Sintaxis

36 El complemento de régimen preposicional

36.8 Complementos de régimen con las preposiciones de y desde

36.8a Como se señaló en los § 36.5d, e, los complementos del nombre subjetivos y objetivos no son complementos de régimen. La preposición que los encabeza no se obtiene de los verbos respectivos, sino que se considera una marca de función exigida por la sintaxis: Llegó la primavera ~ La llegada de la primavera. Tampoco son complementos de régimen los de interpretación apositiva (un sentimiento de insatisfacción, una tontería de película), que se estudian en los § 12.13 y 12.14. Por el contrario, seleccionan de numerosos verbos, adjetivos y sustantivos que pertenecen a varias clases léxicas. La mayor parte de los complementos de régimen encabezados por esta preposición están vinculados al concepto de ‘origen’ o ‘límite inicial’, interpretado en su sentido físico o en el figurado. Entre las voces que eligen de destacan los verbos que designan estados o procesos que describen la situación de las cosas o las personas en relación con algún punto, sea o no espacial: colgar, pender (también su derivado depender), distar, datar. Cabe agregar los que designan la acción de sujetar algo, como agarrar, ahorcar, asir, coger, prender, suspender:

Él no había visto nunca un presidente sino en aquellos grabados que colgaban de las paredes de las oficinas públicas (Uslar Pietri, Oficio); Mis ojos miran esa figura que pende de la cruz (Pinto, Despertar); Un ciego albino chocó con Lidia, que se prendió de mi brazo y tragó aire (Díaz Martínez, Piel).

Algunos de estos verbos alternan con otras preposiciones: abrazarse {a ~ de} su cuello; agarrarse {a ~ de} algo; tomar (también agarrar o coger, según los países) a alguien {de ~ por} la mano. Se ilustra a continuación la variante con de:

Está muerta. Vamos, coge de los pies y busquemos una tumba abierta (Lázaro, Humo); Luego se ha tirado al suelo, me ha agarrado de las piernas y se ha echado a llorar (Grandes, Aires); Se agarró de la manilla de la puerta y se puso a sacudirla hasta que la Ruby le abrió (Donoso, Elefantes).

36.8b Son numerosos los verbos que denotan movimiento o separación a partir de un punto de origen. La mayor parte de ellos se construye con de. Varios de estos verbos admiten sentidos físicos y también figurados:

alejar(se), caer(se), descabalgar, descender, desertar, despegar, desprender(se), distanciar(se), escabullir(se), escapar, fugarse (también los adjetivos fugitivo y prófugo), huir, irse, marchar, salir, separar(se).

36.8c La noción de ‘origen’ participa además de manera fundamental en el significado de otros verbos que se construyen con complementos con de. Destacan entre ellos los que ponen de manifiesto el concepto de ‘procedencia’: brotar, emanar, emerger, extraer, manar, nacer, proceder, provenir, sacar, surgir, tomar. A ellos se asimilan los adjetivos natural, originario y oriundo, además de otros que se derivan de los verbos correspondientes. Otros verbos que seleccionan de, con interpretaciones cercanas a las mencionadas, denotan los siguientes conceptos:

Liberación: desatar(se), desembarazar(se), desenganchar(se), desligar(se), desvincular(se), emancipar(se), independizar(se), liberar(se), librarse (también los adjetivos libre y exento), rescatar, salvar(se), soltar(se), zafar(se).

Abandono, dejación o rechazo: abdicar, abjurar, abominar, abstenerse, arrepentirse, cesar, dimitir, quitar(se), retractarse.

Supresión o pérdida: despojar, desposeer, destituir, eliminar, retirar, suprimir.

Separación: aislar, arrancar, depurar, desalojar, despedirse, desterrar, divorciarse, echar, expulsar.

Variación o diferencia: cambiar, desviar(se), discordar, discrepar, disentir, divergir.

Desatención: desentenderse, despreocuparse, olvidarse.

Protección u ocultación: aislar(se), esconder(se), proteger(se), resguardar(se).

Retorno o recuperación: curarse, recuperarse, regresar, reponerse, restablecerse, retornar, volver.

