Sintaxis

23. El verbo (I). Tiempo y aspecto. El aspecto léxico. Los tiempos del modo indicativo

23.5 El presente (canto) (I). Caracterización deíctica. Los presentes generalizadores

23.5a El presente expresa la coincidencia de la situación designada con el acto verbal en el que se emite un enunciado, como en El delantero sale al terreno de juego, dicha en el momento en que se produce ese suceso. No obstante, esta interpretación estricta del presente (presente puntual, para algunos autores; actual o momentáneo, para otros) es relativamente poco común, sobre todo porque el punto de la enunciación es, en sentido estricto, un instante, mientras que los hechos o los estados de cosas que se expresan con este tiempo verbal no tienen por qué ser momentáneos. El presente puntual es característico de las situaciones en las que se hace referencia a sucesos que se presencian y que, por ello, tienen lugar a la vez que son narrados o reportados.

23.5b Otro uso común del presente puntual es el que otorga fuerza ilocutiva a los verbos realizativos. Como se explica en los § 42.2a, b, la oración Te lo prometo constituye una promesa (a diferencia de Te lo prometí; Te lo he prometido, o Te lo prometeré), en especial si se usa como enunciado independiente. Se obtiene el valor ilocutivo que proporciona el presente en los ejemplos que siguen, que contienen asimismo presentes de indicativo en primera persona:

Mándote que vayas con ellas fata dentro en Carrión (Cid); De acuerdo, acepto todas tus condiciones (Andrade, Dios); Hijos míos… os declaro marido y mujer (Dragún, Violador); Te digo yo que es cierto (Quiroga, Sangre); Muchas gracias, señorito Fernando… Yo le aseguro al señorito que… (Jardiel, Eloísa).

El valor ilocutivo de estos presentes se extiende a las pasivas reflejas (por tanto a las terceras personas: Se prohíbe fumar), así como a algunos usos de la segunda persona (Estás despedido). El presente no mantiene, en cambio, el valor ilocutivo del acto verbal en las oraciones negativas (§ 42.2g), como en No te lo prometo o en Pues verás, el café no es muy bueno. No te lo garantizo (Sánchez Ferlosio, Jarama).

23.5c El presente es el tiempo verbal con el que se introducen de forma prototípica propiedades o estados característicos de personas o cosas: El músculo necesita que la insulina facilite el transporte de la glucosa (Palavecino, Nutrición). No se habla en esta oración de un momento particular en el que cierto músculo necesita algo, sino que se expresa esa necesidad como característica suya. Esta es una de las formas en que se manifiesta el presente genérico o generalizador, cuyas variedades se detallarán en los § 23.5g y ss. Se trata de un uso del presente solo indirectamente deíctico. No existe, de hecho, acuerdo entre los gramáticos acerca de si el presente de valor genérico carece por completo de anclaje temporal, como sostienen unos, o bien está anclado en una situación continua de límites imprecisos que contiene el momento del habla, como prefieren otros. Según el primer análisis, ciertos usos de los tiempos carecen por completo de propiedades referenciales, lo que exige redefinir la noción misma de ‘tiempo verbal’; en el segundo, el anclaje del presente se produce en una línea ilimitada (un “plano abstracto” para otros autores). Ello produce la impresión de que carece por completo de vínculo deíctico. Se retomará esta cuestión, largamente debatida por lingüistas y filósofos, en los § 23.5g y ss.

23.5d Frente al uso de necesita que se acaba de ilustrar, el que aparece a continuación muestra cierto estado episódico, es decir, una necesidad temporal limitada a cierta circunstancia particular: Pero claro, él necesita justificarse con este asunto de la madre (Martín Gaite, Fragmentos). En este caso, es clara la naturaleza deíctica del presente. Aun así, la necesidad que se manifiesta en este último ejemplo no coincide de modo exacto con el momento del habla. El presente de necesita no es, por tanto, puntual (en el sentido de ‘restringido a un punto’), sino que indica, más bien, que el momento del habla está contenido o incluido en cierto intervalo indeterminado. Este uso del presente se interpreta deícticamente en relación con el momento del habla, pero no es momentáneo. Ha sido denominado presente continuo por algunos gramáticos, actual por otros, y presente ampliado o extendido por otros autores. Es característico de los predicados atélicos, como se pone de manifiesto en los siguientes ejemplos:

[…] estas modas malditas que traen ahora trastornados a los pueblos (Galdós, Episodios); Algo me hace falta, el café no me sabe a café, me estorban las enaguas y el pelo me lo quiero cortar (Freidel, Árbol); […] la misma casa donde Rosalinda ahora vive con la tía (Santiago, Sueño).

