CAPÍTULO V. La representación gráfica de las unidades léxicas

4. Los símbolos

Debido a su escaso cuerpo gráfico, se acostumbra a clasificar los símbolos dentro de las abreviaciones, aunque no lo son propiamente. En rigor, los símbolos son representaciones gráficas estables y normalizadas de conceptos o realidades pertenecientes, en general, al ámbito científico-técnico, por medio de letras o de signos no alfabetizables. Los símbolos, por tanto, no son abreviaciones de palabras o de expresiones lingüísticas, sino una suerte de ideogramas, en la medida en que son representaciones gráficas directas de conceptos o entes de la realidad, aunque, en el caso de los símbolos alfabetizables (los formados por letras), puedan haberse originado a partir de una palabra perteneciente a una lengua determinada. Así, el símbolo P (tomado de la inicial del nombre latino phosphŏrus) representa el elemento químico de número atómico 15, con independencia de que utilizado en un texto en español se lea como fósforo, en un texto en inglés como phosphorus, en un texto en francés como phosphore o en un texto en catalán como fòsfor. Como se ve, los nombres que corresponden a la realidad denotada por el símbolo varían en cada lengua, no así el símbolo, que es el mismo en todas ellas.

Los símbolos más comunes son los que representan las unidades básicas y derivadas del sistema internacional (kg, m, s); unidades que no pertenecen a él, pero cuyo uso está aceptado (h, ha, l) ; elementos químicos (Au, C, Pb); operaciones y conceptos matemáticos (+, , %); unidades monetarias (, £, $), y puntos cardinales (N, S, SE). En general, los símbolos son fijados convencionalmente por instituciones de normalización y poseen validez internacional. No obstante, hay símbolos de uso tradicional, creados por analogía con los símbolos internacionales, que no han sido fijados por instituciones de normalización y cuya validez se restringe muchas veces a ámbitos geográficos o lingüísticos limitados; es el caso, por ejemplo, de los símbolos O (oeste) o sen (seno, en matemáticas), usados solo en el ámbito hispánico, cuyos equivalentes en el sistema internacional son W (del ingl. West) y sin (del lat. sinus); o de los símbolos de unidades de medida del sistema anglosajón, usados en inglés, como sq ft (del ingl. square foot) para el pie cuadrado.

Por su forma invariable y su validez internacional, también pueden considerarse símbolos, en sentido amplio, los códigos bilíteros (de dos letras) o trilíteros (de tres letras) establecidos por entidades de normalización como la ISO (International Organization for Standardization ‘Organización Internacional para la Estandarización’) para monedas, idiomas, identificadores de aeropuertos, etc.: DZD (dinar argelino), bg (lengua búlgara), HAV (Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana). También pueden considerarse símbolos, por su forma y uso internacional, las abreviaciones con las que se identifican los diferentes libros de la Biblia: Gn (Génesis), Ex (Éxodo), Lv (Levítico), etc.

Los símbolos son de uso obligatorio en los ámbitos a los que corresponden y en los lenguajes formales para los que han sido creados. No obstante, se hace necesario establecer cierto grado de flexibilidad cuando aparecen en textos generales o en ámbitos concretos de carácter no científico. Así, mientras que en un informe técnico es obligatorio el uso del símbolo g en referencia al gramo, unidad de medida de la masa, la aparición de la abreviatura convencional gr. resulta plenamente admisible en la indicación de los ingredientes de una receta de cocina. Igual ocurre, por ejemplo, con el centímetro cúbico, unidad de volumen cuyo símbolo internacional es cm3, pero que, en el ámbito del motociclismo y referida a la cilindrada del motor, se representa generalmente con la abreviatura convencional c. c.

En el apéndice 2 se recogen los principales símbolos alfabetizables, mientras que los símbolos y signos no alfabetizables más comunes se ofrecen en el apéndice 3.

Los símbolos alfabetizables, los constituidos por letras, se asemejan a las abreviaturas en su escaso cuerpo gráfico, en estar a menudo constituidos por letras que también integran la palabra o expresión cuyo concepto representan y en que se leen reproduciendo esa palabra o expresión. Pero, como se ha dicho, los símbolos no son, en ningún caso, abreviaciones de palabras, sino representaciones gráficas de entes o conceptos y, de hecho, se diferencian de las abreviaturas en varios aspectos fundamentales: no se cierran con punto, no llevan nunca tilde y son invariables en plural.

 

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