Morfología

10. La prefijación

10.10 Prefijos negativos

10.10a Expresan negación los prefijos que denotan la propiedad contraria a otra (inaccesible, desleal, anormal), la ausencia de una acción, una entidad o una propiedad (impago, analfabeto, sinvergüenza) o la inversión de una acción o una situación previa (desordenar, deshacer). La categoría de la base constituye en estos casos una propiedad más relevante que en otras clases de prefijos, ya que los prefijos negativos de igual significado se suelen distribuir atendiendo a ella.

10.10b El prefijo dis- (lat. dis-) expresa negación, pero solo puede reconocerse en el análisis sincrónico en unos pocos adjetivos (disconforme, discontinuo, dispar, disparejo), participios (discapacitado) y sustantivos (disgusto). Recuérdese lo apuntado en el § 10.1l en relación con este prefijo. Es sumamente productivo, en cambio, el prefijo in- (lat. in-), que suele aplicarse a los adjetivos para designar las voces antónimas de las bases correspondientes. A este amplio grupo corresponden los adjetivos siguientes, entre otros muchos:

imposible, impropio, impuro, inactivo, incalculable, incapaz, incoherente, incomible, incómodo, inconstante, inconveniente, incrédulo, incruento, indelicado, independiente, indigno, indócil, inexacto, informal, inhábil, inmodesto, inmortal, innecesario, inoportuno, insincero, inútil, inválido, invidente.

A estos adjetivos cabe añadir algunos otros —menos usados o ya perdidos— como insuave, inameno, inculpable, inhonesto, indevoto o incurioso (‘descuidado’).

10.10c El prefijo in- presenta la variante alternante i- ante bases que comienzan por las consonantes líquidas /r/ y /l/: ilegal (no *inlegal), ilícito (no *inlícito), irresponsable (no *inresponsable), irrefrenable (no *inrefrenable), irreal (no *inreal). Asimila, además, el punto de articulación ante las bilabiales /b/ y /p/ y presenta la variante [im], aunque no se manifiesta gráficamente cuando aparece delante de la letra v: imbatible, impensable, pero invencible. Mantiene, en cambio, la forma en in- ante consonantes nasales —próximas en algunos rasgos a las líquidas—, como en innegable (no *inegable) y en inmaduro (no *imaduro).

10.10d Existen pocos verbos a los que pueda aplicarse el prefijo in-: incomunicar, incumplir, insubordinar. En cambio, son numerosos los adjetivos prefijados con in- de los que se derivan verbos. Así, existen sonorizar e insonorizar, pero el segundo no se deriva del primero, sino del adjetivo insonoro. De manera análoga, el verbo inutilizar no se segmenta en la forma *in-utilizar, sino en la forma inutil-izar. La interpretación semántica respeta la segmentación, puesto que este verbo significa ‘hacer inútil’ (inutilizar el baño) o ‘convertir en inútil’, y no, en cambio, ‘no utilizar’. Esta pauta se extiende a otros muchos casos: incapac-itar (no *in-capacitar), inhabil-itar (*in-habilitar), insensibil-izar (*in-sensibilizar), etc. El prefijo se combina con la base verbal en incomunicado (‘en estado de incomunicación’), pero incomunicable admite dos segmentaciones, como se explicará en el § 10.10j. Al grupo de insonorizar (verbos derivados de adjetivos prefijados con in-) pertenecen impacientar, importunar, incomodar, inmortalizar, inquietar, intranquilizar, entre otros verbos.

