Sintaxis

29 La preposición y el grupo preposicional

29.3 Otros aspectos sintácticos del grupo preposicional. Problemas de segmentación

29.3a La estructura del grupo preposicional es bastante simple, puesto que consta tan solo de una preposición y un término, al margen de que la estructura de este último pueda ser compleja: [con] [una pequeña ayuda]. Las locuciones preposicionales son agrupaciones de palabras que ejercen en conjunto el papel que corresponde a la preposición, como a causa de o en orden a. Se estudiarán en el § 29.9. Los grupos preposicionales lexicalizados forman locuciones adverbiales (de maravilla en Canta de maravilla), que se analizan en el § 30.16, o bien locuciones adjetivas (de noche en traje de noche), que se estudian en el § 13.18. Las preposiciones aparecen otras veces en sucesiones que se relacionan sintagmáticamente entre sí. Se dedicará a estas correlaciones de preposiciones (como en desde el principio hasta el fin o en de mayor a menor) el § 29.4. Frente a las correlaciones, las secuencias de preposiciones presentan dos o más de estas partículas combinadas de forma consecutiva dentro de un grupo preposicional complejo, como en el ejemplo Paseaban por entre los álamos. Se analizarán estas construcciones en el § 29.5.

29.3b Se ha debatido largamente la relación sintáctica que existe entre las preposiciones y el reducido grupo de adverbios que admiten complementos introducidos por de, tales como dentro, fuera, delante, detrás, antes, después, cerca, lejos, etc. En latín eran preposiciones de acusativo ante ‘ante, delante de’, extra ‘fuera de’, post ‘detrás de’ y otras muchas partículas similares. Este régimen se mantiene en parte en el español medieval, como se hace notar en la Gramática de Nebrija. Tales partículas podían, por tanto, introducir directamente su término nominal, como en estos ejemplos:

E asy las fizo venir delant la virgen todas las otras (López Ayala, Décadas); Desí quel matasse Moisén delant el Señor allí a la puerta de la tienda, e que tomasse de la sangre d’él con el dedo e que los pusiesse sobre los cantos dell altar, e la otra sangre que lo vertiesse cerca los cimientos d’él (Alfonso X, España I).

29.3c En la tradición se han presentado varios análisis de secuencias como delante de la casa. Unos gramáticos analizan esta construcción en la forma [delante de] [la casa], donde el primer segmento es una locución preposicional y el segundo, su término; otros optan, en cambio, por la variante [delante] [de la casa], en la que el primer segmento constituye un adverbio y el segundo, su complemento. Las mismas opciones se presentan con las voces detrás, encima, cerca, enfrente, etc. El segundo análisis tiene la ventaja de que permite explicar la ausencia del complemento que encabeza la preposición de (como en Estaba delante), recuperable contextualmente. Se basa, por tanto, en el supuesto de que es posible omitir el complemento de un adverbio, pero no el término de una preposición.

29.3d En los últimos años, se ha puesto en tela de juicio que el paso de la construcción antigua delant el Señor a la actual delante del Señor constituya en realidad un cambio categorial, es decir, una modificación de la categoría gramatical de la palabra delant(e), que pasaría de preposición a adverbio. De hecho, algunos gramáticos actuales defienden la segmentación [delante] [de la casa], a la vez que consideran que la partícula delante no es adverbio, sino un tipo de preposición que puede omitir en ocasiones su complemento. Este análisis es el que se suele aplicar generalmente a las preposiciones inglesas after o before, entre otras. Desde este punto de vista, la antigua preposición delant coincidiría con las preposiciones actuales del español, o con las citadas del inglés, en mostrar un régimen directo, mientras que la actual preposición delante se construiría con un régimen indirecto, es decir, con complemento introducido por la preposición de genitivo de. En contra de este análisis se ha señalado, sin embargo, que la presencia de posesivos en construcciones como delante mío o cerca suyo (analizadas en los § 18.4n-p) sitúa esos adverbios más cerca de los sustantivos que de las preposiciones.

