Sintaxis

45 Construcciones comparativas, superlativas y consecutivas

45.6 La alternancia que ~ de en las comparativas de desigualdad (I). Características de la distinción

45.6a El complemento comparativo de las comparativas de desigualdad se construye con las partículas que o de. En esta sección y en la siguiente se analizarán las condiciones sintácticas y semánticas que deben cumplirse para que se elija una u otra. La partícula comparativa que se corresponde con una preposición en otras lenguas romances. Es, en la actualidad, una conjunción subordinante, pero en la lengua antigua mostraba algunas propiedades de las preposiciones, en particular la de admitir como término pronombres oblicuos (que mí, que ti):

El ke toma parientes más onrrados ke , señores toma a kien servir (Correas, Refranes); Thetis mugier de Peleo & madre de Achilles de quien sopo Juppiter segunt dizen las estorias que si la ouiesse que farie en ella fijo que serie meior que si. & non la quiso por esta razon (Alfonso X, General Estoria I).

En la lengua actual se admite únicamente mejor que él, puesto que las conjunciones subordinantes no aceptan pronombres en caso oblicuo (§ 16.3b). Se ha registrado la pauta «que + pronombre oblicuo» en el habla popular de algunas regiones de España, como en Me encontré con un hombre mucho mayor que mí, me llevaba quince años (CREA oral, España). Estas variantes están muy desprestigiadas. También se ha observado esta construcción en el lenguaje de los niños a edades muy tempranas: Él es más grande que mí.

45.6b En los estudios sobre la comparación en español se han dado numerosas interpretaciones de la alternancia que ~ de en las comparativas de desigualdad. Una interpretación radical de la distinción consiste en negar la oposición misma. En efecto, si se entiende que el segmento subrayado en Dijo más palabras de las que eran necesarias denota una cantidad, cabría pensar que la preposición de que esta oración contiene es la misma que aparece en Dijo más de mil palabras. Como esta última construcción (examinada en el § 45.3ñ y retomada en el § 45.6e) no se considera propiamente comparativa, tampoco lo sería la anterior. Cabe aducir, sin embargo, que esta última construcción está restringida a los numerales, y que la variante que sería necesaria para equiparar las dos construcciones (Dijo más palabras de mil) es de muy dudosa gramaticalidad. En los apartados que siguen se analizará la alternancia que ~ de en función de las propiedades constitutivas de los dos tipos de construcciones comparativas. Aun así, ha de tenerse en cuenta que —como se ha explicado— no todos los autores aceptan que la variante con de sea en rigor comparativa.

45.6c La elección de la preposición de en el complemento de las comparativas de desigualdad está sujeta a mayores restricciones que la de la variante con que. Se elige de si la oración comparativa cumple estas condiciones:

1. El núcleo de la comparativa coincide con el primer término de la comparación

2. El núcleo de la comparativa proporciona la noción comparada

Estas condiciones predicen la distribución de que y de en un buen número de oraciones, como se verá en los apartados siguientes. Están sujetas, sin embargo, a alguna excepción, que se analizará en el § 45.7c. La aplicación más sencilla de la generalización introducida es la que afecta a pares como Álvaro era más fuerte {que ~ *de} inteligente. La elección de la preposición de no está justificada porque la comparación cumple la condición 1, pero no la 2, ya que la noción comparada en esta oración no es el grado de fortaleza de dos personas, sino el grado de alguna propiedad, que resulta ser distinta en cada término de la comparación.

45.6d Las comparativas de desigualdad construidas con la preposición de son características de los segundos términos de comparación encabezados por un artículo determinado y una relativa sin antecedente expreso, aunque no aparece solo en estas construcciones (§ 45.6p). Así, en Recibió más dinero del que pensaba (que recibiría) se comparan dos cantidades de dinero: la recibida y otra que habría de recibirse. El primer término de la comparación es dinero, el núcleo es este mismo sustantivo, y la noción comparada (que ha de ser común a los dos términos de la comparación) es ‘cantidad de dinero’. Como se ve, es importante que el núcleo proporcione la noción comparada. De igual forma, en Es más inteligente de lo que parece (que es) se compara un grado de inteligencia con otro supuestamente atribuido. El núcleo de la comparación (inteligente) coincide también con el primer término. La noción comparada es el grado en que se aplica o se evalúa la propiedad denotada por ‘inteligente’. Por último, en El muchacho estudia más estos días de lo que ha estudiado en todo el curso, se comparan también ‘cantidades’, de acuerdo con la interpretación del concepto de ‘noción comparada’ que se presentó en el § 45.1i. He aquí otros ejemplos de esta construcción:

