Morfología

6. La derivación nominal (II). Otros derivados

6.1 Nombres de cualidad, estado y condición (I). El sufijo -dad y sus variantes

6.1a El sufijo -dad permite obtener sustantivos de adjetivos, como en malo > maldad. Es uno de los sufijos más productivos en el paradigma de los nombres de cualidad del español. Esta elevada productividad, que heredó del sufijo latino -tas, -tātis, se debe en parte a su capacidad para combinarse con bases adjetivas, sean simples (brevedad, complicidad, gravedad, etc.) o derivadas mediante distintos sufijos (nub-os-idad, permis-iv-idad, etc.). Un gran número de sustantivos en -dad se analizan como palabras derivadas en el español actual (en cuanto que se reconoce en ellas la relación semántica con un adjetivo), aun cuando se sabe que en su mayor parte son el resultado de la evolución histórica de sustantivos que eran derivados en latín: benignidad (< benignĭtas, -ātis); dificultad (< difficultas, -ātis); ebriedad (< ebriĕtas, -ātis), etc. Recuérdense las consideraciones que se hacen en los § 1.6, 5.1ñ y ss. y 7.1f y ss., acerca de la morfología sincrónica y la diacrónica.

6.1b Examinado el sufijo -dad desde el punto de vista sincrónico, presenta cuatro variantes: -edad (seco > sequedad), -idad (ameno > amenidad), -tad (leal > lealtad) y -dad (malo > maldad). Todas ellas se analizarán en los apartados que siguen. La variante -edad no da lugar hoy a derivados nuevos, a diferencia de -idad. Eligen -edad una serie de adjetivos (y también unos pocos sustantivos) bisílabos. Algunos de ellos terminan en -e, como en breve > brevedad. A este grupo pertenecen febledad, gravedad, hombredad (menos usado que hombría), levedad y torpedad (menos usado que torpeza). Es excepción el adjetivo suave, del que se obtiene suavidad. De otros muchos adjetivos bisílabos no terminados en -e también se derivan sustantivos en -edad:

bastedad, bobedad, brusquedad, ceguedad (menos usado que ceguera), cortedad, falsedad, flojedad, hosquedad, mocedad, novedad, parquedad, parvedad, poquedad, salvedad, sequedad, soledad, sosedad (menos usado que sosez o que sosería), terquedad, tosquedad, vaguedad, vastedad, viudedad,

así como los antiguos o desusados bajedad (‘bajeza’), mansedad (de manso), sordedad (‘sordera’) y vejedad (‘vejez’).

6.1c Es nutrido el grupo de estos derivados que provienen de adjetivos terminados en el diptongo -io/-ia:

ebriedad (de ebrio), necedad (no *neciedad, de necio), nimiedad (de nimio), obviedad (de obvio), ranciedad (de rancio), seriedad (de serio), sobriedad (de sobrio), suciedad (de sucio), turbiedad (de turbio), variedad (de vario), zafiedad (de zafio).

Son menos frecuentes los derivados de adjetivos que terminan en -ío/-ía, como vaciedad (de vacío) o piedad (de pío). El último procede del latino piĕtas, -ātis (sobre la irregularidad de *piedoso, frente a piadoso, véase el § 7.1g). Los adjetivos terminados en -uo que admiten estos derivados eligen -idad en lugar de -edad, sea cual sea su número de sílabas: asiduidad, contigüidad, continuidad, ingenuidad, iniquidad (no *inicuidad), inocuidad, perpetuidad, promiscuidad, ubicuidad, vacuidad. Se exceptúan ambiguo > ambigüedad y antiguo > antigüedad. Los demás adjetivos de más de dos sílabas que forman derivados en -edad terminan en -io/-ia, como precario > precariedad. A este extenso grupo de sustantivos en -edad pertenecen aleatoriedad, arbitrariedad, combinatoriedad, notoriedad, obligatoriedad, perentoriedad, precariedad, transitoriedad, voluntariedad. Se registran complementariedad y complementaridad, pero se recomienda la primera opción; contrariedad y contraridad (el segundo ya es desusado y no se recomienda); subsidiariedad y subsidiaridad (con preferencia por la primera variante). Se documentan ocasionalmente usos de solidariedad, derivado regular de solidario, pero se ha impuesto la variante solidaridad (calco del francés solidarité), que es la opción hoy preferida. Se ejemplifican a continuación algunos de los sustantivos mencionados:

