios no son atributos, sino —tal como se ha recordado— expresiones referenciales de capacidad designativa máxima.

37.5x No son necesariamente tautológicas las oraciones copulativas en las que el atributo reproduce el sujeto, como en Un día es un día; Una madre es una madre; El jefe es el jefe; Una rosa es una rosa, o como las que se reproducen en los textos siguientes:

Una cosa es ser amigos, pero el dinero es el dinero (Alonso Santos, Moro); Lo mismo pienso yo, pero más vale —dijo Freddy ayudándola a bajar de la acera—. Total, una noche es una noche (Vergés, Cenizas); Una orden es una orden y no se piensa si es buena o mala (Prada Oropeza, Hora); Después de todo, un policía era un policía e Ibrahím no era otra cosa pese a que había llegado también a ser casi un amigo (Díaz Martínez, Piel).

Estas oraciones admiten a veces paráfrasis aproximadas con ‘nada menos que’, pero también otras que ponen de manifiesto que las entidades designadas por el sujeto poseen rasgos o valores que las hacen destacarse entre las demás o ser tenidas especialmente en cuenta.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
oración copulativa

 

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