Sintaxis

33 El sujeto

33.3 Aspectos semánticos de la noción de sujeto. El sujeto y la diátesis verbal. Alternancias en las que participan los sujetos

33.3a En esta sección se analizan someramente los resultados de aplicar al estudio del sujeto los criterios B y C introducidos en el § 33.1g. Las estructuras gramaticales que permiten expresar los argumentos de un verbo se denominan diátesis41.1a). La alternancia «activa-pasiva» constituye su manifestación más característica, pero existen otras que se analizarán en este mismo capítulo. Cuando se compara una oración activa (en el sentido explicado en el § 41.1b), como El montañero escaló la roca rápidamente, con su variante pasiva La roca fue escalada rápidamente por el montañero, se comprueba que presentan algunos puntos comunes y otros divergentes. Los comunes afectan a la distribución de las funciones semánticas (§ 1.12b, e, h): el grupo nominal el montañero constituye el agente en ambas oraciones, y la roca representa el paciente (también denominado tema por algunos gramáticos) en ellas. El concepto tradicional de sujeto paciente constituye, por tanto, la combinación de una noción sintáctica (sujeto) y una semántica (paciente). No comparten, en cambio, esas dos oraciones la distribución de las funciones sintácticas que corresponden al predicado escalar, ya que el montañero es el sujeto de la primera, pero un complemento adjunto en la segunda (§ 41.3l y ss.). A su vez, la roca es el complemento directo de la primera, pero el sujeto de la segunda. El término tradicional complemento agente combinaba, al igual que el de sujeto paciente, una noción sintáctica (complemento) y una semántica (agente).

33.3b Se usa el término agente en la tradición con varios sentidos. La ambigüedad es consecuencia de la interpretación amplia que reciben tradicionalmente los conceptos de verbo activo y de oración activa. Como se hace notar en el § 41.1b, las oraciones activas no son, en la tradición gramatical, las que poseen predicados que denotan acciones, sino las que aparecen en la voz activa. Ello da lugar al análisis clásico, en cierto modo paradójico, según el cual son activas muchas oraciones que expresan estados, situaciones o propiedades, pero no acciones en sentido estricto: Te mereces un premio; Yacía sobre el asfalto; El dibujo representa un elefante; Tenía pocos años; No hay forma de llegar; etc. Como cabría esperar, el problema terminológico se extiende a los complementos agentes. Así, la expresión subrayada en El lugar es bordeado por un cinturón verde (Listín Diario 9/1/2009) se viene considerando en la tradición un complemento agente, a pesar de que el verbo al que modifica no expresa propiamente una acción. Lo mismo cabe decir del subrayado en El bisoñé del señor Daroca era conocido por todos los ladrones de libros matriculados en la universidad (Azúa, Diario) y de otras secuencias similares.

33.3c El término complemento agente se sigue empleando en la actualidad, pero se suele insistir hoy en la conveniencia de que la noción de ‘agente’ se vincule con mayor claridad a la de ‘acción’, a diferencia de lo que sucedía en la sintaxis tradicional. Se abordan otros aspectos de esta cuestión en los § 41.1b, i y 41.3l y ss. En la tradición se consideran asimismo agentes los sujetos de las oraciones construidas con los verbos llamados inacusativos (también a veces semideponentes), analizados en el § 41.4, como en Llegó el verano o Aparecían algunas casas en el horizonte. Repárese en que las expresiones subrayadas designan un elemento que interviene en cierto proceso, pero no propiamente un participante activo en las situaciones descritas.

