Sintaxis

27 El verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio

27.4 Interpretaciones semánticas del gerundio (I). Usos temporales

27.4a Como se ha explicado, tanto los gerundios adjuntos como los externos pueden ser modificadores de algún predicado. En la sección anterior se planteó la cuestión de determinar el sujeto del gerundio, así como el vínculo que este elemento (sea expreso o tácito) mantiene con el verbo sobre el que el gerundio incide. El vínculo entre el gerundio y el predicado al que modifica es también semántico. La contribución semántica de los gerundios (sean adjuntos o externos) a la oración en la que se inscriben es variable. En unos casos se perciben con claridad sentidos modales, temporales, causales, condicionales o concesivos, pero en otros no es sencillo establecer esos valores contextuales, sobre todo porque pueden acumularse. Así, se ha repetido en la tradición gramatical que los gerundios se asimilan muy frecuentemente a los adverbios de modo, en el sentido de que especifican la manera en que se lleva a cabo la acción o el proceso al que se refiere el verbo principal, como en Abrió la puerta introduciendo una tarjeta por la ranura. Obsérvese que el gerundio también sugiere anterioridad inmediata en esta oración, sin perder por ello el sentido modal. En general, la interpretación de modo o manera no excluye la puramente temporal en muchas oraciones. El que dice Salió dando un portazo expresa el modo en que se realizó cierta salida, pero asimismo da a entender que las dos acciones se realizaron a la vez o quizás una inmediatamente después de la otra. La llamada interpretación condicional del gerundio (Cerrando la ventana impedirás que entre el viento: § 27.5n-q) es también compatible con la modal, puesto que la condición suficiente para que algo tenga lugar no siempre se distingue conceptualmente del modo de conseguirlo o de llevarlo a efecto.

27.4b Se ha señalado repetidamente en la bibliografía sobre estas cuestiones que el problema de determinar la interpretación semántica de los gerundios está relacionado con el de precisar la que corresponde a ciertos adjuntos situados en posición absoluta (también llamada de tópico o de marco). Estos adjuntos se denominan asimismo libres39.4f) o externos (recuérdese que absoluto significa etimológicamente ‘suelto, separado’). Así, la expresión con su madre introduce un complemento de compañía en La niña siempre come con su madre, pero denota —además de compañía— condición necesaria o suficiente en Con su madre, la niña seguramente comería, y expresa, en cambio, concesión en Con su madre y todo, la niña no probó bocado. Se analizan contrastes similares a estos en los § 38.11-13 y 39.4. En los restantes apartados de esta sección, así como en la siguiente, se explicarán resumidamente las interpretaciones semánticas fundamentales que recibe el gerundio, así como los contextos gramaticales que suelen favorecerlas.

27.4c La ausencia de flexión verbal impide al gerundio denotar tiempo. El gerundio expresa, en cambio, aspecto imperfectivo, lo que tiene un gran número de consecuencias en la interpretación de las perífrasis verbales. Desde el punto de vista temporal, la oración de gerundio se entiende muchas veces como simultánea con la acción o el proceso al que se refiere el verbo principal, sean estos sucesos pasados, presentes o futuros, como en Llegaban cantando; Llegan cantando; Llegarán cantando. Análogamente, en Me escribió contándome algo de su vida se sugiere que la acción de escribir es simultánea a la de presentar la información de la que se habla. En la interpretación de simultaneidad, el gerundio suele admitir paráfrasis con a la vez que, mientras y otras partículas temporales similares, como en el ejemplo citado Salió dando un portazo (es decir, ‘al tiempo que lo daba’), en Bajando las escaleras, me di cuenta de que se me había olvidado la cartera (es decir, ‘mientras bajaba las escaleras’), o en estos otros ejemplos:

Le refrescaba el entendimiento el claro son del agua que pasaba presurosa sonando en las acequias (Valle-Arizpe, Leyendas); Yo me dirigí a la sacristía mirando cómo llegaban al templo las primeras beatas (Romero, Vida); ¿Ve usted? —dije—; es expuesto hablar habiendo perros en las proximidades (Delibes, Sombra); Nos reímos o, mejor, carraspeamos siguiendo los movimientos de aquella mujercita (Zúñiga, J. E., Noviembre); ¿Perdón…? —preguntó tratando de interponerse entre la mirada del secretario de Byron y la nada (Andahazi, Piadosas); Me quedé sentado en la silla mirando el desierto por la ventana (Allende, Casa); Guardaba turno leyendo un tebeo que mi padre acababa de comprarme (Muñoz Molina, Sefarad).