36.8d El concepto de ‘origen’ se extiende, de forma que puede designar la persona o cosa de la que procede algo, como sucede con los verbos aprender, esperar, exigir, heredar, obtener, recibir, requerir, solicitar, sospechar (todos ellos constituidos muy frecuentemente con complementos de persona), que admiten también complementos con de:

Yo conocí de cerca las virtudes del jefe Abeso Motulu —decía—, aprendí de él el amor a mi gente, recibí de él el sagrado legado de nuestra tradición (Ndongo-Bidyogo, Tinieblas); No se podía esperar de ese hombre otro tipo de comportamiento (Belli, Mujer); En la década del 60, Peñarol heredó el cetro de Real Madrid, que había sido el gran equipo de la década anterior (Galeano, Fútbol); El gobierno de Bagdad solicitó de Teherán una revisión de los acuerdos (Hoy [Chile] 23/2/1987).

A los verbos del grupo anterior se asimilan algunos de otras clases léxicas que también se construyen ocasionalmente con complementos de procedencia análogos a estos:

No hace falta decir que la cuenta la pagué de mi bolsillo (Rojo, Hotel); Los dos comíamos de su mano igual que los perros (Gasulla, Culminación); En esa época el Convento de Carmelitas Descalzas de la capital vivía de las rentas de su ingenio en Canóvanas (Picó, Poder).

Muchos sustantivos introducen complementos con la preposición de que denotan, entre otras interpretaciones posibles, la persona de la que procede el objeto designado, como en Este es un regalo de mi tía Aída. A este grupo pertenecen carta, felicitación, mensaje, paquete, regalo, etc.

36.8e No se consideran complementos de régimen los que designan la materia de lo que algo está hecho, compuesto o fabricado, como en hecho de seda (o en seda). Se describen en los § 12.10p y 39.5f y ss. Algunos alternan con los complementos de origen, en el sentido de que designan aquello de lo que procede algo, como en Los techos están construidos de láminas de zinc (Obando, Paraíso). Se consideran complementos de régimen los que introducen los verbos constar y componer(se), así como carecer, que designa la falta o la ausencia de algún elemento. Se asimilan a este último los adjetivos falto y carente, que también seleccionan la preposición de.

36.8f Particularmente numeroso es el grupo de los complementos con de seleccionados por verbos que designan la acción o el proceso de ocupar aquello de lo que se habla, a menudo llenándolo, colmándolo o afectándolo por completo física o figuradamente. Estos complementos, que alternan a veces con los introducidos por la preposición con, suelen formarse con sustantivos contables en plural o con no contables en singular:

alimentarse de leche, colmar de dicha, cubrir de elogios, embadurnarse de alquitrán, emborracharse de whisky, empañarse de vaho, empaparse de información, hartarse de pasteles, hincharse de macarrones, impregnar de colonia, infestarse de mosquitos, investirse de autoridad, llenar de agua, plantar de coles, rodearse de amigos, saciarse de carne, salpicar de chistes, surtir de mercancía, untar de manteca.

Están sujetos a variación los usos figurados a los que estos verbos pueden dar lugar. Así, en varios países americanos resultan anómalas expresiones como emborracharse de {whisky ~ vino}, pero muy naturales, en cambio, emborracharse de {odio ~ alegría ~ emoción}.

36.8g Muestran el mismo régimen los adjetivos ahíto, harto, lleno, rebosante, repleto. Cabe agregar ciego en el registro coloquial del español europeo (ponerse ciego de jamón). En muchos de estos casos, el significado del término de la preposición se acerca en parte al de los complementos agentes: si alguien se harta de pasteles, son los pasteles los que lo hartan, y si el cristal se empaña de vaho, es el vaho el que empaña el cristal. Tal relación semántica no se extiende, en cambio, a los verbos que denotan pérdida en lugar de adquisición: desnudar de atributos, limpiar de barro, vaciar de contenido. Recuérdese asimismo, en relación con estas cuestiones, lo apuntado en el § 34.3h.

36.8h El término de la preposición de designa, con una serie restringida de verbos, diversos órganos afectados por enfermedades o dolencias, como en enfermar del hígado, mejorar de la vista, padecer del riñón, quejarse de la rodilla. Los sustantivos suelen expresar en estas construcciones una relación de posesión inalienable respecto del referente del sujeto (§ 14.7f-l y 18.7d-g), puesto que se alude a partes de su propio organismo. Esta pauta sintáctica es algo menos habitual con los verbos transitivos (operar a alguien de amígdalas), y a veces se extiende a sustantivos que no designan propiamente partes del cuerpo, sino efectos de alguna acción (resentirse de la herida, dolerse del golpe) o la misma dolencia de la que se habla (sufrir de asma, padecer de gota). Los adverbios bien, mal, regular, fatal, mejor y peor, entre otros, manifiestan el mismo régimen: mal de los nervios, regular del corazón, fatal del estómago, mejor de la vista.

