Sintaxis

25. El verbo (III). El modo

25.1 Introducción. El concepto de modo. Modo y modalidad

25.1a En los capítulos 4, 23 y 24 se explica que los contenidos gramaticales de la flexión verbal del español involucran las nociones de ‘tiempo’, ‘aspecto’, ‘modo’, ‘número’ y ‘persona’. Se muestra asimismo en dichos capítulos que el número y la persona informan acerca del sujeto; el tiempo lo hace acerca de la localización de lo que se describe en relación con el momento del habla de la enunciación o con otro punto de referencia, y el aspecto gramatical informa de su desarrollo interno. Las particularidades sintácticas de los tiempos que corresponden a cada modo se examinaron en los capítulos 23 y 24. Corresponde, pues, a este capítulo analizar la naturaleza de la flexión modal del verbo como categoría de la gramática, así como los factores que la determinan contextualmente.

25.1b La flexión de modo se caracteriza por el hecho de presentar una amplia gama de valores gramaticales. En las secciones que siguen se comprobará que se usa esa forma de flexión para establecer ciertos actos verbales, para marcar el régimen que corresponde obligatoriamente a las oraciones que complementan a determinados predicados, para mostrar el grado de compromiso del hablante con lo que afirma, para indicar la naturaleza específica o inespecífica de los grupos nominales, para presentar ciertas informaciones como nuevas o conocidas, o bien como no conocidas ni experimentadas, y también para determinar el ámbito sintáctico de ciertos operadores, entre otros empleos relacionados con los mencionados que se analizarán asimismo en las páginas siguientes.

25.1c El modo constituye una de las manifestaciones de la modalidad (capítulo 42). Tal como se ha señalado en la tradición, un rasgo característico del modo es informar sobre la actitud del hablante ante la información suministrada y, en particular, sobre el punto de vista que este sostiene en relación con el contenido de lo que se presenta o se describe. El concepto de ‘modalidad’ es, ciertamente, mucho más amplio que el de ‘modo’, pero la conexión entre ambas nociones es muy estrecha. La asociación de un sujeto con un predicado describe una situación o un estado de cosas, es decir, un contenido proposicional que puede ser objeto de actitudes diversas. Puede, de hecho, filtrarse o modularse a través de la intención, la percepción o el conocimiento del hablante, lo que tiene consecuencias gramaticales patentes. Se ha señalado en múltiples ocasiones que el modo subjuntivo aparece de forma destacada en una serie de contextos modales o modalizados que suelen llamarse no factuales (es decir, no reales, no verificados o no experimentados), lo que sugiere que la flexión del subjuntivo podría considerarse la manifestación en forma gramatical de las nociones abstractas que corresponden a esos contextos. Otros autores prefieren evitar el enfoque según el cual ciertos predicados eligen ciertas inflexiones modales, y optan por una descripción más neutra, de acuerdo con la cual el significado de los predicados ha de ser compatible con el de la flexión modal. En el presente capítulo se usarán los términos inductor del modo e inducción modal, especialmente en el caso del subjuntivo, de forma similar a como se habla de inductores negativos en el § 48.6.

25.1d Se ha hecho notar en gran número de ocasiones que los contextos de selección modal suelen estar en función de que el predicado al que se subordinan o del que dependen sintácticamente exprese o no un estado de cosas percibido, afirmado o interpretado como cierto. En general, el modo verbal es sensible al hecho de que los estados de cosas se presenten como conocidos, aprendidos, imaginados, deseados, logrados, negados o fingidos, entre otras posibilidades. No obstante, como la selección del modo por un predicado es solo una de las formas en las que esos contenidos pueden manifestarse, el análisis del modo ha de manejar a la vez variables léxicas y sintácticas. Unas y otras han de ser consideradas para analizar la forma en que el contenido proposicional se relativiza, se modula o se asume en función de muy variados recursos gramaticales.

