Sintaxis

20. Los cuantificadores (II). Cuantificadores indefinidos. El concepto de ámbito

20.7 Cuantificadores evaluativos (III). Otros cuantificadores

20.7a El cuantificador harto era frecuente en el español europeo hasta el siglo xix, en el sentido de ‘muchos, numerosos’, como en No ha de quedar por falta de asnos: que, gracias sean dadas al cielo, hartos hay en este lugar (Cervantes, Persiles), y también en el de ‘demasiados’: Hemos recibido hartos beneficios para maldecir la mano que nos ha herido (Galdós, Episodios). Estos dos valores están hoy vivos en América, como se explica en el § 19.2n. El uso de harto en muchos países americanos no lleva asociada la connotación arcaizante que caracteriza a este cuantificador en el español europeo, por lo que se emplea también en la lengua conversacional:

Me abrazaron mis cuñadas con hartos gimoteos (Mujica Lainez, Bomarzo); Si se moría, que se muriera que hartas cagadas les hizo en vida (Vallejo, F., Desbarrancadero); Se aliñan harto con sal, limón, y algo de ají (Huneeus, Manual); Nos conocía harto bien (Donoso, Casa).

20.7b El adverbio evaluativo asaz (‘bastante’) es en la actualidad infrecuente y propio de los registros más elevados. Aun así, se ha observado que a veces se utiliza con sentido deliberadamente arcaizante e incluso irónico en ciertos contextos. Se documenta usado casi siempre como cuantificador de grado de adjetivos:

Era un lugar asaz seguro (Arenales, Arauco); El cuento, en consecuencia, es el germen de creaciones asaz sofisticadas (Caretas 30/10/1997); En el primer rollo, las acciones fueron asaz parejas (Salvador Hoy 6/10/2000); Aunque era asaz inverosímil que un cadáver hablara, todo el pueblo murmuraba (Faner, Flor); Me conmovió el diseño, asaz modificado, de la palatina fachada y del portal (Mujica Lainez, Escarabajo).

Mucho menos frecuente es hoy el empleo de asaz como cuantificador de adverbios: Como que ya deben estar asaz lejos de esta morada (Navarro Villoslada, Blanca). Este uso era común, en cambio, en la lengua medieval: E esto se demuestra asaz claramientre en el Libro de los Machabeos (Sermón). Un rasgo peculiar de este cuantificador evaluativo es el hecho de que admitía construcciones partitivas a pesar de que carece de flexión de género o número: La enbidia gana asaz de enemigos (Cancionero Íxar).

20.7c Los indefinidos complejos unos cuantos y unos pocos resultan de la combinación de los evaluativos cuantos y pocos con el indefinido plural unos. Poseen flexión de género, pero se usan solo en plural: unos cuantos árboles, unas pocas flores. El indefinido un poco no acepta, en cambio, este esquema, ya que requiere codas partitivas o pseudopartitivas: un poco de(l) café (recuérdese, no obstante, el § 20.2ñ en relación con construcciones como una poca luz). Los cuantificadores complejos unos cuantos y unos pocos no poseen tampoco género neutro, ya que carecen de variante singular. Esta limitación les impide, además, funcionar como adverbios y modificar a adjetivos o verbos. Los inhabilita asimismo para cuantificar a los sustantivos no contables, a diferencia de los otros cuantificadores evaluativos. Como se explica en el § 15.3k, unos también puede preceder a los numerales, como en unos veinte, unas doscientas. No obstante, en estos últimos casos se obtiene una combinación de interpretación aproximativa. No sucede así con unos cuantos y unos pocos, ya que ni cuantos ni pocos expresan cantidades precisas. Así, unos veinte se entiende como ‘más o menos veinte, alrededor de veinte’, pero unos cuantos y unos pocos no pueden parafrasearse de modo semejante. Se deduce de ello que la expresión unos cuantos no es, frente a unos tres, el resultado de combinar las propiedades gramaticales de sus dos componentes.

