CAPÍTULO IV. El uso de las letras minúsculas y mayúsculas

4. Funciones y usos de la mayúscula

4.2. Para marcar los nombres propios y las expresiones denominativas

4.2.4. Uso de mayúsculas y minúsculas en nombres y denominaciones

4.2.4.10. Referencias temporales, cronológicas o históricas

4.2.4.10.1 Días de la semana, meses y estaciones

Los sustantivos que designan los días de la semana, los meses y las estaciones, sea cual sea el calendario utilizado, deben escribirse con minúscula, ya que se consideran nombres comunes, aunque designen elementos únicos dentro de una serie: domingo, lunes, calendas (‘primer día del mes entre los antiguos romanos’), julio, rayab (‘séptimo mes del calendario musulmán’), termidor (‘undécimo mes del calendario revolucionario francés’), verano, primavera.

Solo se escribirán con mayúscula cuando formen parte de expresiones denominativas que así lo exijan, como festividades, fechas históricas, espacios urbanos, instituciones, organizaciones, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dieciocho de Septiembre, hospital Doce de Octubre.

4.2.4.10.2 Festividades

Los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de festividades, sean civiles, militares o religiosas, se escriben con mayúscula inicial: Nochevieja, Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre, el Día Internacional de la Mujer, San Fermín (festividad dedicada a san Fermín, patrono de Pamplona [España]), la Pascua Militar, la Cruz de Mayo (festividad cristiana), el Janucá (festividad judía), Fiesta del Sacrificio o Fiesta Grande (festividad musulmana). Esta misma mayúscula se aplica a los nombres de los periodos litúrgicos o religiosos: el Adviento, la Semana Santa, la Pascua, el Ramadán (como nombre del noveno mes del calendario musulmán le corresponde la minúscula, pero se escribe con mayúscula cuando designa específicamente el periodo religioso, coincidente con dicho mes, en que los musulmanes tienen la obligación de ayunar desde el alba hasta el anochecer).

No obstante, cuando el nombre de una festividad, frecuentemente en plural, pasa a designar no la festividad en sí, sino el periodo en que tienen lugar las celebraciones y festejos con ella relacionados, es también admisible el empleo de la minúscula: El encierro de ayer fue el más limpio de estos sanfermines; Pasará las navidades en Cancún.

Las denominaciones de las fiestas de la Antigüedad se escriben preferentemente con minúscula inicial: lupercales, panateneas, saturnales.

4.2.4.10.3 Periodos geológicos

Es costumbre asentada en los textos especializados escribir con mayúscula inicial los nombres de las diferentes divisiones geocronológicas, esto es, de los eones, las eras, los periodos y las épocas en que se divide el tiempo desde un punto de vista geológico y paleontológico: el Precámbrico, el Mioceno, el Paleozoico, el Jurásico. Esta mayúscula no debe afectar, en ningún caso, a los adjetivos que los acompañan: el Pleistoceno medio, el Cretácico inferior, el Jurásico superior.

Si el periodo se designa mediante un sustantivo genérico (era, periodo) seguido de un adjetivo, se recomienda escribir ambos elementos con minúscula inicial: la era cenozoica, la era cuaternaria, el periodo carbonífero.

4.2.4.10.4 Periodos prehistóricos e históricos

Los sustantivos prehistoria e historia, que designan los dos grandes periodos cronológicos en que se divide la existencia de la humanidad, se escriben con minúscula inicial: La aparición de la escritura marca el paso de la prehistoria a la historia.

En cambio, los nombres de los periodos en que se dividen tanto la prehistoria como la historia (ya sea la universal, ya sea la de algún país en particular) se escriben con mayúscula: el Paleolítico, el Neolítico, la Edad de Piedra, la Edad de los Metales, la Antigüedad, el Medievo, la Alta Edad Media, el Renacimiento, la Edad Moderna, el Siglo de las Luces, la Edad Contemporánea, el Tercer Reich, la República de Weimar, la Guerra Fría.

