Morfología

2. El género

2.5 Características de los sustantivos comunes en cuanto al género según su terminación

2.5a Son comunes en cuanto al género los sustantivos de persona que designan tanto a hombres como a mujeres. En esta clase se encuentran la mayor parte de los sustantivos de persona acabados en -a, con muy escasas excepciones, que se tratarán en el § 2.5e. Muchos, aunque no todos, son de origen griego. Se dice, pues, un atleta y una atleta, y se forman, análogamente, expresiones como sus prestigiosos colegas y sus prestigiosas colegas. Entran en este grupo numerosos sustantivos que designan profesiones, ocupaciones, oficios o actividades, pero también otros atributos característicos de las personas, como se percibe en la relación siguiente:

anacoreta, astronauta, burócrata, cabecilla, camarada, centinela, cineasta, comparsa (en el sentido de ‘persona que ocupa un puesto secundario’), compatriota, croata (alterna con cróata en Colombia), demócrata, espía, exégeta (también exegeta, menos frecuente), fisioterapeuta, foniatra, geodesta, geriatra, guardia, guía, heresiarca, hincha, homicida, jerarca, karateca, linyera, logopeda, oligarca, pediatra, pirata, proxeneta, (p)sicópata, (p)siquiatra, tecnócrata, terapeuta, terrícola, trá(n)sfuga, turista, vigía, yudoca.

Cabe añadir estratega, si bien en algunos países se ha registrado la variante estratego, que no se recomienda. Pertenecen también al grupo anterior los sustantivos botija (‘niño, niña’ en el Perú y el Uruguay) y canillita (‘vendedor o vendedora de periódicos’ en las áreas rioplatense y andina):

Íbamos bajando la escalera de la Ámsterdam y un botija de doce o trece años lloraba en silencio escondido bajo el ala de su gorrito manya (CREA oral, Uruguay); Una botija con apenas 15 añitos comienza a darle bolilla a esas cajas de madera (República [Ur.] 29/6/2004); Un muchacho ingresó en la sala anunciando los diarios del día. Marcos rechazó con un movimiento de mano cuando le ofreció uno. El canillita insistió (Prada Oropeza, Hora); Roban diez mil dólares y joyas del departamento de una canillita (Capital 21/9/2004).

2.5b Varios de los sustantivos mencionados en el apartado precedente se emplean también como adjetivos, como croata en una ministra croata; demócrata en un partido demócrata, y otros similares. Sobre la relación entre sustantivo y adjetivo, véanse los § 13.6 y 13.7. Forman un grupo particular los sustantivos ponderativos o evaluativos, construidos a menudo con el artículo un/una en el sentido descrito en el § 15.5, que suelen expresar atributos negativos, como un paria/una paria, un canalla/una canalla. Algunos sustantivos de este grupo están restringidos geográficamente:

grasa (en la Argentina, ‘persona vulgar o de mal gusto’); hortera (en España, ‘persona vulgar u ordinaria que pretende ser elegante’); maula (empleado en el Río de la Plata en el sentido de ‘cobarde’; en Cuba, en el de ‘homosexual’; en el Ecuador, en el de ‘contrabandista’, y en el Perú, en el de ‘ocioso’); pasota (‘persona indiferente ante cuestiones importantes’, raro fuera de España); pelma (‘persona pesada o molesta’).

2.5c El sustantivo antípoda aplicado a las personas es común en cuanto al género: nuestros antípodas/nuestras antípodas. Como nombre de lugar es más frecuente en femenino (Se fue a las antípodas). También lo es en la expresión en las antípodas, en la que predomina el masculino: un punto de vista que se halla en las antípodas del nuestro. Sin embargo, no es la única opción: una puesta en escena suelta, ágil (en los antípodas de aquellas series televisivas tan envaradas […]) (Vanguardia [Esp.] 30/3/1995). Son asimismo comunes en cuanto al género las locuciones nominales cabeza de chorlito, cabeza de familia, cabeza de fila, cabeza hueca y cabeza loca, entre otras similares:

Ellos no querían irse a vivir tan lejos, pero no les iba a quedar más remedio que hacerlo porque su hija era ahora la cabeza de familia (Grandes, Aires); Don Luis, el cabeza de familia, viene con la chaqueta al brazo, sudoroso, el cuello desabrochado (Fernán Gómez, Bicicletas).

