CAPÍTULO I. La representación gráfica de los fonemas: el uso de las letras o grafemas

6. Correspondencias entre fonemas y grafemas en español

6.5. Fenómenos ortográficos que afectan a determinadas secuencias de grafemas

6.5.1. Secuencias de vocales

6.5.1.1. Reducción de secuencias de dos vocales iguales

6.5.1.1.1 Consideraciones generales

No son habituales en español las palabras con dos vocales iguales contiguas. De hecho, son muy pocas las voces españolas derivadas naturalmente del latín que contienen secuencias de dos vocales iguales. La mayoría son, o bien extranjerismos o cultismos grecolatinos —y sus derivados— que presentan estas secuencias en su grafía originaria, o bien voces compuestas o derivadas en las que el elemento antepuesto termina con la misma vocal por la que comienza la palabra o base a la que se une.

En general cabe decir que, en español, la presencia de dos vocales iguales contiguas en la grafía de una palabra suele corresponderse, en la lengua oral, especialmente en la pronunciación aislada, con la articulación de una doble vocal. En aquellos casos en que de forma generalizada y en todos los niveles del habla, incluyendo la pronunciación cuidada, se articula una vocal simple, es frecuente y admisible la reducción gráfica de las dos vocales a una sola; así ocurre, por ejemplo, en la voz portaaviones (de porta [3.ª persona del singular del presente de indicativo del verbo portar] + aviones), en la que, por articularse normalmente una única vocal, no solo es admisible, sino recomendable el uso de la variante gráfica simplificada portaviones.

Por lo general, para que se admita y prefiera la variante gráfica simplificada, que en muchos casos acaba por reemplazar totalmente en el uso a la grafía con doble vocal, es necesario, como se ha dicho, que se haya generalizado en el habla la simplificación articulatoria; además, en el caso de las voces surgidas de la anteposición de un prefijo o un elemento compositivo a una base, favorece la reducción gráfica el hecho de que la palabra resultante siga siendo reconocible y, por tanto, su significado fácilmente deducible. Por ello, son normalmente más proclives a la reducción de las dos vocales iguales a una sola aquellos compuestos o derivados cuyos componentes son más largos, como ocurre en metanfetamina, antimperialismo o microrganismo, grafías de uso frecuente junto a metaanfetamina, antiimperialismo y microorganismo. En cambio, la reducción queda normalmente bloqueada si, de producirse, el término resultante viene a coincidir con otro ya existente de distinto significado; así, es normal que se mantenga la doble vocal en reemitir (de re- + emitir, ‘volver a emitir’), para evitar su coincidencia con el término remitir (del lat. remittĕre, ‘enviar’, ‘diferir’, ‘perder intensidad’, entre otros significados). Tampoco se produce la simplificación de las dos vocales iguales contiguas cuando la vocal por la que comienza la palabra base es en sí misma un prefijo: ultraamoral (ultra- + amoral), distinto de ultramoral (ultra- + moral); semiilegal (semi- + ilegal), distinto de semilegal (de semi- + legal).

A continuación se analizan las secuencias de doble vocal y su posible reducción gráfica con cada una de las vocales españolas.

6.5.1.1.2 Secuencia -aa-

a) Se escriben con -aa-:

• Topónimos o antropónimos procedentes de otras lenguas, y sus derivados, que contienen esta secuencia vocálica en su grafía originaria: El Aaiún (topónimo árabe), Isaac o Aarón (antropónimos hebreos), con sus derivados aarónico, aaronita, o los topónimos guaraníes Caaguazú (departamento del Paraguay), Caacupé (capital del departamento paraguayo de Cordillera) y Caazapá (ciudad y departamento del Paraguay), con sus respectivos gentilicios caaguaceño, caacupeño y caazapeño.