10.10e Se observan algunas restricciones sobre los adjetivos que admiten el prefijo in-. Los que se combinan con estar, y no con ser, en las oraciones copulativas suelen rechazar la prefijación con in- (borracho, absorto, contento, descalzo, estupefacto, seco, etc.). Es excepción inconsciente, que admite una lectura (‘privado de sentido’) en la que se forma sobre la acepción del adjetivo construida con estar (estar consciente). Por el contrario, son muchos los participios que admiten estas formaciones con normalidad: inacabado, inadecuado, inalterado, inanimado, inapropiado, incivilizado, incomprendido, indebido, indeterminado, inesperado, inestimado, ininterrumpido, innominado, etc. Tampoco es habitual obtener derivados en in- a partir de adjetivos relacionales (*inatómico, *ineconómico, *impaterno). Las excepciones aparentes son casos en los que el adjetivo relacional se toma en su lectura calificativa: inconstitucional, irreligioso, incivil, como prueba el que se formen los nombres de cualidad correspondientes: inconstitucionalidad, irreligiosidad, incivilidad. Sobre estas cuestiones, véanse también los § 13.12q y ss. Son muy frecuentes los derivados de adjetivos en -ble, en particular aquellos que se combinan con ser (indestructible, insobornable, insospechable, insustituible, intachable, entre otros muchos). Sobre los adjetivos en -ble, véase el § 7.10.

10.10f Los adjetivos prefijados en in- no se forman siempre sobre sus correspondientes antónimos. Como in- es un prefijo latino, no es extraño que aparezca incorporado en algunos cultismos que carecen de términos positivos en la lengua general. A este grupo corresponden los adjetivos siguientes, entre otros:

impecable (‘exento de tacha’), impertérrito (‘[persona] a quien no se infunde fácilmente terror o a quien nada intimida’), incógnito (‘que no es conocido’), incólume (‘que no ha sufrido daño’), inefable (‘que no se puede explicar con palabras’), inescrutable (‘que no se puede saber ni averiguar’), inextricable (‘que no se puede desenredar, muy intrincado y confuso’).

Cabe añadir impoluto (‘limpio o sin mancha’) e impávido (‘libre de pavor, sereno ante el peligro’). Sin embargo, se emplean a veces en los registros elevados los cultismos pávido y poluto, infrecuentes en la lengua general:

[…] y acatan los designios de un Ser tan poderoso estremecidos por un sobresalto pávido (Rubín, Rezagados); […] puede andar por entre el ambiente poluto del mundo y no contaminarse (Américas 8/3/1997).

10.10g Tampoco precede el prefijo a un adjetivo existente en español en una serie de adjetivos construidos sobre bases que reproducen antiguos participios latinos: intacto, infecto, insepulto, intonso, indefenso, etc. Se ha formado por regresión édito a partir de inédito:

Llamado del MEC a autores uruguayos interesados en concursar para los Premios Anuales de Literatura, correspondientes al año 1997, en obras éditas o inéditas (Brecha 10/1/1997).

Cabe añadir ileso, si bien se usa leso en varios sentidos, explica el DRAE, entre ellos ciertas expresiones acuñadas (lesa patria, lesa humanidad, lesa majestad). La voz prefijada posee también extensión mucho mayor que la que carece del prefijo en el par concluso ~ inconcluso: […] sabía tararear sinfonías conclusas (Cabrera Infante, Habana).

10.10h Presentan bases nominales supletivas otros adjetivos de origen latino. Así, el adjetivo inerte, opaco para la mayor parte de los hispanohablantes, procede del lat. iners, -rtis (‘sin arte, sin capacidad, inactivo’). Es posible reconocer, en cambio, la base nominal en imberbe (‘sin barba’), inerme (‘desarmado’), informe (‘sin forma’), impune (‘sin castigo’), y en los terminados en -o incoloro e indoloro. Desde el punto de vista de la morfología sincrónica, estos derivados podrían considerarse formas parasintéticas construidas sobre la pauta in-N-e o in-N-o. También se asimilan a los esquemas parasintéticos los adjetivos incesante o interminable. Los derivados de base nominal que se citan poseen interpretación privativa. Así, una persona imberbe es alguien que carece de barba. También impar significa, en uno de sus sentidos, ‘que no tiene par’.

