CAPÍTULO I. La representación gráfica de los fonemas: el uso de las letras o grafemas

6. Correspondencias entre fonemas y grafemas en español

6.2. La representación gráfica de los fonemas consonánticos

6.2.2. Fonemas consonánticos representados por más de un grafema o dígrafo

6.2.2.8. Representación gráfica del fonema /s/

El fonema /s/ cuenta en español con unas formas de representación gráfica que son comunes a todo el ámbito hispánico (§ 6.2.2.8.1) y con otras que son privativas de aquellas áreas en las que se da el fenómeno del seseo (§ 6.2.2.8.2).

6.2.2.8.1 Grafemas que representan el fonema /s/ en todo el ámbito hispánico: las letras s y x

En todas las áreas hispanohablantes, el fonema /s/ puede aparecer gráficamente representado en español por la letra s en cualquier posición y por la letra x en determinados contextos, tal como se explica a continuación:

a) La letra s representa siempre en español el fonema /s/, tanto en posición inicial como en interior de palabra o al final: saber, piso, estrella, además.

Advertencia

En español no resulta natural articular directamente el fonema /s/ en posición inicial de palabra cuando le sigue otra consonante. En esos casos se articula una /e/ delante de la /s/, de ahí que las palabras de otras lenguas cuya grafía originaria comienza por «s + consonante» (la denominada ese líquida), cuando se adaptan al español, añadan siempre una e inicial de apoyo: escáner (del ingl. scanner), eslalon (del noruego slalom), esmoquin (del ingl. smoking), espagueti (del it. spaghetti), estándar (del ingl. standard), estor (del fr. store), estrés (del ingl. stress), esvástica (del sánscrito svastika). Se trata de un fenómeno constante en español, desde sus orígenes, como demuestran las numerosas voces patrimoniales que proceden de palabras latinas con s líquida: escala (del lat. scala), escena (del lat. scena), escribir (del lat. scribĕre), espejo (del lat. specŭlum), esperar (del lat. sperāre), estudio (del lat. studĭum), etc. Incluso hay topónimos tradicionales en español adaptados de otras lenguas que incorporan dicha e-, como Estocolmo (en sueco Stockholm) o Estrasburgo (en francés Strasbourg).

La s líquida inicial se mantiene, no obstante, en la grafía de algunos topónimos foráneos, como Skopie (capital del país cuya denominación oficial provisional es Antigua República Yugoslava de Macedonia) o Sri Lanka (nombre actual de la antigua Ceilán), aunque en los derivados, cuando existen, sí se añade la e- de apoyo: esrilanqués (gentilicio de Sri Lanka). En los derivados de antropónimos, en cambio, aunque en algunos casos se han fijado en el uso grafías con e- inicial, como en estalinismo, estalinista (de Stalin, dirigente de la antigua URSS) o estajanovismo, estajanovista (de Stajanov, minero soviético), lo normal es que se mantenga sin cambios la grafía del nombre propio: spengleriano (de Spengler, filósofo alemán), stendhaliano (de Stendhal, escritor francés).

También aparecen eses líquidas en las locuciones latinas que se usan en español con su grafía originaria, como statu quo o stricto sensu.

Advertencia

La secuencia gráfica sh solo se da en español en voces derivadas o compuestas, como consecuencia de añadir un prefijo o un término acabado en -s a una palabra que comienza por h-: deshonesto, poshospitalario, ricoshombres, ricashembras (plurales de ricohombre y ricahembra, voces con las que en otro tiempo se designaba a los miembros de la alta nobleza), trashumar. Se trata, en estos casos, de dos grafemas independientes sucesivos, uno de los cuales, la h, no representa fonema alguno (v. § 6.3.1.1): [desonésto], [posospitalário], [rrikosómbres], [rrikasémbras], [trasumár].

