Sintaxis

29 La preposición y el grupo preposicional

29.6 Aspectos semánticos de las preposiciones. La relación entre preposición y término

29.6a Como se observó en el § 29.1l, el significado de las preposiciones es abstracto, al igual que el de la mayor parte de las voces que aportan contenidos gramaticales. Suele distinguirse en muchas preposiciones un significado espacial, otro temporal y diversos sentidos figurados, llamados a veces nocionales, que remiten a muy variadas relaciones de naturaleza abstracta. Se asume generalmente que el sentido básico de muchas preposiciones puede definirse en términos espaciales, de forma que los demás sentidos se derivarían de este mediante procesos de extensión de significado. La mayor parte de las preposiciones locativas admiten, de hecho, usos figurados. En vez de un lugar, el término de la preposición designa en tales usos estados de cosas, sucesos, instantes, períodos, situaciones u otras nociones inmateriales, como se comprueba en ante los acontecimientos, bajo su influencia, desde ayer, en la ruina, tras la batalla, etc.

29.6b Muchas preposiciones localizan algo o a alguien por su orientación respecto del lugar expresado por su término. Por ejemplo, la preposición tras en tras la casa identifica cierto lugar que no es la casa, sino algún otro situado en una determinada orientación respecto de ella, de forma que su localización habrá de realizarse tomando como punto de referencia la casa de la que se habla. La orientación suele establecerse en tres ejes: en el eje vertical, como sucede con sobre o bajo; en el eje del observador, como en el caso de ante o tras, y en el eje horizontal, como ocurre con la preposición, poco usada, cabe o con las actuales locuciones al lado de, a la derecha de, a la izquierda de. Recuérdese que algunas de estas últimas no se consideran propiamente locuciones en los análisis introducidos en los § 29.3g-i. Se ha observado que estas coordenadas resultan a veces insuficientes porque las características de la persona o la cosa que sirve de referencia pueden imponer su propia orientación. La expresión ante la casa sugiere, por ejemplo, ‘delante de su fachada o de su puerta principal’. Las preposiciones en y entre introducen lugares que no se determinan en función de ninguno de los ejes mencionados. La preposición a está bastante restringida en la actualidad para expresar ubicación: estar a las puertas de la ciudad, encontrarse a la entrada del cine, sentarse a la mesa (también al piano, en el sentido de ‘ante el piano’) y otros casos similares mencionados en el § 29.7b, si bien participa en un gran número de locuciones preposicionales que manifiestan ese valor (§ 29.9m y 30.5i).

29.6c Varias preposiciones y locuciones preposicionales se caracterizan por introducir los componentes de un proceso o un cambio. Este suele conllevar un origen o un punto de partida (de, desde, a partir de); un término o un destino (a, contra, hasta); un lugar intermedio entre ambos (por, vía, a través de), o una dirección (a, hacia, para, en dirección a). Se explicó en el § 29.5l que muchas preposiciones que expresan ubicación indican también término, lo que da lugar a pares como estar sobre la ciudad ~ lanzarlo sobre la ciudad y otros similares que se mencionaron allí. Esta aparente neutralización de las nociones de ‘localización’ y ‘destino’ no se extiende a la de ‘procedencia’. Como se explicó anteriormente de tal neutralización se deduce la ambigüedad de expresiones como correr al lado de alguien, en las que el segmento subrayado puede expresar compañía o destino.

29.6d Expresan localización temporal las preposiciones en (Lo hará en junio), entre (Llamará entre las cinco y las seis) y a (Llegó a las tres; Se iba a dormir a la caída del sol). Los nombres temporales presentan ciertas particularidades en estos contextos. Suele decirse Estamos en mayo, pero se admite también Estamos a mayo en algunos países. Se dice, asimismo, Estamos a martes, pero Vienes en martes, como en Si vienes en martes y no en sábado, rompiendo una rutina de diez años, tengo derecho de asustarme un poco (Wolff, Álamos). En el español conversacional peruano se dice también Estamos jueves —sin preposición—: Ya estamos jueves y no han escrito (Comercio [Perú] 17/6/2008). Véanse, en relación con estas mismas cuestiones, los § 14.8c y ss., 37.3f y 39.3k y ss. En ocasiones, no son sustantivos temporales ni eventivos (§ 12.11) los que indican los límites cronológicos de las situaciones, lo que hace preciso acudir a procesos interpretativos basados en informaciones que no proporciona el sustantivo en función de su propio significado. Así, el sustantivo escuela no es temporal, pero, construido con la preposición desde, marca el origen de una situación en Son amigos desde la escuela. En esta oración se entiende ‘desde que iban a la escuela’, a diferencia de lo que sucede en Se tarda dos horas desde la escuela. Las preposiciones hacia, por y sobre introducen términos temporales que localizan aproximadamente en el tiempo alguna situación, como en Llegará por Navidad; Abandonó la reunión sobre la una; Te esperamos hacia el verano.