• El extranjerismo afrikáans (del neer. afrikaans ‘variedad del neerlandés hablada en Sudáfrica’).

b) Pueden escribirse tanto con -aa- como con -a-:

• Las voces formadas por prefijos o elementos compositivos terminados en -a, como contra-, extra-, infra-, intra-, meta-, para-, supra-, tetra- o ultra-, antepuestos a palabras que comienzan también por a-; así, por ejemplo, son válidas las grafías contralmirante, contranálisis, contrargumentar o contratacar junto a contraalmirante, contraanálisis, contraargumentar y contraatacar, que conservan la doble vocal. Lo mismo ocurre con los demás elementos compositivos terminados en -a unidos a palabras que comienzan también por a-, siempre y cuando se cumplan las condiciones generales para la reducción gráfica comentadas en el apartado 6.5.1.1.1; no resultan, por tanto, censurables, aunque puedan ser minoritarias en el uso, grafías como extrabdominal, infralimentar, intrarticular, megatentado, parautonómico, supraórtico, tetratómico o ultratlántico, junto a extraabdominal, infraalimentar, intraarticular, megaatentado, paraautonómico, supraaórtico, tetra atómico o ultraatlántico.

• Los compuestos resultantes de unir palabras terminadas en -a (frecuentemente formas verbales) a otras que comienzan también por a-; así, puede escribirse cagaceite, portaviones o tragavemarías, junto a cagaaceite, portaaviones o tragaavemarías.

• Algunos americanismos, como caaminí/caminí (‘variedad de yerba mate’) y yaacabó/yacabó (‘cierto pájaro de América del Sur’).

En todos los casos se recomienda que, si la reducción vocálica se halla generalizada en la lengua oral, se empleen preferentemente las grafías simplificadas, que son las que han acabado triunfando históricamente en situaciones similares, como se ve en aguardiente, catabejas, decárea, drogadicto, guardagujas, hexángulo, paraguas, saltatrás, tientaguja, tornatrás o tragaldabas, voces que solo se escriben hoy en esas formas.

No obstante, debe mantenerse la doble vocal si la palabra base comienza con el prefijo privativo a-, como ocurre en ultraamoral (de ultra- + amoral), para evitar que se interprete como base el término sin prefijar (en la grafía ultramoral se entendería que la base es la palabra moral).

6.5.1.1.3 Secuencia -ee-

a) Se escriben con -ee-:

• El infinitivo y muchas de las formas de la conjugación de los verbos creer, leer, peer, poseer, proveer y sobreseer, así como todas las palabras de su misma familia (creencia, descreer, desproveer, poseedor, proveedor, etc.).

Advertencia

Debido al cruce con proveer (‘suministrar’), se comete a menudo el error, tanto en la escritura como en la pronunciación, de convertir el verbo prever —que procede del latín praevidēre (de prae- ‘antes, delante’ + vidēre ‘ver’) y significa ‘ver con anticipación’, ‘conjeturar’ o ‘disponer lo necesario para futuras contingencias’— en el erróneo, por inexistente, ⊗‍preveer. Esta confusión provoca también errores de conjugación, ya que prever debe conjugarse conforme a su modelo, que es ver (previó, previendo, etc.), y no leer (⊗‍preveyó, ⊗‍preveyendo, etc.).

• Todas las personas del presente de subjuntivo y la primera persona del singular del pretérito perfecto simple de indicativo de los verbos terminados en -ear (abofetear, desear, hornear, pasear, pelear, etc.): abofetee, abofeteé, desees, deseé, horneemos, horneé, paseéis, paseé, peleen, peleé, etc.

• Los términos acreedor (‘persona que tiene una deuda a su favor’) y acreencia (en Am., ‘deuda que alguien tiene a su favor’), derivados del antiguo verbo acreer (‘prestar’), así como veedor (‘persona que tiene como oficio inspeccionar o vigilar’) y veeduría (‘cargo y oficina del veedor’), derivados del antiguo veer, hoy ver.

• Los derivados resultantes de añadir el sufijo -ero, -era a palabras terminadas en -ea, -eo, como obleera (‘vaso o caja para obleas’), derivado de oblea, o fideero (‘persona que hace o vende fideos u otra pasta’), derivado de fideo.

• Topónimos o antropónimos procedentes de otras lenguas que contienen esta secuencia en su grafía originaria, como Beethoven o Ñeembucú (departamento del Paraguay), así como sus derivados: beethoveniano, ñeembuqueño.