No es posible saber, fuera de contexto, cuál es la extensión temporal de las situaciones que aquí se describen, a pesar de que todas son deícticas. El adverbio ahora —que se rechazaría en el ejemplo del § 23.5c relativo a cierto músculo— aparece en dos de estos ejemplos, pero no significa en esas oraciones ‘en el preciso momento en que estoy hablando’, sino más bien ‘en la actualidad, en estos tiempos, últimamente, en la situación actual’.

23.5e Entre el presente puntual y el continuo, o alternando con ellos, se sitúa el llamado presente progresivo, que se emplea para hacer referencia a situaciones de muy diversa extensión temporal que se hallan en curso en el momento de la enunciación. En estos casos, se obtienen alternancias entre canto y estoy cantando, como se explicó en el § 23.2l:

—Bueno, pero ¿qué pasa? —Es que Arturo se ha vuelto loco (Ekaizer, Vendetta); Ya me canso de estar aquí sentado; me voy a tránsito (Morales, A., Verdad); No me molestas. Vamos, entra (Somoza, Caverna); ¡Suéltame, animal, me haces daño! (Parrado, Muerte).

Así pues, en el último ejemplo, me haces daño equivale a me estás haciendo daño.

23.5f Los predicados de estado no denotan situaciones sujetas a un curso, puesto que no son dinámicos (§ 23.3x). Aun así, algunos de ellos se aceptan con la perífrasis «estar + gerundio». Se obtienen así los valores que se señalan en el § 28.12m, como en Estás teniendo mucha suerte; Me está faltando dinero. Frente a estos casos, la diferencia entre necesito y estoy necesitando, o entre viven y están viviendo, no va más allá de enfatizar la perentoriedad de lo que se expresa o la intensidad de lo que se experimenta, como en La puerta {necesita ~ está necesitando} una mano de pintura o en estos otros ejemplos:

Lo que estoy necesitando comunicarles es que vivir siempre en los límites con lo desconocido, como nosotros vivimos, nos torna creativos a la fuerza (Geller, Mujer); Se asentaron ilegalmente allí y están viviendo en carpas desde hace varios meses (Tiempos 11/10/2001).

La equivalencia entre el presente de indicativo (canto) y la perífrasis progresiva (estoy cantando) se favorece con otros predicados atélicos si la situación descrita aparece limitada en su origen:

Te {espero ~ estoy esperando} desde las once;

{Repito ~ Estoy repitiendo} el ejercicio desde hace horas.

En todos estos casos resulta más natural la variante con la perífrasis verbal. Véase también sobre estas cuestiones el § 28.12.

23.5g En los apartados precedentes, se ha comprobado que el presente puede estar anclado en un punto o en una línea temporal de mayor o menor extensión. Puede incluso no estar anclado en absoluto, como se sostiene en una de las opciones en la polémica relativa a la interpretación de los presentes genéricos. Es posible considerar en conjunto presentes genéricos o generalizadores varios usos del presente que están próximos por su valor semántico, aunque muestran algunas diferencias apreciables. Uno de ellos es el llamado presente habitual o cíclico, que alude a situaciones repetidas:

Se levanta muy temprano, medita, desayuna, lee los diarios, recibe a sus ministros, almuerza frugalmente, lee algún libro en francés quizá como homenaje a la institutriz francesa que le enseñó el idioma (Leguineche, Camino).

