CAPÍTULO VII. La ortografía de los nombres propios

2. Antropónimos

2.1. Antropónimos españoles

2.1.5. Seudónimos, sobrenombres, alias y apodos

Generalmente, los seudónimos, sobrenombres, alias y apodos son denominaciones motivadas por alguna característica propia del sujeto al que identifican. Se trataría, pues, de nombres propios con significado, que suelen formarse sobre léxico común, casi siempre adjetivos y sustantivos, cuya ortografía canónica debe respetarse.

No es insólito, sin embargo, que su grafía se aleje de la norma si se crean con intención reivindicativa, subversiva o humorística: Frígilis (en la novela decimonónica española La regenta, de Clarín, personaje así apodado a raíz de su costumbre de emplear recurrentemente este vocablo, resultado de la deformación del adjetivo frágiles), el Okupa, la Wapa. También pueden ser el resultado de la unión de dos o más términos (Tiroloco), o reflejar incluso pronunciaciones erróneas, vulgares o regionales.

Acerca del uso de mayúsculas en seudónimos, sobrenombres, alias y apodos, v. cap. IV, § 4.2.4.1.2-4.

Este tipo de apelativos no necesita recibir ninguna marca tipográfica especial, salvo cuando los apodos y alias aparecen entre el nombre de pila y el apellido, caso en que se escriben en cursiva (o, también, entre comillas), a fin de delimitarlos y distinguirlos del resto de los elementos de la denominación:

José Nemesio, alias el Chino

María Navajitas Mendoza

Ernesto «Che» Guevara

     

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