2.5d Son sustantivos comunes en cuanto al género los nombres de persona acabados en el sufijo -ista, como en el activista y la activista (sobre este sufijo, véanse los § 6.9 y 7.7h y ss.). Entre otros muchos ejemplos de este grupo, pueden señalarse ahorrista, alpinista, analista, artista, automovilista, dentista, especialista, gremialista, pianista, protagonista, taxista, violinista. Cabe añadir relacionista, empleado, con el significado de ‘relaciones públicas’, en algunas variedades del español americano: Tanto las fuentes del hospital Cedars-Sinaí como el manager y relacionista público del cantante han insistido en que no hay motivo de preocupación (Universal [Ven.] 6/11/1996). Se prefiere, sin embargo, relacionador/relacionadora en Chile y en algunos países andinos. La locución nominal relaciones públicas, que se usa en España, es común en cuanto al género: un relaciones públicas/una relaciones públicas. Entre las escasas excepciones, está el sustantivo modista, que generó la forma —anómala morfológicamente, pero ya extendida— modisto (varón), frente a modista (mujer). El sustantivo modista también se emplea en algunos países como común respecto al género, tal y como señala el DRAE:

Recordarás que era el modista de Eugenia de Montijo antes de la invasión de los bárbaros (Alonso, Supremísimo); Rodríguez se puso el primer dedal y empezó a trabajar en el taller del modista Rabasseda para ayudar a su madre (Vanguardia [Esp.] 3/4/1995); Marujita Soza, la modista , le pone alfileres en la cintura para ajustarle el vestido rojo (Monegal, Jardín).

Las voces autodidacta y políglota se usan generalmente como comunes en cuanto al género (el autodidacta/la autodidacta; el políglota/la políglota), pero también se documentan, con frecuencia mucho menor, desdobladas (autodidacto/autodidacta; polígloto/políglota), opción que se considera igualmente correcta. Se registra como común en cuanto al género el sustantivo analfabeta en algunas partes de México (por tanto, Es un analfabeta ~ Es una analfabeta). No se recomienda este uso.

2.5e Se mencionaron en los apartados precedentes los sustantivos masculinos poeta y guarda, el último en el sentido de ‘persona encargada de la custodia o protección de algo’. El sustantivo guardés surgió en español del femenino guardesa. Aunque se trata de una formación anómala, se registra en España, así como en Venezuela y en otros países americanos, incluso en la lengua culta: Aunque tu padre sea señor y mi padre sea guardés, nosotros estamos por encima y más allá de todo eso (Gopegui, Real). Además, se utiliza guarda como sustantivo común en cuanto al género: {un ~ una} guarda forestal. Se extiende asimismo el uso de poeta como sustantivo común en cuanto al género, como en una poeta reconocida; la variante tradicional poetisa es forma rechazada por muchas escritoras:

La poeta lo convidó a participar en las tertulias literarias que se realizaban con frecuencia en su residencia (Liendo, Platos); Fina era una poeta muy superior a su esposo, pero siempre ocupaba un segundo plano con relación a él (Arenas, Antes).

Para justificar ese rechazo se ha aducido, entre otras razones, que poetisa lleva a veces asociada la connotación de ‘poeta menor’, y también que el uso de poeta como común en cuanto al género se documenta ya en la lengua clásica.

2.5f Algunos de los sustantivos que aparecieron en los apartados anteriores son polisémicos, además de emplearse como comunes en cuanto al género (recuérdese el § 2.4f en relación con esta diferencia). Así pues, aparte de designar a una mujer, se refieren a grupos o a instituciones los sustantivos femeninos guardia (la Guardia Real, la vieja guardia), policía (Llamé a la policía) y canalla (toda la canalla del barrio). Contrastan, pues, Fue multado por {un guardia ~ una guardia}; Una policía le pidió a otro periodista su identificación (Nuevo Diario [Nic.] 9/8/2002), con Fue multado por la Guardia de Tráfico; el anuncio de la creación de una Policía carcelaria (Rumbo 15/9/1997). Los sustantivos guardia y policía tienen además otros sentidos, como explica el DRAE. El sustantivo hortera, citado en el § 2.5b, es común en cuanto al género cuando se aplica a las personas, pero solo femenino cuando designa un tipo de cazuela, como en Vio sacar en una hortera de alambre un carnero, o cabrón asado (Abarca, Vigilia).

