CAPÍTULO IV. El uso de las letras minúsculas y mayúsculas

3. Cuestiones formales

3.3. La mayúscula y los signos diacríticos

Puesto que la mayúscula y la minúscula son únicamente distintas realizaciones de un mismo grafema, no existe motivo alguno por el que las palabras escritas en mayúsculas deban recibir distinto tratamiento en lo que al uso de la tilde o la diéresis se refiere. Las reglas de aplicación de ambos diacríticos (v. cap. II, § 3.4 y cap. I, § 6.1.2.2.1.1) rigen para todas las palabras, con independencia de la forma en que estén escritas.

Así pues, el empleo de la mayúscula no exime de poner la tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación gráfica: CÓRDOBA, Álvaro. Del mismo modo, las letras mayúsculas se escribirán con diéresis si así les corresponde: ANTIGÜEDAD, PINGÜINO. Estas normas son igualmente aplicables a los textos escritos en versalita.

Información adicional

En la actualidad no hay impedimento alguno para que todas las letras, mayúsculas y minúsculas, se escriban con diacríticos si deben llevarlos según las normas ortográficas. La ausencia de estos diacríticos en épocas pasadas podía estar justificada por razones técnicas: en la composición tipográfica antigua muchos juegos de caracteres no contaban con mayúsculas acentuadas y no había un espacio reservado para la tilde, lo que obligaba a empequeñecer el tamaño de la letra que debía recibirla en detrimento de la uniformidad del tipo. Además, la mayor parte de las máquinas de escribir convencionales no incorporaban la posibilidad de escribir con tilde las mayúsculas sin herir el cuerpo de la letra. Pero estas justificaciones, hoy carentes de sentido, no lo han tenido nunca en los textos manuscritos.

Solo las siglas escritas íntegramente en mayúsculas no llevan nunca tilde, ni siquiera cuando la letra en la que recae el acento prosódico de la sigla es la inicial de una palabra que se acentúa gráficamente en la expresión desarrollada. Así, se escribe CIA (y no ⊗‍CÍA), sigla del inglés Central Intelligence Agency; ENAF (y no ⊗‍ENÁF), sigla de Escuela Nacional de Árbitros de Fútbol.

Hay que advertir, no obstante, que los acrónimos lexicalizados, esto es, las siglas que, por su carácter pronunciable, se han incorporado al léxico general como nombres comunes o propios (v. § 4.3), se someten, como cualquier otra palabra, a las reglas de acentuación gráfica; por lo tanto, llevarán tilde cuando les corresponda, tanto si se escriben en minúsculas como si aparecen en un texto escrito enteramente en mayúsculas: Intermón, INTERMÓN (nombre de una organización no gubernamental para el desarrollo, de origen catalán, acrónimo de inter[dependiente] + món ‘mundo’, en catalán); módem, MÓDEM (‘aparato que convierte las señales digitales en analógicas y viceversa’, acrónimo del inglés mo[dulation] + dem[odulation]); euríbor, EURÍBOR (‘tipo europeo de oferta interbancaria’, acrónimo del inglés eur[opean] i[nter] b[ank] o[ffered] r[ate]). Como es natural, al haber abandonado su condición original de siglas, se regirán por las normas generales de uso de mayúsculas y minúsculas, es decir, solo se escribirán enteramente en mayúsculas por las mismas razones que el resto de las palabras (§ 4.4).

     

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