25.1e Es clásica en la tradición gramatical hispánica la polémica acerca de cuántos modos deben reconocerse en español. Cabe señalar que ciertos aspectos de la controversia son consecuencia directa de las diferentes interpretaciones que se han hecho de la noción de ‘modo’ y, en particular, del posible solapamiento o traslape entre las nociones de modo y modalidad. En la concepción más estricta, que se seguirá aquí, los modos representan paradigmas flexivos, aun cuando sean defectivos o incompletos, o puedan coincidir sus formas con elementos de otros paradigmas. Este criterio permite delimitar los tres modos que se reconocen generalmente en la gramática (tradicional o moderna): el imperativo, el indicativo y el subjuntivo. El primero no aparece en contextos de subordinación (no son excepción oraciones como Dijo: “Ven acá”, por motivos que se analizan en los § 43.9 y 43.10). La razón fundamental es que otorga fuerza ilocutiva o elocutiva a los enunciados (§ 42.2c). El imperativo se estudia en un capítulo aparte de esta obra (§ 42.3-5), ya que las órdenes, las peticiones o los ruegos constituyen actos verbales análogos a los que se pueden obtener con otros recursos, como allí se explica. El indicativo y el subjuntivo, en cambio, pueden alternar en un gran número de contextos, como se mostrará en el presente capítulo.

25.1f Los llamados usos modalizados de los tiempos no se considerarán aquí modos, lo que no niega que, en tales usos, los tiempos verbales contengan componentes de naturaleza modal. Así, el llamado futuro de conjetura23.14h-ñ) se interpreta como presente modalizado. La secuencia Serán las tres de la tarde equivale, de manera aproximada, a ‘Son probablemente las tres de la tarde’, y la oración ¿Qué habrá en esa caja? viene a equivaler a ‘¿Qué puede haber en esa caja?’. También la forma cantaría está sujeta a una interpretación similar (§ 23.15j-l), de manera que Serían las tres de la tarde se acerca en su sentido a ‘Eran probablemente las tres de la tarde’. Asimismo es característico del lenguaje periodístico el empleo del condicional (sea simple o compuesto) para relativizar la veracidad de la información que se presenta atribuyéndola a otros: Las negociaciones se habrían reanudado en secreto. Este uso se analiza en los § 23.15m y ss. En todos los casos señalados (y en otros similares: § 23.11), el tiempo verbal expresa determinados contenidos modales, de forma que el significado de cada uno de estos usos se obtiene subordinando implícitamente sentidos temporales a algún predicado de naturaleza epistémica (§ 28.6a) que denota probabilidad, suposición u otras nociones semejantes que relativizan (o convierten en dependiente) el estado de cosas que se considera. No existen, sin embargo, paradigmas flexivos distintivos que correspondan a esos contenidos modales. En los § 23.14a y ss. se presentan otros argumentos, relativos a los contextos de selección, que apoyan también el análisis de cantaría como un tiempo, en lugar de como un modo.

25.1g Son más numerosos los casos en los que el uso de ciertos tiempos en el discurso les otorga características de algunas formas de modalidad sin convertirlos por ello en modos verbales. Así, con el futuro pueden introducirse compromisos, estimaciones, recomendaciones, previsiones, advertencias y promesas, así como lanzarse amenazas o maldiciones (§ 23.14e, u, x). El hecho de que algunos de los enunciados construidos de esta manera puedan adquirir un determinado valor ilocutivo (§ 42.2c) es de gran relevancia gramatical, pero no lleva a la conclusión de que el futuro sea un modo del español, sino más bien a la de que, en los contextos apropiados, puede dar lugar a actos verbales distintos de la simple declaración o de la mera presentación de un estado de cosas. Se obtienen conclusiones similares en otros casos en los que los tiempos del indicativo se emplean en contextos modalizados o llevan asociados significados de naturaleza modal.

25.1h Es tradicional la polémica acerca de si el imperativo es o no un modo en español. Algunos gramáticos tradicionales ofrecían una respuesta negativa a esta cuestión y lo consideraban una variante de subjuntivo independiente o no regido. Desde este punto de vista, al igual que existen subjuntivos no dependientes de ningún predicado, como los subrayados en Quieras o no o en ¡Maldita sea mi suerte!42.4 y 42.5), el modo que corresponde a la forma verbal subrayada en Venga usted aquí inmediatamente sería también subjuntivo, en lugar de imperativo, lo que reduciría los modos a dos: indicativo y subjuntivo. Parecen más fuertes, sin embargo, los argumentos a favor de que el imperativo constituye un modo independiente, lo que es congruente con el hecho de que el paradigma que le corresponde forme parte de los modelos tradicionales de la conjugación. Ese paradigma posee formas que no tienen correspondencia en el del subjuntivo (sal, ven, ten, vamos, salid, salí, la última en las variedades voseantes y la penúltima en las que usan el pronombre vosotros). Por otra parte, la interpretación del número y la persona de algunas de las formas que sí guardan esa correspondencia no es siempre la misma en los dos paradigmas, como se explica con detalle en el § 42.3f. La posición del sujeto, la de los pronombres átonos, el comportamiento de la negación y otras diferencias formales que se estudian en los § 42.3-5 también apoyan la idea de que el imperativo constituye en español un paradigma modal diferenciado.