29.3e La construcción «preposición + de + grupo nominal», que ilustra el régimen llamado indirecto, se documenta de manera ocasional en el español literario de los dos últimos siglos —muy raramente en otros registros—, sobre todo con ante, bajo, sobre y tras. Conviene hacer notar que las preposiciones no admiten en estos casos la omisión de su complemento:

Yo hubiera caminado bajo de esa mirada (Mistral, Desolación); […] para andar pataleando sobre de las baldosas (Güiraldes, Segundo); A lo largo de la fachada de un café se instalaron veladores, ante de los que nos sentamos nosotros (López Haro, Casada); Metieron el hocico en la sepultura, encontrando buena carne tras de una madera ya vencida por el peso de la tierra (Carpentier, Siglo); He estado bajo de ti y tú sobre de mí (Montaño, Cenizas); Señor, temible eres tú. ¿Quién podrá estar ante de ti cuando se encienda tu ira? (Hernández Garrido, Malditos).

Se retoman estas construcciones en el § 29.5.

29.3f El régimen indirecto que muestran los ejemplos del apartado anterior se considera en la actualidad arcaizante. Aun así, como se puede comprobar, se documenta ocasionalmente esta estructura en textos literarios. La preposición más frecuente hoy en este uso es tras, que se emplea con complementos nominales y pronominales, además de con infinitivos:

Tras del cristal empañado la presencia de las máscaras era inútil (Monteforte, Desencontrados); La tremenda lucha de quien, tras de haber estado en la cárcel, busca el apoyo de una sociedad que se lo niega (Palou, Carne).

De hecho, con los pronombres personales y ti, es más frecuente en la lengua actual el régimen indirecto (tras de mí, tras de ti) que el directo (tras mí, tras ti). Las demás preposiciones suelen ser raras en esta estructura, si bien se atestiguan en ocasiones. Se ilustra este esquema con la preposición bajo en los ejemplos que siguen:

Yo he llorado a veces viendo caer la lluvia, otras veces he querido estar lejos en otro país y cuando era pequeña corría y saltaba como esos muchachitos bajo de la lluvia (Mejía Nieto, Relatos); Dado el poder de esas minúsculas cargas que actúan en los 600000 setales de cada seta, una araña puede fácilmente colgar bajo de una hoja o de un muro (Mercurio [Chile] 16/7/2004); Ha lanzado algunas cartas bajo de la manga (Caretas 12/6/1997).

Nótese que tras y bajo no son formas tónicas en esta pauta, lo que sería esperable si hubieran pasado a ser adverbios. En el español general de hoy es mucho más común usar en estos contextos debajo por bajo, encima por sobre y delante por ante. Sobre otros aspectos de la combinación de preposiciones, véase el § 29.5.

29.3g Es habitual incluir en el repertorio de locuciones preposicionales expresiones como al borde de, a la izquierda de, por encima de y otras muchas similares que deben repetirse, sin la preposición de, en el paradigma de las locuciones adverbiales: al borde, a la izquierda, por encima, etc. El análisis esbozado en los apartados anteriores evita esta duplicación de categorías, ya que el segundo segmento de [al borde] [de la mesa] puede considerarse el complemento de la locución adverbial al borde. Como dicho com plemento es omisible en ciertos contextos, la expresión al borde de no se reconoce en este análisis como segmento sintáctico como en: Se acercaron al barranco pero se mantuvieron al borde o en Alberto y el Jaguar se sentaron al borde. Gamboa arrastró su silla y la colocó frente a ellos (Vargas Llosa, Ciudad). El problema de segmentación apuntado se extiende a otras muchas locuciones que se describirán en los § 29.9o-t.

29.3h No es frecuente que las gramáticas sopesen las ventajas y los inconvenientes de cada una de las opciones que se mencionan. De los textos de algunos gramáticos clásicos parece desprenderse que la duplicación a la que se ha hecho referencia resulta inevitable. Otros hacen notar expresamente que la presencia obligatoria del complemento es un rasgo definitorio de la clase gramatical de las preposiciones, pero no de la de los adverbios. Este análisis permite la segmentación [dentro] [de la casa] y excluye [dentro] [de dos días], frente a [dentro de] [dos días], ya que de dos días no puede omitirse en este último caso. Entre los gramáticos que apoyan la existencia de preposiciones sin término expreso se defiende a veces el primer análisis con el argumento de que se admiten en español coordinaciones como dentro [de un día o de dos], que el segundo análisis no alcanza a explicar, ya que se estarían coordinando dos términos preposicionales, como el primer análisis defiende. Aun así, el criterio de la coordinación es polémico, como se hará notar en el § 29.9h. En el mismo sentido, las segmentaciones [lejos] [de la ciudad] y [lejos de] [amilanarse] tienen la ventaja de que prevén el que pueda omitirse —en el contexto adecuado— el segundo segmento en el primer ejemplo (es decir, de la ciudad) y el que la supresión no se acepte en el segundo caso, ya que el término de una locución preposicional no se puede omitir. La segmentación [lejos] [de amilanarse] no prevé esta notable diferencia, pero en cambio permite mantener la relación estrecha que existe entre los dos significados de la palabra lejos. Como en el caso de dentro, esta diferencia entre las dos maneras de segmentar no se ve apoyada por la coordinación de complementos: lejos de asustarse o de amilanarse.