Dejaba pasar sus días en la vasta vivienda, aun en lo más crudo de la guerra, hasta que por capricho o voluntariedad impropia ya de sus años, resolvió variar de conducta (Galdós, Episodios); El problema es la transitoriedad de todo lo terrenal (Sábato, Hombres); […] alrededor de principios básicos como la dignidad de la persona humana, la solidaridad y la subsidiariedad (País [Esp.] 4/12/2001); Solo un pequeño incidente estuvo a punto de empañar la gran fiesta de solidariedad mundial (País [Esp.] 31/1/2001); La complementaridad que regía sus hogares se convierte en discriminación (Fuller, Dilemas); La creatividad implica conectividad, esto es, relacionar e integrar elementos, es decir, buscar la unidad, la combinatoriedad, las asociaciones múltiples, la reorganización y reestructuración de lo existente (López, R., Creatividad).

Es oportuno recordar que, tal como se explica en el capítulo precedente, en el estudio de la capacidad productiva de un proceso morfológico han de considerarse algunas voces de uso restringido, sea desde el punto de vista geográfico o en función del nivel de lengua al que corresponden.

6.1d Con escasas excepciones, como nulo > nulidad, probo > probidad, puro > puridad (poco empleado hoy fuera de la locución en puridad) o el poco usado raridad (de raro; hoy es más frecuente rareza), los adjetivos bisílabos que forman sustantivos terminados en -idad tienden a ajustarse a ciertas pautas fonológicas: terminan en -no un pequeño grupo, como digno, sano, trino, uno, vano. Del adjetivo pana (‘amigo entrañable’ en el área caribeña y algunos países andinos) se deriva panidad (‘amistad estrecha’). Un grupo mayor de estos adjetivos termina en -uo, como se vio en el apartado anterior, o en -ue (tenue > tenuidad). Son más los que acaban en vocal tónica seguida de -z, como en locuaz > locuacidad. Integran este grupo atroz, capaz, feliz, feroz, fugaz, procaz, rapaz, sagaz, tenaz, veraz, vivaz, voraz y muy pocos adjetivos más. Más nutrido es el grupo de adjetivos bisílabos terminados en -al (especialmente en -ial y -ual) que eligen -idad. A ese extenso paradigma pertenecen los siguientes sustantivos:

actualidad, anualidad, banalidad, bestialidad, brutalidad, carnalidad, casualidad, centralidad, cordialidad, fatalidad, finalidad, fiscalidad, formalidad, frugalidad, genialidad, idealidad, jovialidad, legalidad, letalidad, localidad, manualidad, marcialidad, mensualidad, mentalidad, modalidad, moralidad, mortalidad, nasalidad, natalidad, neutralidad, normalidad, parcialidad, penalidad, pluralidad, puntualidad, realidad, ritualidad, rivalidad, sensualidad, sexualidad, tonalidad, totalidad, trivialidad, venalidad, virtualidad, visualidad, vitalidad.

Poseen bases monosílabas talidad y paridad, y puede ser monosílaba o bisílaba la de dualidad. De brutal se deriva brutalidad, mientras que de bruto se obtienen brutez y bruteza, de menor uso que el primero.

6.1e Es asimismo nutrido el grupo de adjetivos acabados en -il que forman sustantivos en -idad. Unos terminan en sílaba tónica (cerril, civil, senil, sutil, viril) y otros en sílaba átona (débil, dócil, dúctil, fácil, grácil, hábil, lábil, núbil). De difícil se deriva sincrónicamente dificultad (lat. difficultas, -tis), lo que requiere la base supletiva dificul-, si bien cabe también pensar que la asociación entre ambas voces es léxica, en lugar de morfológica. Es reducido el número de los adjetivos bisílabos terminados en -ar que forman derivados en -idad: polar > polaridad; vulgar > vulgaridad. En cambio, constituyen una serie extensa los adjetivos de tres o más sílabas que dan lugar a estos derivados. Se trata de procesos como fecundo > fecundidad; salubre > salubridad; sincero > sinceridad o remoto > remotidad, el último registrado en Costa Rica y otros países centroamericanos: Estaban al alcance de todos y sin embargo aislados en su imponente remotidad (Ducoudray, Ojos). Los sustantivos de este grupo se derivan especialmente de adjetivos formados por los siguientes sufijos:

