CAPÍTULO I. La representación gráfica de los fonemas: el uso de las letras o grafemas

6. Correspondencias entre fonemas y grafemas en español

6.5. Fenómenos ortográficos que afectan a determinadas secuencias de grafemas

6.5.2. Secuencias de consonantes

6.5.2.2. Simplificación de grupos consonánticos

Por razones etimológicas, hay palabras que contienen secuencias de dos o más consonantes seguidas que, en determinadas posiciones, conforman grupos ajenos a los patrones silábicos más característicos del español y resultan, por ello, de imposible o difícil articulación para los hispanohablantes. De ahí que en la pronunciación espontánea más general se simplifiquen normalmente estos grupos, lo que se traduce en la existencia de variantes gráficas con reducción del grupo consonántico originario en la escritura de muchas de esas palabras. Estas variantes gráficas que simplifican el grupo consonántico etimológico son fruto de la aplicación del principal criterio rector de la ortografía del español: el criterio fonológico o de adecuación entre grafía y pronunciación. Aun así, el prestigio de las grafías etimológicas entre los hablantes más cultos y la pertenencia de muchas de estas voces al ámbito científico-técnico, parcela del léxico donde la etimología tiene gran peso, explican la persistencia en el uso de las grafías que conservan, sin reducción, los grupos consonánticos etimológicos.

6.5.2.2.1 Grupos consonánticos en inicial de palabra: cn-, gn-, mn-, pn-, ps-, pt-

En español, solo es natural la articulación de dos consonantes seguidas en posición inicial de palabra (o de sílaba) cuando la segunda es /r/ o /l/ y la primera /b/, /p/, /g/, /k/, /d/, /t/ o /f/: broma, blusa, prisa, pluma, grapa, glicerina, cría, claro, drama, trote, fruta, flor. Cualquier otra combinación de consonantes en esta posición no es propia del español y solo aparece en voces tomadas de otras lenguas, generalmente cultismos de origen grecolatino, en las que se ha conservado gráficamente el grupo consonántico etimológico, como ocurre en cnidario, gnóstico, mnemotecnia, pneuma, psicología o ptolemaico, o en los nombres de ciertas letras griegas, como dseta o psi, que son transcripción del original griego. Como se ve por los ejemplos, se trata, por lo general, de términos cultos, de uso restringido a ámbitos científico-técnicos, si bien algunos de ellos pueden alcanzar difusión en la lengua general, como ha ocurrido, por ejemplo, con psicología y otras voces formadas con la misma raíz griega, como psiquiatra o psicotécnico.

Aunque, por su condición de voces cultas, en la grafía de estas palabras tienden a conservarse los grupos consonánticos iniciales presentes en sus étimos griegos o latinos, dichos grupos son extraños a la estructura silábica del español y, en la práctica, se simplifican en la pronunciación, donde se elimina la primera de las consonantes: cnidario [nidário], gnóstico [nóstiko], mnemotecnia [nemotéknia], pneuma [néuma], psicología [sikolojía] o ptolemaico [tolemáiko]. La pronunciación simple de estos grupos consonánticos iniciales explica la existencia, en muchos de estos casos, de variantes gráficas que prescinden también en la escritura de la primera consonante, como nóstico, nemotecnia, sicología o tolemaico. Si bien los especialistas de las disciplinas a las que pertenecen este tipo de términos por lo general suelen decantarse con preferencia por las grafías etimológicas, se considera asimismo válido el empleo de las variantes gráficas simplificadas, que reflejan la pronunciación habitual de estas voces en español.

La simplificación gráfica de estos grupos ha operado tradicionalmente en la ortografía española, donde suele primar el criterio fonológico sobre el etimológico; de ahí los casos de palabras cuyos étimos griegos o latinos presentan grupos consonánticos de este tipo y que, sin embargo, se escriben hoy en español con una sola consonante inicial, como salmo o salterio, procedentes, respectivamente, de las palabras latinas psalmus y psalterium, en las que el grupo ps- transcribe la letra griega psi con la que comienzan los correspondientes étimos griegos; tisana, tisis o tomaína (‘sustancia que se origina en los cadáveres en descomposición’), donde se ha reducido a t- el grupo pt- originario; o neumático (del lat. pneumatĭcus, y este del gr. pneumatikós ‘relativo al aire’, derivado de pneûma ‘espíritu, soplo, aliento’) y todas las palabras formadas con la raíz neumo- (del gr. pneúmōn ‘pulmón’), como neumonía, neumología, neumotórax, etc., donde ha desaparecido la p- del grupo pn- etimológico. Como se ve, aunque la simplificación también alcanza a términos de uso restringido a ámbitos especializados, se da con mayor facilidad en aquellos que traspasan la frontera de los lenguajes de especialidad y extienden su uso a la lengua general, donde la grafía fonológica acaba normalmente por imponerse a la etimológica.