33.3d Las alternancias de diátesis fundamentales del español son dos. La alternancia «activapasiva» y la llamada «activamedia». La primera recoge el hecho conocido de que los objetos directos de las oraciones activas corresponden a los sujetos de las pasivas, sean estas perifrásticas (La carta fue leída) o reflejas (La carta se leyó). Sin embargo, no todos los objetos directos de las oraciones activas pueden pasar a sujetos pacientes en las pasivas. Las restricciones principales que se conocen en este proceso se analizan en los § 41.3b y ss. En lo que respecta a las funciones sintácticas, la alternancia «sujetocomplemento agente» no siempre depende, como se vio en el apartado anterior, de que el verbo exprese o no una acción. Aun así, se percibe una tendencia clara a que los complementos agentes se construyan con este tipo de verbos (§ 41.3a). La presencia o la omisión del complemento agente depende sobre todo de que el hablante desee o no hacer expresa la información que corresponde a ese participante, como sucede con los demás complementos adjuntos. El complemento agente está explícito, en efecto, en El menor de los hermanos, Antonio, fue enviado por el padre a Nueva York (Serrano, M., Vida), donde podría omitirse, pero está ausente en En 1943, fue enviado a Inglaterra para entrar en contacto con los científicos británicos (Volpi, Klingsor), donde podría agregarse. Se analizan otros aspectos de los complementos agentes en los § 27.8o y ss. y 41.3l y ss.

33.3e Los sujetos pacientes de las oraciones pasivas se interpretan a partir de información que aporta la sintaxis, no solo el léxico. Ello es así porque los predicados que corresponden a las oraciones pasivas («ser + participio») no aparecen, justificadamente, en los diccionarios. Por ello, para dar sentido a la oración Hortensia escribió la carta que vencerá el pudor de Pepita (Chacón, Voz), basta interpretar el sustantivo Hortensia como sujeto de escribir, es decir, como el argumento que expresa la acción que ese verbo denota. Sin embargo, para dar sentido a la secuencia Aquella carta que ahora sostenía entre el índice y el pulgar había sido escrita por Mary o por Claire (Andahazi, Piadosas), es necesario interpretar el sujeto aquella carta como paciente del verbo escribir. Ello exige asociarlo con la función sintáctica que corresponde al complemento directo de la llamada voz activa. La pasiva de participio (ser escrito) se denomina tradicionalmente perifrástica porque se asimila a las perífrasis verbales, ya que constituye un predicado complejo formado por un verbo auxiliar y uno pleno (§ 41.2). Como se ha adelantado, las pasivas reflejas son análogas en este punto a las perifrásticas. Se construyen, pues, también con sujetos pacientes:

Las técnicas y materiales de hoy no son iguales a los que existían cuando se fabricaron las lanzas (Donoso, Casa); Gilberto solicitó que se enviara un suplicatorio al gobierno alemán (Prada, Tempestad); El amor ni se compra ni se vende (Alonso, Supremísimo); Se han escrito mil fábulas sobre el cadáver (Martínez, Perón); La humedad en que están embebidos sus versos, da un dulce frescor cuando se leen (Selva, Canto).

En los § 41.11h y ss. se analizan algunas diferencias entre las pasivas perifrásticas y las reflejas.

33.3f La segunda de las alternancias que se mencionaron en el § 33.3d es la «activamedia», como en El sol seca los campos (activa) ~ Los campos se secan (media): § 41.13 y 41.14. En efecto, los campos es, en la primera variante, el complemento directo de secar, mientras que en la segunda es el sujeto del verbo pronominal secarse. En cambio, desde el punto de vista semántico, los dos usos de este grupo nominal comparten la misma función (paciente o tema, entre otros términos que se emplean en diversas teorías gramaticales). Muchos lexicólogos entienden, de hecho, que el verbo transitivo secar se interpreta semánticamente como la combinación de un verbo causativo (hacer) y un verbo intransitivo de proceso (secarse). Se analiza esta relación en los § 34.3o y ss., 41.13u y 41.14a y ss.