27.4d Cuando el verbo principal y el gerundio expresan eventos simultáneos de duración desigual, el expresado por el gerundio contiene generalmente al otro. Así, en la oración Buscando los lentes encontré la factura del dentista, se dice que el encuentro de la factura es un suceso puntual inscrito en el proceso de buscar los lentes, lectura que está favorecida por el carácter imperfectivo del gerundio simple. La misma inserción de un evento en un proceso o una situación en curso se interpreta en otras muchas oraciones de gerundio construidas con verbos que expresan estados y actividades (es decir, eventos sin límite natural: § 23.3f), como en Estudiando en Salamanca conocerás a muchos extranjeros; Coincidí una vez con ella viviendo yo en Barcelona, o en los ejemplos siguientes:

Y una vez, yendo por tierra a Buenos Aires, paró en el pueblo para ir a visitarlo (Saer, Ocasión); Cursando el último año de la carrera, su padre lo convocó a su despacho de notario y le mostró una mesa, una silla y un mueble archivador (Madrid, J., Flores); Años más tarde, viviendo ya en Saint Croix, se había enterado de la muerte de su padre (Montero, M., Trenza); Me dormí dando vueltas a aquella idea (Pérez Ayala, Belarmino).

27.4e El gerundio expresa otras muchas veces anterioridad inmediata, sobre todo si es antepuesto, como en Apartando Ricote a Sancho, se sentaron al pie de una haya (Cervantes, Quijote II). Es rara esta interpretación con los gerundios internos (§ 27.1q), situados en posición posverbal. Aun así, en el español de algunos países andinos (especialmente el Perú), pueden usarse oraciones como He venido comiendo con el sentido de ‘he venido después de comer’. Como consecuencia natural del significado del verbo haber23.1h, i), la interpretación de anterioridad es la única posible en el gerundio compuesto (habiendo cantado). Esta forma, pujante en la lengua clásica, es hoy casi desconocida en la lengua hablada, pero todavía se usa en los registros formales de la escrita:

Y, habiendo andado una buena pieza por entre aquellos castaños y árboles sombríos, dieron en un pradecillo que al pie de unas altas peñas se hacía (Cervantes, Quijote I); Habiendo servido aquel hijo algunos años, parecíales que era bien repartir el trabajo (Motolinía, Memoriales); Habiendo aprendido el catalán para traducirlos, Alfonso se metió un rollo de páginas en los bolsillos (García Márquez, Cien años); Finalmente, habiendo establecido su culto en el mundo, Dionisos bajó al mundo subterráneo (Obando, Paraíso).

27.4f Aunque menos frecuentemente, el gerundio compuesto se registra también en posición final, como en Entramos adentro de la casa, habiendo entregado los caballos y frenos con sus fustes a unos muchachos para que cuidasen de ellos (Núñez Pineda, Cautiverio) o en Falleció ayer en Madrid, habiendo recibido los Santos Sacramentos, con una fórmula estereotipada o ritualizada. Se documenta asimismo el gerundio compuesto coordinado con otras construcciones absolutas igualmente perfectivas: Muchos años después, ya anciano, viudo y habiendo fallecido su hijo único Emilio, Jorge Guerrero vendió “La Postrera” a Dalmiro Martínez (Guzmán, Y., País). La anterioridad que expresa el gerundio compuesto (marcada, como se ha explicado, por el auxiliar haber) no tiene por qué ser inmediata: Habiendo vivido en Buenos Aires durante varios años, recordaba perfectamente la ciudad pese al tiempo transcurrido.