2.5g La mayor parte de los sustantivos de persona acabados en -e son comunes en cuanto al género. Cabe decir el detective y la detective (se ha documentado ocasionalmente detectiva en algunos países), y puede hablarse asimismo de intérpretes diestros y de intérpretes diestras. La misma alternancia se aplica a los sustantivos que siguen, a los que cabe añadir otros similares:

adlátere, amanuense, artífice, cofrade (también cófrade, en Chile), compinche, cómplice, conserje, consorte, contable, cónyuge, copartícipe, correveidile, extraterrestre, hereje, mequetrefe, munícipe, partícipe, pinche, pobre, tiple.

Pueden agregarse a esta relación los sustantivos cadete (si bien se registra cadeta, en el sentido de ‘aprendiza’, en el español rioplatense), gafe (‘persona que trae mala suerte’, más usado en el español europeo que en el americano), pichirre (‘tacaño’ en Venezuela y otros países del área caribeña) y algunos más. El sustantivo doble es común en cuanto al género en la acepción de ‘persona que sustituye a un actor cinematográfico en determinados momentos del rodaje’, como en Tiene {un doble ~ una doble} para las escenas peligrosas, y también en la de ‘persona que se parece muchísimo a otra, de modo que pueden confundirse’, como en Pareces {el doble de este presentador ~ la doble de esta presentadora}.

2.5h Otros sustantivos en -e admiten femeninos en -a. El sustantivo jefe se utiliza como común (la jefe), en alternancia con el femenino jefa: La jefa del Gobierno británico está dispuesta a enviar una legislación de urgencia al Parlamento (País [Esp.] 1/6/1985). Forman pares -e/-a, los siguientes sustantivos, entre otros: alcahuete/alcahueta; catire/catira (‘rubio’ en parte del Caribe continental, usado como adjetivo y como sustantivo); infante/infanta (pero se dice una infante de Marina); nene/nena. Sobre el género de los nombres de empleos militares, véase el § 2.6c. Para las voces duque, conde, alcalde y príncipe, véase lo apuntado en el § 2.3j. Existen las alternancias sastre/sastra y cacique/cacica, pero las variantes femeninas son de escaso uso: También la mujer podía ostentar el título de cacica (Silvestrini/Luque, Historia).

2.5i Son sustantivos de una sola terminación (esto es, sin variantes en -a) muchos nombres de persona acabados en -nte que proceden en gran parte de participios de presente latinos (§ 6.10 y 7.11d y ss.). Cabe usarlos, por tanto, con modificadores masculinos o femeninos, como en He tenido {muchas estudiantes aplicadas ~ muchos estudiantes aplicados}; A los médicos no les gusta tratar a pacientes poco {sufridas ~ sufridos}. La misma alternancia se aplica, entre otros, a estos sustantivos:

agente, amante, aspirante, cantante, combatiente, concursante, delincuente, demandante, denunciante, descendiente, donante, drogodependiente (drogadependiente en la Argentina), escribiente, garante, informante, manifestante, narcotraficante, penitente, pretendiente, remitente, representante, simpatizante, televidente, terrateniente, traficante, viajante, viandante.

El DRAE recoge los femeninos penitenta y pretendienta, que tienen hoy muy escaso uso. Se registran testimonios recientes de conferencianta, delineanta y otras variantes femeninas de nombres comunes en cuanto al género terminados en -nte que no han pasado a los registros formales ni se han integrado en el español general.

2.5j Se dan algunas oposiciones -ante/-anta y -(i)ente/-(i)enta, sin connotaciones particulares o significados añadidos, aunque no todas las voces se usan en todos los países hispanohablantes. Se trata de casos como los siguientes:

cliente/clienta; comediante/comedianta; congregante/congreganta; dependiente/dependienta; figurante/figuranta; intendente/intendenta; presidente/presidenta; sirviente/sirvienta.