Sin embargo, en otras lenguas, entre ellas el inglés y varias lenguas amerindias, así como en transcripciones al alfabeto latino de lenguas semíticas u orientales, la secuencia sh es un dígrafo con el que se representa gráficamente el fonema prepalatal fricativo sordo /sh/, inexistente en el sistema fonológico del español actual. Puesto que ni el fonema /sh/ (similar al sonido que emitimos cuando queremos imponer silencio) ni el dígrafo sh que lo representa pertenecen al sistema fonológico ni gráfico del español, los préstamos que los contienen no pueden considerarse adaptados a nuestra lengua y deben, por ello, escribirse en cursiva (v. cap. VI, § 2.1.1): establishment [estáblishment], flash [flásh], geisha [géisha], sherpa [shérpa], short [shórt], show [shóu], shuar [shuár] (‘de un pueblo amerindio que habita en las selvas del sur de la región oriental ecuatoriana’), sushi [súshi], etc.

Los extranjerismos de este tipo, cuando se han adaptado al español, lo han hecho asimilando el fonema /sh/ originario a alguno de los más próximos del sistema fonológico del español, normalmente /ch/ (gráficamente ch) o /s/ (gráficamente s), como se ve en askenazi o askenazí (del plural hebreo ashkenazim, de Ashkenaz, bisnieto de Noé), champú (del ingl. shampoo), chelín (del ingl. shilling), chut y chutar (del ingl. shoot ‘disparo’, ‘disparar’), hachís (del ár. hashish ‘hierba’), pisco (del quechua pishku) o sintoísmo (derivado del japonés shinto ‘camino de los dioses’). De ahí que se recomiende aplicar estas mismas pautas en caso de que se considere oportuno adaptar al español alguno de los extranjerismos que contienen el dígrafo sh. Así está ocurriendo, por ejemplo, en muchos países de América con el anglicismo short(s) (‘pantalón corto’), que allí comienza a escribirse en la forma adaptada chor (pl. chores) e incluso en la forma diminutiva chorcito(s); o con el anglicismo flash, que en España puede verse escrito en la forma adaptada flas.

Excepcionalmente se mantiene la sh etimológica en ciertos topónimos que se usan en español con la grafía propia de su lengua de origen, como Washington (capital de los Estados Unidos de América), Islas Marshall (país de Oceanía), Ushuaia (capital de una provincia argentina) o Áncash (departamento del Perú); o con la que resulta de su transcripción al alfabeto latino, cuando se trata de topónimos de países donde se hablan lenguas que usan otros sistemas de escritura, como ocurre en Shanghái (ciudad de China). Naturalmente, en estos casos, la sh del topónimo se conserva también en los gentilicios, cuando existen: washingtoniano, marshalés, ushuaiense o ancashino. La existencia de estas grafías no obsta para que se recomiende escribir con simple s muchos topónimos que contienen sh en su grafía originaria o en la de otras lenguas como el inglés o el francés, pero que en español se pronuncian normalmente con /s/, como es el caso, entre otros, de Bangladés o Ingusetia, grafías más recomendables que Bangladesh e Ingushetia.

Por su parte, como es normal en los nombres de persona, mantienen la sh del nombre propio los derivados de antropónimos foráneos: shakespeariano (de Shakespeare, dramaturgo inglés), sherlockiano (de Sherlock Holmes, famoso detective de ficción).

b) La letra x representa el fonema /s/ cuando aparece en posición inicial de palabra, lo que solo sucede, en el español general, en cultismos de origen griego, en los que la x inicial transcribe la letra griega xi (ξ). Entre ellos figuran todas las voces formadas con los elementos compositivos xeno- (‘extraño, extranjero’), xero- (‘seco, árido’) y xilo- (‘madera’), como xenismo [senísmo], xenofobia [senofóbia], xerografía [serografía], xerocopia [serokópia], xerófilo [serófilo], xilófago [silófago] o xilófono [silófono].

Información adicional

En España, la x en posición final de sílaba (esto es, seguida de consonante) también suele articularse, en la pronunciación relajada, como simple /s/: excusa [eskúsa], extranjero [estranjéro], etc. Este fenómeno explica, por un lado, que haya hablantes que duden de cuándo escribir s y cuándo x en la grafía de muchas palabras (v. § 6.3.2.1); y, por otro, que existan en español palabras que presentan variantes escritas tanto con x como con s (v. § 6.3.2.3). En cambio, en el español de América, así como en la pronunciación culta enfática en España, la x ante consonante suele conservar su articulación característica como /k + s/: [ekskúsa], [ekstranjéro], etc. (v. § 6.3.2.1b).

