Sintaxis

14. El artículo (I). Clases de artículos. Usos del artículo determinado

14.3 Formas del artículo determinado (II). El artículo en las construcciones contractas

14.3a El uso del alomorfo femenino el ante los sustantivos que comienzan por /a/ tónica se impuso históricamente a la tendencia que consiste en mantener la variante la y fusionar su vocal con la tónica del mismo timbre que encabeza el sustantivo que la sigue. Se obtienen así realizaciones como l’ansia, l’agua, l’habla, que se atestiguan en el registro coloquial o en el habla rural de diversas zonas (España septentrional y partes de Chile y de México, entre otras), así como en judeoespañol. Este fenómeno tuvo en el español preclásico una extensión más amplia, ya que el artículo apostrofado podía presentarse con sustantivos no encabezados por /a/ tónica, en consonancia con lo que se indicó en el § 14.2b respecto de la distribución del alomorfo femenino el:

E con l’espada bota fuertes golpes firiere (Alexandre); Quando ovo el conde l’oraçión acabada (Fernán González); Estaba l’ambición por medio (García Correa, Tacuruses).

Para transcribir estas formas, que no pertenecen hoy a la lengua culta, se usa habitualmente el apóstrofo.

14.3b En el § 14.2a se presentaron las formas contractas del artículo determinado (también llamadas formas amalgamadas o conglomerados, así como artículos contractos). Las denominaciones que se mencionan son en cierto modo arbitrarias desde el punto de vista categorial, ya que no se trata propiamente de formas del artículo, sino del resultado de la amalgama de las preposiciones monosilábicas de y a con la forma el del artículo determinado en singular. la formación de al y del se produce por la fusión fonológica de las vocales en contacto aportadas por la preposición y el artículo. En del (< de + el) los fonemas implicados en el proceso son del mismo timbre (/e.e/ > /e/), mientras que la contracción al (< a + el) supone la fusión de vocales de timbre distinto (/a.e/ > /a/). Salvo los casos excepcionales a los que se hace referencia en el apartado siguiente, el uso de las formas contractas del artículo es general y se produce sistemáticamente en todos los contextos en los que se da la concurrencia de las preposiciones implicadas con el artículo definido en masculino y singular. En el español medieval se registran conglomerados de preposición y artículo con otras muchas preposiciones:

Era çiego de su naçiençia el qual ihesu xpisto sano col lodo que fizo con su saliua (Castigos); Prosigue la cura. Sangrando & purgando al principio si viere que ay necessidad y virtud nel paciente (López Villalobos, Sumario); Se alçauan muchas tierras contral sennorio de Roma (Alfonso X, España I); Es, a saber, una nueva / desdel cielo revelada (Mendoza, Í., Coplas); E fastal trezeno anno de su regnado non cuenta ninguna cosa (Juan Manuel, Crónica); Le enbio a dezir sobrel casamiento de doña Maria su hija (Gran crónica Alfonso XI); Fueron poral sepulcro del confessor cabdal (Berceo, Santo Domingo).

14.3c No se obtiene el conglomerado morfofonológico que constituyen las preposiciones a y de junto con el artículo cuando este es parte integrante de una expresión denominativa, generalmente un nombre propio. No son, por tanto, equivalentes las expresiones del colegio de México y de El Colegio de México. He aquí otros casos en los que no se produce contracción:

¿Saldría España, por fin, de la larga noche de El Escorial para entrar al reino solar del Siglo de las Luces? (Fuentes, Espejo); Acaban de matar a Gaitán frente a El Gato Negro (García Márquez, Vivir); No era más que un desgraciado, un pobre hombre, un iluso que vendería a su madre a cambio de media página en el suplemento dominical de El País (Grandes, Aires); Las páginas que siguen son el resultado de los dos cursos que sobre el tema sustenté en agosto de 1974 y febrero-marzo de 1975 en las aulas de El Colegio Nacional (Xirau, Desarrollo).

El artículo se escribe con mayúscula porque forma parte del nombre propio y por tanto no se produce la contracción. Tal como es de esperar, esta es general en la lengua hablada. De hecho, no son frecuentes oraciones como Mañana voy a ir a El Retiro (nombre de cierto parque de Madrid), y se usa en su lugar la variante Mañana voy a ir al Retiro, que los textos reflejan igualmente: Descubrí que a él le gustaba pasear por sitios que le recordaban su pasado, por eso no quería ir al Retiro, que era un lugar vacío de recuerdos (García Soubriet, Bruna).

14.3d En los § 12.7h y ss. se explica que no se deben confundir los nombres de países que contienen el artículo como parte integrante, como El Salvador, con aquellos otros en los que no lo es, y su presencia es incluso opcional, como (el) Perú, (el) Ecuador, (el) Uruguay, (el) Paraguay. En el primer caso, se recomienda evitar la contracción en la lengua escrita, como en Resulta que estoy jodido y me voy a El Salvador para morirme allá (Bryce Echenique, Magdalena), a pesar de que se registra también la otra variante: La presidenta hizo las declaraciones a la radioemisora estatal del Salvador en su viaje hacia la cumbre americana de desarrollo sostenible en Santa Cruz, Bolivia (Nación [C. Rica] 8/12/1996). En los sustantivos del segundo grupo, la variante que se considera correcta es la contracta:

Regresan al Perú y hacen planes para casarse en el verano, en París (Souza, Mentira); Las victorias uruguayas en las dos últimas olimpíadas, disputadas en Europa, habían convertido al Uruguay en el inevitable anfitrión del primer torneo (Galeano, Fútbol); No iba a abandonar al Sol hasta poner al Paraguay en camino de intervenir en la copa de América (Roa Bastos, Crack).