29.6e Expresan origen las preposiciones o locuciones preposicionales de, desde y a partir de. El punto de partida que marcan puede ser espacial, temporal o incluso más abstracto: la tradición filosófica desde Aristóteles, los descubrimientos realizados a partir de diversos estudios experimentales. Existen ciertas restricciones a estos usos. Como se explica en los § 29.4b,c y 36.1q, la preposición de introduce complementos de origen que suelen estar en correlación con otros que encabezan a, hacia y hasta. Normalmente están regidos por verbos que indican movimiento (ir, partir, sacar, salir, viajar) o extensión (abarcar, extenderse, ir), como en Viajaban de Lima a Ayacucho o en El litoral marítimo de Huelva se extiende, de este a oeste, con una longitud de ciento diez kilómetros (Gopegui, Real). La magnitud abarcada puede ser asimismo temporal (de enero a septiembre, de la Edad Media a nuestros días). También expresan origen los complementos de procedencia introducidos por de, como en la carta que llegó de Roma; El envío procedía de Berlín o en ¿Quién te arrancó de mi lado […]? (Bécquer, Leyendas). A diferencia de lo que sucede con desde y con a partir de, no se introducen con de los complementos circunstanciales de origen cuando tienen sentido temporal: Estaremos con ustedes {desde el jueves ~ a partir del jueves ~ *del jueves}, a menos que se establezca alguna de las correlaciones descritas en el § 29.4: del jueves al sábado, del jueves en adelante, etc.

29.6f De y desde se acercan en su significado cuando presentan el punto en que se fija algo que destaca o sobresale. Así, podría haberse elegido de en lugar de desde en Las luces de neón que cuelgan desde el alto techo permanecen encendidas (Quintero, E., Danza). También coinciden estas dos preposiciones cuando su término designa el origen de un movimiento, como en Partieron {desde el muelle sur ~ del muelle sur} o en Las palabras brotaban {de ~ desde} lo más hondo de su corazón. A su vez, desde y a partir de coinciden en marcar el origen de muy diversas situaciones, sobre todo cuando el predicado al que modifican designa un estado o una actividad (§ 23.3), es decir, situaciones de cierta duración: Se portó mejor {desde ~ a partir de} entonces; Careció de interés para ella {desde ~ a partir de} aquel día. Así pues, podría haberse usado desde, en lugar de a partir de, en Ambos sabían que, a partir de esa noche, ya no se volverían a ver (Obligado, C., Salsa).

29.6g Se diferencian, en cambio, desde y a partir de en que desde no modifica a los predicados de naturaleza puntual (§ 23.3). A partir de puede hacerlo en contextos prospectivos, como en Llegaremos {*desde ~ a partir de} las tres, poniendo de manifiesto en esos casos que el suceso denotado por el predicado principal (el de llegar, en este ejemplo) tiene lugar en cierto punto temporal impreciso, posterior al que designa el término de la locución (las tres, en el ejemplo propuesto). Resulta esperable que se excluya a partir de, a diferencia de desde, en las construcciones en que cierta situación actual se origina en el pasado, como en El director está informado {desde el martes ~ *a partir del martes}. En general, rechazan a partir de los contextos en los que se expresan sucesos momentáneos que no se prolongan en una situación ulterior, como en *Volvió a su casa a partir de las cuatro. La interpretación iterativa o habitual proporciona el entorno durativo apropiado o el estado de cosas en curso que esta expresión requiere, como en A partir de esa fecha volvió a su casa cada noche. La locución preposicional a partir de es asimismo compatible con los verbos de significado puntual que indican inicio o surgimiento de algo, como aparecer, arrancar, comenzar, iniciar, nacer, etc., siempre que quede abierto o perdure durante cierto tiempo el proceso al que se hace referencia en esos contextos:

El guano reveló sus propiedades fertilizantes en los laboratorios británicos; a partir de 1840 comenzó su exportación en gran escala desde la costa peruana (Galeano, Venas); Fernando I inicia a partir de 1055 el ataque a los dominios musulmanes de la zona portuguesa (Martín Rodríguez, Península); A partir de ahí empezó para mí el viaje en el mundo de la psicofisiología del dormir (Téllez, Trastornos).