-al: accidentalidad, anormalidad, capitalidad, confesionalidad, constitucionalidad, criminalidad, discrecionalidad, elementalidad, esencialidad, especialidad, generalidad, gramaticalidad, horizontalidad, imparcialidad, informalidad, inmoralidad, insustancialidad, internacionalidad, liberalidad, literalidad, materialidad, municipalidad, musicalidad, nacionalidad, naturalidad, oficialidad, originalidad, patrimonialidad, personalidad, potencialidad, profesionalidad, proporcionalidad, racionalidad, radicalidad, superficialidad, teatralidad, temporalidad, territorialidad, troncalidad, universalidad, verticalidad.

-ar: capilaridad, ejemplaridad, escolaridad, espectacularidad, familiaridad, particularidad, peculiaridad, perpendicularidad, popularidad, regularidad, singularidad.

-ivo: actividad, adhesividad, afectividad, agresividad, cautividad, colectividad, combatividad, competitividad, conductividad, creatividad, deportividad, efectividad, emotividad, exclusividad, exhaustividad, expresividad, festividad, impulsividad, natividad, negatividad, nocividad, objetividad, pasividad, permisividad, productividad, radiactividad, receptividad, relatividad, retroactividad, selectividad, subjetividad.

-oso: adiposidad, anfractuosidad, animosidad, artificiosidad, belicosidad, caballerosidad, curiosidad, dadivosidad, espaciosidad, fangosidad, fogosidad, fragosidad, frondosidad, gangosidad, generosidad, grandiosidad, impetuosidad, joco sidad, jugosidad, laboriosidad, luminosidad, majestuosidad, meticulosidad, minuciosidad, modosidad, monstruosidad, morbosidad, obsequiosidad, ociosidad, oleosidad, peligrosidad, pluviosidad, premiosidad, religiosidad, rigurosidad, rugosidad, suntuosidad, tendenciosidad, untuosidad, vertiginosidad, viscosidad.

-ICO: autenticidad, catolicidad, causticidad, cientificidad, comicidad, dramaticidad, elasticidad, electricidad, especificidad, esteticidad, excentricidad, heroicidad, juridicidad, lubricidad, periodicidad, plasticidad, problematicidad, publicidad, tecnicidad, tipicidad, tonicidad, toxicidad, unicidad.

Estos paradigmas están construidos desde la morfología sincrónica. En un estudio histórico debe distinguirse entre las voces que se heredan como cultismos (lat. curiosĭtas, -ātis > esp. curiosidad) y los derivados propiamente romances (peligroso > peligrosidad).

6.1f Los adjetivos que terminan en -ble forman derivados en -bilidad (lat. -bilĭtas, -ātis), no en *-blidad. A ese extenso paradigma pertenecen, entre otros, los siguientes:

accesibilidad, aceptabilidad, adaptabilidad, afabilidad, amabilidad, apacibilidad, aplicabilidad, compatibilidad, conmutabilidad, contabilidad, culpabilidad, deducibilidad, disponibilidad, divisibilidad, estabilidad, excitabilidad, fiabilidad, flexibilidad, gobernabilidad, habitabilidad, honorabilidad, imperturbabilidad, inalienabilidad, indispensabilidad, indomabilidad, inefabilidad, inexorabilidad, infalibilidad, inmutabilidad, insaciabilidad, inteligibilidad, inviolabilidad, irascibilidad, irreprochabilidad, irritabilidad, legibilidad, maleabilidad, mensurabilidad, penetrabilidad, perdurabilidad, permeabilidad, permutabilidad, plausibilidad, posibilidad, potabilidad, probabilidad, recuperabilidad, rentabilidad, respetabilidad, responsabilidad, reversibilidad, revocabilidad, sensibilidad, separabilidad, sociabilidad, solubilidad, variabilidad, viabilidad, visibilidad.