20.7d El indefinido unos cuantos puede expresar, según los contextos, una cantidad considerable o reducida. Unas veces admite paráfrasis aproximadas con algunos, pero en otros casos se prefieren las que cabe hacer con varios o unos pocos:

La calle es negra y fría. Solo hay unas cuantas luces rojas y nosotros (Sánchez, C., Palacio); Quedaron solo unos cuantos cuerpos abrazados (Belli, Mujer); A la larga misiva del padre, Emilio contestó unas cuantas líneas, después de las cuales figuraban unas sumas y unos porcentajes (María, Fábrica); Al fondo había un gran patio con unos cuantos árboles (Aguilera Malta, Pelota).

20.7e La indeterminación de la cantidad indicada por unos cuantos queda confirmada por el hecho de que pueda utilizarse en contraste con pocos (No eran pocos, sino unos cuantos), pero también con muchos (No eran muchos, sino solo unos cuantos) con resultados igualmente naturales en ambos casos. Al igual que unos pocos y varios, unos cuantos se usa con valor anafórico. Del mismo modo, en estos contextos se acerca unas veces a ‘bastantes, un número estimable’, como en En cuanto a maravillas inertes, he visto unas cuantas (Chamorro, E., Cruz), y otras equivale más bien a ‘unos pocos, un número reducido’, como en No podemos ocuparnos de todos sus árboles y sí únicamente de unos cuantos (Dantín, Agricultura). Esta imprecisión es compartida en ocasiones por algunos y también por el cuantificador unos pocos.

20.7f El cuantificador tanto se usa en las construcciones comparativas de igualdad (§ 45.8) y en las consecutivas (§ 45.14). Precedido del artículo indeterminado forma la locución adverbial un tanto, de significado cercano a un poco. El cuantificador un tanto modifica a grupos adjetivales o adverbiales:

En la cuantificación de las medidas de lo que él llamaba la belleza clásica, el hombre era un tanto disparatado y obsesivo (Díez, Fuente); Se expresaba con una voz melosa, un tanto ceceante, pues no había perdido el acento sevillano de su juventud (Luján, Espejos); Y tu abuela Petrona, sentada un tanto lejos de la bolina […] (Ramírez, Baile),

pero también puede incidir sobre grupos verbales:

El aspecto de Fátima era tan cómico que, por unos instantes, mi miedo se apagó un tanto (Fernández Cubas, Elba); Algunos días después también me pasé un tanto de copas, sin llegar a lo de la vez anterior (Mutis, Maqroll).

20.7g Al igual que los demás cuantificadores evaluativos, tanto puede formar parte de grupos definidos: Belushi es uno de sus tantos alias (Fresán, Historia), donde tantos alterna con muchos. Un rasgo característico de tanto es el hecho de que puede encabezar los complementos de los indefinidos uno y otro, como en una de tantas veces, otro de tantos éxitos:

José Arcadio Buendía, muerto de risa, consideró que se trataba de una de tantas dolencias inventadas por la superstición de los indígenas (García Márquez, Cien años); En 1927 los Estados Unidos obligan a las dos facciones de siempre a deponer las armas en otra de tantas guerras civiles (Ramírez, Alba); La cueva es una de tantas cuevas como los alicantinos cavan propincuamente (Azorín, Cervantes).

20.7h En las construcciones que se acaban de citar se elige un representante cualquiera de un grupo que se considera numeroso. Aunque no aparezca un determinante definido, este grupo se presenta como si en verdad fuera conocido por el interlocutor. El esquema «{uno ~ otro} de tantos + sustantivo» admite, en efecto, paráfrasis como «{uno ~ otro} de los muchos + sustantivo»; «{uno ~ otro} de los numerosos + sustantivo», etc. También suele aceptar otras con la preposición entre, como en una entre tantas ocasiones. El grupo nominal uno de tantos se usa, además, con valor idiomático, en el sentido de ‘uno más, uno cualquiera’:

No había razón para que fuese el superior y el último, sino uno de tantos (Lugones, Fuerzas); —Habrá que verlo… —¡No hay nada que ver! ¡Eres una de tantas, Carolina, no te engañes! (Orgambide, Otero); Francisco ansiaba confundirse con ellos, ser uno de tantos, dentro del grupo juvenil y alegre (Mujica Lainez, Aquí).