Sobre la x inicial que aparece en voces procedentes de lenguas amerindias (xeca, xicaque, xinca, xiote, etc.), v. § 6.3.2.2.2.

6.2.2.8.2 Grafemas que representan el fonema /s/ en las áreas de seseo: c (ante e, i ) y z

Como consecuencia del seseo (v. § 4.2.1.1), para la mayoría de los hablantes nativos de español el fonema /s/ puede aparecer también gráficamente representado por la letra c (ante e, i) y por la letra z, grafemas que para la minoría de hablantes que no sesean representan el fonema /z/ (v. § 6.2.2.7).

Para los hispanohablantes que no distinguen en la pronunciación los fonemas /s/ y /z/, la confluencia de las letras s, c (ante e, i) y z en la representación de un mismo fonema genera problemas ortográficos adicionales, que no tienen los hablantes de zonas distinguidoras, donde la pronunciación distintiva de s como /s/ y de c ante e, i o z como /z/ les permite discernir claramente cuándo debe usarse cada uno de estos grafemas.

Se ofrecen a continuación una serie de notas orientadoras sobre el uso de la s, la c ante e, i y la z, que pueden ayudar a seleccionar la grafía correcta en ciertos grupos de palabras a aquellos hablantes que pronuncian indistintamente estos grafemas (incluida la minoría de los que, en lugar de sesear, cecean, esto es, que articulan el fonema /s/ como interdental, asimilándolo a la /z/).

Notas orientadoras sobre el uso de la letra s para hablantes que sesean o cecean

1. SEGÚN CRITERIOS POSICIONALES O SECUENCIALES

Se escriben con la letra s en representación del fonema /s/ (con sonido [s] para quienes sesean y [z] para quienes cecean) la mayoría de las palabras de los grupos siguientes:

• Las palabras que empiezan por las sílabas as- (o has-), es- (o hes-), is- (o his-), os- (u hos-): aspirar, astuto, hasta, hastío, esposa, estudiar, hespéride, oscuro, ostentar, hospedaje, hostil. Excepciones: azteca, hazmerreír, izquierdo -da (y sus derivados), así como algunos apellidos y topónimos, como Azcona, Azcárraga, Aznar, Ezcaray, Ezquerra.

• Las palabras que empiezan por la secuencia us- (o hus-): usar, usía, usted, usuario, usufructo, usurero, usurpar. Excepción: uci (‘unidad de cuidados intensivos’) y el topónimo Uzbekistán con su gentilicio uzbeko -ka.

• Las palabras que empiezan por las sílabas des- o dis-: describir, despierto, destino, díscolo, disponer, distraído. También las voces en las que estas mismas secuencias funcionan como prefijos (véase más adelante). Excepciones: dizque (en Am., como adverbio, ‘al parecer o supuestamente’ y, como adjetivo, ‘presunto o supuesto’).

• Las palabras que empiezan por la secuencia pos-, en muchas de las cuales se trata del prefijo pos(t)- (‘detrás de’ o ‘después de’): posar, pose, posible, poso, posdata, posgraduado, posguerra, posparto, postergar, posterior, postor. Excepciones: pozo (‘hoyo profundo’) y sus derivados, y pozol(e) (en Méx. y Centroam., ‘bebida o guiso de maíz’).

• Las palabras que empiezan por semi-, en la mayoría de las cuales se trata del prefijo que significa ‘medio’ o ‘casi’: semiautomático (‘casi automático’), semicírculo (‘medio círculo’), semidiós, semilla, seminario, semiótico, semita (‘de alguno de los pueblos descendientes de Sem, como el judío y el árabe’). Excepción: cemita (en Am., ‘cierto tipo de pan o bollo’).

• Las palabras que empiezan por sil-: sílaba, silbar, silencio, sílfide, silicona, silogismo, silueta, silvestre. Excepciones: cilanco (‘charco’), cilantro, cilio, cilicio, cilindro y sus derivados.