No obstante, en algunos países se emplean —con distinto grado de extensión— estos sustantivos como comunes respecto del género. Así, por ejemplo, la cliente alterna con la clienta tanto en el español europeo como en el americano. Tiende a elegirse la primera variante como forma preferida en amplias zonas de Chile, México y las áreas centroamericana y caribeña: Las celdas permanecerán abiertas para que las clientes puedan hacer uso de las duchas, de baños y acudir al comedor a ingerir los alimentos (Picó, Día). En algunas de estas áreas es peyorativa la forma clienta. Alternan la presidente y la presidenta en muchos países americanos. También lo hacen la dependiente y la dependienta: Una de las dependientes es quiteña (Vistazo 16/10/1997).

2.5k Los sustantivos principianta y danzanta, recogidos en el DRAE, son hoy de escaso uso. Farsanta era el femenino de farsante, en el sentido de ‘actriz’, ya desusado: Todas estas y más figuras suele hacer una farsanta (Cervantes, Licenciado). Como explica el DRAE, se admite hoy con el sentido de ‘persona que finge lo que no siente’, como en Eres {un farsante ~ una farsanta}, pero en esta interpretación predomina farsante como común en cuanto al género: Me dio por llorar y por decir que yo era una farsante, y que daría todos mis estudios y desvelos por el futuro de la clase obrera (Martín Gaite, Nubosidad). Si bien es de uso general vidente como común, existe videnta en el área andina, y se ha documentado ocasionalmente en España. El sustantivo gerente cuenta con el femenino gerenta, recogido en el DRAE; es frecuente en Chile y en los países andinos, pero infrecuente en otros muchos: […] ante la denuncia de la gerenta general de Transcontinental S. A. por la falsificación de su firma (Caretas 29/5/1997). El sustantivo postulante se usa en América en el sentido de ‘candidato’. Existe también postulanta para designar a la mujer que pide ser admitida en una comunidad religiosa.

2.5l En varios países se oponen en la actualidad una gobernante (‘mujer que gobierna un país’) y una gobernanta (‘mujer que tiene a su cargo personal de servicio’):

Representa una carencia de tacto político el que un (o una) gobernante manifieste sin recato alguno su preferencia por tal o cual tendencia ideológica (Excélsior 3/10/2000); Tuvo dos niñeras inglesas, una gobernanta suiza y un preceptor francés (Vargas Llosa, Verdad).

La voz parturiente, que no designa personas de sexo masculino, ha caído en desuso a favor del femenino parturienta, que es la que hoy se prefiere. Se ha observado que el femenino agrega en algunos casos connotaciones, y a veces hasta significados, diferentes de los que corresponden al sustantivo común. Así, en España se utiliza asistenta en el sentido de ‘empleada de hogar’, frente al uso más habitual del sustantivo asistente como común (el asistente social/la asistente social). No obstante, se empieza a difundir en diversos países la expresión asistenta social. Como todavía no se ha integrado totalmente en la variedad culta, se prefiere asistente social. Se siente ya como anticuado el uso de ayudanta como ‘mujer que realiza trabajos subalternos, por lo general en oficios manuales’: En unos meses puede pasar de ayudanta a aprendiza (Aldecoa, Fulgor), por lo que se prefiere ayudante como sustantivo común en cuanto al género.

2.5m Son también comunes respecto del género otros sustantivos referidos a personas y acabados en -o: el contralto/la contralto; el metomentodo/la metomentodo; el modelo/la modelo (en la acepción en la que hace referencia a cierta profesión); el piloto/la piloto; un sabelotodo/una sabelotodo; el soprano/la soprano; el testigo/la testigo; el jurado/la jurado (en el sentido de ‘miembro de un jurado’, como explica el DRAE). En España se agrega el canguro/la canguro (con el significado de ‘persona que se dedica al cuidado de niños y que cobra por ello’). Existe el sustantivo común en cuanto al género reo (por tanto, el reo/la reo), pero se documenta también el femenino rea, que tiene base etimológica:

[…] la decisión del gobierno de Israel de liberar a las reas (Universal [Ven.] 10/2/1997); A la rea Maribáñez, que la bajen al lugar del tormento (Alviz, Son); Rea era de falta la que se descarriaba del sendero legal (Longares, Corsé).