20.7i Se usa también tanto, precedido del artículo determinado y en estructuras no partitivas, para indicar una cantidad elevada de algo. No son equivalentes, sin embargo, «los muchos + grupo nominal» y «los tantos + grupo nominal», ya que el empleo de tantos/tantas implica que la noción expresada por el grupo nominal se presenta como consabida:

Y esto lo digo, además, para que se vea un ejemplo típico de las tantas equivocaciones y fallas que cometí en la investigación (Sábato, Héroes); ¡Qué lástima haber quemado las cartas, las tantas cartas de Polly-Dolly! (Villena, L. A., Burdel); Florentino Ariza no tuvo nunca más una oportunidad de ver a solas a Fermina Daza, ni de hablar a solas con ella en los tantos encuentros de sus muy largas vidas (García Márquez, Amor); ¡Oh, las rabietas y las ansias criminales de Melchor, y de Sabina, en las tantas ocasiones que al Gato se le había puesto en las narices echarle de la cama! (Trigo, Jarrapellejos).

Como se vio en el § 20.7h, es frecuente utilizar estas secuencias en el término de la preposición entre. Tales construcciones se acomodan particularmente bien a su significado, ya que en ellas se entresaca un elemento de un grupo que se presenta como trasfondo conocido:

Entre las tantas calumnias de buenos bien pueden pasar las mías (Cervantes, Quijote II); El amor y la humildad no eran sino otras más de entre las tantas formas bajo las cuales se encubría lo demoníaco (Sáenz, Papeles); Entre los tantos textos jurídicos que estudió se recoge un dictum: el simple rumor es suficiente para mover la acción pública (Rumbo 29/9/1997).

Se observó en el § 20.5f que el uso antiguo de tan muchos con el sentido del actual tantos45.14) expresa adecuadamente su significado. Desde este punto de vista, tantos se opone a tan pocos y sustituye a la expresión tan muchos, ya desaparecida. Para el uso de tantos con valor demostrativo, véase el § 17.10.

20.7j El cuantificador evaluativo un tanto cuanto se construye como adverbio modificador de grupos adjetivales o verbales. Se documenta en el español europeo hasta el siglo xix:

Estos enamoramientos son un tanto cuanto pueriles y pueden ser perjudiciales (Valera, Morsamor); La historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida (Larra, Fígaro); Y no será maravilla / que vacile un tanto cuanto (Bretón Herreros, Cuarto).

Su uso está hoy vivo en México:

Un tanto cuanto escéptico, decidió poner a prueba la sinceridad de las palabras presidenciales (Martín Moreno, Negro); Al principio era feliz; le parecía una experiencia por lo demás interesante y un tanto cuanto agradable, pero le molestaba el hecho de no poder salir a la calle (Leyva, Piñata); Gracias, doctor, no me haga caso; pero como es mi primer parto y ustedes dijeron que no iba a sentir dolores, me siento un tanto cuanto descorazonada (Olivera Figueroa, Enfermera); A Oralia le extrañó esto un tanto cuanto (Hayen, Calle).

20.7k Con tanto se forman diversas locuciones. Son de carácter adverbial al tanto (‘al corriente’), de tanto en tanto (‘de vez en cuando’), mientras tanto (‘durante ese tiempo’) y por (lo) tanto (‘por consiguiente’). Es conjuntiva en tanto que (‘mientras’): En tanto que de rosa y d’azucena / se muestra la color en vuestro gesto (Garcilaso, Poesías). Se usa también la fórmula reduplicada tanto y tanto, sea con valor adverbial, adjetival o pronominal:

Tanto y tanto lo repitió, que creo que terminó por olvidar que se lo había comprado a un legionario (Mujica Lainez, Escarabajo); Tanto y tanto besuqueo de esta mujer a los niños del hospicio no podría traer nada bueno (Jiménez Lozano, Grano); Se miraron durante unos segundos que abarcaron tanto y tanto como la más larga era geológica (Savater, Caronte).