33.3g Una diferencia notable entre la alternancia «activapasiva» y la alternancia «activamedia» es el hecho de que los diccionarios informan casi siempre de la segunda (la marca prnl. ‘pronominal’ del DRAE), pero no de la primera. Se discute en la actualidad si sería posible deducir o inferir la propiedad sintáctica ‘pronominal’ del significado del verbo, en lugar de marcarla en cada caso particular. Los resultados de esta opción son, sin embargo, inseguros, como se explica en el § 41.13t. La alternancia entre la interpretación media o cuasirrefleja de las construcciones con se (Se abrió ‘Resultó o quedó abierto’) y la pasiva (Se abrió ‘Fue abierto’) se estudia en el § 41.11d. Véase también el § 41.14.

33.3h Existe una variante de la alternancia «activamedia», también con verbos pronominales, en la que intervienen frecuentemente los complementos indirectos. En efecto, los pares disparar ~ dispararse o perder ~ perderse dan lugar a una forma de alternancia entre sujetos y objetos directos en construcciones como disparar alguien [sujeto] una pistola [complemento directo] ~ disparársele a alguien [complemento indirecto] una pistola [sujeto]. A la misma pauta pertenecen perder alguien un paraguas [complemento directo] ~ perdérsele a alguien un paraguas [sujeto] y otros pares similares construidos también con verbos pronominales. Es característico de estas construcciones el dativo simpatético o posesivo, que se analiza en los § 35.7f y ss.

33.3i Puede darse asimismo la alternancia «activamedia» cuando los verbos intransitivos no son pronominales. En lugar de pares como secar ~ secarse; preocupar ~ preocuparse; mover ~ moverse y otros muchos similares en los que alternan un verbo transitivo y otro intransitivo pronominal, se obtienen en estos otros casos pares como engordar (transitivo) ~ engordar (intransitivo); hervir (transitivo) ~ hervir (intransitivo) o mejorar (transitivo) ~ mejorar (intransitivo), etc. Se ilustran ambos usos a continuación (§ 41.14c y ss.):

Era cierto que la televisión engorda a las personas (Izaguirre, 1965); Si una persona engorda es porque su ingesta calórica excede a sus necesidades energéticas (Barrera/Kerdel, Adolescente); Pidió a la población que hierva el agua (ABC 14/10/1986); El agua para el café hervía ahora incontenible (Collyer, Habitante); Es una expresión permanente para que la industria mejore su productividad y competitividad (Nacional 12/1/1997); Se retiene más el agua, filtra más y escurre menos, la productividad mejora (Nación [Arg.] 4/7/1992); Cuando la fábrica sube los precios, este repercute sobre el detallista y el pueblo consumidor (Dedom 14/1/1997); Los precios suben al ritmo del lujo que se quiere pagar (Dios, Miami).

33.3j La variante transitiva de estos pares es igualmente causativa, ya que engordar (transitivo) equivale a hacer engordar (donde engordar es ahora intransitivo). En consecuencia, el sujeto de engordar en el primero de los ejemplos citados (la televisión) designa la entidad que lleva a cabo cierta acción, mientras que en el segundo (una persona) designa la entidad que experimenta cierto proceso. Del mismo modo, al complemento directo de la oración del segundo ejemplo (el agua en … que hierva el agua) corresponde la misma función semántica (paciente o tema, según diversas nomenclaturas) que se asigna al sujeto de la tercera oración (El agua para el café hervía ahora incontenible). Se analizan otros aspectos de estas alternancias en los § 34.6 y 41.14.