• Algunos extranjerismos, como feérico (‘de las hadas’, del fr. féerique, de fée ‘hada’) y neerlandés (‘de los Países Bajos’, del fr. néerlandais).

b) Pueden escribirse tanto con -ee- como con -e-:

• Las voces formadas por prefijos o elementos compositivos terminados en -e, como pre-, re-, requete-, sobre-, tele- o vice-, antepuestos a palabras que comienzan también por e-, siempre que se cumplan las condiciones para la reducción ya comentadas (v. § 6.5.1.1.1). Por lo tanto, se consideran válidas, aunque en muchos casos resulten minoritarias en el uso, grafías como relegir, rembolsar, remplazar, rencontrar, restrenar o restructurar, junto a reelegir, reembolsar, reemplazar, reencontrar, reestructurar o reestrenar, que conservan la doble vocal. Lo mismo cabe decir de palabras formadas con los otros prefijos o elementos compositivos terminados en -e, para las que se admiten asimismo grafías simplificadas, como preclampsia, prestreno, requetestúpido, sobrentender, sobresdrújulo, sobresfuerzo, teleducación o vicentrenador, junto a preeclampsia, preestreno, requeteestúpido, sobreentender, sobreesdrújulo, sobreesfuerzo, teleeducación o viceentrenador.

• Los compuestos formados por palabras que terminan en -e antepuestas a otras que comienzan también por e-, como maestreescuela o sieteenrama, que pueden escribirse también maestrescuela y sietenrama.

En general, en todos estos casos se recomienda emplear con preferencia las grafías simplificadas, siempre que la reducción vocálica se halle generalizada en la lengua oral y no existan problemas de identificación del término o de confluencia con otro ya existente de diferente significado, ya que son las formas con reducción vocálica las que han acabado triunfado históricamente en el uso en situaciones similares, como se ve en rescaldar, resfriar, restallar, restregar, sobrescribir, sobrestadía, sobrestimar, telespectador, telesquí o rompesquinas, hoy escritas solo en esta forma.

En cambio, no son proclives a la simplificación términos como reestablecerse (‘volver a establecerse’), reevaluar (‘volver a evaluar’) o reemitir (‘volver a emitir’), que, con esos significados, mantienen la doble vocal, tanto en la lengua oral como en la escrita, para diferenciarse de restablecerse (‘recuperarse de una enfermedad’), revaluar (‘aumentar el valor de algo’) o remitir (‘enviar’, ‘diferir’ o ‘perder intensidad’), de muy diverso significado.

• El plural de la letra e, que puede ser ees o es, siendo preferible esta última forma.

6.5.1.1.4 Secuencia -ii-

a) Se escriben con -ii-:

• Los derivados resultantes de añadir sufijos que comienzan por i-, como -í, -ismo, -ista, -ita, -ito, etc., a algunas palabras cuya raíz acaba en /i/ tónica: chií, chiismo, chiita, priista (‘del PRI’, Partido Revolucionario Institucional, formación política mexicana), diita (diminutivo de día), Rociito (diminutivo hipocorístico de Rocío).

• Los superlativos en -ísimo de adjetivos terminados en los hiatos -ío/-ía: friísimo (de frío), impiísima (de impía). Por el contrario, los superlativos en -ísimo de adjetivos terminados en los diptongos -io/-ia se escriben y pronuncian con una sola i: amplísima (de amplia), limpísimo (de limpio).

b) Pueden escribirse tanto con -ii- como con -i-:

• Las voces formadas por prefijos o elementos compositivos terminados en -i, como anti-, di-, mini-, multi-, pluri-, poli-, semi- o toxi-, antepuestos a palabras que comienzan también por i-, siempre que se cumplan las condiciones para la reducción ya explicadas (v. § 6.5.1.1.1). Por lo tanto, no resultan censurables, aunque puedan ser minoritarias en el uso, grafías como antimperialismo, antincendio(s), antinflacionario o antinflamatorio, junto a antiimperialismo, antiincendio(s), antiinflacionario o antiinflamatorio, que conservan la doble vocal. Lo mismo cabe decir de palabras formadas con los demás prefijos o elementos compositivos terminados en -i, para las que se admiten asimismo grafías simplificadas, como disocianato, mininvestigación, multinstitucional, plurideológico, polinsaturado, seminconsciente o toxinfeccioso, junto a diisocianato, miniinvestigación, multiinstitucional, pluriideológico, poliinsaturado, semiinconsciente o toxiinfeccioso.