27.4g Se llama tradicionalmente gerundio de posterioridad al que designa una situación posterior a la expresada por el predicado principal. Aparece con cierta frecuencia en los textos clásicos, como en Sacaron del pozo el verdadero muerto, enterrándole (Tirso Molina, Cigarrales) o en Le asió la mano y se la besó, sin que lo pudiesse ella impedir, partiéndose luego (Avellaneda, Quijote). Sin embargo, se considera hoy incorrecto cuando introduce una mera sucesión temporal, como en Estudió en Santiago, yendo (en lugar de … y fue) después a Bogotá, o en Nos prometió echarnos una mano, olvidándose (en lugar de … pero se olvidó) por completo poco después. Este uso del gerundio resulta, no obstante, más aceptable cuando la posterioridad denotada es tan inmediata que se percibe casi como simultaneidad, y también cuando cabe pensar en una relación inferencial de tipo causal, concesivo o consecutivo:

Confesó públicamente que fue él quien seis años atrás puso las bombas de Fuentes Fluviales, haciendo quedar en ridículo a la batería de abogados liberales que lo defendió en las cortes (Ferré, Batalla); Isabel observaba desde la ventana cómo Sigfrido se acercaba al auto, que arrancó de súbito como una ráfaga, arrollando casi al teniente (Jiménez Emán, Tramas); Luis se pone a una cierta distancia del cochecito, toma carrera y le pega una patada de costado, volcándolo (Rovner, Foto); Ciegamente, ella se tira contra él, tumbándolo (Santiago, Sueño).

La expresión no siendo que (por no sea que o no vaya a ser que), que expresa posterioridad, carece hoy de prestigio en la lengua culta, por lo que no se recomienda: Ah, lo único es que se lo adviertas a papá, si se levanta, no siendo que se le ocurra entrar en el despacho y lo despierte (Martín Gaite, Fragmentos).

27.4h Como se ha indicado, los límites entre el gerundio de posterioridad y el de simultaneidad son a veces dudosos en los textos literarios. Así, podría pensarse que el gerundio denota posterioridad en secuencias como las siguientes:

Sentada en un rincón, la luz del sol que se colaba por las rendijas de la persiana cayendo sobre tu rostro recibiste la visita de un mesero rechoncho (Salazar, Selva); Se había ordenado una nueva autopsia del cadáver, anunciándose que el informe “científico” sería hecho público más adelante (Vázquez Montalbán, Galíndez).

Sin embargo, puede entenderse que expresa simultaneidad en ellas, ya que el flujo de la luz permite que los dos sucesos descritos puedan concebirse como simultáneos en el primer ejemplo, y la orden y el anuncio de los que se habla en el segundo pueden serlo igualmente. La interpretación de simultaneidad es, en cambio, más difícil de obtener en estos otros ejemplos, en los que la presencia del gerundio responde al vínculo semántico entre principal y subordinada al que se hizo referencia en el apartado anterior:

Entonces abrió la ventana y saltó, cayendo sobre las matas de hortensias que mucho tiempo atrás había plantado su tía Férula (Allende, Casa); Pompilio volvió a mirar sus ropas, concluyendo sin esfuerzo que allí tendrían que continuar (Sánchez, H., Héroe); Cruzó ella las manos por detrás de la nuca y abrió un poco desmañadamente las piernas, permaneciendo luego en una postura de estatua copiada al parecer del más prohibido de los libros (Caballero Bonald, Pájaros); El estoque le alcanzó en la testuz, saliendo despedido de la mano del diestro (Rojas, C., Hidalgo).

En los casos de duda entre la interpretación de simultaneidad y la de posterioridad, se recomienda evitar la construcción de gerundio, sobre todo si no es posible relacionar la oración principal y la subordinada de gerundio mediante algún tipo de inferencia causal o consecutiva.

27.4i El significado flexible del gerundio y su capacidad para unirse sin nexo subordinante al verbo al que modifica hacen que se use a veces con un mero valor ilativo o copulativo, es decir, para conectar dos ideas que se suman o se oponen. En estos casos, la relación particular entre la construcción de gerundio y la oración principal queda a merced de la capacidad del oyente o del lector para inferir la conexión lógica apropiada, que se deja implícita. Así ocurre en ejemplos como Murió dejándole como herencia la casa en la que había nacido (donde también se admitiría y le dejó), en A veces se usa como sujeto, concordando entonces con el verbo (donde cabría insertar por tanto o en consecuencia) o en Con frecuencia no permanece inactivo, acentuándose su actividad sexual en esa época del año (donde acentuándose alterna con y se acentúa). He aquí otros ejemplos de gerundios usados con esta interpretación ilativa:

Goldblatt bloqueó la arteria renal de un perro, provocando así una reducción de la cantidad de sangre que llega al riñón (Sintes, Peligros); Su distribución geográfica se amplió mucho en el Pleistoceno superior […], llegando entonces hasta Oriente Próximo y Asia central (Arsuaga, Enigma); A medida que el nevus envejece hay una progresiva reducción de la actividad en la unión dermo-epidérmica y los grupos de células son más abundantes en la dermis, recibiendo entonces la denominación de nevus intradérmico (Barrera/Kerdel, Adolescente).