Esto prueba bien que tienen más talento del que tú les concedes (Fernández Lizardi, Periquillo); La niña Griselda lo acompañó hasta el caño, y allí se detuvo más tiempo del que requiere una despedida (Rivera, Vorágine); Se quejó de que se le hiciera emplear más palabras de las que eran necesarias (Alegría, Mundo); Representaba menos edad de la que en realidad tenía (Aguilera Malta, Pelota).

Así pues, en el primer ejemplo se obtiene el significado ‘una cantidad de talento superior a la cantidad de talento que tú les concedes’. Corresponden paráfrasis similares a los demás.

45.6e Las comparativas de desigualdad construidas con de se han presentado a veces como comparativas cuantitativas, en el sentido de que el segundo término hace referencia a un número, una cantidad o un grado. Sin embargo, no es condición suficiente que el segundo término de una construcción comparativa de desigualdad denote estas nociones para que la partícula elegida sea de. Así, se elige que, y no de, en Trabaja más que muchos otros empleados, a pesar de que el segundo término designa un grupo de individuos. Tampoco se elige de, sino que, en Han venido este año alumnos mejores que los que vinieron el año pasado. El segundo término de la comparación denota aquí un conjunto de alumnos, que se compara con otro. Aunque el segundo término expresa una noción cuantitativa, la preposición de es inadecuada. Ello pone de manifiesto que el examen del segundo término de la comparación no proporciona por sí solo la información necesaria para determinar cuál es la partícula apropiada.

45.6f Se acaba de comprobar que hace predicciones falsas la generalización según la cual las comparativas de desigualdad construidas por la preposición de son aquellas cuyo segundo término denota un número de entidades, una cantidad o un grado. Si se retoma el último ejemplo propuesto (Han venido este año alumnos mejores que los que vinieron el año pasado), se comprobará que satisface la condición 245.6c), puesto que su núcleo —buenos, incluido en el comparativo sincrético mejores (‘más buenos’)— proporciona la noción comparada (aproximadamente, ‘grado de calidad’). No satisface, en cambio, la condición 1, ya que el núcleo no coincide con el primer término de la comparación (alumnos). Si ambos elementos coincidieran, el segundo término debería hacer referencia a algún grado de la propiedad cuantificada, como sucede en alumnos mejores de lo que todos esperábamos. Pero al ser alumnos el primer término de la comparación en el ejemplo propuesto, no puede coincidir con el núcleo de la comparación, por lo que no hay justificación para elegir de en el complemento comparativo.

45.6g Como se ha explicado, el español permite que el primer término de una comparación de desigualdad coincida con su núcleo. Sin embargo, el solo hecho de que se dé esta coincidencia (1 en el § 45.6c) no permite elegir la partícula comparativa adecuada. En efecto, la oración Lee más revistas que libros es de núcleo coincidente, puesto que el primer término de la comparación (revistas) coincide con el elemento cuantificado por más. El segundo término es el sustantivo libros. En estas oraciones se comparan dos conjuntos de cosas, pero también pueden compararse los grados en que se aplican dos propiedades, así como dos cantidades, tal como se explicó en los § 45.5b y ss. Según se vio, el núcleo de las comparativas de desigualdad aparece siempre cuantificado por más o por menos. Para elegir de en lee más libros de… sería necesario un segundo término que denotan un conjunto definido de libros.