33.3k El sentido estricto de diátesis abarca las oposiciones «activapasiva» y «activamedia». En un sentido más laxo, que defienden algunos autores, esta noción se extendería también a las alternancias a las que dan lugar otros predicados cuyos argumentos (entre ellos, el sujeto) pueden contraer diversas funciones sintácticas. En la concepción más estricta, por la que se optará aquí, estas alternancias sintácticas no forman parte de las oposiciones de diátesis, ya que pueden afectar al significado del verbo, o bien estar condicionadas por factores discursivos. Corresponden, pues, al punto de vista C del § 33.1g, en lugar de al B. En efecto, son muy poco frecuentes las alternancias entre sujetos y complementos directos con un mismo predicado sin que el verbo muestre cambio morfológico alguno. El verbo apetecer —más usado en el español europeo que en el americano— da lugar a una de ellas. El infinitivo comprar es el sujeto de la oración ¿Qué te apetece comprar?, pero es el complemento directo de ¿Qué apeteces comprar? (Ruiz, A., Rosas). Esta segunda variante, mucho menos frecuente, se suele asociar con la lengua literaria. Repárese ahora en que apetecer significa aproximadamente ‘desear’ en el último caso, pero está más cerca de los verbos agradar o complacer en el primero, tal como explica el DRAE. No todas las alternancias entre funciones sintácticas admitidas por los verbos dan lugar, sin embargo, a cambios de significación tan marcados como este. En los apartados que siguen se analizarán algunas de las más características en las que intervienen los sujetos.

33.3l Se han observado un gran número de alternancias sintácticas entre sujetos y complementos preposicionales (sean de régimen o adjuntos). En efecto, el verbo gustar se construye según la pauta gustarle a alguien [complemento indirecto] algo [sujeto], como en Nos gustaría utilizar otros métodos (ABC 28/5/1989), donde se subraya el sujeto; pero también en la variante gustar alguien [sujeto] de algo [complemento de régimen]. Esta segunda variante es característica de la lengua escrita:

Bizet gustaba de utilizar los temas folklóricos en sus obras, y este libreto fue el vehículo ideal para su música bien construida (País [Esp.] 5/6/1980); El señor Bustamante era callado pero afable, gustaba de promover conversaciones alegres (Prieto, Memorias I).

El verbo ir da lugar a una de las alternancias más características entre sujetos y complementos circunstanciales en pares como irle a alguien [complemento indirecto] bien el negocio [sujeto] ~ irle a alguien [complemento indirecto] bien en el negocio [complemento circunstancial], donde bien alterna con otros adverbios de modo o manera (mal, estupendamente), etc. La segunda oración es impersonal, al igual que lo es ¿Cómo te va? y otras similares que se analizan en el § 41.6u.

33.3m La locución preposicional a cargo (de) forma grupos preposicionales de interpretación atributiva que se suelen construir con los verbos estar, quedar, seguir y otros similares. Si se comparan las dos secuencias siguientes, se comprobará que los argumentos que intervienen en ellas se organizan de manera opuesta:

Consideró que constituye ilícito disciplinario la conducta de un magistrado que participó junto con dos periodistas en una entrevista, a pesar de estar a cargo de una instrucción penal relacionada con los hechos objeto de la entrevista (Clarín 24/4/1997); La instrucción del sumario está a cargo de autoridades del Área Naval Atlántica (Clarín 7/4/1997).

En la primera se dice que cierto magistrado estuvo a cargo de determinada instrucción. El sujeto tácito del infinitivo (§ 26.7 y 26.8) estar tiene como antecedente el grupo nominal encabezado por un magistrado. En la segunda oración se da cuenta, en cambio, de que cierta instrucción está a cargo de determinadas autoridades. No se expresan significados opuestos con estas dos variantes, a diferencia de lo que sucede en A está debajo de B ~ B está debajo de A, o en la mayor parte de los pares en los que se permutan los argumentos de un predicado sin alternar la forma de este. En efecto, la expresión A está a cargo de B puede ser compatible con dos interpretaciones, ya que A puede designar a quien está al cuidado de algo (estar a cargo de una máquina), pero también aquello que está al cuidado de alguien: La máquina a cargo de Gregory Reeves sellaba el interminable desfile de tarros que pasaba en una correa transportadora (Allende, Plan). No es frecuente que los dos argumentos de los que se habla estén representados por nombres de persona, pero la gramática no rechaza esta posibilidad, como en Los prisioneros estaban a cargo de un nuevo oficial ~ Un nuevo oficial estaba a cargo de los prisioneros.