29.6h Manifiestan término o límite las preposiciones a y hasta. Como sucede con la noción de ‘origen’, la de ‘término’ o ‘límite’ puede corresponder a un proceso, a una actividad o a un estado de cosas: Estuvieron bailando hasta el amanecer; Habían llegado a una situación insostenible; El vino se le subió a la cabeza; Cuenta hasta diez. El límite que introduce hasta puede establecerse de muy diversos modos sobre la extensión de algo, como en El agua le llega hasta la cintura; El camino llega hasta el final del valle; El sol entraba hasta la mitad de la habitación. El límite locativo que marca la preposición a está restringido generalmente a los predicados que la introducen en los complementos de régimen: acompañar, arribar, entrar, ingresar, ir, llegar, llevar, marchar, partir, regresar, salir, subir, traer, volver, etc. (§ 36.6), como en Fue al mercado; Sal al balcón; Te llevaré a casa, etc. Las correlaciones en las que interviene a junto con de o desde se analizaron en los § 29.4a-k, m, o.

29.6i Los grupos preposicionales encabezados por hasta suelen modificar predicados que poseen duración (§ 23.4k y ss.). Así, en La acompañó hasta la puerta, donde pueden alternar a y hasta, se dice que el proceso de acompañar a alguien termina en la puerta. En cambio, los predicados de naturaleza puntual —es decir, los que expresan logros o consecuciones (§ 23.4k)— no son compatibles con los complementos temporales de hasta porque carecen de duración: Apareció en la oficina {a ~ *hasta} las doce y media. Estas construcciones son posibles, sin embargo, en el español de México y parte de Centroamérica, ya que se suple una negación, como se explica en los § 23.4m y 48.11v, w. Los complementos espaciales contrastan marcadamente con los temporales en este punto. Así, hasta la puerta es compatible con el verbo puntual llegar, como se observa en Luego se levantó, cogió el bolso, llegó hasta la puerta, la abrió y la cerró con cuidado, sin hacer ruido (Grandes, Aires), pero la expresión temporal hasta las doce y media no lo es. Se exceptúan, como en el caso anterior, las variantes del español mexicano y centroamericano en las que se omite la negación (Pablo llegó hasta las doce y media por Pablo no llegó hasta las doce y media). También son excepción las secuencias en las que se crean situaciones continuas por multiplicación de eventos, como sucede con las que permiten los sustantivos no contables (Estuvo llegando gente hasta las doce y media). Véanse sobre este punto los § 23.4f y ss., además del § 29.4h.

29.6j Las preposiciones desde y hasta admiten complementos oracionales. Las alternancias del tipo de desde {que ~ cuando} te vi o hasta {que ~ cuando} ella quiera se analizan en los § 22.9h y ss. Se ha observado que «hasta + infinitivo» da lugar a menudo a una interpretación en parte consecutiva, ya que se usa para sugerir que se llega al límite al que se hace referencia como resultado natural de una acción o de un proceso continuo: Fueron encerrándose en sí mismos hasta vivir como una sola persona que repetía mecánicamente la rutina de todos los días (Soriano, León). Las subordinadas con desde carecen de esta opción (Ocupa este apartamento desde {que se mudó ~ *mudarse} a la ciudad), que solo se documenta muy esporádicamente: Se fue muriendo poco a poco porque esto le duró desde nacer (Neruda, Poderes). Se admiten, no obstante, estas construcciones en las correlaciones con hasta (descritas en los § 29.4a-i y en los 29.4m-ñ), en las que se presentan ejemplos extremos para ilustrar alguna serie: Arriesgaba su capital en empresas insensatas […], desde seguir a los límites del continente a una ecologista nórdica, hasta embarcarse en solitaria travesía por el océano en una balsa impulsada por vientos impredecibles (Allende, Amor).