27.4j Se llama gerundio preposicional al introducido por la preposición en (en saliendo). Aunque ha decrecido de manera notable su uso en el español actual, se emplea ocasionalmente en el hablado en algunos países americanos, sobre todo en la lengua rural. Se registran estos usos esporádicos con sujeto pospuesto (en llegando yo a tu casa) y —más raramente— también con sujeto antepuesto: Porque bueno será que se instale, que en yo llegando a esa, partiremos las ganancias (Meriño, Papeles). Se documenta en ocasiones el gerundio preposicional en la lengua literaria contemporánea, pero es uso minoritario y a veces deliberadamente arcaizante:

Le proporcionó la ubicación exacta y le aconsejó que en llegando a esos lugares envueltos en un finísimo cendal de nieblas no navegara de noche (Roa Bastos, Vigilia); Pero si uno es todo virtud, en cayendo enfermo morirá, por impotencia de mejora (Landero, Juegos); Yo no puedo parar en la cama. Yo, en despertándome, parece que me pinchan (García Hortelano, Mary Tribune); Y en anocheciendo, como tenía ordenado, me fui a presentar a don Merlín (Cunqueiro, Merlín); Siempre cerrado de negro, de paltó-levita y pumpá, se presentaba con pasos menuditos y en llegando al corredor, de ordinario solo, tocaba con el bastón en la mesa (Gallegos, Rebelión); Y en no siendo con dinero, porque no lo tengo, le serviré de buena gana (Penson, Cosas).

27.4k En la mayor parte de los casos citados, el gerundio preposicional expresa ‘posterioridad inmediata’ en relación con la situación denotada por la oración principal, por lo que admite paráfrasis con en cuanto, enseguida que, una vez que, «al + infinitivo», «nada más + infinitivo» y otras expresiones similares. Este sentido era ya general en la lengua clásica:

En rebuznando yo rebuznaban todos los asnos del pueblo (Cervantes, Quijote II); Pedro, siendo pescador, para arrojarte al mar tu mesmo te ciñes, y vas donde quieres (lo que aora has hecho), mas en siendo mi Vicario en la tierra estenderás tus manos en la Cruz (Quevedo, Política); Y yo les animé, y dije […] que estuviesen apercibidos por toda la tierra, y en viendo o sabiendo que venían los contrarios, me lo hiciesen saber (Cortés, Cartas); En oyendo a el otro prometerse a Montserrate, allá me llevaba (Alemán, Guzmán II).

Algunos autores asocian el gerundio preposicional al concepto de ‘anterioridad’, ya que entienden que la situación denotada por la cláusula de gerundio es anterior a la del predicado principal (aun cuando la paráfrasis que el gerundio admite exprese la noción contraria). Se adopta aquí la opción terminológica que se recoge en el texto, puesto que la otra da lugar a ciertas paradojas. Llevaría a decir, por ejemplo, que la construcción «después de + infinitivo» expresa ‘anterioridad’. Sobre estas cuestiones véase también el § 24.5k.

27.4l Es relativamente raro el uso del gerundio preposicional con otro valor. Se documenta de manera esporádica con significación causal, como en Recibían las condolencias las dos hermanas del muerto, unas señoritas ancianas muy dignas, muy respetables, cosa que jamás hubiera sospechado yo en tratándose de quien se murió (Vallejo, F., Virgen). En la lengua medieval admitió este gerundio la interpretación de simultaneidad, heredada del latín. En este uso antiguo, el gerundio preposicional admite paráfrasis con cuando o a la vez que, como en el siguiente ejemplo: Díxeles, en respondiendo, / segund modo cortesano, / humillmente proponiendo […] (Santillana, Triumphete).

 

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