33.3n Los sustantivos alegría, asco, deseo, lástima, pena, rabia, vergüenza y otros muchos que expresan sensaciones, sentimientos o reacciones afectivas análogas dan lugar a una alternancia característica de las construcciones formadas con el verbo de apoyo dar41.7). La oración subordinada sustantiva (sea de infinitivo o de verbo finito) puede aparecer como sujeto (Daba vergüenza verlo) o como término de la preposición en el complemento del nombre (Daba vergüenza de verlo). Las dos opciones se consideran correctas, pero la variante más común en la lengua culta es la que no presenta la preposición, tanto en las estructuras con subordinada de infinitivo como en las oraciones de verbo finito:

Le da lástima que sucedan esas cosas (CREA oral, Venezuela); Estoy convencida de que le daba vergüenza comer porque se sentía culpable de no aportar nada (Chirbes, Letra).

Cuando es un grupo nominal el que denota lo provocado por el sentimiento o la sensación de la que se habla, la alternancia resulta natural con el sustantivo pena41.7f):

Por otra parte no creo que él tenga amigos, sobre todo si se tiene en cuenta lo que le han hecho. A veces me da pena ese pobre sujeto (Moreno-Durán, Diana); Quiero que sepas una cosa: Lo he hecho por tus padres, me daba pena de ellos (Gallego, Adelaida).

No obstante, también se documenta con otros:

Me dan asco tus manos, no lo puedo remediar (Martín Recuerda, Arrecogías); A mí no me da asco de mi hijo (Lorca, Yerma); Me dan vergüenza las sandeces de mi amigo (Buero, Trampas); Y a mí me da vergüenza de mis juegos de niño (Barea, Forja).

33.3ñ Las alternancias que se acaban de mencionar se analizan más pormenorizadamente en el § 41.7. Como allí se explica, se alteran las funciones sintácticas en estos pares. En efecto, el sujeto de la oración A mí me daba rabia pensar que tía Victoria estuviese tan pobre (Mendicutti, Palomo) es la subordinada de infinitivo que se subraya, de forma que el sustantivo rabia desempeña la función de complemento directo. En cambio, en […] como si le diera vergüenza de que yo anduviera en colectivo (Andrade, Dios), la oración pasa a ser impersonal. El grupo preposicional subrayado puede interpretarse como complemento del sustantivo vergüenza, o bien como complemento de dar. La doble opción de la que se habla es característica de las construcciones con verbo de apoyo, como en [dar una vuelta] [a la ciudad] y [dar] [una vuelta a la ciudad]16.10f, k, n, 34.11j, 35.3h y 41.7c). Este análisis se extiende a la variante descrita en el apartado precedente. Desempeña, en efecto, la función de sujeto el grupo nominal subrayado en el texto de Moreno- Durán. En cambio, la variante con de, que se ha ilustrado con el ejemplo … me daba pena de ellos, recibe análisis idénticos a los esbozados para el ejemplo de Andrade que se acaba de citar. La oración es, por tanto, impersonal.

33.3o Algunos predicados que expresan sensaciones y otras afecciones de naturaleza física dan lugar a alternancias cercanas a las analizadas en los apartados precedentes. Son características de los nombres que designan partes del cuerpo (y a veces este en su conjunto). Con menor frecuencia, se forman también con algunos predicados que designan golpes, heridas y otros nombres de efecto: Me picaba la nariz [sujeto] ~ Me picaba en la nariz [complemento circunstancial de lugar]; Le seguía doliendo la herida [sujeto] ~ Le seguía doliendo en la herida [complemento circunstancial de lugar]. Sin embargo, no todas las secuencias que admiten una de las dos pautas aceptan la otra. Corresponden a la primera opción estos ejemplos:

Hasta me picaban los ojos (Mendicutti, Palomo); A Julius ya no le dolía la nariz (Bryce Echenique, Julius); Todo el cuerpo me escuece (García Sánchez, Alpe d’Huez).