En general, se recomienda emplear con preferencia las grafías simplificadas, siempre que la reducción vocálica se halle generalizada en la lengua oral y no existan problemas de identificación del término o de confluencia con otro ya existente de diferente significado. A dicha preferencia responde, por ejemplo, la grafía seminternado, única admitida para referirse al régimen educativo que incluye la enseñanza y la comida de mediodía. Sin embargo, la doble vocal se mantiene sistemáticamente en las voces resultantes de unir el prefijo semi- a palabras que comienzan con el prefijo i (que indica negación o privación de lo significado por la base), como semiilegal (semi- + ilegal), semiiletrado (semi- + iletrado) o semiirregular (semi- + irregular), para diferenciarse de aquellas en que la base carece del prefijo privativo: semilegal (semi- + legal), semiletrado (semi- + letrado) y semirregular (semi- + regular). La doble vocal se conservará igualmente en caso de anteponer cualquier otro prefijo terminado en -i a una palabra formada con el prefijo privativo i-: archiilegal (archi- + ilegal), distinto de archilegal (de archi- + legal).

6.5.1.1.5 Secuencia -oo-

a) Se escriben con -oo-:

• Las palabras que contienen los elementos compositivos de origen griego zoo (‘animal’) —tanto en posición inicial como en el medio o al final—, noo- (‘inteligencia’) y oo- (‘huevo’): zoo, zoófago, zoología, zooplancton, azoospermia, epizootia, espermatozoo, protozoo, noosfera o noósfera, oogénesis, oolito, oosfera u oósfera.

• La primera persona del presente y la tercera del pretérito perfecto simple del modo indicativo de los verbos acabados en -oar (croar, loar, incoar, etc.): croo, croó, incoo, incoó, loo, loó.

• La palabra loor (‘elogio’).

• Algunas voces presentes en topónimos o antropónimos, como Aguilar de Campoo (población española), Quintana Roo (estado mexicano) o Feijoo (apellido).

b) Pueden escribirse tanto con -oo- como con -o-:

• Las voces formadas por prefijos o elementos compositivos terminados en -o, como auto-, dermo-, electro-, endo-, euro-, foto-, germano-, gineco-, hemato-, lipo-, macro-, magneto-, micro-, mono-, pro-, proto-, (p)sico- o quimio-, antepuestos a palabras que comienzan también por o-, siempre que se cumplan las condiciones para la reducción señaladas en el apartado 6.5.1.1.1. Por lo tanto, son posibles, aunque resulten minoritarias en el uso, grafías como autobservación, dermóptica, electróptico, endóseo, euroccidental, fotoxidación, germanoriental, ginecobstetricia, hematoncológico, lipoxigenasa, macroperación, magnetóptico, microrganismo, monovular, proccidental, protobjeto, (p)sicorgánico o quimiorganotrofo, junto a autoobservación, dermoóptica, electroóptico, endoóseo, eurooccidental, fotooxidación, germanooriental, ginecoobstetricia, hematooncológico, lipooxigenasa, macrooperación, magnetoóptico, microorganismo, monoovular, prooccidental, protoobjeto, (p)sicoorgánico o quimioorganotrofo.

En general, se recomienda emplear con preferencia las grafías simplificadas en los casos en que la reducción vocálica se halle generalizada en la lengua oral y no existan problemas de identificación del término o de confluencia con otro ya existente de diferente significado, pues hay precedentes en los que han acabado triunfando las formas simples en condiciones similares, como se ve en decimoctavo, monóculo, monocular, monóxido, protóxido o radioyente, hoy escritas solo en esta forma.

No obstante, debe mantenerse la doble vocal en las voces formadas con el elemento compositivo bio- (‘vida’), para evitar su confusión con las formadas con el prefijo bi- (‘dos’): biooceánico, biooxidación.

En el caso de las voces formadas por anteposición del prefijo co- a palabras que comienzan también por -o, como cooficial, cooperar, coopositor, cooptar, coordenada, coordinación o coorganizar, y sus respectivos derivados, procedan estas formas prefijadas directamente del latín (como cooperar, cooptar o coordinación, del lat. cooperāri, cooptāre y coordinatĭo, respectivamente) o se hayan creado a partir de bases castellanas (como cooficial, coordenada o coorganizar), son prácticamente exclusivas en el uso las grafías con la doble vocal. Sin embargo, en aquellas en que la reducción vocálica es general y constante en la pronunciación, como ocurre en las voces de la familia de cooperar y coordinación, o en la palabra coordenada, no serían censurables, de acuerdo con las reglas generales anteriormente expuestas, las grafías simplificadas coperar (coperante, coperativa, etc.), cordinación (cordinar, cordinado, cordinadamente, etc.) o cordenada, a pesar de su escasa documentación frente a las grafías que mantienen la doble o etimológica.

6.5.1.1.6 Secuencia -uu-

En español, las únicas palabras escritas con esta secuencia son el latinismo duunvir(o) (en la antigua Roma, ‘miembro de una magistratura de dos personas’) y sus derivados duunviral y duunvirato, que conservan tanto en la lengua oral como en la escrita la doble vocal etimológica.

Notas orientadoras para la reducción de secuencias de dos vocales iguales en palabras prefijadas y compuestas

Las secuencias de dos vocales iguales en voces prefijadas o compuestas, en las que el elemento antepuesto termina con la misma vocal por la que empieza la palabra a la que se une, podrán reducirse a una sola en la escritura siempre que sea general en el habla la pronunciación de una única vocal. Según esta norma, se consideran válidas —e incluso preferibles a las grafías con doble vocal— formas como contrataque, portaviones, prestreno, sobresfuerzo, antinflamatorio, seminconsciente o microrganismo.

Debe tenerse en cuenta, no obstante, que la reducción de las dos vocales a una sola no se produce en la escritura, y normalmente tampoco en el habla, en los casos siguientes:

• Cuando, de realizarse la reducción vocálica, la forma resultante fuera a coincidir con la de otra palabra ya existente de distinto significado. Así, por ejemplo, se mantienen las dos vocales en reestablecerse (‘volver a establecerse’), para evitar la coincidencia con restablecerse (‘recuperarse de una enfermedad’); o en reemitir (‘volver a emitir’), distinto de remitir (‘enviar’, ‘diferir’, ‘perder intensidad’); o en las voces formadas con el prefijo bio- (‘vida’), como biooceánico, biooxidación, para evitar su confusión con las formadas con el prefijo bi- (‘dos’).

• Cuando la vocal por la que comienza la palabra base sea en sí misma un prefijo, como ocurre con las vocales a o i cuando funcionan como prefijos privativos. El mantenimiento de las dos vocales evita en estos casos problemas de identificación de la palabra base: archiilegal (archi- + ilegal), distinto de archilegal (archi- + legal); ultraamoral (ultra- + amoral), distinto de ultramoral (ultra- + moral).

6.5.1.1.7 Secuencias de dos vocales iguales separadas por una h muda

El mismo fenómeno de confluencia de dos fonemas vocálicos idénticos en la lengua oral se produce en las palabras en cuya grafía aparecen dos vocales iguales separadas por una h muda intercalada. Aunque en la mayoría de estos casos suelen conservarse en el uso culto mayoritario las grafías con la h intercalada etimológica, también aquí se admiten, en algún caso, y siempre que se haya producido la reducción vocálica en la lengua oral, variantes gráficas simplificadas.