En la Argentina se usa, además, la palabra rea en el sentido de ‘prostituta’ y con valor despectivo.

2.5n Son comunes en cuanto al género la mayor parte de los sustantivos que se refieren a personas y acaban en -i (tónica o átona) o en -y:

el ceutí/la ceutí (el masculino es, además, el nombre de una moneda); el chantapufi/la chantapufi (en la Argentina, ‘persona chapucera’); el maniquí/la maniquí (en la acepción de ‘persona que exhibe modelos de ropa’); el marroquí/la marroquí; el pelotari/la pelotari; el quinqui/la quinqui (en España, ‘persona perteneciente a cierto grupo social marginado’); el yóquey/la yóquey (se usa ocasionalmente yoqueta en el Río de la Plata).

He aquí algunos ejemplos de estos usos:

La distinción consiste en una escultura hecha por la ceutí Elena Laverón (Diario de Hoy 27/6/2003); Lo primero que le dice el ceutí al español que llega de la Península es que primero hay que conocer Ceuta (País [Esp.] 5/7/1978); La maniquí que más veces aparece retratada es Helena Barquilla (Mundo [Esp.] 15/2/1996); Pero seguía siendo un hombre elegante, vestido como el maniquí que fue en su juventud (Vargas Llosa, Fiesta).

2.5ñ Son muchos los sustantivos de persona terminados en consonante que se usan como comunes en cuanto al género. No todos se emplean, sin embargo, en todas las áreas hispanohablantes. Los siguientes son palabras llanas terminadas en -r, -s o -t: el mártir/la mártir; el prócer/la prócer; el viejales/la viejales; el vivales/la vivales; el pívot/la pívot. Numerosos sustantivos de este grupo son palabras compuestas: un papanatas/una papanatas; el lavacoches/la lavacoches; un pelagatos/una pelagatos; demasiados cantamañanas/demasiadas cantamañanas; un pinchaúvas/una pinchaúvas, etc., todos ajustados al esquema V-N (véanse también los § 11.8q y ss.). El segundo miembro del compuesto es un adverbio en mandamás, igualmente común en cuanto al género (el mandamás/la mandamás): La tal Inmaculada […] era la mandamás (Azuela, A., Casa).

2.5o Los sustantivos de persona agudos y terminados en -ar o -er suelen ser también comunes en cuanto al género:

el auxiliar/la auxiliar (de vuelo, de enfermería, etc.); el crupier/la crupier; el titular/la titular (de una plaza, de una cátedra, etc.); el canciller/la canciller; el bachiller/la bachiller; el sumiller/la sumiller; el ujier/la ujier.

Cabe agregar el par el mercader/la mercader, si bien se usó el femenino mercadera en el español antiguo y todavía pervive en algunos países americanos. En cambio, los terminados en -or hacen el femenino en -a, con la excepción de sor, que es solo femenino:

director/directora; doctor/doctora; elector/electora; escritor/escritora; lector/lectora; profesor/profesora; rector/rectora; señor/señora.

Pueden verse otros aspectos de estas alternancias en el § 13.5e.

2.5p El sustantivo huésped se utiliza hoy normalmente como común, pero aún se documenta el femenino tradicional huéspeda: […] dejaba a su marido campo libre y hermoso para besar a su atractiva huéspeda (Pombo, Metro). Se usó cónsula como ‘mujer del cónsul’, pero hoy se emplea cónsul como común. Sobre el uso restringido de consulesa, recuérdese el § 2.3j. El femenino bachillera se empleó habitualmente en el español clásico con intención humorística o despectiva. Aunque en menor medida, se conserva en la actualidad esta connotación, lo que no impide que se use también sin ella. Tiene hoy escaso uso el sustantivo militara (‘esposa, viuda o hija de militar’): En el segundo piso los dos cuartos están unidos: una militara refugia su viudez en el más pequeño y ayuda a su exigua pensión recibiendo huéspedes en el más grande (Chacel, Barrio). Para el femenino de teniente, coronel y otros nombres de empleos militares, véase el § 2.6c.