25.1i Se recordó arriba que las inflexiones modales del verbo se caracterizan tradicionalmente por expresar la actitud del hablante hacia el contenido del mensaje. Se suele pensar hoy que, aun siendo útil, el concepto de ‘actitud’ es acaso demasiado impreciso. El modo puede permitir que dos oraciones se diferencien por su valor ilocutivo, como en No se molesta, que describe un estado de cosas, y No se moleste, que constituye una petición. Ahora bien, en pares como un diccionario que me {resulta ~ resulte} útil25.10j), el modo ayuda a interpretar la especificidad del grupo nominal indefinido, concepto muy diferente del anterior; en otros, como No aceptó el trabajo porque le {hicieron ~ hicieran} otra oferta económica25.7d-e y 25.13r y ss.), el modo determina el ámbito de la negación y, por tanto, también su foco40.6). Estas nociones están estrechamente relacionadas con la de (in)especificidad, tal como se explica en los § 25.1m, 25.10b y ss. y 25.12g, pero no tanto con la de fuerza ilocutiva (§ 42.2c). Por otra parte, en Depende de que {*llueve ~ llueva} y en Depende de si {llueve ~ *llueva}, el modo no está relacionado con ninguno de estos conceptos, sino que constituye una manifestación de la rección. El concepto de ‘actitud’ resulta, pues, demasiado impreciso si se pretende aplicarlo a fenómenos gramaticales tan diferentes como los mencionados.

25.1j También resultan, por lo general, demasiado imprecisas, oposiciones semánticas como certeza/incertidumbre, realidad/virtualidad o irrealidad, actualidad/no actualidad, y otras similares formadas con las nociones de ‘potencialidad’, ‘posibilidad’ y sus contrarias, que se han propuesto como rasgos generalizadores que opondrían el indicativo al subjuntivo. Aunque en todas estas oposiciones se reconoce cierto fundamento, se suele señalar en los estudios actuales sobre los modos que resultan demasiado flexibles, por lo que no son útiles para explicar los contrastes modales en todos los casos. Por un lado, estas distinciones conceptuales no diferencian siempre con entera claridad cantará de cante, que, si bien alternan en ciertos contextos, se excluyen mutuamente en otros aunque presenten grados similares de irrealidad (§ 24.1i). Por otro lado, no hay duda de que se expresan hechos considerados reales (en el sentido de no hipotéticos) en oraciones con verbo en subjuntivo, como en No me gusta que se porte así, con subjuntivo regido por el verbo gustar; en Siento mucho que te hayas roto el brazo, o en Le dieron el premio aunque no se lo mereciera, entre otras muchas similares.

25.1k En ciertos contextos sintácticos que dejan en suspenso la veracidad de la información proposicional, se prefiere el indicativo, frente a lo que sería de esperar, como sucede en Depende de si hace o no buen tiempo, o con los verbos pensar o suponer: Cabría pensar que el Gobierno oculta algo; Quiero suponer que has obtenido una buena calificación. Estos usos dan a entender que las suposiciones se consideran situaciones cercanas a las del mundo real. Sobre la alternancia modal con creer, pensar y suponer, véanse los § 25.7i y 25.8d-o. A ello se añade que pares de conjunciones como si ~ en caso de expresan grados muy similares de irrealidad, pero muestran comportamientos opuestos en relación con la selección modal: en caso de que ella {*quiere ~ quiera}; si ella {quiere ~ *quiera}. La conjunción condicional como, usada con mayor frecuencia en España y las Antillas que en otras áreas, admite el presente de subjuntivo (Como me entere yo de que…), mientras que si lo rechaza (*Si me entere yo de que…), tal como se expone en el § 47.8d. Existen otros pares similares que dan lugar a contrastes no reductibles a las oposiciones semánticas introducidas.