23.5h Las expresiones adverbiales siempre, habitualmente, por lo general, de ordinario y otras similares son cuantificativas y tienen, por tanto, la capacidad de inducir la multiplicación de los eventos. Aunque no aparecen en el ejemplo que se destaca en el apartado anterior, suele aceptarse que se sobrentiende su contenido, de forma similar a como en Por lo general, un buen libro te ayuda a pasar una tarde, la expresión adverbial subrayada puede omitirse, y aun así permite —junto con el presente— que un libro y una tarde no se refieran a entidades particulares (§ 15.8). El texto de Leguineche que se cita en el apartado anterior informa, pues, de que las acciones que allí se mencionan tienen lugar en un número indeterminado, pero probablemente elevado, de ocasiones a lo largo de cierto período. En los ejemplos que siguen aparecen presentes habituales con adjuntos temporales que expresan ese mismo significado. Se subrayan con trazo discontinuo:

Poco vale la riqueza sin la sabiduría, y de ordinario andan reñidas (Gracián, Criticón II); Generalmente, el chofer del Director de Gobierno es un asimilado a Investigaciones, don Cayo (Vargas Llosa, Conversación); Son tan amigos del alma que todo lo hacen siempre juntos (Ramírez, Baile); Todos los días de la semana, por ejemplo, el matrimonio del noveno segunda se tira los trastos a la cabeza. Empiezan a discutir a las siete y media de la mañana, cuando se levantan y la mujer pone la cafetera en el fuego, y acaban una hora más tarde (Tomeo, Mirada).

Existen, asimismo, ciertos factores semánticos en el predicado que favorecen la interpretación iterativa o habitual del presente, y también de otros tiempos imperfectivos. Se analizarán en los § 23.12c y ss.

23.5i El significado del adverbio cuando cambia de forma notable en pares como Cuando te veo ~ Cuando te vi, como efecto inmediato del aspecto verbal. Este adverbio equivale a ‘siempre que’ o a ‘cada vez que’ en Cuando te veo (también en Cuando te veía, con otro tiempo imperfectivo), mientras que significa ‘en el momento en que’ en la variante Cuando te vi, con un tiempo perfectivo. En el primer caso, el adverbio cuando es un inductor de genericidad, y por tanto de la interpretación habitual del presente veo. El adverbio cuando significa también ‘cada vez que’, como se comprueba en el texto siguiente: ¿Qué hacer cuando un profesor descubre que uno de sus alumnos consume droga en el salón de clases? (Tiempo [Col.] 6/9/1996). Induce, pues, en esta oración, tanto la interpretación inespecífica de un profesor (que alterna con ‘cualquier profesor’: § 15.8j) como la interpretación habitual del presente descubre. En uno y otro caso, la estructura cuantificativa obtenida permite entender que no se presenten aquí eventos particulares, aun cuando un profesor y uno de sus alumnos hagan referencia aparentemente a un solo individuo, y descubre, a una sola acción. Se obtiene un resultado similar en el siguiente texto, en el que se coordinan un presente y un pretérito perfecto compuesto:

Frecuentemente, un enfermo que ha padecido o padece un cáncer consulta, sobre todo al médico de cabecera o especialista en neumología u oncología (Castro / Vilches / González, Toxicidad).

23.5j Otra variante del presente generalizador es el llamado presente caracterizador o descriptivo. Se llama así al que aparece en los predicados que muestran propiedades de las personas o las cosas, como en Caracas es la capital de Venezuela. He aquí otros ejemplos de este uso:

La ventana da a un patio casi negro (Cortázar, Reunión); La tierra es fértil, el agua limpia, el aire da vida, el fuego purifica (Hernández, L., Trovadores); En Chiloé el uso de colores tiene un antiguo significado religioso y de respeto (Lux, Chile); Por el Sur, la vista alcanza hasta las cresterías de la Pedriza (Pliego, Excursiones); Soy pobre, pero no envidio a la gente que vive con más comodidades que yo (Ocampo, Cornelia).

En estas oraciones no se expresan hábitos (es decir, sucesos repetidos), sino propiedades o características de alguien o de algo. Los inductores de genericidad coinciden, en gran parte, con los mencionados en los apartados anteriores, como en Siempre es amable con todos o en Los tres meses de verano son, por lo general, rigurosamente secos (Benet, Región).