Se comentan a continuación, con más detalle, los principales grupos de este tipo con presencia en el léxico del español.

6.5.2.2.1.1 Grupo cn-

Este grupo inicial aparece en el nombre de ciertos taxones botánicos o zoológicos creados a partir de palabras o raíces de origen grecolatino, como cneoráceo -a (del lat. cient. Cneoraceus, nombre de cierto género de plantas) o cnidario (nombre de un grupo de celentéreos provisto de órganos urticantes, como las medusas), formado sobre la palabra griega knídē ‘ortiga’, también presente en otros términos científicos, como cnidoblasto (‘célula urticante de los celentéreos’). Aunque son mayoritarias en el uso las grafías etimológicas, se consideran asimismo válidas las grafías simplificadas neoráceo -a, nidario, etc. También comienzan por cn- algunos topónimos de la antigua Grecia, como Cnido (antigua ciudad del Asia Menor) o Cnosos (ciudad de la Creta antigua, capital de la civilización minoica), cuya condición de nombres propios así fijados por la tradición no hace recomendable, en su caso, la simplificación gráfica del grupo consonántico inicial.

6.5.2.2.1.2 Grupo gn-

Este grupo inicial aparece en cultismos de origen grecolatino, como gnetáceo -a (del lat. cient. Gnetaceus, nombre de un género de plantas), gnómico -ca (‘[composición literaria] que contiene una sentencia moral’, del lat. gnomĭcus ‘sentencioso’), gnomo (‘geniecillo’, del lat. gnomus), gnomon (‘varilla que indica la hora en los relojes solares’, del lat. gnomon) y su derivado gnomónico -ca, además de todas las voces formadas a partir del término griego gnôsis (‘conocimiento’), como gnosis (‘conocimiento intuitivo y perfecto de la divinidad, y de sus relaciones con el mundo y el hombre, que pretenden alcanzar los gnósticos’), gnóstico -ca, gnosticismo, gnoseología y gnoseológico -ca. A ellas hay que sumar gneis (‘roca de estructura pizarrosa e igual composición que el granito’), procedente del alemán, y su derivado gnéisico -ca. Aunque el uso culto emplea con preferencia las grafías etimológicas, se admiten también para estas voces las grafías fonológicas con simplificación del grupo consonántico inicial: neis, netáceo -a, nomo, nomon, nosticismo, etc. Solo el término filosófico gnosis y sus derivados gnoseología y gnoseológico no admiten su escritura sin g-, para evitar su confusión con nosología y su derivado nosológico, de muy diferente significado.

6.5.2.2.1.3 Grupo mn-

Este grupo inicial está presente en la familia de voces formadas sobre la palabra griega mnmē (‘memoria’): mnemónico -ca, mnemotecnia, mnemotécnico -ca. Para todas ellas se admite la variante gráfica con simplificación del grupo consonántico inicial: nemónico -ca, nemotecnia, nemotécnico -ca.

6.5.2.2.1.4 Grupo pn-

Este grupo inicial se mantiene en la escritura del cultismo de origen griego pneuma, cuando se emplea, en el ámbito filosófico, con el sentido de ‘aliento racional que informa y ordena el universo’. Pero fuera de ese ámbito, con el sentido más general de ‘espíritu, aliento’, así como con el específico de ‘signo usado en la notación musical antigua’, se emplea normalmente la grafía fonológica neuma, con simplificación del grupo pn- etimológico, tal y como ha ocurrido en español con otras voces cuyo étimo presenta ese mismo grupo inicial: neumático, neumococo, neumología, neumonía, neumopatía, neumotórax, etc.

