Introducción

3. La ortografía del español

3.2. Criterios en la configuración del sistema ortográfico del español

3.2.6. Analogía

Cualquiera que sea el criterio que haya prevalecido en la fijación de la forma gráfica de cada palabra, en el sistema ortográfico opera, además, el principio de analogía. Según este principio, las variantes flexivas de una palabra (femeninos, plurales o formas verbales), así como las palabras pertenecientes a la misma familia o que contienen una misma raíz léxica, han de presentar idéntica configuración gráfica en los segmentos que comparten: por analogía con vano se escriben también con v sus formas de femenino y de plural vana, vanos, vanas, así como el compuesto vanagloria; como hambre se escribe con h y b, así lo hacen también sus derivados hambruna, hambriento, hambrón, hambrear, etc.; viajero se escribe con v y j porque así se escribe viajar, el verbo del cual deriva, mientras que aligerar y ligereza se escriben con g porque ligero lo hace con esta letra.

Solo se alteran las grafías de las formas flexivas, derivadas o compuestas cuando corresponde aplicar alguna de las reglas generales de correspondencia contextual entre grafemas y fonemas. Por ejemplo, el plural de las palabras terminadas en z se escribe con c en virtud de la regla general que determina que el fonema /z/ se escribe con c ante e, i: pez > peces, actriz > actrices, etc.; todas las formas del verbo escoger se escriben con g salvo aquellas en las que el fonema /j/ precede a las vocales /a/, /o/, puesto que, en ese caso, dicho fonema solo puede ser representado por la letra j: escoge, escogimos…, pero escojo, escojan…; el adverbio tan cambia su n final por una m cuando se antepone a bien para formar el adverbio también, ya que delante de b no se escribe nunca n.

     

    Ortografía de la lengua española
    Real Academia Española © Todos los derechos reservados

    cerrar

    Buscador general de la RAE