23.5k Los hábitos se convierten con facilidad en propiedades, como en Dice fumar poco y en otros complementos de infinitivo similares mencionados en el § 23.4n. Designan asimismo situaciones repetidas, e indirectamente características de alguien, los presentes subrayados en estos ejemplos:

Tus últimas películas tienen siempre alguna referencia al judaísmo (Tiempo [Col.] 7/4/1997); El vecino de la derecha pone la televisión a todo trapo, el de la izquierda le grita a su mujer desde que se levanta, el jardín está lleno de caniches y en la piscina los niños del subdirector del Banco de Santander se hacen pis en el agua (Marsillach, Ático).

Algunos autores prefieren restringir el presente caracterizador a las clases de individuos, en lugar de extenderlo a los seres particulares, como en Las golondrinas vuelan bajo. Aunque la predicación que esta oración manifiesta no afecta a cierto grupo de golondrinas, sino a la clase de las golondrinas, debe tenerse en cuenta que las propiedades de las clases de entidades pueden estar sujetas igualmente a variación temporal, como en Antiguamente los pantalones no llevaban bolsillos (Tiempo [Col.] 1/7/1989). El presente caracterizador o descriptivo se usa a menudo con los predicados de actitud proposicional (creer, pensar, etc.) y con los que expresan sentimientos, sensaciones y otras muchas formas de reaccionar que pueden definir una actitud o informar de la personalidad de alguien:

No soporto el ruido de los autos, los pitos, los taladros […]. Odio también las luces potentes y los reflectores. Detesto estar sentado en un restaurante o en una cafetería […]. Otra cosa que no aguanto es la lentitud (Mendoza, M., Satanás).

23.5l Con el llamado presente gnómico se enuncian verdades atemporales o universales. En afirmaciones como El hombre es mortal, Dos y dos son cuatro o La Tierra gira alrededor del Sol no se vincula lo afirmado con el momento del habla. No se indica, pues, que esas situaciones son ciertas solo ahora (es decir, en el momento de emitir esas palabras), sino que lo son siempre. Aunque tales oraciones no se subordinan a una expresión adverbial que exprese repetición, cabe sobrentender en ellas otras con el sentido aproximado de ‘en toda circunstancia’ o ‘en cualquier contingencia’. El presente gnómico (del adjetivo latino gnomĭcus, y este del gr. gnōmikós ‘sentencioso’) es característico de los refranes, como en A quien madruga Dios le ayuda, y en general de las afirmaciones categóricas. Aun así, es importante tener en cuenta que la posible verdad o falsedad de estos asertos es independiente del valor gramatical que corresponde en ellos al presente. De hecho, muchas creencias y juicios de valor se integran en este grupo, aun cuando solo representen el punto de vista del que los sostiene:

El mundo se maneja con un cilindro de caucho que cabe en la mano; girando apenas a la derecha, todos los árboles son un solo árbol tendido a la vera del camino (Cortázar, Armas); La salsa no se canta, se come (Obligado, C., Salsa); […] y eso las plantas lo agradecen, el que uno se preocupe por ellas (Sánchez Ferlosio, Jarama).

El presente gnómico está muy próximo al caracterizador. Si bien la gramática distingue sintácticamente los predicados inherentes o caracterizadores (Luis es inteligente) de los episódicos (Luis está enfermo), como se explica en el § 37.7d, no puede especificar cuáles de los primeros están sujetos a posible variación temporal o circunstancial (Es una persona muy amable, pero solo en la oficina; Era muy inteligente de niño) y cuáles describen situaciones que se dan en toda circunstancia: Los cuásares no tienen naturaleza estelar (Ciberpaís 20/3/2003).

23.5m Muchas oraciones genéricas contienen complementos de tiempo o de manera que introducen formas de supeditar a ciertas circunstancias la generalización introducida. Así, en Esta deficiente acción de la insulina se agrava con el sobrepeso (Carabobeño 1/2003), se dice que, si existe sobrepeso, se agrava —o se agrava necesariamente— la acción de la insulina (sobre el valor condicional de la preposición con véase el § 29.7h). Los períodos condicionales son característicos de estos usos de los presentes genéricos. Si p, entonces q da lugar a la inferencia Si p, necesariamente q, donde se subraya el inductor de genericidad: Como bien señalan, si una mujer decide separarse, corre el riesgo de quedarse sola con la carga de su familia (Fuller, Dilemas).