• Los sustantivos y adjetivos que terminan en -asco/a, -esco/a, -isco/a, -osco/a: atasco, borrasca, frasco, hojarasca, dantesco, parentesco, muesca, picaresca, asterisco, arenisca, tosco, mosca. Excepciones: bizco -ca, blanquizco -ca (‘blanquecino’), pellizco, pizca, pizco y repizco.

• Los verbos que terminan en -ascar: atascar, cascar, enfrascar, mascar, rascar.

• Las palabras que terminan en -astro/a: alabastro, camastro, catastro, lastra, madrastra, rastro.

• Los verbos terminados en -ersar, incluidas todas sus formas: conversar, converso, conversaron, conversando; dispersar, dispersaron, dispersase, dispersemos; tergiversar, tergiversarían, tergiversó, tergiversado.

• Los adjetivos terminados en -oso/a: afectuoso, delicioso, hermosa, pesarosa, resbaloso, verdosa. Excepción: mozo -za.

• Las palabras terminadas en -sis: análisis, apoteosis, catarsis, catequesis, crisis, énfasis, génesis, metamorfosis, neurosis, prótesis, tesis. Excepciones: glacis (‘talud o pendiente’), macis (‘corteza que cubre la semilla de la nuez moscada’), piscis y viacrucis.

• Las palabras que terminan en -sivo/a: abusivo, comprensiva, decisivo, efusiva, explosivo, pasivo, persuasiva, subversiva. Excepciones: lascivo -va, nocivo -va y policivo -va (en Col., Ven. y Pan., ‘policial’).

• Las palabras que terminan en -sor/a: confesor, divisor, emisora, espesor, impresora, precursor, profesora, transgresora. Excepciones: alazor (‘planta de la que se obtiene un aceite comestible y un polvo usado como condimento’), avizor, azor, dulzor y escozor.

• Las palabras que terminan en -sura: basura, censura, clausura, comisura, hermosura, mesura, usura. Excepciones: dulzura y sinvergüenzura, pues derivan de dulce y sinvergüenza, que se escriben con c y z, respectivamente.

Notas orientadoras sobre la terminación -sión

Terminan en -sión los siguientes sustantivos:

• Los derivados de verbos terminados en -der, -dir, -ter, -tir que no conservan la d o la t del verbo base: ascensión (de ascender), comprensión (de comprender), agresión (de agredir), persuasión (de persuadir), comisión (de cometer), versión (de verter), conversión (de convertir), diversión (de divertir). Excepciones: atención (de atender), deglución (de deglutir). Cuando conservan la t o la d del verbo, terminan en -ción: perdición (de perder), fundición (de fundir), medición (de medir), repetición (de repetir), competición (de competir).

• Los derivados de verbos terminados en -sar que no contienen la sílaba -sa-: dispersión (de dispersar), precisión (de precisar), progresión (de progresar). Cuando contienen la sílaba -sa-, terminan en -ción: acusación (de acusar), compensación (de compensar) o improvisación (de improvisar).

• Los derivados de verbos terminados en -primir o -cluir: compresión (de comprimir), impresión (de imprimir), opresión (de oprimir), conclusión (de concluir), exclusión (de excluir).

2. SEGÚN CRITERIOS MORFOLÓGICOS

Se escriben asimismo con s:

• La terminación -(e)s del plural de sustantivos y adjetivos: amigos, azules, faxes, grandes, lápices, mesas.

• El pronombre átono se, ya sea antepuesto al verbo como palabra independiente: se ayudaban, se dice, se me cayó; ya sea pospuesto y unido a él: miráronse, peinándose, reírse, subírsele, traérselos.

• Todas las desinencias verbales en las que está presente el fonema /s/, sea en medio o al final: abr-isteis, cant-as o cant-ás, habl-aste, perd-eremos, sub-iesen, sup-iste, tem-eréis. No son excepciones los imperativos irregulares no voseantes haz (de hacer) y yaz (de yacer), donde no hay desinencia y la z final pertenece a la raíz.