Ilustran la segunda estos otros:

Para comerla es buena; pero cuando se parte cruda pica en los ojos (Salvador Caja, Eje); Y de súbito, unos golpes secos, que le dolieron en la nariz, en los labios, y se encontró con la boca abierta (Alba, V., Pájaro); La luz me escocía en todo el cuerpo, y hasta me deslumbraba los párpados traslúcidos (Gómez Serna, Automoribundia).

La alternancia se extiende al sustantivo alma. He aquí sendos ejemplos de estas dos variantes:

Pero, bueno, si a ti te duele el alma, o la muela, que para estos efectos es lo mismo, nadie te va a tomar por un impostor (Bryce Echenique, Huerto); Eso me dolió en el alma (Azuela, A., Casa).

Véanse también los § 35.5k, m y 39.7l.

33.3p Los predicados verbales que expresan suficiencia (bastar, sobrar, ser suficiente) dan lugar a una alternancia relativamente similar a la que se ha descrito, aunque con complementos de régimen en lugar de con circunstanciales de lugar: Me basta tu palabra [sujeto] ~ Me basta con tu palabra [complemento de régimen]. Esta alternancia se analiza en los § 36.7k y 41.8f y ss. En el § 36.3ñ se examinan otras semejantes entre sujetos y complementos de régimen.

33.3q Algunas alternancias sintácticas son menos firmes, ya que no solo dependen de las propiedades gramaticales de determinados predicados, sino también de factores discursivos mucho más difíciles de objetivar. Así, en el § 39.6k se explica que ciertos sustantivos se interpretan de ordinario como instrumentos y se utilizan en los complementos preposicionales introducidos por con o mediante, pero también como sujetos oracionales en contextos restrictivos, tal como ilustran las citas siguientes:

Desde que una bomba mató a su mujer no lo podía remediar: detestaba más aún a los nazis y en noches de insomnio los perseguía (Gironella, Hombres); Surcó el ámbito de la magia con la misma soltura que un cuchillo cortaría en dos un bloque de margarina (Alberto, Eternidad); Una funda cubría el piano (Mendoza, Verdad).

Suelen darse hoy dos interpretaciones de estos contrastes. Entienden unos autores que determinados sustantivos han de ser categorizados inherentemente como instrumentos, y que mantienen esa función semántica tanto cuando se usan como sujetos como cuando se emplean como complementos circunstanciales, lo que origina alternancias del tipo de Una llave abrió la puerta ~ Abrieron la puerta con una llave. Otros autores entienden, por el contrario, que tales alternancias no son correctas, y aducen que no existen instrumentos inherentes, por lo que sería preferible ampliar la noción de agente para que dé cabida a los grupos nominales que designan seres carentes de intención o voluntad.

33.3r Las dos opciones esquematizadas en el apartado precedente presentan aspectos positivos y negativos. Se ha destacado respecto del primer análisis que tiene la ventaja de ocultar el agente real, y también que permite distinguir los nombres de instrumentos que admiten ese uso (Una bomba mató a su mujer) de los que no lo permiten o resultan muy raros en él (Una batuta dirigía la orquesta). Estos dos grupos se analizan en los § 39.6l y ss. En la segunda opción no se buscan, en cambio, agentes ocultos en las acciones mencionadas. Desde ese otro punto de vista es irrelevante lingüísticamente el que la oración La llave abrió la puerta sea o no compatible con el movimiento del que la acciona. No se establece tampoco relación alguna entre El baile puso punto final al festival (País [Esp.] 23/2/2004) y la variante Se puso punto final al festival con un baile. En los apartados a los que se remite se analizan otros aspectos de esta cuestión, tradicionalmente polémica entre los semantistas.