10.10i Aunque podría pensarse que algunas formas nominales prefijadas con in- dan lugar a una lectura privativa, de base nominal (‘ausencia de N’), y a otra de contrariedad, de base adjetival, raramente se da ambigüedad entre ellas. Así pues, la segmentación natural de incultura es incult-ura (‘cualidad de inculto’). La segmentación in-cultura daría lugar a la interpretación ‘falta de cultura’, pero choca con el sistema morfológico del español, puesto que la pauta in-N (inacción, incertidumbre) es poco productiva. De hecho, las voces que aparentemente la muestran (inquietud, insensibilidad, incapacidad, inseguridad, indignidad) se interpretan como nombres de cualidad derivados de adjetivos prefijados (inquieto, insensible, incapaz, inseguro, indigno). Los contrastes del tipo completamente {inculto ~ *culto} se analizan en el § 13.12u.

10.10j Muchos adjetivos prefijados en in- y terminados en -ble pueden derivarse de otros formados sobre este sufijo e interpretarse a partir de ellos. Así, intraducible admite la segmentación [in-[traduci-ble]], que proporciona la interpretación correcta ‘que no se puede traducir’. Cabe decir lo mismo de inmejorable, inexplicable, indivisible, intolerable, insustituible y de otros muchos derivados. No obstante, una serie limitada de adjetivos formados sobre esta misma pauta admiten la estructura [in-[V-ble]], y también la variante [[in-V]-ble], lo que da lugar a dos significados distintos. Así, el adjetivo incomunicable puede segmentarse en la forma [[in-comunica]-ble], que da lugar al significado ‘que puede ser incomunicado’, y también en la forma [in-[comunica-ble]], que corresponde al significado ‘que no puede ser comunicado, inefable’. Como se explica en el § 1.5ñ, se obtienen asimismo dos interpretaciones en insensibilizable (‘que puede ser insensibilizado’ o ‘que no puede ser sensibilizado’), inmovilizable (‘que puede ser inmovilizado’ o ‘que no puede ser movilizado’), etc.

10.10k La relación semántica entre bases y derivados es transparente en ciertos casos en los que la morfología no proporciona pautas que reflejen con claridad el sentido de las voces prefijadas. Así, el adjetivo interminable significa ‘que no se termina’. Si se segmenta en la forma in-terminable, se formará a partir del adjetivo terminable, construido sobre el verbo transitivo terminar. Esta opción no relaciona adecuadamente el verbo intransitivo terminarse con el derivado interminable. La segmentación intermina-ble no es correcta porque se basa en el verbo inexistente *interminar. Cabe pensar, por ello, que es más apropiada la variante parasintética in-termina-ble, que permite relacionar interminable con terminar sin hacerlo necesariamente con terminable. Se extiende este problema a inagotable, impagable y a otros derivados. En cambio, en inenarrable, invencible, incorruptible y otros adjetivos similares, la opción parasintética podría alternar con la pauta simple «in + adjetivo»: in + corruptible > incorruptible. El adjetivo incierto admite dos interpretaciones, cada una derivada de uno de los sentidos del adjetivo cierto: ‘no verdadero’ (respuesta incierta) y ‘no seguro’ (muerte incierta). Otras veces, la base léxica no proporciona el significado del adjetivo prefijado, o bien da cuenta de uno solo de sus sentidos. En efecto, no se interpreta el adjetivo indiferente (lat. indiffĕrens, -ntis) a partir del significado de diferente, ni impertinente (latín tardío impertĭnens, -ntis, formado sobre pertinēre ‘concernir, referirse’) a partir del de pertinente.