6.5.2.2.1.5 Grupo ps-

Este grupo, resultado de la transcripción de la letra griega psi, aparece en posición inicial en numerosas voces cultas formadas sobre palabras griegas que comienzan por esa letra, como psych (‘alma’), presente en psicastenia, psicología, psicomotor -ra, psicomotriz, psicotécnico -ca, psiquiatra, etc.; pseûdos (‘falsedad’), origen del elemento compositivo pseudo(‘falso’), presente en voces como pseudociencia, pseudofilosófico -ca, pseudodemocracia, etc.; psittakós (‘papagayo’), sobre la que se han formado psitácida (‘de cierta familia de aves a la que pertenecen el papagayo o la cotorra’), psitacosis (‘enfermedad propia de los papagayos y otras aves similares’) y psitacismo (‘método de enseñanza basado exclusivamente en el ejercicio de la memoria’); o psra (‘sarna’), de la que deriva psoriasis. Salvo en las formadas con el elemento compositivo (p)seudo-, donde ya se han impuesto en muchos casos las grafías sin p- (seudología, seudónimo, seudópodo), el uso culto sigue prefiriendo las grafías etimológicas con ps- inicial. No obstante, se admiten en todos los casos las variantes gráficas con reducción del grupo ps- a s-, que reflejan la pronunciación normal de estas palabras en español: sicología, sicosis, siquiatra, sitacismo, seudoprofeta, soriasis, etc.

6.5.2.2.1.6 Grupo pt-

Este grupo inicial forma parte de cultismos de origen griego, como pteridófito -ta o pteridofito -ta (‘de cierta familia de plantas criptógamas’, del gr. pterís -ídos ‘helecho’), pterodáctilo (‘reptil volador fósil’) y otras voces formadas con el elemento compositivo ptero- (del gr. pterón ‘ala’), ptialina (‘enzima presente en la saliva’, del gr. ptýalon ‘saliva’), ptolemaico -ca (derivado del nombre propio de origen griego Ptolomeo), ptosis (‘descenso de un órgano del cuerpo’, del gr. ptôsis ‘caída’), etc. Puesto que se trata, en su mayoría, de voces restringidas al ámbito científico-técnico, en el uso culto se emplean normalmente las grafías etimológicas que conservan el grupo pt-. No obstante, en aplicación del criterio fonológico, se considerarán asimismo válidas en todos los casos las variantes gráficas con reducción del grupo pt- a t-, que ya son frecuentes en el nombre propio Tolomeo y su derivado tolemaico -ca, en consonancia con lo que ha sucedido anteriormente en otras voces cuyos étimos presentan este mismo grupo inicial, como tisana, tisis o tomaína.

6.5.2.2.2 Grupos consonánticos en interior de palabra: -bs-, -ns-, -st-, -pt-

Si bien el español manifiesta, en su estructura silábica, una clara tendencia a la sílaba abierta —la que termina en vocal (bra.zo, te.má.ti.co)—, son muchas las palabras que contienen sílabas cerradas, esto es, terminadas en consonante (cer.car, tol.dos, abs.ten.ción). Las consonantes situadas en posición final de sílaba tienen tendencia a relajar su articulación, razón por la que suelen resultar menos perceptibles que cuando preceden al núcleo, en especial si no pertenecen a la serie de las que tradicionalmente cierran sílaba en las voces patrimoniales (las incorporadas por evolución natural ininterrumpida desde el latín), que son las consonantes líquidas /r/ y /l/ (ár.bol, al.to), las nasales /m/ y /n/ (cam.po, an.tes) y las fricativas /s/ y /z/ (pes.te, biz.co.cho).

La incorporación, en distintas épocas, de numerosos cultismos tomados del latín o el griego, así como la reposición en la escritura de muchos grupos consonánticos etimológicos que en el español medieval se habían simplificado, aumentó la nómina de consonantes que podían aparecer en español a final de sílaba (cap.tar, rit.mo, doc.tor, ob.tu.so, ad.mi.rar, ig.no.to, etc.) y supuso, además, la entrada en nuestro léxico de términos con más de una consonante en esa posición (abs.tra.er, ads.cri.bir, cons.ti.tu.ción, pers.pi.caz, etc.), situación que no se daba nunca en las voces patrimoniales, pues uno de los rasgos que marcaron la evolución del latín al español fue, precisamente, la simplificación de los grupos consonánticos latinos.