33.3s La polémica a la que se acaba de hacer referencia, relativa a la interpretación de los nombres que expresan instrumento, se extiende a los sustantivos no contables que designan materias. Como en el caso anterior, estos nombres dan lugar a alternancias entre complementos circunstanciales y sujetos, tales como salpicar a alguien con sangre [complemento circunstancial] ~ salpicar a alguien la sangre [sujeto] o como Sus pulmones se llenan de aire (o con aire) ~ El aire llena sus pulmones. Se ilustra a continuación el uso de estos nombres en grupos nominales de sujeto:

El patio se llenó de plumas y la sangre salpicó las estatuas del Olimpo (Allende, Casa); Ama acostarse sobre la hierba, sentir que el aire llena sus pulmones y que la brisa le acaricia sus mejillas (ABC Color 27/10/1996); Dejemos que la arena cubra el polvo, que la tierra invada las alturas, que las palmeras ganen la batalla a ese sol que enardece los párpados (González León, Viejo).

33.3t Las dos opciones son paralelas a las que se exponen en los apartados precedentes. Repárese en que no se obtiene necesariamente la alternancia descrita entre Se untó la cara y los brazos con una crema repelente (Rey, Sebastián) y la variante Una crema repelente le untó la cara y los brazos. Como se comprueba, este tipo de contrastes pone de manifiesto que tales alternancias sintácticas no son similares a las que proporcionan los pares de activas y pasivas. Una solución intermedia consiste en postular la alternancia entre sujetos y complementos instrumentales o de materia introducidos por con o mediante como una pauta posible entre las que proporciona la sintaxis del español, sin que la gramática se vea forzada a determinar en qué casos particulares se obtendría o resultaría rechazada. Véanse también sobre este punto los § 39.6k y ss. Como es de esperar, los nombres que designan agentes voluntarios o fuerzas naturales no participan en tales alternancias, como en Aquel día la lluvia caía brutal sobre la ciudad y el viento luchaba contra ella (Salisachs, Gangrena). En los § 39.7k y ss. se describen otras alternancias en las que participan los sujetos y los complementos preposicionales, tales como Sus dedos [sujeto] rozaron la camisa ~ Rozó la camisa con sus dedos [complemento circunstancial].

33.3u Otra tarea que corresponde al análisis de los sujetos desde el punto de vista C es establecer los paradigmas léxicos que forman. En diversos cálculos estadísticos se ha observado que la mayor parte de los verbos denotan acciones, de lo que se deduce que la mayor parte de los sujetos se interpretarán como agentes. Tal como es de esperar, son asimismo muy numerosos los verbos de acción que se predican exclusiva o casi exclusivamente de las personas, ya que designan muy diversas facultades o capacidades superiores (calcular, elucubrar, intuir, odiar, simbolizar, etc.). Se ha observado también en gran número de ocasiones que los verbos pueden restringir fuertemente a su sujeto por razones léxicas diversas.

33.3v Es característica la extensa serie de verbos que designan la acción de emitir sonidos los animales (arrullar, aullar, balar, berrear, cacarear, cloquear, gorjear, graznar, himplar, jupear, ladrar, maullar, mugir, piar, rebuznar, relinchar, rugir, ulular, zumbar, etc.), a la que cabe agregar los verbos que designan (al menos en algunas de sus acepciones) otras acciones igualmente características de ellos: aovar, aselarse, campear, carraquear, pacer, ramonear, regurgitar, rumiar, entre otros muchos. En función de restricciones léxicas similares, algunos sujetos nominales están limitados a los sustantivos que denotan hechos, fenómenos o eventos (acaecer, suceder, tener lugar), pero también acciones, procesos o períodos (transcurrir). Están asimismo muy restringidos los posibles sujetos nominales de verbos como atañer, entrañar o implicar (de nuevo, en alguno de sus sentidos), así como los de los verbos abdicar, arreciar, cicatrizar, crepitar, disiparse, estribar (en algo) o rielar, entre otros muchos. Se mencionan algunas restricciones similares a estas relativas a los objetos directos en el § 34.3.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
agente, alternancia, diátesis, oración media, sujeto paciente

 

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