29.3i En esta obra se mantiene la distinción tradicional entre preposición (ante, bajo…) y adverbio (delante, debajo…) en los casos polémicos citados y en otros similares, pero se hace notar en los apartados correspondientes que los adverbios locativos y temporales que se mencionan presentan muchos puntos en común con las preposiciones. No se introducirán, en cambio, duplicaciones como al borde ~ al borde de; dentro ~ dentro de; lejos ~ lejos de; por encima ~ por encima de, etc., para las que no parecen existir argumentos sintácticos suficientes, y se entenderá que las locuciones adverbiales pueden tener o no complemento, al igual que los adverbios. En los § 30.1b y ss. se indica que en los estudios gramaticales contemporáneos gana terreno la idea de que la considerable heterogeneidad de la noción de ‘adverbio’ y el tan escaso número de generalizaciones que se aplican a todos ellos conjuntamente son factores de peso que no sitúan esta clase de palabras entre los instrumentos más útiles —y, por tanto, de mayor capacidad explicativa— que hemos heredado de la gramática clásica. Aun así, se hará aquí uso de ella y se explicarán las diferencias gramaticales que existen entre sus numerosas variedades.

29.3j En el § 29.3a se mencionaron tres tipos de grupos sintácticos complejos formados con preposiciones: locuciones, correlaciones y secuencias. A esas construcciones cabe añadir otras, algo menos frecuentes, que dan lugar a grupos sintácticos igualmente complejos. Así, el término de la locución preposicional a razón de está formado por un grupo sintáctico cuantitativo al que se añade otro distributivo. En los ejemplos siguientes se subraya el primero con trazo discontinuo y el segundo con trazo continuo:

El resto de mis haberes no cobrados serán distribuidos asimismo a los maestros de escuela, a los maestros y aprendices músicos, a razón de un mes de sueldo a cada uno (Roa Bastos, Supremo); […] un hombre que anduviese a gatas a razón de dos kilómetros por hora (Jardiel, Exceso); Usted compró ese terreno, es decir, se lo adjudicó por una deuda, a razón de doscientas y tantas pesetas la fanega (Galdós, Purgatorio); En dos meses y medio, a razón de doce horas diarias, memorizó 300 raíces y 4000 palabras (Chavarría, Pica).

De este modo, la fanega significa ‘por cada fanega’ en el ejemplo de Galdós.

29.3k El grupo sintáctico cuantitativo expresa, en las oraciones presentadas en el apartado precedente, la magnitud que corresponde a cada una de las unidades de medida que se mencionan en el grupo distributivo. La preposición a da lugar a grupos nominales complejos similares a estos:

La mayor fama del poeta tinajero se debe a ese romance, escrito en cincuenta décimas que a diez versos por décima hacen quinientos versos (Morón, Gallo); Andrés tiene 25 pesetas […]. Con ese dinero se compra caramelos, a 15 pesetas cada uno (Martínez Montero, Didáctica).

Estas construcciones se caracterizan, por tanto, por el hecho de que la preposición no introduce en ellas un solo grupo nominal como término: a [15 pesetas] [cada uno]; a [diez versos] [por décima], etc.

29.3l En un número relativamente reducido de contextos, los grupos preposicionales admiten modificadores —normalmente antepuestos, aunque no en todos los casos—. Suelen ser de tres tipos:

1. Adverbios o locuciones adverbiales que expresan precisión o aproximación, como en exactamente por esa razón.

2. Grupos cuantificativos de medida, como en dos metros sobre el nivel del mar.

3. Adverbios de cantidad o de grado, como en muy hacia el sur.

A estos modificadores se agregan otros adverbios que pueden preceder a casi cualquier grupo sintáctico, como son los de inclusión y exclusión: incluso, hasta, aun, etc. (§ 40.8 y 40.9). En los apartados siguientes se describirán los principales rasgos que caracterizan a cada uno de los tres grupos mencionados.