14.3e No es parte del nombre propio el artículo que precede a ciertos nombres de montañas, cordilleras, mares, comarcas, regiones, departamentos, provincias, etc., como en el Bierzo, el Comahue, el País Vasco, el Aconcagua, el Chaco, el Río de la Plata, por lo que se considera correcta la integración del artículo en el conglomerado: la región del Bierzo, visita al Aconcagua, la provincia del Chaco (o del Beni), viaje al Río de la Plata, etc. El artículo se integra igualmente en las denominaciones oficiales correspondientes a instituciones radicadas en estos lugares: Universidad del Comahue, Boletín Oficial del País Vasco, Comisión Administradora del Río de la Plata. También se amalgaman con las preposiciones a y de los artículos que preceden a los nombres de apodos o sobrenombres (el Libertador; el Greco o Alfonso X, el Sabio; Santiago Martín, el Viti; Manuel López, el Navajas):

Detestaba tanto al Greco que acabó por encontrárselo como un fantasma en algún lugar tenebroso de su mente (Armas Marcelo, Madrid); Soy de la comparsa del Tuerto, del Cojo, del Bizco, del Manco, de todos los lisiados y piojosos de Madrid (Alberti, Noche).

Como se ve, se mantiene la mayúscula inicial en el sustantivo que sigue al artículo en todos estos casos, pero el artículo se integra en el conglomerado.

14.3f Se evita la contracción en la referencia a títulos de obras, como en una página de El Camino de Miguel Delibes o en Sentarse en el escritorio del autor de El árbol de la vida y contemplar desde allí la biblioteca de cábala y alquimia (Mundo [Esp.] 1/7/1995). En los títulos abreviados de ciertas obras se recomienda, en cambio, la contracción, ya que su ausencia daría a entender que se cita textualmente un título inexistente. Así pues, como no existen obras que se denominen El Quijote o El Lazarillo, se consideran correctas las expresiones subrayadas en los textos siguientes:

El autor del Lazarillo no traiciona al personaje, que es el principio fundamental de la novela (ABC Cultural 18/10/1996); Alude a ella, en las primeras líneas del Quijote, el propio Cervantes (Tibón, Aventuras).

14.3g Para que pueda aplicarse en la escritura la regla de contracción a la que hacen referencia los apartados anteriores (a + el > al; de + el > del), es necesario que los dos componentes estén en estricta adyacencia. Cualquier elemento que se interponga impide, pues, la amalgama. En los siguientes ejemplos, es un signo de puntuación (paréntesis o comillas) el que separa preposición y artículo:

Agregó que “segundo paso, sería apoyar a Portugal y a otros países, en la próxima VII Cumbre Iberoamericana, para que haya una referencia importante a (el caso de) Timor Oriental” (Época [Chile] 26/6/1997); No solo se han limitado a rizar el rizo, sino que han concluido con afirmaciones inaceptables acerca deel sentimiento de esquizofrenia”, “la vivencia de lo extraño”, etc. (Castilla, Psiquiatría 2); En los círculos ajedrecísticos se recuerda lo que ha pasado a la leyenda bajo el nombre deel escándalo de Lucerna” (Arrabal, Torre).

14.3h Los textos clásicos muestran que se consideraba a veces preferible en la lengua antigua evitar la concurrencia de dos contracciones idénticas seguidas:

En este jardín estava, señor, a las tres y un quarto esperándote a que salgas de el del Duque (Calderón, Callar); Había de ser su gobierno diferente del de el Duque; porque Su Majestad los amaba y deseaba conservar (Cabrera Córdoba, Historia).

En la actualidad no se considera necesario acudir a ese recurso, por lo que ambas soluciones se consideran válidas. La doble contracción es hoy frecuente en los textos, y se considera correcta:

Vino un coche a recogerme de parte del del bigotito (Quiñones, F., Hortensia); La sentencia del del bar resulta inapelable (Llamazares, Río); Ahora resulta que los representantes de la política fincan el valor de las reformas en el costo de las campañas y tasan el valor de la mercadotecnia por encima de el del marco institucional (Excélsior 1/11/1996).

Aun así, se recomienda no abusar de la concurrencia de formas como las marcadas.

14.3i Una manera de evitar la repetición a la que se hizo referencia en el apartado anterior es no omitir el sustantivo (… de parte del individuo del bigotito, … la sentencia del señor del bar, … del jardín del Duque, … del gobierno del Duque), pero existen otras posibles. Nótese que la disonancia se produce por la concurrencia de dos formas contractas idénticas y consecutivas, por lo que otras combinaciones similares de preposiciones y artículos no resultan problemáticas:

Su cara, su gesto de la hora de la siesta es poco diferente del de la hora del trabajo (Chacel, Barrio); Rhomberg reía con el color del rubor sumado al del vino (Vázquez Montalbán, Soledad); Veía la cara del padre a través de la del hijo (Uslar Pietri, Oficio).

14.3j Las secuencias formadas con de la de la y de las de las plantean un grado de disonancia similar, por lo que también en ellas resulta aplicable el criterio anteriormente expuesto. No se infringe, pues, en estas combinaciones ningún principio de la sintaxis:

La población de la España musulmana no era de composición excesivamente distinta de la de la cristiana (Marías, España); Las imágenes de Caronte estaban ligeramente alargadas, a diferencia de las de las estrellas, que eran puntuales (Fierro, Mundos).

Aun así, se recomienda, como en las expresiones mencionadas en el apartado precedente, evitar aquí la elipsis del sustantivo por razones de eufonía. Se analizan otros aspectos de estas construcciones en el § 15.7.

 

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