6.1g De creíble se deriva credibilidad (del latino medieval credibilitas, -atis), no *creibilidad. En el § 7.10 se observa que la mayor parte de los adjetivos en -ble que admiten derivados en -bilidad no se forman sobre verbos transitivos, por lo que no se ajustan a la pauta ‘que puede ser + participio’. Así pues, amable no significa hoy ‘que puede ser amado’, y variable significa ‘que puede variar’, con paráfrasis activa. Existen, sin embargo, excepciones como aplicable, edificable, recuperable o separable, que admiten derivados en -bilidad y también aceptan las paráfrasis con estructuras pasivas. Solo raramente se documentan sustantivos como calificabilidad, comprobabilidad, explicabilidad, identificabilidad, reprobabilidad, transportabilidad y otros similares que permite el sistema morfológico del español. En ciertos textos especializados (jurídicos, filosóficos, sociológicos y en otros también técnicos) se percibe a veces la necesidad que tienen los autores de tipificar esas magnitudes:

El problema de la identificabilidad conlleva que el modelo no tenga poder de discriminación entre los dos efectos (López-Abente, Tendencias); […] tiene por objeto variar el trazado de la línea que delimita dicho suelo apto para urbanizar, sin que ello suponga un aumento de la calificabilidad (Boletín Cáceres 1/4/2002); Por último, la condición de explicabilidad es un requisito de racionalidad: los científicos no deberían prestar atención a la manipulación ciega (Bunge / Ardila, Filosofía); Otros motivos secundarios, pero también importantes, son la fiabilidad que proporcionan (ya que se dañan muy difícilmente), su estandarización y transportabilidad, y un precio módico (Bustos Martín, Multimedia).

6.1h En el § 6.1e se presentaron varias muestras de derivados en -idad a partir de adjetivos terminados en -ivo. La escasa frecuencia de formaciones como adhesivo > adhesividad; compasivo > compasividad; depresivo > depresividad; despreciativo > despreciatividad, y otras similares puede estar relacionada con la existencia previa de otros sustantivos de significado próximo a los derivados en -idad (adherencia, compasión, depresión, desprecio, respectivamente). Aun así, no hay redundancia en procesos como norma > normativo > normatividad y otros semejantes. Aunque se registren en proporción muy baja, formas como ilustratividad (‘cualidad de ilustrativo’) o peyoratividad (‘cualidad de peyorativo’) no son necesariamente superfluas. En similar situación se hallan los derivados en -idad procedentes de adjetivos en -oso. Junto a los ejemplos que se mostraron en el § 6.1e, propios del español común, se han documentado muy escasas apariciones de formas posibles, como calumniosidad (de calumnioso), piadosidad (de piadoso) y rencorosidad (de rencoroso), lo que se relaciona —como en el caso anterior— con el hecho de que los significados de los sustantivos calumnia, piedad y rencor están próximos a los de esos derivados en -idad. Aun así, se forman graciosidad y odiosidad, a pesar de la existencia de gracia y odio. Es difícil medir el posible grado de redundancia que se da en la formación de otros derivados en -idad, como los siguientes: artificio > artificioso > artificiosidad; extremo > extremoso > extremosidad; ingenio > ingenioso > ingeniosidad; peligro > peligroso > peligrosidad, entre otros similares. Están atestiguados asimismo temerosidad, a pesar de la existencia de temor, y también armoniosidad, junto a armonía:

La Güeya, absorta en la temerosidad que el tren le infunde, no atiende a nada (Pérez Ayala, Curandero); La armoniosidad del verso […] va siendo el mecanismo que aplica a su pensamiento en el terreno social (Jiribilla 28/7/2007).

Sobre este punto, véase también el § 6.4s.

6.1i Se obtienen series derivativas similares con otros sufijos, como en intención > intencional > intencionalidad, cuyo último elemento se usa frecuentemente con el sentido del primero. Coexisten calor y caloricidad, ciencia y cientificidad, drama y dramaticidad, estética y esteticidad, etc. Se forman también derivados en -idad a partir de adjetivos terminados en -eo (europeo > europeidad) y en -eo (corpóreo > corporeidad; idóneo > idoneidad), así como de las terminaciones cultas o neoclásicas -áneo (contemporaneidad, espontaneidad, extemporaneidad, instantaneidad, simultaneidad); -éneo (heterogeneidad, homogeneidad); -ánime (ecuanimidad, unanimidad) y -ánimo (magnanimidad). Se prefiere consanguinidad a consanguineidad, y se admiten también como válidas cotidianidad y cotidianeidad.