2.5q Son también numerosos los sustantivos comunes en cuanto al género que terminan en -l (el apóstol/la apóstol). Muchos de ellos pasan a sustantivos desde un primitivo uso adjetival (§ 7.7k y ss. y 13.7):

un comensal/una comensal; el corresponsal/la corresponsal; un homosexual/una homosexual (o heterosexual); el industrial/la industrial; el profesional/la profesional.

El sustantivo fiscal, procedente asimismo de un adjetivo (el tema fiscal), es común en cuanto al género (el fiscal/la fiscal), pero se registra también la forma fiscala, frecuente en el Paraguay y en otros países americanos, a veces en alternancia con el uso femenino de fiscal: La fiscala Vallejo detectó la duplicación de pagos de viáticos (ABC Color 5/9/2001). Se usan asimismo los femeninos concejala (que alterna con la concejal), bedela (que alterna con la bedel) y otros similares.

2.5r En la actualidad, no son numerosos los sustantivos de persona terminados en -l sujetos a moción genérica: español/española; zagal/zagala; colegial/colegiala, etc. En el español europeo se usa una colegial con el sentido de ‘mujer que estudia en un colegio mayor’, pero se emplea —al igual que en otros muchos países— una colegiala con el de ‘alumna de un colegio’, como en Era casi una colegiala, de cintas rojas en el cabello (Pozo, Noche). El sustantivo oficial se usa frecuentemente como nombre común en cuanto al género (el oficial de policía/la oficial de policía), pero se documenta también el femenino oficiala, que en el español europeo se utiliza sobre todo aplicado a ciertas aprendizas de categoría intermedia, muy a menudo peluqueras: […] en la niña planchadora, recadera, oficiala, aprendiza, en la muchacha sin empleo fijo que tiene el perfil estremecido por los reflejos subterráneos y los ojos llenos de anuncios (Umbral, Mortal).

2.5s Los sustantivos agudos terminados en -z tienden a ser comunes (el aprendiz/la aprendiz; el portavoz/la portavoz), aunque algunos forman femeninos en -a: andaluz/andaluza; rapaz/rapaza o el citado aprendiz/aprendiza. El sustantivo capataz es común en cuanto al género (el capataz/la capataz), aunque también se documenta ocasionalmente la forma capataza: […] se hallaba instalado ya todo el mundo en sus puestos bajo la mirada de la capataza (Somers, Retrato). Para el femenino de la forma juez, véanse los § 2.6a y 2.6m. El resto de los sustantivos terminados en consonante no suelen ser comunes. Los agudos terminados en -n hacen el femenino en -a: anfitrión/anfitriona; catalán/catalana; ladrón/ladrona; patrón/patrona; peatón/peatona. Se exceptúa el sustantivo gañán, que no presenta forma femenina porque su referente suele ser siempre varón, al igual que sucede con atamán, brahmán, capellán, chamán, deán, donjuán y algunos otros. El masculino correspondiente a comadrona es comadrón, igualmente de escaso uso por razones extralingüísticas. Los nombres agudos terminados en -s suelen hacer el femenino en -a: burgalés/burgalesa; feligrés/feligresa; francés/francesa; marqués/marquesa. Véase el § 2.5e para la oposición guardés/guardesa. Existen escasas excepciones, como el compuesto mandamás, mencionado en el § 2.5ñ.

2.5t Con algunas excepciones, los adjetivos de doble terminación (es decir, con moción de género) acabados en consonante vienen a coincidir con los que se usan también como sustantivos, que se han descrito en los apartados anteriores: Tengo {pasaporte español ~ nacionalidad española}; Es {un muchacho gandul ~ una muchacha gandula}. El adjetivo montés es de una sola terminación (gato montés, cabra montés), aunque se documenta ocasionalmente la variante montesa:

Pongo en duda que este sea siquiera el mundo de la cabra montés o la gamuza, del armiño o de las águilas (García Sánchez, Alpe d’Huez); […] una rifeña, agreste como una cabra montesa, con la frente ornada de tatuajes (Goytisolo, J., Reivindicación).

Para otros aspectos de la concordancia de género de los adjetivos, véanse los § 2.1e-l y 13.5.

 

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