36.8i Se observó en el § 36.5l que es polémica la cuestión de si el grupo preposicional subrayado en escaso de fuerzas ha de considerarse o no entre los complementos de régimen. Entienden algunos autores que el sustantivo fuerzas pertenece a un grupo de nombres que introducen el ámbito específico al que se aplica la propiedad designada por el adjetivo. Son frecuentes en este uso los adjetivos calificativos que indican propiedades físicas y en cuyo complemento se designa alguna parte del cuerpo: ancho de caderas, blanco de cara, caído de hombros, corto de piernas, esbelta de talle, escaso de carnes, fino de oído. Estos complementos adjetivales, que reproducen parcialmente las estructuras características del acusativo de relación griego, se interpretan también en sentido figurado —como en corto de luces, duro de entendederas, estrecha de miras, fría de cabeza, largo de lengua—, sobre todo cuando se combinan con nombres abstractos que designan ciertas propiedades físicas o mentales de los individuos, como en corta de vista, débil de carácter, duro de mollera, flaca de memoria, mediana de estatura.

36.8j El esquema sintáctico que se describe en el anterior apartado, en el que la propiedad designada por el adjetivo se predica de algún individuo, alterna con otro en el que la noción de la que se habla se atribuye directamente a la parte del cuerpo o a la cualidad:

ancho de caderas ~ de caderas anchas;

caído de hombros ~ de hombros caídos;

{flaco ~ corto} de memoria ~ de memoria {flaca ~ corta};

largo de piernas ~ de piernas largas;

mediano de estatura ~ de estatura mediana.

36.8k En todos los casos que ilustró el apartado precedente, el sustantivo que designa la parte o la propiedad se construye sin determinante. Las dos construcciones están muy próximas semánticamente: si decimos de una persona que es fuerte de temperamento, predicamos la fortaleza de ella, pero —indirectamente— también lo hacemos de su temperamento (‘fuerte en cuanto al temperamento, en lo relativo al temperamento’). En cambio, si decimos que es de temperamento fuerte, la sintaxis permite atribuir solo a este último la fortaleza de la que se habla. Ambas construcciones aparecen a menudo combinadas, como en el siguiente pasaje: Servía en la venta asimesmo una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del otro no muy sana (Cervantes, Quijote I). Aun así, la equivalencia semántica entre las dos construcciones no se obtiene en todos los casos. No sería correcto decir, por ejemplo, que en el texto del Quijote que se cita se aplican a cierta moza asturiana los adjetivos ancha, llana o roma. La relación también se pierde en las construcciones en las que se reconocen significados figurados, como en duro de oído, donde no se predica del individuo la dureza. En cambio, cuando se dice de alguien que es débil de carácter, se predica esta propiedad tanto del individuo en general como de su carácter en particular.

36.8l Se construyen con la preposición de los complementos de los verbos disfrutar, gozar, burlarse, reírse y otros análogos. Los complementos de régimen de los dos primeros alternan con complementos directos, como en disfrutar {la jubilación ~ de la jubilación}36.3f). Los complementos introducidos por la preposición de denotan en estos casos el objeto de la reacción que se menciona o la causa que la suscita: alegrarse, apiadarse, arrepentirse, asustarse, avergonzarse, congratularse, enorgullecerse, jactarse, maravillarse, presumir, ufanarse, vanagloriarse. He aquí algunas muestras de estos usos:

Uno, a veces, se burla de las cosas y, después, las cosas se burlan de uno (Olmos, Marina); ¡Cómo gozábamos de este acontecimiento! (Leyva, Piñata); Quienes se enorgullecen de su martirio son aquellos que creen merecerlo (Rojas, C., Hidalgo); Era uno de esos tipos que se jactan de haber salido de la miseria y de haber ido subiendo peldaños sin ayuda de nadie (Silva, L., Alquimista).

En relación con la alternancia de ~ por en estos casos, véanse los § 36.4ñ y 36.10h.

36.8m Introducen asimismo complementos causales con la preposición de un buen número de adjetivos que denotan reacciones físicas o anímicas, como loco (loco de alegría), radiante (radiante de felicidad), resplandeciente, pálido, ronco, cansado, sudoroso. Suele favorecer la presencia del complemento de régimen el hecho de que el grupo nominal introducido por la preposición sea intensificativo, como en ronca de tanto cantar o en los dos primeros ejemplos de la siguiente serie:

Estoy cansado de tanto sufrimiento (Cuauhtémoc, Grito); A los diez minutos, estaba ronco de tanto mandar a callar (Vega, A. L., Crónicas); ¡Míralos! Pálidos y sudorosos de pensar que no podrán pagarse un automóvil nuevo cada año (Schwartz, Conspiración); Cuando volvieron a la capital, Quomo estaba loco de ira y humillación (Soriano, León); Pasó a nuestro lado, serena como una esfinge, radiante de rabia o de felicidad (Quintero, E., Danza).