6.1j Muchas de las voces mencionadas en los apartados anteriores son herencia, como se ha explicado, de voces latinas, si bien en el análisis sincrónico se consideran derivadas de palabras españolas. Así, se distingue el alomorfo -dad en crueldad, aunque esta voz proceda del latín crudelĭtas, -ātis. La variante -dad corresponde a la terminación latina -tāte, en la que se produjo la sonorización de la segunda /t/ y apócope de la vocal final. Considerado el paradigma sincrónicamente, eligen -dad unos pocos adjetivos, además del citado cruel > crueldad: bello > beldad; malo > maldad; ruin > ruindad; vecino > vecindad. Como otras muchas veces, la explicación histórica de estos vocablos se aleja considerablemente del análisis sincrónico. Así, beldad procede del occitano beltat, a su vez derivado de bel (‘bello’) con adaptación a la terminación castellana -dad.

6.1k Al grupo de vecindad pertenecen otros adjetivos terminados en -no/-na, de los que se obtienen los sustantivos cristiandad, hermandad, liviandad, mezquindad y orfandad, el último con alternancia /o/ ~ /ué/ (huérfano > orfandad) motivada por el cambio de acento, lo mismo que en bueno > bondad (lat. bonĭtas, -ātis). Termina en «vocal tónica + -l» el citado cruel > crueldad. A esta misma pauta pertenece igualdad, así como los antiguos fieldad (actual fidelidad): Fue declarado que en caso que quedase libre de la fieldad en que estaba por guerra que el rey de Castilla moviese o por otra causa, se pusiese también en rehenes (Zurita, Anales I); realdad (‘dignidad real’) y mortaldad (hoy mortandad): Viérades gran mortaldad de la una parte y de la otra (Primaleón). En el paso de mortaldad a mortandad se produjo una disimilación de consonantes líquidas. Aun así, cabe señalar que este sustantivo no designa la cualidad de mortal, sino una gran cantidad de muertes, por lo que pertenece más propiamente a los grupos que se caracterizarán en los § 6.12 y 6.13.

6.1l La irregularidad de la terminación -aldad en feo > fealdad y frío > frialdad ha sido debatida en los estudios históricos sobre el sufijo -dad. Se piensa que fealdad se remonta al latino fidelitātem (derivado del adjetivo fidelĭtas, -ātis, como el actual fiel) a través del francés. En los textos antiguos se documentan usos de este sustantivo como ‘cualidad de feo’, pero también como ‘cualidad de fiel’: Tú furtes su thesoro que dexó en mi fealtat (Arcipreste Hita, Buen Amor). El castellano medieval presentó las variantes fealdad y fealtad, que dieron lugar a fealdad. Este sustantivo acabó reemplazando al antiguo feeza y también a feúra, si bien este último aún se usa en algunos países (§ 6.2s; véanse los § 6.2ñ y ss. para -ura). El proceso pudo estar influido por sustantivos como igualdad, maldad y otros de los mencionados. El sustantivo frialdad procede de frieldad, que se supone derivado del latino frigidĭtas, -ātis. En la lengua antigua se documentan las variantes vernáculas friura —todavía usada hoy en León (España) en expresiones como matar la friura— y frieza. La terminación -tad, que se reconoce en leal > lealtad, solo se obtiene en una serie de voces que el análisis histórico interpreta como cultismos, y el sincrónico como resultado de introducir bases supletivas. Se trata de procesos como libre > libertad (lat. libertas, -ātis); amigo > amistad (latín vulgar *amicĭtas, -ātis); enemigo > enemistad (latín vulgar *inimicĭtas, -ātis); difícil > dificultad (lat. difficultas, -ātis) y otros pocos similares.