• El fonema /s/ que aparece en la raíz de algunas formas verbales de verbos cuyo infinitivo no tiene ni c ante e, i, ni z, ni s: puso, pusiese, pusieron (de poner); quiso, quisiera, quisiesen (de querer); visto (de ver).

• Las palabras que empiezan por los siguientes prefijos o elementos compositivos:

des- (generalmente expresa ‘negación, privación o inversión de lo denotado por la palabra base’): desacierto, desautorizar, descabezar, desconfianza, desinteresado;

dis- (del lat. dis-, ‘negación o contrariedad’ o ‘separación’; del gr. dys-, ‘dificultad o anomalía’): discapacidad, disconformidad, discontinuo, disculpar, disfagia, disgusto, dislalia, dislexia, distraer;

iso- (‘igual’): isocronía, isosilábico, isósceles, isotérmico;

(p)sic(o)- (‘alma’ o ‘actividad mental’): (p)sicoanálisis, (p)sicología, (p)sicópata, (p)sicotécnico, (p)siquiatra;

sobre- (‘superposición o adición’, ‘intensificación o exceso’, ‘acción repentina’): sobreactuar, sobrealimentación, sobreático, sobrecoger, sobreimprimir, sobremesa, sobresalir;

sub- (‘inferioridad’): subcampeón, subdesarrollado, submarino, subterráneo;

super- (‘superioridad’, ‘excelencia’, ‘exceso o grado sumo’): superaburrido, superdotado, superestructura, superpotencia, superproducción, superpuesto;

supra- (‘superioridad’): supranacional, suprarrenal, suprasegmental;

tra(n)s- (‘detrás de, al otro lado de’ o ‘a través de’): tra(n)salpino, tra(n)sgénico, trascocina, trasnochar, trasplante, trastornar.

• Las palabras que terminan por los siguientes sufijos o elementos compositivos:

-ense (forma gentilicios y otros adjetivos y sustantivos que expresan relación o pertenencia): bonaerense, canadiense, castrense, cisterciense. Excepción: vascuence;

-és, -esa (forma gentilicios y otros adjetivos y sustantivos que expresan relación o pertenencia): aragonés, burgués, islandés, camerunesa, milanesa, montañesa;

-ésimo/a (forma numerales ordinales y fraccionarios): vigésimo, sexagésimo, centésima, cienmilésima, millonésima. No se escriben con s décimo -ma y sus derivados undécimo, duodécimo;

-ísimo/a (forma adjetivos en grado superlativo): altísimo, listísima, rapidísimo;

-ismo (forma parte de numerosos tecnicismos y de sustantivos que denotan doctrinas, sistemas o movimientos, actividades deportivas, actitudes): alpinismo, compañerismo, isomorfismo, realismo, vanguardismo;

-ista (forma adjetivos y sustantivos que denotan a las personas que tienen determinada ideología, profesión, ocupación, inclinación o afición): coleccionista, ecologista, futbolista, humanista, vihuelista;

-ístico/a (forma adjetivos que expresan relación o pertenencia; también forma sustantivos, especialmente la terminación femenina): característica, humorístico, lingüística, turístico.

Notas orientadoras sobre el uso de la letra c ante e, i para hablantes que sesean o cecean

1. SEGÚN CRITERIOS POSICIONALES O SECUENCIALES

Se escriben con la letra c ante e, i en representación del fonema /s/ (con sonido [s] para quienes sesean y [z] para quienes cecean) los siguientes grupos de palabras:

• Las palabras que empiezan por cerc- o circ-: cerca, cercar, cercenar, cerciorar, circo, circuito, círculo, circunferencia, circunloquio, circunstancial.

• Las palabras terminadas en -ancia, -ancio, -encia, -encio (a menudo asociadas con adjetivos terminados en -ante, -ente; se incluyen también en este grupo todas las que acaban en el elemento compositivo -mancia o -mancía ‘adivinación’): abundancia (abundante), ausencia (ausente), cansancio, importancia (importante), instancia, nigromancia, quiromancia, rancio, silencio, sustancia. Excepciones: ansia y hortensia.