29.6k Las preposiciones que tienen contenido léxico condicionan desde el punto de vista gramatical a su término y en ocasiones lo restringen semánticamente. Así, el término de la preposición durante expresa un período, como en durante tres días o durante el otoño, pero también un suceso, que, sin embargo, no necesariamente deja de expresar un período, como en durante la guerra. Es, por tanto, esperable que los sustantivos que no designen tales nociones se rechacen como término de esa preposición. La relación semántica de la que se habla es más abstracta otras veces. Así, el grupo nominal esta silla designa un instrumento en con esta silla, pero expresa más bien un límite, una ubicación o una posición en desde esta silla. Esta diferencia, al igual que otras muchas a las que dan lugar pares similares, depende de la interpretación semántica que la preposición otorgue a su término, y también de la relación significativa que el grupo preposicional mantenga con el predicado principal. La diferencia entre los ejemplos anteriores es notable: los sustantivos día, otoño y guerra, que pueden ser término de la preposición durante (durante el día, durante el otoño, durante la guerra), poseen inherentemente los significados temporales que se requieren, mientras que los conceptos de ‘límite’ y de ‘instrumento’ que se expresan en los ejemplos formados con el sustantivo silla solo están motivados por la preposición que los induce o los pone de manifiesto. Alternancias como colgar del techo ~ colgar de {él ~ allí}, analizadas en el § 29.1j, muestran que un mismo grupo nominal puede designar un objeto o un lugar si el contenido de la preposición y el contexto sintáctico así lo permiten.

29.6l La mayor parte de las preposiciones mencionadas en los apartados precedentes admiten términos nominales de muy diversa índole. No obstante, algunas restringen notablemente sus términos posibles con criterios a la vez sintácticos y semánticos. De este modo, el hecho de que la preposición durante, mencionada en el apartado anterior, no admita subordinadas sustantivas (*durante que ella estuvo con nosotros) está relacionado con la dificultad que existe para que esas oraciones denoten períodos o eventos. La preposición tras tampoco suele aceptar estas subordinadas, salvo en los raros casos en los que su complemento oracional puede interpretarse como una situación o un estado de cosas. Tras alterna con después de en estos contextos: ¡Qué extraños son, en verdad, los escarabajos!, y ¡qué originales artistas! El mío, tras que me hubo descostrado y acicalado, se aplicó a empujarme con sus diestras patitas hasta la semioscuridad de su morada subterránea (Mujica Lainez, Escarabajo). En general, la posibilidad de que una preposición admita o rechace subordinadas sustantivas está en función de que el significado que induce en su término sea o no compatible con los conceptos de ‘hecho’ o ‘situación’, como en estos ejemplos:

Aquellos granos que habían sido echados con ayuda de mi pala, eran cargados ahora para mí, sin que yo tuviese que fatigar estos largos músculos que tengo (Carpentier, Guerra); A pesar de los insistentes rumores sobre que podría concluir su estancia en Barcelona, parece que va a continuar un tiempo más en Cataluña (Vanguardia [Esp.] 30/7/1995).

29.6m Como se ha explicado, la relación semántica que se da entre preposición y término está en función de las características particulares de la preposición y también del predicado con el que se construye. Se obtienen resultados parecidos en el caso de las locuciones preposicionales. Así, admiten subordinadas sustantivas como término las locuciones gracias a (gracias a que acudió en nuestra ayuda) o a favor de (a favor de que bajen los impuestos). Mucho menos frecuente es que la locución en busca de aparezca con término oracional, como en El jueves de la semana pasada se había anunciado un paro de 24 horas en busca de que dicho bono se hiciera efectivo (Mercurio [Chile] 6/2/2004), y resulta casi imposible que lo haga a gusto de, ya que su término designa una persona. Tienen solo términos temporales a fin(es) de, a final(es) de, a comienzo(s) de, a mediados de, a principio(s) de y otras locuciones similares, por lo general grupos nominales que designan años, meses, décadas, estaciones y otras unidades temporales análogas:

La una esperaba dar a luz a fin de año, y la otra, a mediados de enero (Gala, Pasión); […] para La Gaceta Literaria, aparecida a comienzos de 1927 (Alberti, Arboleda); Después, a fin de curso me dan suspenso y viene mi padre y me pega (Barea, Forja); Poco tiempo después, a mediados de los años sesenta, suman más de 400 las empresas privilegiadas (Soler, R., Panamá); A finales de otoño la sierra de Guadarrama se arrima a la ciudad (Caballero Calderón, Hablamientos); Llevaba la corbata que solo se pone a final de año (Vázquez, Á., Juanita Narboni).