23.5n No es de extrañar que contengan presentes gnómicos muchos enunciados normativos, sean impersonales o no. En estos casos, cabe sobrentender verbos auxiliares de necesidad o de obligación, lo que da lugar a alternancias como Las plantas no se {riegan ~ deben regar} cuando les da el sol o Les voy a demostrar cómo se le {educa ~ debe educar} a un hijo (Diario Yucatán 21/1/1997). Contrastan en el mismo sentido La “í” de “prohíbe” se acentúa, con una pasiva refleja, donde el presente gnómico introduce una norma o una obligación, y La soledad se acentúa como el otoño después del verano (Ruffinelli, Infamias), con verbo pronominal, donde el presente describe cierto proceso.

23.5ñ Las descripciones de estados de cosas se suelen asimilar a los enunciados normativos cuando se habla de actuaciones conscientes o voluntarias. Es, por tanto, difícil de distinguir lo que se hace habitualmente de lo que se debería hacer en condiciones normales. De hecho, el sustantivo norma alude tanto a hábitos como a reglas o preceptos. Así, las recetas de cocina explican formas habituales o establecidas de preparar alimentos (rasgo del presente habitual), pero también ofrecen instrucciones para realizar esa preparación (rasgo del presente gnómico en los enunciados normativos): Cuando hierve, se le añade un poco de sal y harina (Vergara, Comer).

23.5o Como se ha visto, entre los presentes genéricos cabe establecer algunas distinciones que pueden neutralizarse en ciertos contextos. Una propiedad común de todos ellos es el hecho de que, cuando aparecen en una subordinada sustantiva o relativa con verbo en pasado, dan lugar a la denominada lectura de doble acceso temporal (abreviadamente, de doble acceso). Esta interpretación se caracteriza, como se explica en los § 24.8p y 24.9a, por el hecho de que el estado de cosas descrito en la oración subordinada es válido tanto en el punto de la línea temporal señalado por la oración principal como en el momento de la enunciación:

Don Wifredo la consideraba tan bonita como los ángeles que acompañan en su duelo a Nuestra Señora de las Angustias (Galdós, Episodios); El poeta peruano César Vallejo decía que nadie sabe cuán inmensas cantidades de dinero cuesta ser pobre (Teitelboim, País); Pensaba con razón que el caballo sabe a veces más que el hombre (Alegría, Mundo).

Así, el presente acompañan del ejemplo de Pérez Galdós se puede vincular tanto al tiempo en que don Wifredo hacía su consideración como al momento actual o, incluso, a cualquier tiempo, lo que caracteriza a los presentes genéricos.

23.5p Muchos de los usos del presente que se describen en los apartados anteriores pueden alternar con otros tiempos, como se hará notar en los apartados correspondientes. El valor ilocutivo del presente no se traslada a otras formas, pero la mayor parte de los restantes usos de este tiempo verbal admiten esa posible extensión. El hecho de que el presente sea, como el imperfecto, un tiempo verbal imperfectivo, permite que las consideraciones hechas en esta sección se extiendan a ese otro tiempo en gran número de contextos que muestran propiedades o características de personas o cosas:

Bergen era la capital de Noruega; Los antiguos creían que el Sol giraba alrededor de la Tierra; Cuando hervía, se le añadía un poco de sal y harina; La ventana daba al norte, etc.

Se retomará este punto en el § 23.10e. El pretérito perfecto compuesto (he cantado) admite, al igual que el presente, usos generalizadores, como en Cuando lo he necesitado, lo he encontrado23.7j). El pretérito perfecto simple es el más restrictivo de los tres en los contextos generalizadores, pero es compatible con ellos para los hablantes que admiten tanto Siempre que llovió, salió luego el sol como Siempre que ha llovido, ha salido el sol. Sobre la distribución geográfica asociada con esta distinción, véanse los § 23.7b, c.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
(modo) indicativo, presente de indicativo

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Sobre la NGLE

Índice general

Sintaxis

cerrar

Buscador general de la RAE