25.1l Entre las nociones semánticas unificadoras que se han propuesto en diversos marcos teóricos para explicar las alternancias modales, destaca la que establece como guía o como pauta el grado de compromiso del hablante con la veracidad del contenido de lo que se afirma. De hecho, no pocos autores han replanteado los contextos tradicionales de alternancia modal en función de la naturaleza no asertiva del subjuntivo. Si bien el hablante no parece ser necesariamente el responsable de la aserción que se vincula con el indicativo (En opinión de Luis, no en la mía, esta novela es excelente), esta noción semántica parece intervenir, en efecto, en un buen número de casos en la elección del indicativo o del subjuntivo, como se mostrará en las páginas siguientes. Desde este punto de vista, no solo existen clases semánticas de predicados que determinan la selección modal, como se mostrará en los § 25.3c-z, sino que las anomalías en la selección del modo representan incongruencias semánticas entre el predicado selector y la información que se expresa en la flexión verbal de la oración subordinada. Así, la irregularidad gramatical de la oración *Sé que estés ahí procede del contraste semántico que se da entre la implicación relativa a la certeza del complemento que se asocia con el verbo saber y la ausencia de aserción que conlleva el uso del subjuntivo. Aunque es plausible que las clases semánticas de predicados selectores puedan agruparse en función de este criterio, tal factor debe hacerse compatible con el hecho objetivo de que la estructura sintáctica y algunas particularidades léxicas imponen a menudo uno u otro modo, lo que no deja siempre al hablante toda la libertad de elección que este criterio abierto pudiera sugerir.

25.1m Aun cuando sean varios los factores gramaticales que intervienen en la variación modal, como se ha señalado, existe relación entre ellos. Es clara, por ejemplo, la conexión entre los conceptos de ‘ámbito’ y de ‘foco’, como se explica en los § 48.4 y 48.5, y también la relación entre la noción de ‘ámbito menor o estrecho’ de una expresión cuantificativa (§ 20.9) y la de ‘inespecificidad’. A su vez, la inespecificidad que se expresa en grupos nominales como el citado un diccionario que me resulte útil guarda relación con la naturaleza prospectiva (y, por tanto, no factual) de la situación designada en ciertos esquemas sintácticos de rección, como en Quiero que me resulte útil.

25.1n Las relaciones que cabe establecer entre elementos inductores del modo son todavía más estrechas. El régimen constituye una forma de compatibilidad o de congruencia semántica, se exprese a través de preposiciones, de la selección modal o con otros recursos, como sucede, por ejemplo, en la interrogación indirecta. Desde este punto de vista, existe cierto paralelismo entre el hecho de que el verbo extraer se construya con las preposiciones de o desde, que aluden a la procedencia o el lugar de origen de lo que se extrae, y el hecho de que el verbo desear se construya con subordinadas en subjuntivo: el estado de cosas inexistente que la oración de subjuntivo suele designar está en consonancia con la naturaleza irreal, no factual y por lo común prospectiva que caracteriza lo que se desea. El que estas consideraciones se puedan extender a otras muchas secuencias similares no significa, sin embargo, que existan hoy en día conceptos semánticos suficientemente precisos, y con la capacidad explicativa necesaria, para sustituir en todos los casos los análisis que parcelan las informaciones modales en función de las diversas estructuras sintácticas, por otros que las integren bajo una única etiqueta. El problema, como se suele reconocer, radica en que las nociones gramaticales más generales que podrían sustituir a las nociones parciales no resultan siempre igual de restrictivas. De ello no se deduce que sea imposible un análisis integrador de todos los contextos que determinan la elección del modo, sino más bien que, por el momento, esa integración no se ha conseguido.

25.1ñ La flexión de modo está asociada estrechamente a la de tiempo, la de número y la de persona. Los tiempos del subjuntivo son defectivos si se comparan con los del indicativo, en el sentido de que carecen de algunas de las distinciones morfológicas propias de estos últimos. Por ejemplo, la oposición «canté–cantaba», en el modo indicativo, no tiene correspondencia en el subjuntivo, en el que cantara o cantase cubre ambos contenidos; la oposición «canto–cantaré» del indicativo se neutraliza asimismo en la forma cante del subjuntivo. Estas diferencias y otras similares se estudian en los § 24.1-3. También las personas del subjuntivo están más restringidas que las del indicativo. Si bien la referencia de la tercera persona de regresará (indicativo) en Dice que regresará pronto puede coincidir o no con la del sujeto de dice (es decir, puede hablarse de dos individuos distintos o del mismo), la de la tercera persona de regrese (subjuntivo) en Desea que regrese pronto carece de esa libertad, ya que hace referencia necesariamente a un individuo distinto del designado por el sujeto de desea. Con el infinitivo se expresa, en cambio, la identidad de sujetos (como en Desea regresar pronto). Estas cuestiones se analizan en los § 26.7, 26.8 y 26.11d.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
modo, régimen

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE