CAPÍTULO VIII. La ortografía de las expresiones numéricas

3. Numerales

Como ya se ha indicado, las entidades abstractas denominadas números pueden ser gráficamente representadas de dos formas: mediante símbolos o cifras y mediante palabras, denominadas específicamente numerales. Ambas formas de representación están íntimamente ligadas al desarrollo de los sistemas de escritura, pero presentan diferencias notables.

La representación de los conceptos numéricos mediante cifras puede considerarse un lenguaje formal, ya que constituye un procedimiento de notación simbólica totalmente independiente de cualquier lengua natural; de ahí que pueda ser utilizado e interpretado por hablantes de muy diversas lenguas, como ocurre con la numeración arábiga, de uso internacional, aunque algunos de sus signos puedan adoptar formas distintas en diferentes familias de lenguas. En cambio, los numerales, como palabras que son, constituyen siempre un subconjunto del léxico de una lengua, por lo que difieren de un sistema lingüístico a otro y su escritura debe someterse a las normas ortográficas propias de cada lengua.

A diferencia de las cifras, cuya capacidad de representación de los conceptos numéricos es, en principio, ilimitada, los numerales constituyen un inventario cerrado en cada lengua, y no siempre existe un numeral para nombrar todos y cada uno de los números matemáticamente posibles.

Información adicional

Los nombres de los grandes números, expresados habitualmente con una representación exponencial —como, por ejemplo, el gúgol (10100), forma adaptada del inglés googol— o incluso inexpresables en los sistemas de notación convencional —como el número de Graham, el mayor jamás usado en una demostración matemática—, no pueden considerarse integrados en el sistema general de los numerales, pues carecen de aplicación más allá de documentos científico-técnicos muy especializados.

Las series de los numerales se generan normalmente a partir de un conjunto limitado de piezas básicas mediante diversas pautas combinatorias y procedimientos como la composición, la adición de sufijos numerales, la coordinación o la yuxtaposición. En español, como ocurre en muchas otras lenguas, existen numerales simples (veinte, tercero, catorceavo…) y numerales complejos, que son los formados por la unión o combinación de numerales simples. Los numerales complejos se escriben, en unos casos, en una sola palabra (veintiuno, trescientos, decimoquinto…) y, en otros, en varias palabras gráficamente independientes (sesenta y siete, dos mil, quincuagésimo cuarto…). Esta diversidad de representación es a menudo fuente de dudas y vacilaciones ortográficas, por lo que, en los epígrafes siguientes, se ofrecen las pautas para la correcta escritura de las diferentes clases de numerales, especialmente en relación con su grafía en una o varias palabras. Debe tenerse en cuenta, además, que los numerales, como el resto de las palabras integrantes del léxico español, han de someterse a las reglas generales de acentuación gráfica que se exponen en el capítulo II, § 3.4.

 

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