36.8n Se construyen asimismo con la preposición de una serie de verbos que denotan reacciones extremas físicas o emocionales (a menudo figuradas) provocadas por la noción designada en el término de la preposición. Los límites entre los complementos de régimen y los circunstanciales son muy borrosos en estos casos, como en caerse de(l) susto, estallar de alegría, gritar de emoción, llorar de rabia, morirse de aburrimiento, resplandecer de felicidad, revolcarse de risa.

36.8ñ Eligen de, a veces en alternancia con sobre36.10ñ) o acerca de, cierto número de verbos cuyos complementos se construyen con nombres de disciplinas, materias o asuntos acerca de los cuales se manifiesta algún juicio o se posee alguna información: conocer, escribir, examinarse, hablar, opinar, saber, como en examinarse de química, hablar de política o escribir de fútbol: Por eso me siento autorizado a escribir de fútbol (Cappa, Intimidad). Guardan relación con los verbos de este grupo convencer, disuadir, persuadir y otros similares. El término de la preposición de designa en estos casos —en función del significado del verbo— aquello que se cree o se deja de creer, pero también lo que se intenta o se deja de intentar, como resultado de alguna acción, casi siempre verbal: Florentino Ariza se confesó con su madre y esta lo disuadió de entregar los setenta folios de requiebros (García Márquez, Amor).

36.8o Se observa en los § 38.10a y ss. que varios verbos introducen complementos de régimen encabezados por la preposición de, a la que sigue un complemento predicativo. Como allí se explica, el predicativo no es, en tales casos, todo el complemento preposicional (tachar de ignorante), sino solo el término de la preposición (ignorante). Predominan en este grupo los verbos de juicio (calificar de erudito, catalogar de impropio, tachar de ingenuo, tildar de traidor), pero también pertenecen a él otros que se refieren al uso que se hace de alguien o de algo (contratarlo de ayudante, servir algo de mesa, usar algo de palanca):

Los tachó de ladrones, hipócritas, dementes y de múltiples linduras que prefiero olvidar (Mujica Lainez, Escarabajo); Los maledicentes lo calificarían de picadero, pero para nosotros es un santuario (Ruiz Zafón, Sombra); Tildó de ceguera lo que en Celeste no pasaba de ser una sensibilidad enfermiza (Donoso, Casa); Veníamos a escuchar puntos de vista, a servir de intermediarios (Balza, Mujer).

Se asimilan a este grupo algunos verbos de actividad que pasan a denotar ocupaciones ocasionales en estos contextos, como en actuar de intermediario, hacer de jefe o trabajar de portero.

36.8p Son escasos los verbos que introducen complementos de régimen encabezados por la preposición desde, casi siempre en alternancia con de. Unos denotan estados, como colgar {del ~ desde el} techo, y otros movimiento, como moverse, partir, salir, venir o viajar:

De decidir, si cuadra, que por más nubes de tormenta que cuelguen desde el cielo sobre una mañana, no va a llover (Delgado Aparaín, Balada); Para ella, ir al baile era un retorno final, un retorno para salir desde dentro (Belli, Mujer); Él vino desde Estados Unidos a escribir un artículo, se enamoró y se quedó para siempre (Serrano, M., Vida).

Los sustantivos asociados con estos verbos manifiestan, como cabe esperar, el mismo régimen: viaje, salida, partida, etc. Con algunos sustantivos y verbos de percepción (escuchar, mirar, observar, ver y varios de sus derivados nominales), los complementos introducidos por desde designan el punto en el que la percepción tiene lugar, como en una mirada desde mi ventana o en estos otros ejemplos:

Un perro la mira desde su cobijo bajo un tamarindo (Santiago, Sueño); Cromwell lo observó desde una de las ventanas del palacio de Whitehall (Otero, L., Temporada); No lo niegues, mira que la visión desde el suelo es la mejor en algunos casos (Donoso, Elefantes).

Otros muchos verbos se construyen con esta preposición, pero se trata de complementos circunstanciales más que de complementos de régimen, como se hace notar en los § 29.7o y ss.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
complemento locativo argumental, verbo de movimiento

 

Nueva gramática de la lengua española
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