45.6h En el § 45.1i se explicó que el concepto de ‘noción comparada’ determina la magnitud que permite interpretar la comparación, es decir, la noción común a las dos unidades que se comparan. Como se ha visto, la elección de la preposición de se da en las comparaciones de núcleo coincidente, pero solo si el núcleo proporciona la noción comparada. Las dos oraciones siguientes permiten aclarar esta diferencia: Escribió en aquella época más poemas de lo que se cree ~ Escribió en aquella época más poemas que relatos. La noción comparada en la primera de estas oraciones es ‘número de poemas’. En la segunda no es este mismo concepto, que no interviene en la interpretación del segundo término de la comparación (relatos). Así pues, la noción ‘número de poemas’ no es común a los dos elementos que se comparan en el segundo ejemplo. Esa oración podría parafrasearse aproximadamente así: ‘Escribió en aquella época un número x de poemas que era mayor que el número de relatos que escribió’. La paráfrasis nos ayuda a entender, por tanto, que en estas construcciones se compara el número de las entidades cuantificadas por más en dos conjuntos diferentes. La noción comparada en el segundo de los dos ejemplos propuestos puede caracterizarse, pues, como ‘número de unidades’ o ‘número de piezas escritas’. Como la noción comparada no coincide con el núcleo de la comparación, la elección de la preposición de no está justificada. Se aplica un razonamiento análogo a las comparativas de núcleo coincidente en las que se relacionan grados y también cantidades. No constituyen excepción oraciones como Actuó con más pasión que inteligencia, igualmente construidas con que, puesto que la noción comparada no es la que proporciona el núcleo de la comparación. No se comparan aquí, en efecto, dos medidas de una determinada magnitud (cantidades de pasión), sino que se dice que la cantidad o el volumen de cierta magnitud (la pasión, en este caso) es mayor que la de otra magnitud diferente (la cantidad de inteligencia).

45.6i Las relativas sin antecedente expreso denotan entidades individuales, al igual que la mayor parte de los grupos nominales (§ 1.9w): el que ustedes conocen, quien tú decidas, lo que yo te decía, cuando me miras, como quieran. Tal interpretación referencial viene determinada por el artículo, pronombre o adverbio relativo que contienen: el (o el que), quien, lo (o lo que), cuando, como. Sin embargo, como se comprueba en los casos señalados, las relativas sin antecedente pueden denotar también cantidades. Las relativas cuantitativas se construyen con los relativos compuestos el que, la que (con sus correspondientes plurales), lo que, sustituibles por cuanto y sus derivados, como en Gasta más de {lo que ~ cuanto} gana. Así pues, es posible decir Gasta más dinero del que gana, pero no se suele admitir Gasta más dinero del dinero que gana. En la lengua más formal se usa también el relativo cuanto, sobre todo si aparece con algún elemento modal, como en estas oraciones:

Sabía que aún quedaban muchos más tesoros de cuantos hasta entonces había visto (Velasco, Historia); La resignación había terminado por alejarlos más de cuanto hubieran querido o sospechado (Contreras, G., Nadador); Estaba más cerca del pueblo mexicano de cuanto podía suponerse (Tiempo [Col.] 21/10/1996).

45.6j Si la relativa sin antecedente expreso se forma con artículo y relativo (el que, la que, etc.) y el núcleo de la comparación es un sustantivo, el artículo concuerda con él en género y número:

Pronunció unas palabras que hoy, después de tantos años, han adquirido aún mayor sentido del que entonces tuvieron (Cándido, Sangre); La ciudad tendrá más cisternas de las que hasta ahora ha tenido (Obando, Paraíso); Blasfemó en muchas más lenguas de las que conocía (Giménez Bartlett, Serpientes); Habían vendido más pisos de los que tenían (Palou, Carne).

45.6k Algunos gramáticos entienden que el sustantivo se elide en el segundo término de la comparación, como en más dinero del (dinero) que pensaba, a pesar de que la repetición del sustantivo no suele considerarse aceptable, como se ha explicado. Se dice, en efecto, Tiene más altura de la que calculábamos. Se elige, en cambio, lo en estas construcciones cuando el núcleo de la comparación es un adjetivo (Es más alta de lo que calculábamos) o un adverbio (Está más lejos de lo que decías; Viaja menos de lo que le gustaría). Se obtienen así contrastes como los siguientes:

Gastaba más de lo que ella creía ~ Gastaba más dinero {del ~ *de lo} que creía; Se equivocaba más de lo que estábamos dispuestos a tolerarle ~ Cometió más errores de {los ~ *lo} que estábamos dispuestos a tolerarle.