La tendencia a relajar la articulación de las consonantes en posición final de sílaba es aún mayor en el caso de estas secuencias consonánticas cultas, ajenas a las pautas silábicas tradicionales y mayoritarias en español. Es posible, incluso, que en la pronunciación espontánea o descuidada llegue a elidirse completamente, en muchos casos, la consonante que ocupa la posición más débil (séptimo [sé.ti.mo], constante [kos.tán.te], abstraer [as.tra.ér]), si bien en la pronunciación culta tiende a conservarse la articulación, más o menos relajada, de todas las consonantes que aparecen en la grafía de las palabras ([sép.ti.mo], [kons.tán.te], [abs.tra.ér]). No obstante, cuando la simplificación del grupo consonántico es normal y frecuente también en la pronunciación culta, es admisible la simplificación gráfica, por aplicación del criterio fonológico; de ahí la existencia de variantes gráficas con reducción del grupo consonántico etimológico en la escritura de algunas palabras. La posibilidad de reducción gráfica se da casi siempre cuando las dos consonantes del grupo culto pertenecen a la misma sílaba, y muy raramente cuando las consonantes contiguas pertenecen a sílabas distintas.

Se comentan a continuación los principales grupos consonánticos cultos que presentan variantes gráficas simplificadas en la escritura de algunas de las palabras que los contienen. Como se verá, la mayor parte de los casos en que son dos las consonantes en posición final de sílaba, la segunda es /s/, y es esta la que normalmente mantiene su articulación cuando se reduce el grupo consonántico, de ahí que sea la que se conserve en la grafía simplificada.

6.5.2.2.2.1 Grupo -bs-

Este grupo aparece en posición final de sílaba en voces cultas procedentes del latín, como abs.te.ner (del lat. abstinēre), abs.trac.to (de abstractus), obs.ce.no (de obscēnus), obs.tá.cu.lo (de obstacŭlum), obs.tar (de obstāre), obs.truir (de obstruĕre), subs.cri.bir (de subscribĕre), etc. Aunque en todas ellas la pronunciación de la /b/ se relaja considerablemente, en la mayoría de los casos, en el habla esmerada, se mantiene la articulación de las dos consonantes del grupo.

No obstante, la reducción del grupo -bs- a -s- es general en la pronunciación culta de un grupo de palabras, que cuentan, por ello, con variantes gráficas simplificadas. Se trata de obscuro -ra, subscribir, substancia, substituir, substraer y substrato, así como de todos sus derivados y parientes léxicos, que hoy se pronuncian y escriben mayoritariamente solo con -s-: oscuro -ra, oscurantismo, oscurecer, suscribir, sustancia, consustancial, sustantivo -va, sustituir, sustituto -ta, sustraer, sustracción, sustrato, etc. En todos estos casos se recomienda usar con preferencia las grafías con reducción del grupo consonántico.

6.5.2.2.2.2 Grupo -ns-

Este grupo aparece en posición final de sílaba en numerosos cultismos tomados del latín, como cir.cuns.pec.to (de circumspectus), cir.cuns.tan.cia (del lat. circumstantĭa), cons.te.la.ción (de constellatĭo -ōnis), cons.truir (de construĕre), ins.pi.rar (de inspirāre), ins.tin.to (de instinctus), ins.tru.men.to (de instrumentum), mens.trual (de menstruālis), mons.truo (de monstrum), trans.po.ner (de transponĕre), etc., y ocasionalmente también en voces tomadas de otras lenguas, como cons.ta.tar (del fr. constater, creado a partir de la forma impersonal latina constat ‘es cierto, es manifiesto’), pans.per.mia (de origen griego) o sáns.cri.to (de origen sánscrito). Como ocurre en todos los grupos consonánticos que cierran sílaba, también aquí tiende a relajarse la articulación de una de las consonantes (normalmente la /n/), aunque en el habla culta se mantiene, en la mayoría de los casos, la pronunciación más o menos relajada de ambas consonantes.

No obstante, la reducción del grupo -ns- a -s- se ha generalizado en la pronunciación culta en muchas de las voces que contienen el prefijo de origen latino trans- (‘al otro lado de’ o ‘a través de’), que cuenta en español con la variante simplificada tras-. De este prefijo latino procede también, por simplificación, la preposición tras (‘detrás de’), que se emplea asimismo como prefijo en la formación de numerosas voces. Para el correcto uso de cada una de estas formas, deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

Se usa tras-:

• Cuando, con el sentido específico de ‘detrás de’, se emplea este prefijo para formar sustantivos que designan el espacio o lugar situado detrás del designado por la palabra base: trasaltar, trascoro, trascorral, trascuarto, traspatio, trastienda.