29.3m Pertenecen al primero varias expresiones adverbiales que focalizan y hacen más preciso el contenido del grupo preposicional, muy frecuentemente locativo o temporal. Se forman así grupos preposicionales complejos como los que se subrayan en estos ejemplos:

La punta de la navaja volvió a incidir en la garganta, justo bajo la yugular (Martín Vigil, Defensa); Lo alcanzan los hombres […] de los que llevaba huyendo desde 1938, exactamente desde la noche del 15 de marzo (Muñoz Molina, Sefarad); Sentía, ineludible, el índice tieso que le apuntaba sin vacilar, a él, precisamente a él (Ayala, Usurpadores); Puede ser también consecuencia de los problemas que le afectan desde hace días, concretamente desde que conoció el contenido de la hoja amarilla (Casares, Dios); Intuyó confusamente que el mal olor procedía de la escudilla, en concreto de la materia irregular que esta contenía (Somoza, Caverna).

29.3n Los modificadores a los que se alude en el apartado anterior se encuentran a veces pospuestos. Puede decirse, en efecto, exactamente por esa razón y también por esa razón exactamente. Asimismo, es habitual posponer otros adverbios o locuciones adverbiales, como el que se subraya en este ejemplo: Los valencianos han echado el resto anunciándola por toda la ciudad —en carteles impresos y pegados por Levantina justamente— con palabras grandiosas (Molina Foix, Quincena). Los adverbios pueden incluso interrumpir los elementos que forman una locución preposicional, como en Pero yo, a causa precisamente de mi orfandad, era muy pobre (Mujica Lainez, Ídolos), lo que muestra que los segmentos que forman estas locuciones pueden gozar de cierta independencia sintáctica. Otras veces, los modificadores del grupo preposicional presentan como aproximado el contenido de ese grupo sintáctico, hecho que se observa en Llegó casi hasta la puerta; Te están esperando por lo menos desde las nueve. También las locuciones al menos, más o menos y por lo menos admiten este uso, si bien pueden ir introducidas por alguna pausa, como en desde el día cuatro, por lo menos.

29.3ñ El segundo de los grupos mencionados en el § 29.3l corresponde a las expresiones cuantificativas de medida, más en concreto a los grupos nominales cuantificados constituidos por sustantivos que expresan ese concepto aplicado a determinada ubicación u orientación, como en dos kilómetros al sur. El grupo preposicional en su conjunto denota aquí un lugar o una dirección que se delimita a partir de cierto punto cuya referencia expresa el término de la preposición. Las preposiciones que admiten con mayor frecuencia grupos sintácticos de medida como modificadores son, fundamentalmente, a —como en el ejemplo que se acaba de mencionar—, sobre (dos metros sobre el nivel del mar), bajo (varios pies bajo las aguas) y hacia, como en Se encuentra varios kilómetros hacia el interior (País [Esp.] 11/7/1980). Cabe asimilar a este grupo las locuciones preposicionales a la derecha de, a la izquierda de, por encima de y por debajo de, entre otras, si bien ello está en función de que se acepten o no como locuciones, tal como se explicó en los § 29.3g-i. Los ejemplos siguientes ilustran esta construcción:

Las aguas se encuentran actualmente tan solo cincuenta metros por debajo de Trafalgar Square (Vanguardia [Esp.] 16/10/1995); Veinte centímetros a la derecha de los vivos y otros veinte a la izquierda de los muertos, dos metros bajo el cielo raso y cuatro sobre los géiseres del infierno, con una sonrisa de estuco y la conciencia al negro vivo, la Abuela Altagracia [...] dormía y soñaba entre todos sus vivos (Paso, F., Palinuro). Un caballo que caminó unos 20 metros a la izquierda de donde estaba usted (Chao, Altos).

Se hará notar en los § 29.9e, g que el hecho de que se admitan posesivos como sustitutos en algunas de estas construcciones (a la derecha del puente > a su derecha) las excluye para algunos gramáticos —no para otros— del paradigma de las construcciones preposicionales. Las expresiones cuantificativas de medida son un tanto infrecuentes aplicadas a cómputos temporales (diez mil años hacia atrás), ya que existen otras construcciones que expresan esos significados (hace diez mil años: § 24.6).

