CAPÍTULO V. La representación gráfica de las unidades léxicas

3. Las abreviaciones gráficas

3.2. Abreviaturas

3.2.2. Formación

Existen dos procedimientos básicos para formar abreviaturas, ambos heredados del sistema latino:

a) Por truncamiento, suprimiendo letras o sílabas finales de la palabra abreviada: art. por artículo, cent. por centavo, sig. por siguiente. La abreviatura así obtenida siempre debe terminar en consonante: pról. (y no ⊗‍pro. ni ⊗‍prolo.), como abreviatura de prólogo. Son excepción a este requisito los casos de truncamiento extremo de palabras que comienzan por vocal, como a. por antes, que aparece en la abreviatura compleja a. C. (antes de Cristo). Cuando el truncamiento coincida con un dígrafo, este debe mantener su integridad: fich. (y no ⊗‍fic.) por fichero; párr. (y no ⊗‍pár.) por párrafo, o Vall. (y no ⊗‍Val.) por Valladolid.

Se habla de truncamiento extremo cuando solo se mantiene la letra inicial de la palabra abreviada. Se da normalmente en aquellas abreviaturas que corresponden a expresiones pluriverbales y fórmulas fijas, en las que se abrevian todas y cada una de las unidades que las integran, incluso artículos, preposiciones o conjunciones, a excepción, claro está, de las palabras que se componen de una sola letra: r. p. m. (por revoluciones por minuto), s. e. u o. (por salvo error u omisión). Téngase en cuenta que el uso de este procedimiento para abreviar una única palabra no resulta recomendable, ya que da lugar a abreviaturas de forma tan reducida que no siempre sería posible identificar la palabra abreviada (la forma l., por ejemplo, podría corresponder, en un mismo texto, a la abreviatura de longitud, de línea, de lineamiento, etc.).

Advertencia

En la tradición española, las iniciales de los antropónimos son abreviaturas de pleno derecho que se forman por truncamiento extremo A. por Antonio, J. por José, por lo que siempre deben cerrarse con el punto abreviativo correspondiente y leerse reponiendo el nombre completo al que reemplazan, cuando este sea un dato conocido. No obstante, existen casos en los que se ha fijado una lectura por deletreo, bien por tradición, bien por desconocimiento del nombre que hay bajo la abreviatura; así, Ramón J. Sender, nombre de un novelista español del siglo XX, se lee tradicionalmente [rramón jóta sendér].

Es costumbre imitada de otras lenguas, como el inglés, escribir las iniciales de los antropónimos sin punto y leerlos como siglas, deletreando sus componentes: JFK [jóta-éfe-ká] por John Fitzgerald Kennedy.

Excepcionalmente, existen algunas abreviaturas complejas formadas por iniciales que no corresponden a palabras completas de la expresión abreviada, sino a los elementos compositivos que las integran, como F. C. (abreviatura de ferrocarril) o f. e. m. (abreviatura de fuerza electromotriz).

b) Por contracción, conservando solo las letras más representativas, aquellas que resultan suficientes para que pueda identificarse sin dificultad la palabra abreviada. En las abreviaturas así formadas figuran siempre la letra inicial y normalmente también la letra o sílaba final, e incluyen a menudo una o varias letras interiores: Alfz. por alférez, blvr. por bulevar, cta. por cuenta, dcha. por derecha, atte. por atentamente, Fdez. por Fernández. Entre las abreviaturas formadas por contracción están las que presentan la letra o letras finales voladas: n.º por número, M.ª por María, adm.or por administrador. Hay también abreviaturas formadas por contracción que solo conservan la inicial y alguna de las letras centrales más representativas, omitiendo la parte final: cp. por compárese, ms. por manuscrito, pg. por página, tlf. por teléfono. Estas últimas son poco numerosas por resultar, en general, menos claras que las que conservan el segmento final.

Advertencia

Las letras voladas son aquellas que presentan un cuerpo menor y se sitúan por encima de la línea de escritura, tomando como referente la línea de las astas ascendentes. Ha sido costumbre tradicional subrayar las letras voladas en las abreviaturas, hasta el punto de que muchos tipos de letra incluidos en el catálogo de fuentes de los procesadores de textos presentan subrayadas la ª y la º voladas que se insertan directamente desde el teclado del ordenador: a, o. No obstante, este subrayado, aunque no es ortográficamente incorrecto, resulta innecesario, de modo que, tanto en tipografía como en la edición digital, se tiende a prescindir de él. En cambio, no debe omitirse nunca el punto abreviativo que ha de preceder a las letras voladas dentro de la abreviatura.

Entre las abreviaturas que incluyen letras voladas forman un grupo especial las que corresponden a los numerales ordinales, que se crean combinando la cifra que representa el número de orden con las terminaciones voladas ª, º, er, que corresponden a la palabra numeral abreviada: 1.º por primero, 2.ª por segunda, 3.º por tercero, 1.er o 3.er por las formas apocopadas primer y tercer.

Advertencia

Es incorrecto utilizar las letras voladas con los números romanos de valor ordinal. Así, no debe escribirse ⊗‍X.º Congreso ni ⊗‍tomo VI.º, sino X Congreso, tomo VI.

     

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