29.6n La locución dentro de (recuérdense los § 29.3h, i) toma como término grupos nominales cuantitativos muy diversos, siempre de naturaleza temporal, como en dentro de un rato, dentro de tres semanas, mientras que a eso de solo se combina con los que designan horas: Veníamos con mi cuñado por el camino que va de Vuelta Grande a La Canoa a eso de las once de la noche (Asturias, Presidente). La diferencia entre dentro de y al cabo de, que se construyen con los mismos complementos cuantitativos temporales, estriba en que la unidad designada por el término de la preposición se interpreta deícticamente en el primer caso —en concreto, a partir del momento del habla— y de manera anafórica en el segundo —por tanto, a partir de cierto punto temporal introducido con anterioridad—. En la lengua actual, dentro de se ajusta estrictamente a esta condición y solo puede usarse en contextos prospectivos: Se recuperó {al cabo de ~ *dentro de} dos días. La locución al cabo de exige que no sea el momento del habla el origen del cómputo, por lo que los dos días que se mencionan en Se recuperará al cabo de dos días se miden a partir de cierto momento no especificado, posterior al del habla: Una vez realizada la intervención, se recuperará al cabo de dos días. Del mismo modo, en Se recuperó al cabo de dos días, el cómputo se realiza a partir de cierto instante pretérito que aporta el discurso. En las oraciones negativas es habitual que al cabo de aparezca precedido de hasta, como en Todos los diputados —excepto los 43 de la Diputación Permanente— dejan de cobrar su sueldo y no lo recuperarán hasta al cabo de tres meses, en el caso de que sean reelegidos (Vanguardia [Esp.] 30/12/1995). Véanse también sobre estas cuestiones los § 24.4f y ss.

29.6ñ La locución dentro de no estaba sujeta en el español clásico a la restricción temporal que se menciona en el apartado precedente:

Diome licencia de muy buena gana y dentro de cuatro días ya no le había dejado por quitar puerta ni cerradura (Alemán, Guzmán II); En resolución, dentro de quince días estuvo fuera de peligro el herido (Cervantes, Fregona); Curáronse los heridos, y dentro de ocho días estuvieron para ponerse en camino (Cervantes, Persiles); Le dieron dos cuchilladas, de modo que dentro de cuatro días acabó la vida (Castillo Solórzano, Trapaza).

Son raros los textos de los dos últimos siglos en los que se documenta este uso: La negra melancolía llenó de opacidad su corazón, hurtó el color de sus mejillas, y dentro de tres meses lo condujo al sepulcro (Fernández Lizardi, Periquillo). Acerca de algunas particularidades de las locuciones cosa de y alrededor de, que admiten grupos nominales de interpretación temporal, véanse los § 29.9s, u.

29.6o Se explica en los § 12.2r y ss. y 12.4w que la preposición entre requiere rasgos de pluralidad en su término, ya que pone en relación dos o más personas o cosas. Se exceptúan expresiones lexicalizadas como entre mí (‘para mis adentros’). Estos rasgos de pluralidad pueden ser aportados por un plural morfológico (entre los libros), una expresión coordinada (entre Buenos Aires y Rosario), un sustantivo colectivo (entre la muchedumbre) o uno no contable (entre la bruma), en este último caso especialmente si la materia designada se presenta como densa u opaca: se dice entre el barro, entre el humo, pero no *entre el aire, *entre el agua (cf., en cambio, entre el agua turbia). Para el uso de entre como dentro de, véase el siguiente apartado. Se documentan en ocasiones como término de la preposición entre algunos sustantivos contables, usados en singular y sin coordinación, que no pertenecen a los grupos mencionados, pero sugieren de diversas formas el concepto de ‘pluralidad’ o ‘multiplicidad’. Destacan los que designan telas. Se ha observado que estas construcciones son más frecuentes en la lengua antigua que en la moderna:

Traía el corazón entre el lienzo y en las manos (Cervantes, Quijote II); Era a la pobre viejecita, […] revolcándose sobre el petate de la cama de cuero, entre la sábana deshilachada y mugrienta (Ambrogi, Trópico); El dinero que él dejó caer riendo entre sus manos, entre su pelo, entre su falda, al día siguiente de su llegada (Loynaz, Jardín).

En el español general de hoy es común el sustantivo ropa en este contexto, pero se trata de un nombre no contable, como se explica en el § 12.2f: Rebusqué entre la ropa blanca pero la radio ya no estaba (Serrano, M., Corazón).