• Con independencia de su sentido, en las siguientes palabras con vigencia en el uso actual, y en todos sus derivados: trasbocar, trascolar, trasconejarse, trascordarse, trasfondo, trashoguero -ra, trashumar, traslado, traslapar, traslumbrar, trasluz, trasmano, trasminar, trasmochar, trasnochar, trasoír, trasojado -da, traspalar o traspalear, traspapelar, trasparecer, traspasar, traspié, traspillar, trasplantar, traspunte, trasquilar, trastabillar, trastornar, trast(r)ocar, trastumbar, trasudar, trasver, trasvolar.

Puede usarse tanto la forma etimológica trans- como la simplificada tras-:

• Cuando trans- va seguido de consonante, ya que, al estar el grupo -ns- en posición final de sílaba, es frecuente su reducción a -s- también en la pronunciación culta: trasbordo o transbordo, trascendencia o transcendencia, trascribir o transcribir, trasferir o transferir, trasgredir o transgredir, traslúcido -da o translúcido -da, trasmitir o transmitir, trasparente o transparente, trasponer o transponer, etc.

• Cuando el prefijo trans- se usa para formar derivados en español, aunque la palabra base a la que se una comience por vocal: trasandino -na o transandino -na, trasatlántico -ca o transatlántico -ca, trasnacional o transnacional, etc.

Se usa trans-:

• Cuando el prefijo trans- se une a palabras que comienzan por s(en este caso la s del prefijo se funde con la inicial del término base): transexual, transiberiano -na, transustanciación.

• En los casos en que esta secuencia va seguida de vocal y no es analizable como prefijo en la lengua actual, esto es, cuando la palabra en la que aparece no es resultado de añadir el prefijo trans- a una palabra base española: transacción (del lat. transactĭo -ōnis), transeúnte, transición, transigir, transistor, transitar o transitorio -ria, y sus respectivos derivados o parientes léxicos. En estos casos, al no ir el grupo -ns- en posición final de sílaba, pues cada consonante forma parte de una sílaba distinta (tran.sac.ción, tran.se.ún.te, tran.si.ción, etc.), no existe dificultad articulatoria, razón por la que este grupo no se reduce aquí ni en la pronunciación ni en la escritura.

Del latín conscientĭa derivan las formas consciencia, que conserva el grupo culto originario, y conciencia, con caída de la s etimológica. Cabe señalar que no se trata, en este caso, de simples variantes gráficas, intercambiables en todos los contextos, pues, aunque ambas formas pueden emplearse con el sentido general de ‘percepción o conocimiento’, solo conciencia significa ‘capacidad de distinguir entre el bien y el mal’.

6.5.2.2.2.3 Grupo -st-

El grupo -st- en posición final de sílaba aparece raramente en español y solo se da, en interior de palabra, en ist.mo (del lat. isthmus) y sus derivados, y en las voces formadas con el prefijo de origen latino post- (‘detrás de’ o ‘después de’) cuando se une a palabras que comienzan por consonante: post.da.ta, post.gra.do, post.mo.der.no, post.par.to, post.ver.bal, etc. (en cambio, cuando este prefijo se une a palabras que comienzan por vocal, cada una de las consonantes del grupo -st- se articula en una sílaba distinta: pos.te.lec.to.ral, pos.tin.dus.trial, pos.to.pe.ra.to.rio).

Dada la dificultad que plantea la articulación del grupo -st- como cierre silábico, la t no suele pronunciarse, de ahí que el prefijo post- cuente con la variante gráfica simplificada pos-. En general, aunque es válido el uso de ambas formas, la etimológica post- y la simplificada pos-, se recomienda emplear con preferencia esta última en la escritura de todas las palabras que incorporen este prefijo, tanto si comienzan por consonante (posdata, posgrado, posmoderno, posparto, posverbal, etc.) como si comienzan por vocal (poselectoral, posindustrial, posoperatorio, etc.). Solo en los casos en que este prefijo se une a palabras que comienzan por s debe mantenerse la t en la escritura (postsimbolismo, postsocialismo, postsoviético, etc.) para evitar la secuencia gráfica -ss-, ajena al español (⊗‍possocialismo), y para preservar el análisis de la unidad léxica resultante, que se vería dificultado si se redujesen ambas eses a una sola (⊗‍posocialismo). La secuencia -st- aparece naturalmente cuando este prefijo se une a palabras que comienzan por t, aunque en ese caso cada consonante del grupo pertenece siempre a una sílaba distinta: pos.tem.po.ra.da, pos.tó.ni.co, pos.trau.má.ti.co, etc.