Cuando el cuantificador más funciona como pronombre, se observa la concordancia indirecta del artículo en el sustantivo: Ayer hiciste pocos dibujos. Hoy, en cambio, has hecho más de {los ~ *lo} que yo esperaba. Las comparativas con relativas adverbiales (como en Está más inclinado de como lo dejaste) se examinarán en el § 45.6r.

45.6l Se ha explicado que los grupos diferenciales denotan la misma magnitud que el núcleo de la comparativa. Aun así, no siempre pueden concordar gramaticalmente con él porque pertenecen a clases sintácticas distintas. Cuando la comparativa contiene un grupo diferencial nominal, suele imponer la concordancia al segundo término de la comparación, como en Se comió muchos más canapés de {los ~ *lo} que pensaba comerse. Como se ve, se rechaza la construcción que no muestra la concordancia entre el núcleo de la comparación y la relativa sin antecedente expreso. Existen dos excepciones a esta generalización, estrechamente relacionadas:

1. Los grupos diferenciales construidos con el sustantivo vez

2. Los complementos nominales de los predicados de medida

45.6m Ilustran la excepción 1 oraciones como El proyecto costó dos veces más de {lo ~ *las} que habíamos pensado que costaría. Esta oración muestra la concordancia opuesta a la que se presentó en el apartado precedente, relativa a cierto número de canapés. La explicación del contraste radica en que el sustantivo vez no proporciona la noción comparada. En aquel ejemplo se comparaban dos grupos de canapés, pero en este último no se comparan dos grupos de veces. La segunda excepción afecta a los complementos nominales de los predicados de medida (años, kilos, metros, etc.). Las dos variantes que aparecen a continuación se consideran correctas. Suele preferirse en ellas lo a los, pero esta última opción no es censurable:

La temperatura ha subido varios grados más de {los que ~ lo que} calculábamos que subiría; Tardó en llegar tres días más de {los que ~ lo que} todos pensábamos que tardaría; La maleta pesaba unos kilos más {de los que se suelen ~ de lo que se suele} permitir.

He aquí algunas muestras de ellas en textos literarios:

Pesa entre diez y quince kilos más de lo que le corresponde por su estatura, es un hombre joven aún, de unos cuarenta años (Pombo, Ventana); Por fin ha mezclado tres bolsitas de fenobarbital con el jugo, doscientos cincuenta miligramos más de lo que hace falta (Martínez, Vuelo); Le agregan muchos años más de los que realmente tienen (Clarín 21/10/1987); Sabía que no le sobraba el tiempo; sin embargo, se tomó casi quince minutos más de los que debía (Consiglio, Bien).

Estas alternancias se producen porque es posible concebir los grados, los kilos y los días como resultados de mediciones (por tanto, … de lo que), pero también como nociones individuales que pueden ser aisladas (por tanto, … de los que).

45.6n En la lengua antigua no se hacían imprescindibles las relativas cuantitativas descritas en los apartados anteriores para expresar esos significados. Esta pauta se registra de modo ocasional en textos posteriores, incluso del siglo xx:

Le quería con más extremo que pedía su edad (Santa Teresa, Fundaciones); Sabe naturaleza / Más que supo en este tiempo (Lope Vega, Dorotea); Procuró apoyarla con lo mejor que pudo, dándole más casas nobles que pudiera un rey de armas (Alemán, Guzmán I); Yo venía / más belicossa que era necesario (Vélez Guevara, Serrana); […] dándole más sablazos que acaso dio en los campos de batalla (Corpus Barga, Pasos).