29.3o El grupo 3 del § 29.3l corresponde a los adverbios de grado. Así, el adverbio subrayado en Alguien, alguna vez, le había hablado de que, muy al norte, se estaba librando una guerra (Vázquez-Figueroa, Tuareg) expresa la existencia de una distancia considerable entre el lugar en que se habla y otro no expresado que se sitúa en la dirección de cierto punto cardinal. En cambio, en el ejemplo En las naciones latinas fue, además, muy desde sus comienzos, poderoso auxiliar de la revolución (Menéndez Pelayo, Heterodoxos), se enfatiza con el adverbio de grado el punto de origen o de arranque de un estado de cosas, lo que también se consigue con el adjetivo mismo en una de sus interpretaciones (§ 13.11a y ss.): desde sus mismos comienzos. El elemento graduado parece ser otras veces el término de la preposición, más que el grupo preposicional en sí mismo. De este modo, en No quiso agacharse sino mirar muy desde arriba el cuerpo en el suelo emporcado (Onetti, Viento), se expresa un significado similar al que tendría la variante desde muy arriba. Para alternancias del tipo con solo una mano ~ con una mano solo, véase el § 40.9g.

29.3p En general, los grupos preposicionales que funcionan como predicados admiten adverbios de grado al igual que los adjetivales o los adverbiales. Puede, pues, graduarse la medida en la que algo o alguien está ubicado en relación con otra persona u otra cosa, como sucede en los ejemplos que siguen (recuérdese, de nuevo, que es polémica la segmentación de las secuencias formadas con estas partículas):

Siento su cuerpo muy al lado del mío (Sampedro, Amante); Todos van muy por encima del suelo (Chacel, Barrio); Se levanta, sostenida por abruptos cerros, muy sobre el nivel de las otras circunstantes tierras africanas (Valera, Morsamor); Acusa a las autoridades sanitarias de ir muy por detrás de las investigaciones que se están realizando (Mundo [Esp.] 1/5/1997).

Está también sujeta a gradación la medida en la que una persona o una cosa se opone a otra, como muestran estos grupos preposicionales:

Muy contra los deseos y los consejos de sus amigos de Tlaxcala, Cortés llevó a su ejército por Cholula en su marcha hacia Méjico (Madariaga, Corazón); […] la verdadera naturaleza de su petición, a la que se vio empujado muy contra su voluntad (Benet, Saúl).

29.3q No parecen admitir grados ciertos grupos preposicionales de significación espacial que expresan coincidencia o contacto: *La bandeja está muy sobre la mesa; *Vive muy en este barrio desde hace años o *El cuadro está apoyado muy sobre la pared. Los usos figurados de los grupos preposicionales locativos aceptan con mayor facilidad la gradación, como en Vive muy en las nubes, o en los ejemplos siguientes:

Da una luz en el conocimiento tan sobre la que podemos alcanzar, que le hace quedar absorto (Santa Teresa, Moradas); Muy sobre los estribos ha de andar el que quisiere sustentar dos horas de conversación sin tocar los límites de la murmuración (Cervantes, Coloquio); Tenía […] una hoja de la yedra y una rosa. Los ojos tan hacia su pensamiento que aun a los que tenía delante no vía (Zabaleta, Día); Es este barrio ruin lo que nos obliga a poner unos precios muy por debajo de la categoría del establecimiento (Mendoza, Ciudad).

Estas diferencias ponen de manifiesto que, cuando los estados físicos que denotan posición o ubicación se reinterpretan figuradamente, designan a menudo propiedades asimilables a las que expresan los adjetivos calificativos. Tiene interés, en el mismo sentido, el que los complementos preposicionales que indican posesión o pertenencia (de Héctor) permitan gradación cuando admiten paráfrasis con propio o característico, como en muy de él ~ muy propio de él, o en Era muy de Héctor eso de ofrecer sus amigos al muerto que estaba solo (Galeano, Bocas). Véase también, en relación con este uso, el § 37.3i. Los cuantificadores comparativos están menos restringidos que otros modificadores gradativos en construcciones similares a estas.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
régimen

 

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