6.5.2.2.2.4 Grupo -pt-

El grupo -pt- aparece en interior de palabra en numerosos cultismos de origen grecolatino, algunos de ellos incorporados como extranjerismos a través de otras lenguas: aceptar (del lat. acceptāre), adepto (del lat. adeptus), críptico (del gr. kryptikós), disruptivo (del ingl. disruptive), escéptico (del lat. sceptĭcus), himenóptero (del gr. hymenópteros), óptimo (del lat. optĭmus), perceptible (del lat. perceptibĭlis), etc.

A diferencia de los grupos consonánticos anteriores, la secuencia -pt- no se articula nunca en español en posición final de sílaba, sino que existe siempre una frontera silábica entre las dos consonantes del grupo, de modo que la p constituye el final de una sílaba y la t el comienzo de la siguiente: a.brup.to, a.cep.tar, ap.to. Como todas las consonantes oclusivas en posición final de sílaba, la /p/ tiende a relajar su articulación, pero se mantiene, más o menos debilitada, en la pronunciación culta. Solo en el caso de las palabras séptimo y septiembre el debilitamiento articulatorio de la /p/ llega a menudo, incluso en la pronunciación culta, hasta su completa elisión, de ahí la existencia de las variantes gráficas sétimo y setiembre, también válidas, aunque minoritarias frente a las formas etimológicas que conservan el grupo -pt-.

En el caso de los participios irregulares de los verbos pertenecientes a la familia de escribir (cuya terminación etimológica sería -scripto, del lat. scriptus), en la mayor parte del ámbito hispánico, por analogía con el participio escrito (única forma usada hoy en español frente a la anticuada escripto), se emplean exclusivamente las formas sin -p-, esto es, con reducción del grupo consonántico etimológico: adscrito, circunscrito, descrito, inscrito, prescrito, proscrito, suscrito, tra(n)scrito, etc.; no obstante, en el español de algunas zonas de América, especialmente en la Argentina, el Paraguay y Uruguay, son de uso normal las formas que conservan el grupo -pt-: adscripto, circunscripto, descripto, inscripto, prescripto, proscripto, suscripto, tra(n)scripto, etc. Para los derivados en -tor, salvo en el caso de escritor (única forma usada en todo el ámbito hispánico), la lengua culta solo admite hoy las grafías con el grupo -pt- etimológico: descriptor, proscriptor, suscriptor, tra(n)scriptor.

6.5.2.2.2.5 Grupos triconsonánticos

Son ajenas al español las secuencias de tres consonantes en posición final de sílaba. De hecho, solo aparecen en interior de palabra en las voces ángstrom y tungsteno, ambas de origen sueco, que designan, respectivamente, una unidad de medida de longitud y un elemento químico, y en darmstadio, voz que designa también un elemento químico y deriva del nombre de la ciudad alemana de Darmstadt, donde fue sintetizado por primera vez. Por su condición de voces técnicas pertenecientes a nomenclaturas de carácter internacional, conservan en la escritura el grupo triconsonántico etimológico, aunque el grupo /ngs/ queda normalmente reducido en la pronunciación a /ns/ por su dificultad de articulación en posición final de sílaba. En cambio, el anglicismo gánster (del ingl. gangster), al tratarse de una voz de uso corriente, sí se ha adaptado gráficamente a la pronunciación reduciendo el grupo triconsonántico etimológico.

La simplificación de grupos triconsonánticos (sea en posición final de sílaba, como en los casos anteriores, sea en distribución bisilábica) se produce con frecuencia en español en la adaptación de voces extranjeras que presentan esta configuración, para adecuarlas a las pautas silábicas españolas, como se ve en herciano (derivado del apellido alemán Hertz), bistec (adaptación del inglés beefsteak), rosbif (adaptación del inglés roastbeef) , etc.

     

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