10.10l El prefijo a- (gr. a- ‘no, sin’) posee, como se señaló en el § 10.2g, la variante alternante an- ante vocal. Este prefijo expresa contrariedad con algunos adjetivos calificativos (anormal) y con una serie extensa de adjetivos relacionales, la mayor parte con bases de origen griego: acrítico, apolítico, aséptico (más usado que séptico), asintomático, asistemático, atípico, atópico, etc. Así, una persona apolítica es alguien ajeno a la política. El adjetivo apolítico se distingue de impolítico (‘falto de política o contrario a ella’):

En este sentido solo resta la realización del debate en el Congreso, que […] ha tenido marcada oposición de algunos sectores apolíticos (País [Col.] 22/5/1997); […] era demasiado sabio y realista para seguir los consejos desatinados e impolíticos del jefe del SIM (Vargas Llosa, Fiesta).

10.10m Es frecuente asimismo a- como prefijo privativo. Así, acéfalo, con suplencia en la base nominal, significa ‘que no tiene cabeza’. En general, la estructura morfológica de muchos derivados de origen griego que muestran este prefijo es opaca a la conciencia lingüística de los hispanohablantes. A ese extenso paradigma corresponden voces como anestesia (‘estado caracterizado por la ausencia de sensaciones’), anarquía, anemia, anomia, afasia, agrafia, anorexia y anorgasmia; entre los adjetivos, analfabeto, afónico, átono, anaerobio, analgésico o anónimo, además de otras muchas. Son más transparentes asimetría y aconfesional (‘que carece de confesión religiosa’), así como los derivados que poseen interpretación distinta según expresen privación o bien denoten lo contrario de la noción expresada por la base (oposición, contrariedad). En efecto, se distingue ilegal (‘contrario a la ley’) de alegal (‘ajeno a la ley, no regulado ni prohibido’), o inmoral (‘contrario a la moral’) de amoral (‘desprovisto de sentido moral’):

En cuanto a nuestro país, también encontramos aquí refugiados de facto, en situación alegal más que ilegal (López Garrido, Derecho); No tardó en adquirir la misma epidermis que esta gente simple, opulenta y amoral, cumpliendo con ciertas formas y puntualidades que lo vistieron de un ropaje bajo el cual permaneció libre para continuar siendo quien era (Donoso, Casa).

10.10n Con el prefijo des- se crean un gran número de derivados que denotan acciones, situaciones o propiedades opuestas a las expresadas por sus bases nominales, como desacuerdo, desamor, desarmonía, descrédito, desdicha, desenfado, deshonor, despropósito, desventaja, desventura, desvergüenza. El prefijo des- se combina también con algunas bases adjetivales que, o bien tienen forma participial (desafortunado, descomedido, desprevenido, desusado, descompuesto), o bien proceden etimológicamente de participios (desafecto, descontento, desatento). La pauta des-A solo se registra en la lengua actual con unos pocos adjetivos que no correspondan a los grupos anteriores. Buena parte de ellos aparece en la relación siguiente:

desapacible, desaprensivo, desconforme, descortés, desfavorable, deshonesto, desigual, desleal, desobediente, desparejo.

En la lengua antigua se registran también desapto, descómodo, desnatural, deshumano, desnecesario, desrazonable y otros derivados similares que no son comunes en el español de hoy. Participa este prefijo en los esquemas parasintéticos des-N-ado y des-A-ado, que dan lugar a muchos derivados, entre los que están desaforado (‘que obra sin ley ni fuero’), desalmado, desbravado, descarado, desganado, desmelenado, desgraciado (antónimo de agraciado) o despiadado (no *despiedado, al igual que piadoso, no *piedoso; se explica este fenómeno en los § 7.1g, h). Véanse también sobre este punto los § 11.9f, g. Se considera opaco morfológicamente descomunal, que no se relaciona en la conciencia lingüística de los hablantes con comunal (latín tardío communālis) ni tampoco con común, a pesar de que una de sus posibles paráfrasis sea ‘fuera de lo común’. La pauta des-N da lugar a un cierto número de sustantivos en los que el prefijo se interpreta con sentido privativo, como en desorden, desaseo, desempleo, desamor, desmesura, desobediencia, entre otros. Recuérdese que es muy rara, en cambio, la pauta in-N.

