CAPÍTULO III. El uso de los signos ortográficos

3. Signos de puntuación

3.4. Usos de los signos de puntuación

3.4.7. La raya

3.4.7.2. Otros usos de la raya

Junto al empleo de las rayas como signo doble, con función demarcativa, otros usos requieren la escritura de una sola raya. Entre ellos cabe destacar el de introducir cada una de las intervenciones en un diálogo, además de otras funciones de carácter auxiliar.

3.4.7.2.1 En diálogos

En la reproducción escrita de un diálogo, la raya precede a la intervención de cada uno de los interlocutores, sin que se mencione el nombre de estos:

¿Cuándo volverás?

No tengo ni idea.

¡No tardes mucho!

No te preocupes. Volveré lo antes posible.

Normalmente, en las novelas y otros textos de carácter narrativo, las intervenciones de cada uno de los personajes se escriben en líneas distintas. Como se ve en el ejemplo, no debe dejarse espacio de separación entre la raya y el comienzo de cada una de las intervenciones. En los textos narrativos, este empleo de la raya se combina con el que tiene este mismo signo, pero en su versión doble, con apertura y cierre, para enmarcar los comentarios y aclaraciones del narrador, uso que se ha explicado en el apartado precedente (§ 3.4.7.1.3).

3.4.7.2.2 En enumeraciones en forma de lista

La raya sirve también para introducir cada uno de los elementos de una relación que se escriben en líneas independientes. En este caso, debe dejarse un espacio en blanco entre la raya y el texto que sigue. A la hora de puntuar este tipo de relaciones, debe tenerse en cuenta lo siguiente:

a) Cuando los elementos que se relacionan son simples, es decir, están constituidos por una palabra o por un grupo sintáctico breve, hay dos opciones. Cabe cerrar cada uno de los conceptos con coma, excepto el último, que se cerrará con punto:

Las funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:

expresiva,

fática,

conativa,

referencial,

poética,

metalingüística.

Es igualmente válido prescindir de los signos de puntuación:

Las funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:

expresiva

fática

conativa

referencial

poética

metalingüística

En ambos casos, los elementos introducidos por la raya se escriben con minúscula inicial.

b) Cuando los elementos de la lista son más complejos —bien por su mayor extensión, bien por presentar puntuación interna—, es preferible el uso del punto y coma. También en este supuesto cada elemento de la relación se inicia con minúscula:

En caso de tormenta en el campo, conviene seguir las siguientes recomendaciones:

no refugiarse debajo de un árbol;

desprenderse de objetos metálicos, como paraguas, bastones, etc.;

no permanecer de pie en medio de espacios abiertos.

c) Cuando la relación se compone de enunciados completos, la práctica más recomendable es cerrar cada miembro de la enumeración con punto, escribiendo con inicial mayúscula cada uno de los conceptos:

Entre los rasgos del castellano hablado en Aragón, sobresalen los siguientes:

La entonación es claramente ascendente y hay tendencia a alargar la vocal final.

Se evita el acento en posición esdrújula.

El sufijo diminutivo dominante es -ico.

Se emplea mucho la partícula pues.

La raya puede sustituirse, en todos estos casos, por letras o números seguidos de punto o paréntesis (§ 3.4.1.2.6 y 3.4.5.2e), así como por otros signos de carácter tipográfico, como topos o boliches (, , ).

3.4.7.2.3 En índices

En listas alfabéticas, índices y otros repertorios, la raya al comienzo de una línea se usa para indicar que en ese renglón se omite, para no repetirlo, un elemento común ya expresado en la primera de sus menciones. También en este caso debe dejarse un espacio en blanco después de la raya:

Verbos intransitivos

irregulares

regulares

transitivos

Tras la raya de sustitución no debe escribirse el signo de puntuación que sigue, si lo hubiere, a la expresión sustituida; así, en el ejemplo siguiente, no deben escribirse tras las rayas los dos puntos que sí aparecen, en la primera mención, tras el nombre del autor:

ORTEGA Y GASSET, J.: Artículos (1917-33).

Idea del teatro (1946).

La rebelión de las masas (1930).

3.4.7.2.4 Precedida de punto (.—)

Aunque la raya precedida de punto ha perdido vigor en favor de otras soluciones tipográficas, tradicionalmente se ha venido empleando en los casos siguientes:

a) Tras los epígrafes internos de un libro, cuando el texto que sigue comienza en la misma línea:

Género de los sustantivos.— Por el género, los sustantivos se dividen en español en femeninos y masculinos. El género neutro no existe en español. Decimos que un nombre es femenino o masculino cuando

b) En la edición de obras teatrales, para separar el nombre de cada uno de los personajes del texto de sus intervenciones:

MARÍA.— ¿Dónde vas?

JUAN.— A dar una vuelta.

En ambos casos el punto y raya se separa mediante un espacio del texto que sigue, como se haría si en lugar de esta combinación se empleasen dos puntos (Género de los sustantivos: Por el género, los sustantivos…) o punto (MARÍA. ¿Dónde vas?).

     

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