a) Con la vocal a esta secuencia aparece en voces como albahaca [albaáka], azahar [asaár, azaár], bahaísmo [baaísmo], bahameño [baaméño], maharajá [maarajá], pitahaya [pitaáya], tahalí [taalí] o vaharada [baaráda]. En la mayor parte de los casos se conserva la articulación de una doble vocal en la pronunciación y, consecuentemente, la secuencia gráfica etimológica -aha- en la escritura; pero existen también, y son válidas, las variantes gráficas simplificadas albaca, marajá y pitaya, reflejo de las pronunciaciones también simplificadas [albáka], [marajá] y [pitáya]. En el caso de azahar (‘flor blanca del naranjo y otros cítricos’), el mantenimiento de la doble vocal se debe al deseo de evitar su confluencia con azar (‘casualidad o fortuna’). En el caso de pitahaya, existe también la grafía pitajaya, reflejo en la escritura de la variante de pronunciación en la que se aspira la h intercalada de la forma originaria (v. § 6.3.1.4).

También aparece esta secuencia en voces prefijadas o compuestas cuyo precomponente terminado en -a se antepone a palabras que empiezan por ha-, como ocurre en contrahacer, contrahaz, causahabiente o matahambre (en Cuba y R. Dom., ‘especie de mazapán’). En estos casos no suelen producirse variantes gráficas simplificadas. Hay, no obstante, algún caso en el que se ha impuesto la grafía simplificada: matambre (en el Río de la Plata, ‘pieza de carne que se extrae de entre el cuero y el costillar de la res’), compuesto de mata (de matar) y hambre.

b) Con la vocal e esta secuencia aparece en palabras como behetría [beetría], dehesa [deésa], vehemente [beeménte] o vehemencia [beeménsia, beeménzia], y en las voces que resultan de añadir un prefijo terminado en -e a una voz con he- inicial, como prehelénico, rehenchir, reherrar, etc., que normalmente no dan lugar a variantes gráficas simplificadas.

En el caso de reprehender (del lat. reprehendĕre) y sus derivados reprehensible y reprehensión, el uso de las grafías etimológicas con h intercalada es hoy residual, siendo casi exclusivo en la actualidad y, por tanto, preferible el uso de las variantes simplificadas reprender, reprensible y reprensión.

Hay casos en que la grafía etimológica y la simplificada han especializado sus sentidos, de manera que no es indistinto el empleo de una u otra forma. Así ha ocurrido en el caso de aprehender y aprender, procedentes ambos del latín apprehendĕre, que, aunque fueron históricamente simples variantes, hoy se emplean con sentido diverso: aprehender significa, a grandes rasgos, ‘captar o apresar, bien sea con el entendimiento, bien sea físicamente’, mientras que aprender posee el sentido más concreto y común de ‘adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o la experiencia’. Tampoco es lo mismo aprehensión (‘acción de aprehender’) que aprensión (‘recelo o temor’ e ‘idea infundada’); ni aprehensivo (‘perteneciente o relativo a la facultad mental de aprehender’ y ‘capaz de aprehender o captar algo’) que aprensivo (‘que siente aprensión o miedo infundado o excesivo a sufrir daños o enfermedades’).

c) Con la vocal i esta secuencia aparece en nihilismo [niilísmo], nihilista [niilísta] y nihilidad [niilidád], derivados del latín nihil (‘nada’), y en las voces que resultan de añadir un prefijo terminado en -i a una voz con hi- inicial, como antihiático, antihigiénico, antihistamínico, etc., que no dan lugar a variantes gráficas simplificadas.

d) Con la vocal o esta secuencia aparece en palabras como bohordo [boórdo], cohombro [koómbro], cohonestar [koonestár], cohorte [koórte], moho [móo] o mohoso [moóso], y en las voces que resultan de anteponer prefijos o palabras terminadas en -o a palabras con ho- inicial, como prohombre o ricohombre, que no se simplifican ni oral ni gráficamente.

En el caso de alcohol y sus derivados, a pesar de estar generalizada en el habla la reducción de las dos vocales a una sola ([alkól], [alkolísmo], etc.), se usa casi en exclusiva la grafía que presenta la doble vocal con -h- intercalada.

     

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