45.6ñ En la actualidad se diría … de lo que pedía su edad en el primero de los textos citados en el grupo precedente; … de lo que supo en este tiempo en el segundo; … de lo que pudiera en el tercero, etc. Se recomienda evitar esas variantes en el español de hoy y usar en su lugar la variante con de y relativas sin antecedente expreso: dándole más sablazos de los que acaso dio en los campos de batalla. Se han registrado en la lengua contemporánea oraciones como Ella pintaba más acuarelas que podía vender su marido, en el sentido de ‘más acuarelas de las que podía vender su marido’. Estas construcciones se forman generalmente por calco del francés o del inglés, lenguas en las que sigue viva la pauta sintáctica que en español se modificó. A pesar de que tienen antecedentes en la lengua clásica, como se ha explicado, estas oraciones han caído en desuso, por lo que se recomienda evitarlas. Aun así, se admite con más facilidad la ausencia de relativa con de cuando el primer término de la comparación se antepone con intención enfática, lo que da lugar a alternancias como Muchas más páginas salían de su mano en un día {que ~ de las que} brotaban de la mía en una semana. Aunque el rechazo de la primera opción se considera menos marcado en estos casos, también es preferible en ellos la variante con de.

45.6o Se usa de manera ocasional en España —raramente en América— la conjunción que, en alternancia con de lo que, cuando se oponen dos verbos sin complementos en algunas construcciones (a veces semilexicalizadas). Los verbos forman pares de elementos opuestos léxicamente en algunas de ellas, pero solo contrapuestos discursivamente en otras. Se subrayan los términos que se oponen:

Blanca mentía más que hablaba (Espido, Melocotones); Para referir la historia de manera persuasiva utilizó más su fantasía que su memoria, inventó más que recordó (Vargas Llosa, Verdad); El sol entristece más que alumbra (Hostos, Peregrinación); Respecto al otro “debutante” oficial, Stielike, prometió más que hizo (País [Esp.] 11/9/1977).

Estas comparaciones se diferencian de algunas de las llamadas correctivas o de adecuación45.12h) en que no se hace pausa en ellas tras el cuantificador más, y también en el hecho de que más no significa en estos ejemplos ‘en lugar de’, ni tampoco ‘más propiamente’, sino ‘en mayor cantidad’ o ‘en un grado mayor’. Los verbos con los que se forman carecen de complemento. Se consideran incorrectas las variantes que los contienen, como Cada Navidad recibo más felicitaciones que envío, y se prefiere … de las que envío o … que las que envío (la alternancia entre que y de en estos casos se analiza en el § 45.7). El uso de que en estas construcciones de verbos opuestos no corresponde a una pauta sintáctica enteramente productiva en la lengua española contemporánea. Como los verbos de las relativas sin antecedente no se eliden (§ 22.2w-z), es esperable la irregularidad de oraciones como *Es más fuerte de lo que inteligente o *Compraba más discos de los que libros. Se rechaza también *Trabaja más de lo que los demás, y se dice en su lugar … de lo que los demás trabajan (con relativa) o que los demás (sin ella).

45.6p Dado que el relativo desempeña en estas oraciones, como en las demás relativas, alguna función sintáctica, el atributo puede expresarse dos veces en ellas, como en La ciudad está más contaminada de lo que lo ha estado nunca o en Fueron más útiles para nosotros de lo que lo fueron para ellos. Estas oraciones alternan con otras en las que no aparece el pronombre átono: La ciudad está más contaminada de lo que ha estado nunca; Fueron más útiles para nosotros de lo que fueron para ellos. El par siguiente muestra las dos variantes:

Y al tenderse a mi lado pensé que nadie podría ser más feliz de lo que lo era yo en aquellos momentos (Salisachs, Gangrena); Vamos a trabajar tratando de ser más exigentes de lo que fueron las comisiones del señor Diez Canseco y Donayre (Caretas 4/9/1997).

Desde el punto de vista sintáctico, debe recordarse que el español permite que ciertos adverbios de cantidad cuantifiquen en ocasiones a los grupos verbales (Ha estado contaminada en gran parte o lo fueron en gran medida). Así pues, las dos variantes mencionadas pueden justificarse sintácticamente y se consideran correctas.