6.1m Existen otras irregularidades morfofonológicas en los derivados en -dad, considerados sincrónicamente. Son escasas en este grupo las alternancias de diptongación, como las citadas hrfano > orfandad; nuevo > novedad. La principal diferencia entre estas voces es opaca a la conciencia lingüística de los hablantes: orfandad es un derivado culto romance, mientras que novedad es un calco latino (lat. novĭtas, -ātis, derivado de novus). Son asimismo escasas las demás alternancias vocálicas, como en virgen > virginidad (lat. virginĭtas, -ātis). Entre las alternancias consonánticas destaca especialmente, como se ha explicado, la elección de -bilidad en lugar de -*blidad en los sustantivos derivados de adjetivos en -ble. Se obtienen alternancias del tipo /k/ ~ /s/ o /θ/ en los derivados en -idad de los adjetivos terminados en -ico (como en heroico > heroicidad; periódico > periodicidad), pero también en otros derivados, como en caduco > caducidad. Son menos frecuentes las alternancias /g/ ~ /s/ o /θ/, como en mendigo > mendicidad, y /d/ ~ /s/ o /θ/, como en privado > privacidad (no *privadidad), probable calco del inglés.

6.1n Se detectan numerosos procesos de haplología1.7j), y en general de reducción vocálica o consonántica, en las voces derivadas mediante -(i)dad. He aquí algunos ejemplos (el proceso derivativo se inscribe, como antes, en la morfología sincrónica):

calami(tos)(o) + -idad > calamidad (no *calamitosidad); gratui(t)(o) + -dad > gratuidad (no *gratuitidad); humil(d)(e) + -dad > humildad (no *humildidad); infini(t)(o) + -dad > infinidad (no *infinitidad); temer(os)(o) + -idad > temeridad (no *temerosidad), asociado sincrónicamente con temer en la conciencia lingüística de algunos hablantes.

Análogamente, frente a científic(o) + idad > cientificidad, proceso regular, se obtiene (en el análisis sincrónico) idént(ico) + idad > identidad, en lugar de *identicidad. Se documentan muy escasos testimonios de cientifidad, pero muchos de cientifismo, como se señalará en el § 6.4r.

6.1ñ No se añade la opción -ad a las variantes de -dad para casos como húmedo > humedad o humilde > humildad. En el primer caso (latín tardío humidĭtas, -ātis) se han propuesto los análisis húmed(o) + -edad > hume(de)dad > humedad, con haplología, y también húmed(o) + -dad > humed(d)ad > humedad, con reducción de la consonante doble. Para el segundo (lat. humilĭtas, -ātis) se suele aceptar esta segunda opción: humild(e) + -dad > humild(d)ad > humildad. Se aplica un análisis similar al sustantivo antiguo honestad, de honesto (actual honestidad). Como en otros muchos casos, el análisis diacrónico no tiene necesidad de aludir a estos procesos de haplología y cancelación que, por el contrario, son necesarios en la morfología sincrónica para dar cuenta del hecho de que el hablante contemporáneo relaciona las dos formas que se señalan. En efecto, algunas de las adaptaciones morfofonológicas propuestas en el estudio sincrónico tuvieron lugar también en latín. Así, el sustantivo calamĭtas, -ātis constituye la base de derivación del adjetivo latino calamitōsus, de forma que la haplología se dio en esa lengua, ya que la opción *calamitatōsus se evitó en latín. Son igualmente cultismos identidad (del latín tardío identĭtas, -ātis, derivado de idem), infinidad (lat. infinĭtas, -ātis, derivado de infinītus) o gratuidad (latín tardío gratuĭtas, -ātis). Por otra parte, la derivación humilde > humildad, que se acaba de mencionar, es regular si se entiende que humildad procede del adjetivo antiguo humil (actual humilde): […] aquella paz que los humiles de coraçón alcançan (Villena, Eneida), lo que proporciona el proceso humil + -dad > humildad. La irregularidad de temeridad se explica asimismo históricamente (lat. temerĭtas, -ātis, derivado de temĕre), así como la de gratuidad (fr. gratuité) y la de otros derivados que se han mencionado.

6.1o Se requieren bases léxicas supletivas en el análisis sincrónico de algunos derivados: fidel- (lat. fidēlis) en fiel > fidelidad; credibil- en el caso de credibilidad (no *creibilidad); multiplic- en el de multiplicidad (no *multiplidad; latín tardío multiplicĭtas, -ātis); simplicen el de simplicidad (no *simplidad; lat. simplicĭtas, -ātis). Como antes, estos procesos no forman parte de la morfología diacrónica. Así, del latín simplex, -ĭcis se formó simplicĭtas, -ātis, del que procede directamente simplicidad. Existen asimismo explicaciones históricas de otras bases léxicas supletivas, como las necesarias en las derivaciones irregulares mencionadas: amigo > amistad (latín vulgar *amicitas, -ātis, derivado de amīcus); enemigo > enemistad (latín vulgar *inimicĭtas, -ātis por inimicitĭa); infinito > infinidad (lat. infinĭtas, -ātis), etc.