29.6p Los grupos nominales que complementan al adverbio dentro pueden hacer referencia a cualquier ser material que posea interior, como dentro del libro, dentro del mar, dentro del país, pero la preposición entre exige, como se ha explicado, condiciones mucho más restrictivas. Se rechazan, por tanto, expresiones como *entre el libro, *entre el mar, *entre el país, fuera de los contextos coordinados descritos. Excepcionalmente, entre puede emplearse con el sentido de ‘dentro de’. Se trata de un arcaísmo que se conserva en algunas regiones de España, así como en el habla popular de la Argentina, Colombia, Venezuela y algunos países centroamericanos, en frases como Estaba entre el cajón o en Entre el agua el viejo se hundía, reaparecía, se veían su cabeza, su espalda, sus brazos, ya no se veían (Restrepo, L., Isla). El empleo antiguo de entre por dentro de se extiende a los contextos temporales en el habla rural o popular de varios países americanos, como en Tío Conejo respondió: —Aturrúsele tío Coyote, ya entre poco acabamos (Lyra, Cuentos). Estos usos no han pasado a la lengua estándar. La coordinación puede vincular también oraciones subordinadas en el término de esta preposición: Pero entre que se le atropellaban las palabras y que parecía tener algo en la boca, se le entendía tan mal que casi daba risa (Gavilanes, Bosque). Esta pauta de coordinación de oraciones subordinadas se documenta en algunas construcciones de fuerte expresividad propias de la lengua oral: ¡Traigan a San Miguel Arcángel! ¡Mejor a la Santísima Virgen! Y entre que el Arcángel y entre que la Virgen, que su padre moría (González, E., Dios). Nótese que, aunque se repita la preposición, sigue cumpliéndose en estos casos el requisito de la pluralidad al que se ha hecho referencia.

29.6q Entre las locuciones preposicionales no mencionadas que restringen semánticamente a su término cabe señalar al calor de, a ras de, a título de o a flor de, entre otras. La última da lugar a la locución adverbial a flor de piel, pero funciona como locución preposicional con una serie de sustantivos —varios de los cuales denotan materias que cabe asociar con una superficie, pero también ciertas partes del cuerpo—:

Los desagües iban llevándose la luna a flor de tierra (Asturias, Presidente); Sacó el monito de trapo de la bolsa negra y lo enterró a flor de arena (Arguedas, J. M., Zorro); Me tropecé con el cuerpo a flor de agua (Sánchez Ferlosio, Jarama); El gordo parece que cogiera ese ritmo de varonil gordura y de carajo a flor de boca (Bryce Echenique, Julius); El cabello suave a flor de tu mejilla, / Su cuerpo duerme o sueña acaso (Cernuda, Realidad); La niebla que se espesaba a ras de suelo desdibujaba sus piernas hasta la altura de las rodillas (Gasulla, Culminación); Los dos jóvenes fueron cultivando una sólida amistad, de aquellas que nacen en la adolescencia al calor de sentimientos y actitudes semejantes y que, por eso mismo, duran toda la vida (Martínez Salguero, Combate); Sin embargo, casi a título de postdata, le cuenta la inquietud que tiene (Gallegos, D., Pasado).

29.6r Las locuciones preposicionales se convierten en adjetivas o adverbiales cuando se restringe tanto su término que queda inmovilizado, como en la citada a flor de piel. Además de contribuir a formar las locuciones adverbiales en olor de multitud (‘con la admiración de muchos’) y en olor de santidad (‘con fama y reputación’), la locución preposicional en olor de admite otros términos. Los grupos preposicionales resultantes no están lexicalizados, por lo que no se suelen incluir como locuciones en los diccionarios. Se trata, en la mayor parte de los casos, de combinaciones infrecuentes creadas con propósitos estilísticos:

Diego había surgido de las profundidades del templo en olor de incienso (García Hortelano, Cuento); Mijail Gorbachov llegó al poder en olor de esperanza (País [Esp.] 2/12/1988); Hace ochenta años del nacimiento de José de Ciria y Escalante, el poeta santanderino muerto en olor de juventud a los veintiún años (ABC 24/12/1983); […] un grupo de personas que se atreve a vivir en olor de eternidad (Sánchez Dragó, Camino).

Se analizan otros aspectos de esta cuestión en los § 13.18, 29.7c y 30.16.

 

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