45.6q Como se comprobó en los apartados anteriores, la alternancia que ~ de en las relativas sin antecedente expreso que constituyen el segundo término de una comparación de desigualdad está en función de los componentes de la comparación. Las dos oraciones que siguen son gramaticales, pero no son equivalentes: Eso es mejor que lo que yo imaginé; Eso es mejor de lo que yo imaginé. En el primer caso, la relativa sin antecedente expreso lo que yo imaginé se analiza como un grupo nominal que denota una entidad (‘la cosa imaginada’). El primer término de dicha oración comparativa es eso. La relativa sin antecedente tiene en este caso la misma denotación que en oraciones como Lo que yo imaginé se ha hecho realidad. En el segundo caso, la oración comparativa significa ‘Eso es bueno en un grado mayor del grado en que yo imaginé que sería bueno’. Se sobrentiende, por tanto, la subordinada sustantiva que sería45.8g). Así pues, lo que yo imaginé no denota en el segundo ejemplo una entidad individual, sino un grado (‘el grado en que yo imaginé que sería bueno’). En consecuencia, se elige de, ya que el primer término de la comparación (‘bueno’, incluido en mejor) es el núcleo de la comparación y denota además la noción comparada. Nótese que la interpretación cuantitativa de lo (que) con el verbo imaginar es la que se percibe también en ¿Cuesta eso lo que me imagino? (es decir, ‘la cantidad que imagino que cuesta’) o en Este automóvil gasta más de lo que piensas (esto es, ‘de la cantidad que piensas que gasta’).

45.6r Las relativas sin antecedente expreso que caracterizan a los segundos términos de las comparativas examinadas en estas secciones pueden estar encabezadas por los adverbios relativos como (Está más inclinado de como lo dejaste) y cuanto (Tiene más dinero de cuanto pueda necesitar). Tampoco en estos casos alternan libremente que y de. Como antes, expresan significados distintos, aunque próximos, las dos oraciones siguientes: Está mejor de como estaba antes; Está mejor que como estaba antes. La primera comparativa pertenece al grupo de las que aquí se han llamado de núcleo coincidente. El primer término de la comparación coincide con el núcleo: el adjetivo bueno, es decir, un elemento incorporado en el comparativo sincrético mejor. El relativo como, que encabeza el segundo término, establece otro grado de esa misma propiedad. En la variante con que, por el contrario, queda implícito el primer término de la comparación (‘así, de esa forma’). El núcleo coincide con el de la comparativa del ejemplo anterior, pero no su primer término. Así pues, el segundo término de la comparativa con que (esto es, como estaba antes) estará en correspondencia con el primero, aunque este quede implícito. Como esta segunda comparativa no es de núcleo coincidente, la partícula comparativa elegida es que, no de. Es importante resaltar que las diferencias señaladas afectan al sentido, no solo a la forma: en la primera de estas dos oraciones se comparan dos grados de la misma propiedad, pero en la segunda se comparan dos maneras: una tácita, que se supone introducida en el discurso anterior, y otra expresada en el segundo término de la comparación.

45.6s Se construyen también con de otros grupos nominales cuantitativos formados con los adjetivos autorizado, necesario, permitido, previsto, requerido y otros similares igualmente modales, como en los siguientes ejemplos:

Ella comprendió que iba a necesitar más paciencia de la prevista, porque él parecía dispuesto a sacrificarse por las apariencias (García Márquez, Cien años); Quizás para un psicólogo habría más datos de los necesarios aunque nunca llegara a hablar con ella (Cifuentes, Esmeralda); Los talleres más caros cobran hasta 4 veces más de lo debido ya que calculan más horas de las requeridas para la reparación (Mundo [Esp.] 10/11/1994).

En el texto de García Márquez no se habla, en efecto, de ‘cierto tipo de paciencia’, sino de ‘cierta cantidad de paciencia’. Ello da lugar a paráfrasis con las relativas cuantitativas sin antecedente expreso de las que se habla en los apartados precedentes: ‘más paciencia de la que preveía’. La gramática distingue, análogamente, en su forma y en su interpretación, oraciones como Compró más tabaco del permitido y Compró más tabaco del importado. La primera oración admite dos interpretaciones, puesto que cabe sobrentender una subordinada de interpretación cuantitativa en el complemento de permitido (‘… mayor cantidad de tabaco de la que estaba permitido comprar’), o bien suponer que se habla de un tipo o de una clase de tabaco. Esta es la única interpretación que se admite en la segunda oración, puesto que importado no pertenece al paradigma de elementos modales que se describe.

45.6t Se explicó en el § 14.9 que los grupos constituidos por «lo + adjetivo» admiten varias interpretaciones. Interesa resaltar ahora que estas interpretaciones son fundamentales para elegir la partícula (que o de) que encabeza el complemento de las comparativas de desigualdad. El siguiente par ilustra la diferencia: Más nervioso de lo habitual ~ Más interesante que lo anterior. En apariencia, estos dos grupos adjetivales tienen la misma estructura sintáctica. No obstante, lo habitual designa en el primero una noción cuantitativa (aproximadamente ‘el grado en que es habitual estar nervioso’), mientras que lo anterior designa una noción referencial (aproximadamente ‘las cosas anteriores’). De forma muy similar, lo necesario significa ‘las cosas necesarias’ en Lo necesario no es siempre lo urgente, pero significa ‘la cantidad (temporal) necesaria’ en La película parece larga, pero en realidad dura lo necesario. Esta última interpretación cuantitativa es la que se observa en el complemento de las construcciones comparativas con la preposición de, como en Dura más de lo necesario, que significa ‘Dura más del tiempo que es necesario que dure’.

45.6u La interpretación cuantitativa de los complementos de verbos de medida (como costar o durar) está inducida por el significado de estos predicados. La interpretación de «lo + adjetivo» en la que se denotan entidades (en lugar de cantidades) es, como se ve, la que elige la conjunción que. Así pues, de forma análoga a los casos examinados más arriba, se obtienen contrastes entre de y que como los siguientes:

Ha traído más que lo estrictamente necesario;

Ha traído más de lo estrictamente necesario.

La primera oración es una de las comparativas de alteridad – adición, descritas en el § 45.5m. Lo estrictamente necesario significa en esta oración ‘las cosas estrictamente necesarias’, y se construye, como cabe esperar, con la conjunción que. En cambio, lo necesario se interpreta de manera cuantitativa en el segundo ejemplo, que equivale a ‘Ha traído una cantidad (de algo no determinado) que supera la cantidad estrictamente necesaria’. Esta segunda interpretación de lo estrictamente necesario es similar a la que se obtiene en Dura más de lo estrictamente necesario, como se vio en el apartado anterior.

45.6v Como se explicó en las secciones precedentes, las comparativas de alteridad y de adición carecen de algunas características gramaticales propias de las oraciones comparativas. Estas construcciones se forman con que45.4p) pero alternan a menudo con otras comparativas introducidas por de, examinadas en esta sección, con diferencias tanto sintácticas como semánticas. El par siguiente ilustra dicha alternancia:

No gastamos más euros que los que habíamos previsto gastar;

No gastamos más euros de los que habíamos previsto gastar.

La primera de estas oraciones es una comparativa de alteridad–adición. Se niega en ella que el conjunto de euros gastados sea distinto de otro conjunto, tal como se explicó en el § 45.4p. Se obtiene, pues, un significado próximo al de ‘Solo gastamos esos euros’. La segunda variante, con de, es una comparativa de núcleo coincidente (§ 45.5a), en la que se compara la cantidad de euros gastada con la prevista y se niega que la primera cantidad sea mayor que la segunda. El núcleo de la comparación (euros) proporciona, pues, el primer término de la comparación, pero también la noción comparada (‘número de euros’). Los significados obtenidos son similares porque las respectivas estructuras sintácticas proporcionan sentidos también cercanos: se comparan dos conjuntos de euros en un caso y dos cantidades de dinero en el otro. Aun así, el hecho de que se pudieran usar en contextos similares no las hace del todo idénticas desde el punto de vista gramatical.