6.1p En el § 5.1g se observa que los nombres de cualidad, que son sustantivos no contables, se reinterpretan a menudo como contables (véanse también los § 3.8a y ss. y 12.3). Los derivados en -dad o sus variantes (de base adjetival y, a veces, nominal) pueden hacer referencia a personas (amistades, autoridades, celebridades, dignidades, personalidades), lugares (localidades, nacionalidades, profundidades), rasgos característicos (particularidades, peculiaridades, propiedades, singularidades), diversas cosas materiales (antigüedades, callosidades, extremidades, mucosidades, nudosidades, rugosidades) y, sobre todo, a dichos o hechos, más frecuentemente si son negativos:

atrocidades, complejidades, contrariedades, crueldades, debilidades, excentricidades, falsedades, formalidades, frivolidades, genialidades, hostilidades, infidelidades, ingenuidades, maldades, mezquindades, necedades, novedades, obscenidades, obviedades, procacidades, vaguedades, verdades, vulgaridades.

6.1q Otros sustantivos contables formados con este sufijo adquieren sentidos más específicos. Así, la expresión una necesidad no designa solo un hecho necesario, sino también un deseo o un impulso. Usada en plural y construida normalmente con posesivo (sus necesidades) equivale a ‘evacuación corporal’, como explica el DRAE. De forma análoga, las facilidades y las comodidades suelen ser servicios; las oportunidades son situaciones o coyunturas; las especialidades, actuaciones, comportamientos o ramas de alguna disciplina; las variedades son espectáculos, etc. Se ejemplifican a continuación algunos de los sustantivos que pertenecen a estos grupos:

Había conocido, desde los tiempos de Thiers, a Víctor Hugo, a Dumas, a otras cuantas celebridades (Rubén Darío, Vida); […] como un compendio de todas las elegancias y voluptuosidades imaginables (Blasco Ibáñez, Papa); Pero no podía ser: renunciar a las comodidades que me garantiza mi marido (Jaramillo Levi, Tiempo); Carmen Ramos la hizo pasar, esforzándose en decir las cordialidades de costumbre (Aguilar Camín, Error); En la inocencia fue un ángel, en la penitencia emuló las austeridades de la Tebaida (Cela, Colmena); Era la teoría del mal menor aplicada al revés; es decir, la teoría del mal mayor con toda su cohorte de deformaciones y absurdidades (Delibes, Sombra); Alba aprendió a comer verduras hervidas y arroz quemado, a soportar el frío del patio, cantar himnos y abjurar de todas las vanidades del mundo (Allende, Casa).

6.1r Aunque, como se ha visto, los nombres en -dad típicamente tienen una lectura de cualidad, en ocasiones estos derivados se refieren más propiamente a los grados en que se manifiesta dicha propiedad, como se explica en el § 5.1j. Así, lo elevado en La profesionalidad de estos investigadores es muy elevada es el grado en que se manifiesta la propiedad de ‘ser profesional’. Favorecen esta interpretación adjetivos que designan valores y se suelen predicar de las cantidades, como alto o bajo, elevado, escaso, grande, pequeño, reducido y también verbos que se refieren a procesos de aumento o disminución de una magnitud, como aumentar, crecer, disminuir, incrementar, menguar o reducir:

Su poca formalidad había molestado tanto al ánima de Juan Cocospe que ahora resultaba empresa de titanes someterla a la razón (Rubín, Rezagados); La disminución de la frontera agrícola es un dogal para la región, peor todavía cuando no existe industria alternativa y crece la informalidad (Tiempos 19/1/1997).

Admiten con facilidad esta lectura de grado muchos de los derivados en -dad: criminalidad, diversidad, morosidad, mortalidad, peligrosidad y siniestralidad, entre otros.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
haplología, nominalización

 

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