10.10ñ Pueden distinguirse cuatro interpretaciones del prefijo des- en los derivados verbales (des-V):

1. Ausencia (desconocer algo ‘no conocerlo’);

2. Cese, cancelación o anulación (deshabitar un lugar ‘dejar de habitarlo’);

3. Acción contraria (descoser un vestido ‘volverlo a su estado anterior, desprenderle las puntadas’);

4. Acción inadecuada (desinformar a los ciudadanos ‘informarlos mal, darles información manipulada’).

Las interpretaciones más productivas son la 1 y (muy especialmente) la 3. Esta última se suele denominar reversiva en los estudios morfológicos. Algunos derivados presentan rasgos que corresponden a más de uno de estos cuatro grupos, como se verá en los apartados siguientes. Para dar cuenta de estos solapamientos o traslapes, ciertos autores entienden que es más adecuado postular dos únicas clases, y reducir a una sola la segunda, la tercera y la cuarta, sobre todo si se tiene en cuenta que esta última no es productiva y que la 2 y la 3 están próximas. En las páginas que siguen se deja abierta esta posibilidad.

10.10o Corresponden al grupo 1, es decir, a la interpretación de ‘ausencia’, además de desconocer, los verbos desagradar, desaprovechar, desconfiar, desmerecer, desobedecer, desoír o desacertar, como en No quería desacertar y tener un fiasco (ABC Cultural 27/9/1996). A este grupo pertenecen también descreer y desamar, el primero con cambio de régimen preposicional (creer en > descreer de, al igual que confiar en > desconfiar de); el segundo ya poco usado:

[…] el que lo hermoso en el suelo / desama y echa por tierra, / desechado sea el cielo / y no le sufra la tierra (Cervantes, Galatea); El carácter recursivo de las prácticas de sentido nos lleva a descreer de la posibilidad de un anclaje definitivo del saber (Piscitelli, Ciberculturas).

La interpretación de algunos verbos del grupo 1 se considera polémica porque, si se los examina con atención, se comprueba que no denotan simplemente la ausencia de cierta acción. En efecto, las omisiones se asimilan a las acciones cuando expresan actos intencionados, aun cuando puedan comportar ausencia de actividad. Se ha observado que el uso de desobedecer está, por esta razón, más restringido que el de no obedecer. Ambas expresiones pueden alternar en {No obedece ~ Desobedece} a sus padres, pero no lo hacen en No obedecí la orden porque no sabía que existiera, y en otros contextos similares que ponen de manifiesto la ausencia de intención o de voluntad y que no favorecen la presencia del verbo desobedecer. Ello es independiente de que el adverbio no tenga efectos en la sintaxis no compartidos por el prefijo des-, como la capacidad de inducir términos de polaridad negativa dentro de su propia oración: {No obedece ~ *Desobedece} nunca o {No obedece ~ *Desobedece} ninguna orden. Estas últimas diferencias se analizan en el § 48.6.

10.10p En el § 48.2k se explica que los derivados formados con prefijos negativos expresan significados más marcados o más activos que las expresiones correspondientes formadas con la negación (desleal ~ no leal) y también que ocupan posiciones más altas en ciertas escalas argumentativas, lo que permite afirmaciones como No es legal. Es más, es ilegal, que resultarían anómalas si esas expresiones fueran enteramente equivalentes. Se ha observado que tales consideraciones se aplican de igual modo a los componentes del grupo 1. Si desagradar y no agradar fueran equivalentes, serían asimismo absurdas secuencias como No me agrada. Más aún, me desagrada, que resultan, sin embargo, plenamente significativas. Pertenece al grupo 2 el verbo deshabitar, así como desocupar, descuidar, desfavorecer, desproteger o desatender. Cabe asimilar algunos verbos a este grupo, pero también al anterior en ciertos contextos. Así, descuidar puede interpretarse como ‘dejar de cuidar’ (grupo 2) o como ‘no cuidar’ (grupo 1). Otros, como desocupar, podrían pertenecer también al grupo 3.