45.6w En muchas de las relativas sin antecedente expreso contenidas en el segundo término de las comparativas de desigualdad se sobrentienden, como se ha explicado, subordinadas sustantivas. En el ejemplo, ya mencionado, Recibió más dinero del que pensaba se interpreta ‘… del que pensaba recibir’. La mayor parte de los adjetivos que aparecen en las construcciones con lo en las comparativas de núcleo coincidente se interpretan de la misma manera. Así, Se esforzaba más de lo aconsejable significa ‘Se esforzaba más de lo que es aconsejable esforzarse’; Tardó en contestar menos de lo esperado equivale a ‘Tardó en contestar menos tiempo del que se esperaría que tardara en contestar’, etc. La ausencia de la subordinada sustantiva en la interpretación de estas comparativas de desigualdad podría proporcionar un significado erróneo. En Me cobraron más de lo justo no se habla, en efecto, de una cantidad justa (es decir, ‘redonda, exacta, precisa’), sino de una cantidad ‘que es justo cobrar’. En estas construcciones solo se admite un reducido número de adjetivos modales que tienen en común el predicarse de oraciones: aconsejable, autorizado, convenido, conveniente, deseable, esperado, habitual, justo, necesario, recomendable, etc. He aquí algunos ejemplos de esta pauta:

El gerente del hotel se conformó con inclinar la cabeza, era un mulato distinguido y susurrante, que no se quiso inmiscuir más de lo necesario (Montero, M., ); Comimos bien y bebimos más de lo conveniente (Araya, Luna); Mi propuesta se demoró más de lo recomendable (Zarraluki, Historia); Ante los ojos de Lucha, el mundo brillaba más de lo habitual y tenía un tono rosado (Esquivel, Deseo).

45.6x No se ajustan completamente a la generalización del § 45.6c alternancias como la que se presenta a continuación:

Este es un trabajo mejor del que yo habría podido buscarte;

Este es un trabajo mejor que el que yo habría podido buscarte.

Estas oraciones se caracterizan por que presentan núcleos de la comparación adjetival en segundos términos nominales. Ambas opciones se consideran correctas, pero las generalizaciones presentadas en los apartados anteriores solo explican la presencia en ellas de la conjunción que. En efecto, el primer término de la comparación es un trabajo, de forma que el núcleo de la comparación (bueno, integrado en mejor) no coincide con él. La conjunción que se esperaría es únicamente que. La posibilidad de elegir de en el segundo término de estas comparaciones está restringida a aquellos casos en los que el complemento comparativo va introducido por el artículo definido y el pronombre relativo que. Se diría, por tanto, un trabajo mejor que (no de) el empleo que yo habría podido buscarte. Por otra parte, los términos de la comparación no aluden en estos casos a entidades individuales, sino a tipos, clases, grados o números: Su rendimiento fue mejor del que se suponía (grado); El número de visitas es más alto del que se esperaba (número); Recibieron peor trato del que merecían (tipo). He aquí otras muestras de esta pauta, en la que alternan de y que:

Yo también conocí a Eldora Dan, aunque en circunstancias más increíbles y, si me permite, menos gratas de las que usted seguramente vivió con ella (Padilla, Imposibilidad); El ingenio de Anacaona tendió al Almirante y a su hermano Bartolomé una red mucho más sutil de la que ellos eran capaces de imaginar (Roa Bastos, Vigilia); Fue un largo recorrido, quizá más largo del que realizó de continente en continente (Azuela, A., Tamaño); Le impiden optar por un apartamento más interesante que el que alquila actualmente con Federico (Monegal, Jardín); Hace falta investigar a fondo y, así, conseguir nuevos fármacos más caros que los que ahora existen (Tiempo [Col.] 17/7/1997); El enfrentamiento lingüístico de dos interlocutores es un hecho mucho más complejo del que podría surgir de observar y describir solo el lenguaje que ambos utilizan (Elizaincín, Dialectos).

La alternancia que ~ de no proporciona diferencias de significado en estas comparativas de desigualdad. En la siguiente sección se estudian otras construcciones en las que las dos partículas son posibles, pero con diferencia de significados.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
elipsis

 

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