En las denominaciones de los diferentes imperios, tanto si se usan para designar el periodo de tiempo caracterizado por esa forma de gobierno como el conjunto de territorios que los conforman, se escribe con mayúscula la palabra imperio, pero no el especificativo subsiguiente, salvo que contenga algún nombre que así lo exija: el Imperio romano, el Imperio maya, el Imperio bizantino, el Imperio austrohúngaro, pero el Imperio de Occidente. Se escriben, sin embargo, con mayúscula los adjetivos antepuestos: el Celeste Imperio (denominación de la China imperial), el Bajo Imperio (subdivisión del periodo imperial romano). En la expresión Sacro Imperio Romano Germánico se escriben con mayúscula tanto el adjetivo antepuesto como los pospuestos, ya que se trata del nombre propio de la entidad política formada por diversos Estados de Europa central, que pervivió desde la Edad Media hasta los inicios de la Edad Contemporánea.

Para la mayúscula en antiguo y nuevo régimen, v. § 4.2.4.7.3.

4.2.4.10.5 Acontecimientos históricos

Los sustantivos y adjetivos que forman parte de la denominación de acontecimientos históricos relevantes, que suelen dar nombre a determinados periodos históricos, se escriben con mayúscula inicial cuando se trata de antonomasias o de denominaciones que no aluden de forma directa o transparente a los hechos designados: la Reconquista, el Cisma de Occidente, la Contrarreforma, la Semana Trágica, la Gran Depresión, la Primavera de Praga. También se escriben con mayúscula los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de las revoluciones, salvo los adjetivos especificativos que expresan nacionalidad, que se escribirán con minúscula inicial: la Revolución Industrial, la Revolución de los Claveles, la Revolución de Octubre, la Revolución Cultural china, la Revolución francesa, la Revolución mexicana.

Cuando la expresión con la que nos referimos a un determinado acontecimiento histórico designa de forma directa y transparente la naturaleza del referente nombrado, no se requiere la mayúscula, salvo en los elementos presentes en la denominación que así lo exijan, como los nombres propios: la caída del Imperio romano, el descubrimiento de América, la conjuración de Venecia, el motín de Esquilache, la revuelta de los comuneros, la liberación de París, la toma de la Bastilla, el desembarco de Normandía, el sitio de Leningrado, la conferencia de Yalta.

En el caso de las guerras, solo es necesaria la mayúscula en los componentes de la parte específica de la expresión denominativa, no así en el sustantivo genérico guerra, que debe escribirse con minúscula inicial: la guerra de los Cien Años, la guerra de Secesión, la guerra de la Independencia, la guerra del Opio, la guerra del Golfo, la guerra de los Seis Días. Si la expresión es meramente apelativa, y no una etiqueta denominativa singularizadora equivalente a un nombre propio, no hay razón para la mayúscula en ninguno de sus elementos: la guerra europea, la guerra franco-prusiana, la guerra civil española, las guerras carlistas, las guerras púnicas. En el caso de los dos conflictos mundiales, el uso ha fijado como nombre propio singularizador las expresiones Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial, con inicial mayúscula en todos sus componentes; el ordinal presente en estos nombres puede escribirse con números romanos (v. cap. VIII, § 2.1): I Guerra Mundial, II Guerra Mundial. Son antonomásticas expresiones como la Gran Guerra (por la primera de las guerras mundiales) o la Guerra Civil (en referencia a la sufrida por algún país en concreto, por ejemplo, la española de 1936-39 o la costarricense de 1948), razón que justifica su escritura con mayúscula inicial en ambos componentes.

Del mismo modo que en las guerras, en el caso de las batallas solo debe aplicarse la mayúscula a la parte específica de la denominación: la batalla de las Termópilas, la batalla de San Quintín, la batalla de Ayacucho.

4.2.4.10.6 Episodios religiosos

Las denominaciones que corresponden a episodios o acontecimientos relevantes en la historia narrativa de las distintas religiones deben escribirse con minúscula: la huida a Egipto, la matanza de los inocentes, la oración en el huerto, la asunción de la Virgen, el descenso del Corán. Cuando el sustantivo que designa alguno de estos episodios pasa a dar nombre a una festividad, se escribe con mayúscula inicial: la Ascensión, la Asunción.

     

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