10.10q Como se ha adelantado, la interpretación de acción contraria (grupo 3) es la más productiva de cuantas admite el prefijo des- con bases verbales. La acción de descoser algo implica, en efecto, la de deshacer el resultado de la acción expresada por la base de ese verbo (es decir, la de coserlo). La interpretación reversiva del prefijo des- presupone, en suma, la existencia de la acción previa expresada por la base, frente al valor de contrariedad (grupo 1), que no se asocia a tal presuposición. Es posible, en efecto, desconfiar de alguien en quien nunca se confió, pero solo puede desenchufarse algo que fue previamente enchufado. El prefijo des- en su interpretación reversiva incide sobre verbos que indican acciones o procesos de cambios de estado o de posición. A ese extenso paradigma pertenecen los siguientes, entre otros muchos:

desabrigar, desabrochar, desactivar, desagraviar, desarticular, desanudar, desasir, desatar, desatascar, desatornillar, desatrancar, descalzar, descargar, desceñir, descifrar, desclasificar, desclavar, descodificar, descolonizar, descomponer, descomprimir, desconectar, descongelar, desconvocar, descruzar, desembrujar, desempapelar, desempaquetar, desengañar, desenredar, desenterrar, desenvolver, deshacer, deshelar, desinflar, desinstalar, deslegalizar, desmaquillar, desmilitarizar, desobstruir, despeinar, despintar, despoblar, despreocuparse, destapar, destejer, desteñir, desunir.

10.10r Se da a veces esta interpretación con bases verbales parasintéticas. Así, desaguar un embalse no es realizar la acción contraria a la de aguarlo, sino más bien quitarle el agua (por tanto des-N-ar). A este esquema pertenecen un buen número de verbos, entre los que están los siguientes:

desacreditar(se), desalentar(se), descorazonar(se), desencaminar(se), desequilibrar(se), des ganar(se), deshabituar(se), deshonrar(se), desilusionar(se), desmelenar(se), desnortar(se).

Las variantes pronominales de la mayor parte de estos verbos denotan la pérdida de la noción expresada por la base, como en desequilibrarse (‘perder el equilibrio’) o desencaminarse (‘perder el camino’): Clarence se desencamina, tratando de “demostrarle” a George el valor de la vida (Cabrera, J., Cine). Las variantes transitivas expresan la acción que consiste en causar estos procesos, como en desilusionar a alguien (‘hacer que pierda la ilusión’). Ello no impide que la base nominal de la pauta parasintética aparezca usada en el derivado de forma traslaticia, como en desalentar (de aliento) o descorazonar (de corazón).

10.10s Algunos verbos del grupo 3 que se ajustan al esquema des-V también encajan en la pauta des-N-ar, y hasta puede decirse que esta última expresa mejor su significado. Así, descontrolarse es ‘realizar la acción contraria a la de controlarse’ (des-V), pero también —y acaso más adecuadamente— ‘perder el control’ (des-N-arse). Cabe decir lo mismo de desorientarse, desacostumbrarse (‘perder la costumbre’), desdibujarse (‘perder el dibujo’), desapasionarse (‘perder la pasión’), etc. Alternan desbotonar (des-N-ar) y desabotonar (des-V); descuadernar (des-N-ar) y desencuadernar (des-V). Una de las ventajas de la opción parasintética radica en que permite que los complementos de los verbos prefijados no sean los mismos que los correspondientes a las variantes respectivas sin el prefijo. Así, los complementos directos que admite con naturalidad el verbo dramatizar no son los mismos que admite el verbo desdramatizar. Si se analiza el significado de este último verbo en el texto siguiente: Tal vez intentaba por todos los medios contener su extremada facilidad para desdramatizar las intervenciones de los demás invitados (Fernández Cubas, Altillos), se comprobará que no se expresa exactamente en él la acción contraria a la de dramatizar ciertas intervenciones, sino más bien la de quitarles dramatismo. Desde la morfología sincrónica puede ser, por tanto, más adecuada la pauta des-N-ar, que la pauta des-V. La comparación entre los esquemas prefijados y los parasintéticos se extiende a otras voces. Repárese en que no es sencillo interpretar el verbo desmejorar a partir del significado de mejorar en […] desmejora el nivel artístico del lugar (País [Col.] 19/5/1997). Esta oración informa de que el nivel artístico de cierto lugar va a peor. Expresa, pues, que el proceso descrito se orienta en el sentido opuesto al que denota el adjetivo mejor, que da lugar a la base léxica verbal. Abordada la cuestión desde la morfología sincrónica, cabría pensar que la pauta des-V describe de manera adecuada este significado, aunque haya que hablar de ‘proceso contrario’ en lugar de ‘acción contraria’. Otra opción admisible sería entender que es más apropiada la pauta parasintética des-A-ar (o tal vez des-N-ar ‘perder la mejoría’), puesto que evita analizar esta voz a partir del verbo mejorar. Existen otros muchos casos similares.

10.10t Existe un vínculo estrecho entre las pautas 2 y 3, sobre todo porque la primera supone situaciones previas, y la segunda acciones previas. Puede entenderse que desaparcar un vehículo es ‘realizar la acción contraria a la de aparcarlo’ (grupo 3), pero también que es ‘hacer que deje de hallarse en el estado en que se encuentra’ (es decir, aparcado), lo que da lugar a la pauta característica del grupo 2. Cabe observar, en el mismo sentido, que es posible que desaparezca algo (des-aparecer) que no ha aparecido previamente; basta con que exista o que esté presente. También es posible desnacionalizar (‘hacer perder la nacionalidad’) a un ciudadano que no ha sido nacionalizado antes, puesto que la acción de desnacionalizar solo requiere en quien la recibe que posea cierta nacionalidad. Por último, no es necesario que haya estado sujeto a un proceso previo de humanización todo aquello que se deshumaniza. Se observó en el § 10.6s que se obtiene una situación muy similar con un buen número de verbos formados con el prefijo re-.

10.10u Se rechaza el prefijo des-, en el sentido reversivo que se ha explicado, con una serie de bases verbales. No se forman verbos en des-V si la base verbal está constituida con la pauta A-ar, con muy escasas excepciones: igual > igualar > desigualar; tenso > tensar > destensar. A esta pauta pertenecía el verbo antiguo desfijar (‘hacer que algo deje de estar fijo’): […] no dañara a vos a fruto de la tierra, y no desfijara a vos la vid en el campo (Biblia Ferrara). No pertenecen, en cambio, a ella desecar (lat. desiccāre), puesto que no es el antónimo de secar (cf. secar una toalla), ni tampoco descontentar, que se deriva de un adjetivo prefijado (descontento > descontentar).

10.10v Puede influir en las numerosas lagunas que se registran en este esquema el hecho de que existan verbos que expresan los significados que corresponderían a las nuevas voces prefijadas: ensuciar ocupa el lugar del hipotético *deslimpiar; sanar el de *desenfermar; vaciar el de *desllenar; reducir el de *desampliar; entristecer el de *desalegrar, etc. También se evitan las formaciones en des-V con los verbos que dan lugar a cambios de estado que se interpretan como irreversibles o irreparables: cegar, cortar, fusilar, incinerar, matar, quebrar, quemar, romper, entre otros. Esta interpretación es, en gran medida, interna a la gramática. Aunque sea posible recomponer lo que se ha roto en un gran número de ocasiones, el sistema morfológico impide la formación de la voz *desromper (registrada, no obstante, en el lenguaje de los niños), acaso porque —como antes— existen los verbos reparar y recomponer, que expresan ese significado. Sin embargo, no existen verbos que sustituyan tan claramente a los hipotéticos antónimos de quemar, cegar, cortar y otros muchos verbos que corresponden a este grupo.

10.10w Los verbos de acción de naturaleza atélica o no delimitada (§ 23.3d) no dan lugar a cambios de estado, por lo que es lógico que rechacen el prefijo: empujar, nadar, volar, trabajar, etc. En cambio, es télico el verbo correr, tanto en correr las cortinas como en correr una distancia. Ambas interpretaciones dan lugar a la forma prefijada descorrer, si bien la primera de ellas es mucho más común que la segunda:

Descorrió un poquito la cortina y después el visillo (Donoso, Elefantes); Salió escopeteado y descorrió el camino hasta el campamento (Chamorro, E., Cruz).

No se dan con el prefijo des- pares similares a los que se documentan con a- (arremangar ~ remangar; arremolinarse ~ remolinarse), a los que se hizo referencia en el § 10.7v, pero sí se registran algunos usos que podrían considerarse enfáticos. En la lengua antigua se usaba desarrancarse (‘desertar, separarse’), lo que pone de manifiesto que la información léxica que está presente en arrancar se reproduce de forma abstracta en el prefijo des-:

Como el paradero destos descontentamientos es amotinarse o […] desarrancarse pocos a pocos, vino a suceder hasta quedar las banderas sin hombres (Hurtado Mendoza, Guerra).

Recuérdese el § 10.3k en relación con esta misma cuestión.

10.10x Tiene también valor privativo el prefijo separable sin, homófono de la preposición sin10.1m), que se combina con bases sustantivas para designar clases de personas (los sin techo, los sin ley) y ocasionalmente también de cosas (sin alcohol ‘cierto tipo de cerveza’):

[… ] lo habrían mandado al calabozo de los sin juicio (Vargas Llosa, Tía); Es una construcción portátil en la que los sin techo pueden pasar una única noche (Norte Castilla 12/1/2001); Hay, sin embargo, los vivos, los sin escrúpulos que siempre abundaron en la godarria (Herrera Luque, Casa); En el submundo donde habitan los sin patria […] (Torres, M., Hombres); Nuestra esperanza solo puede venir de los sin esperanza (Daneri, Matar); […] para desatar el látigo de los sin voz (Belli, Mujer).

10.10y El número (singular o plural) del sustantivo que constituye el término del prefijo sin no está relacionado con el que adquiere la expresión nominal en su conjunto: una [femenino singular] sin papeles [masculino plural]; un [masculino singular] sinvergüenza [femenino singular]. El sustantivo vergüenza forma con sin una sola palabra, a pesar de que corresponde a la misma pauta que los anteriores. El prefijo sin es también autónomo en las expresiones adjetivales sin igual y sin par (aunque ya se documentan las grafías sinigual y simpar), de interpretación elativa:

[…] hubieran debido forzosamente amarla hasta la muerte con sin igual pasión (Tusquets, Mar); La muchacha, que simulaba con sin par realismo un magnífico espasmo, […] (Moreno-Durán, Diana).

En su variante de prefijo integrado o inseparable, se forman con sin- varios sustantivos: sinrazón, sinsentido, sindiós y otros que se mencionaron en el § 10.1m. En el caso de sinsabor, el sentido traslaticio (‘pesadumbre’) sustituye en la conciencia lingüística de muchos hablantes al significado que corresponde primariamente a su estructura morfológica (‘insipidez’), interpretación también posible. Sobre los nombres cuantificativos sinfín y sinnúmero, véanse los § 12.5p-r. Se han perdido en la estructura morfológica del español los prefijos negativos que dieron lugar a voces como negocio, necio y otras similares. Se mantiene en parte la estructura morfológica en ninguno (lat. necunus). Expresa ausencia el prefijo separable o autónomo no antepuesto a bases nominales deverbales (no agresión, no intervención) así como deadjetivales (no responsabilidad). Se analiza en los § 48.2p-s.

 

Nueva gramática de la lengua española
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