La locución sustantiva las tantas denota una hora avanzada de la noche, pero también una muy posterior a alguna prefijada o que se considera normal: El puesto entero y toda la fruta estuvieron ardiendo hasta que, a las tantas, llegaron los bomberos municipales (Mendicutti, Fuego). Otras fórmulas construidas con tanto son ni tanto así y tanto gusto (también con tantísimo, mucho o muchísimo), empleada como expresión de cortesía en las presentaciones.

20.7l El cuantificador complejo unos pocos es de uso general en todos los países hispanohablantes. Su variante, menos usada, algunos pocos, posee igual significado. Se registra tanto en el español europeo como en el americano, si bien su frecuencia es mayor en este último:

Reunidos con algunos pocos sobrevivientes, miraban el espectáculo desde la sala-observatorio (Obando, Paraíso); Solo algunos pocos hombres, desgreñados y sucios, quedaron en el calabozo (Rojas, M., Hijo); Cuando había dicho algunas pocas palabras, que se notaban aprendidas de memoria, otro asambleísta le gritó (Araya, Luna); Hay algunos pocos paseantes solitarios (Gutiérrez Aragón, Morirás); Salieron a recibirlo Antonio Pérez, el conde de Orgaz, el duque del Infantado y algunos pocos amigos íntimos (Uslar Pietri, Visita).

20.7m La agrupación algunos cuantos está extendida en el español americano. Se registra especialmente en México, en Chile y en las áreas andina, centroamericana y rioplatense. Se ha documentado también, aunque con frecuencia menor, en los países del área caribeña:

Los grandes artistas no son, precisamente, nostálgicos de la naturaleza, por más bien que la evoquen algunos cuantos (Fuentes, Esto); A Peter y Jack y algunos cuantos parientes no más invitamos a la boda (Rodríguez Alcalá, Ojo); Y así pudo soportar hasta adaptarse a la situación de un mundo elemental en el que todo estaba en duda, logrando algunas cuantas proezas de sabiduría (Serrano, E., Dios).

20.7n Expresiones como Dios sabe cuántas, no sé cuánto, quién sabe cuántos y otras similares a las mencionadas constituyen segmentos formados con oraciones interrogativas indirectas (§ 43.7a-c). No obstante, se asimilan a los cuantificadores evaluativos en secuencias como las siguientes:

Ya llevamos no sé cuántos años de mala cosecha (Galdós, Perfecta); Desde que supe que mi nombre se mencionaba (y se mencionó no sé cuántas veces) como candidato, decidí no volver a Suecia (Neruda, Confieso); Trae consigo otro refinamiento, secreto, antiquísimo, heredado de quién sabe cuántos antepasados perdidos que acaso fueron príncipes (Fuentes, Diana); Durante su vida ha labrado desde niño quién sabe cuánta tierra (Cardoza, Guatemala); Tendría por delante Dios sabe cuántos años de vida (Cela, Pascual Duarte).

No es posible asignar a estas oraciones la estructura de una interrogativa indirecta. Así, el complemento directo de tener por delante en el último ejemplo citado es el grupo nominal Dios sabe cuántos años de vida, en que el cuantificador complejo Dios sabe cuántos incide sobre años de vida. Los cuantificadores complejos así formados denotan, como se ve, un número elevado, aunque impreciso, de personas o cosas. Las oraciones interrogativas correspondientes pueden usarse también para expresar una estimación similar, pero la estructura sintáctica que se les asigna es la de tales subordinadas sustantivas: Parecía un campesino. Quién sabe cuánto tiempo había estado fuera del servicio (Martínez, Evita). Sobre adverbios complejos con estructura similar (Dios sabe cómo; quién sabe cuándo, etc.), véase el § 43.8n.

20.7ñ Los adjetivos vario, diferente, diverso y distinto construidos en plural se usan como cuantificadores. Así, en la oración En diferentes ocasiones ha votado resoluciones favorables al desarrollo del turismo (Torre Padilla, Turismo), no se quiere decir exactamente que las ocasiones de las que se habla fueran disímiles, sino más bien que eran numerosas. En cambio, en la secuencia Estamos ante problemas diferentes se expresa que existe desemejanza entre ciertos problemas. Se analizan los dos sentidos que poseen estos adjetivos en los § 13.9a y ss.

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE