Introducción

3. La ortografía del español

3.3. Constituyentes del sistema ortográfico del español

El sistema ortográfico que hace posible la representación escrita del español está constituido por una serie de signos y recursos gráficos, y por el conjunto de normas que determinan su valor y regulan su empleo. Estos signos y recursos gráficos —muchos de los cuales son compartidos, con la misma o diferente función, por los sistemas de escritura de otras lenguas— son los siguientes:

• Un abecedario de veintisiete letras o grafemas distintos, en su mayoría heredados del alfabeto latino, cuya función es representar los fonemas o sonidos distintivos de la lengua oral.

• La doble figura minúscula y mayúscula que cada uno de esos grafemas puede adoptar, y que tienen claramente diferenciados en nuestro sistema sus funciones y contextos de uso.

• Dos signos diacríticos supraescritos, que, colocados sobre grafemas vocálicos, son señal de algún rasgo o valor distintivo: por un lado, la tilde (ʼ), que indica que la sílaba a la que pertenece la vocal sobre la que se escribe es la que porta el acento prosódico de la palabra; y, por otro, la diéresis (¨), cuya función es señalar que la u sobre la que aparece no forma parte del dígrafo gu, sino que tiene pleno valor fónico y debe pronunciarse.

• Un grupo limitado de signos de puntuación, con una función genérica que cabría calificar de demarcativa, puesto que delimitan las unidades de sentido. Sirven, según los casos, para marcar los límites entre los diversos enunciados y sus constituyentes (como hacen el punto, la coma, el punto y coma o los dos puntos); para indicar las modalidades oracionales básicas enunciativa, interrogativa y exclamativa (como corresponde asimismo al punto y a los signos de interrogación y de exclamación); para reflejar la omisión de parte del enunciado (como en el caso de los puntos suspensivos), o para enmarcar determinados elementos o fragmentos del texto con diferentes propósitos (como es propio de las comillas, los paréntesis, las rayas o los corchetes).

• Un conjunto abierto de signos auxiliares (guion, barra, llave, apóstrofo, asterisco, etc.), de muy diverso valor y función.

• El espacio en blanco, recurso esencial que cumple la función primaria de determinar los límites de la palabra gráfica, pero que también separa visualmente otras unidades lingüísticas mayores, como los enunciados o los párrafos, y desempeña un papel importante en la adecuada colocación y distribución de los distintos elementos del texto escrito.

• También es un recurso propiamente gráfico la posibilidad de representar de forma abreviada determinadas expresiones lingüísticas simples o complejas (a través de abreviaturas y siglas) o conceptos de carácter científico-técnico (a través de símbolos, normalmente de validez internacional). Cabe mencionar aquí las cifras o símbolos numéricos, de los que usamos dos series, con distintas funciones: la arábiga y la romana.

A explicar las normas que regulan el empleo de estos signos y recursos, todos ellos presentes en la escritura del español, sea manual o mecánica, se dedican diferentes capítulos en esta ortografía, fundamentalmente en la primera parte, la que se ocupa de la descripción de nuestro sistema ortográfico. Todo ello se complementa, en la segunda parte, con varios capítulos dedicados a explicar la correcta escritura de ciertos tipos de expresiones concretas que suelen plantear dudas ortográficas a los hablantes, como los préstamos de otras lenguas (extranjerismos y latinismos), los nombres propios (antropónimos y topónimos) y las expresiones numéricas. Además, a lo largo del texto se ha ido incorporando, donde se ha estimado conveniente, aquella información ortotipográfica considerada de interés general, cuyo conocimiento es hoy necesario para cualquiera que utilice medios mecánicos de escritura y herramientas informáticas específicamente diseñadas para la composición y la autoedición de textos.

     

    Ortografía de la lengua española
    Real Academia Española © Todos los derechos reservados

    cerrar

    Buscador general de la RAE