• Las formas de los verbos terminados en -cer, -cir, -ciar en las que a la -c- de la raíz le sigue una e o una i: hacer, haciendo, hicimos; nacer, nacemos, nacía; aborrecer, aborrecieron, aborrecido; cocer (‘hervir’), cuece, cociendo; conocer, conocía, conoceremos; decir, dicen, diciendo; fruncir, frunce, frunciría; lucir, luce, lucías; asociar, asociabas, asocie; despreciar, despreció, despreciado. Excepciones: los verbos ser, coser (‘unir con hilo’), toser, asir y sus derivados, además de anestesiar e hiperestesiar, ansiar, extasiar y lisiar.

• Los verbos terminados en -ceder, -cender y -cibir: conceder, proceder, suceder, ascender, encender, trascender, percibir, re cibir.

• Las palabras terminadas en -cial: artificial, comercial, espacial, imparcial, perjudicial, social, superficial, tangencial. Excepciones: controversial y eclesial, por ser palabras derivadas de controversia y de la raíz eclesia-, escritas con s.

• Las palabras terminadas en -ciencia, -cente y -ciente: ciencia, conciencia, paciencia, adolescente, decente, inocente, aliciente, coeficiente, paciente. Excepciones: ausente, presente (y sus derivados omnipresente y antepresente) y rusiente (‘candente o rojo por la acción del fuego’).

• Las palabras terminadas en -cimiento: acontecimiento, agradecimiento, cimiento, conocimiento, nacimiento, padecimiento. Excepciones: asimiento y desasimiento, derivadas del verbo asir.

• Las palabras terminadas en -cioso/a: avaricioso, deliciosa, gracioso, ociosa, precioso, supersticiosa. Excepciones: ansioso -sa, fantasioso -sa y pretensioso -sa (variante minoritaria de pretencioso -sa).

• Las palabras terminadas en -icia, -icie, -icio: avaricia, caricia, delicia, justicia, calvicie, superficie, alimenticio, beneficio, bullicio, resquicio. Excepciones: anafrodisia (‘disminución o falta del deseo sexual’), artemisia (‘planta’), fisio (‘fisioterapeuta’), frisio -sia (‘de Frisia’) y el antropónimo Dionisio -sia.

• Las palabras esdrújulas terminadas en -ice, -ícito/a: apéndice, cómplice, hélice, índice, pontífice, explícito, implícita, lícito, solícita.

2. SEGÚN CRITERIOS MORFOLÓGICOS

Se escriben con la letra c ante e, i en representación del fonema /s/ (con sonido [s] para quienes sesean y [z] para quienes cecean) los siguientes grupos de palabras:

• Las palabras que empiezan por los siguientes prefijos o elementos compositivos:

centi- (‘centésima parte’): centiárea, centígrado, centilitro;

deci- (‘décima parte’): decibelio, decilitro, decímetro;

decimo- (forma los ordinales correspondientes a los números del 11 al 19): decimocuarto, decimosegundo, decimoséptimo. Del ordinal anticuado decimonono se deriva el actual adjetivo decimonónico;

vice- (‘que hace las veces de’): vicecónsul, vicepresidente, vicetiple.

• Las palabras que contienen los interfijos -c- o -ec- antepuestos a ciertos sufijos que empiezan por e o i, como los diminutivos -ito/a, -illo/a, -ico/a, -ín, -ino/a, -iño/a, el superlativo -ísimo/a o los sufijos apreciativos -ejo/a, -ete/a: cafecito, jovencita, pan(e)cito, jefecillo, flor(e)cilla, pececico, Ramoncín, nubecinas, corazonciño, simplicísima, mayorcísimo, milloncejo, amorcete, tragonceta. Estos mismos interfijos se escriben con z si se anteponen a sufijos que empiezan por a, o, u (v. las notas orientadoras sobre el uso de la letra z). No son excepciones a esta regla derivados como vasito, bolsillo, Tomasín, blusica, camiseta o buseta, en los que la -s- forma parte de la raíz léxica y no constituye un interfijo.

• Los derivados de palabras que terminan en -co, -ca: circense (de circo), clasicista (de clásico), costarricense (de Costa Rica), elasticidad (de elástico), escepticismo (de escéptico), laicismo (de laico).

• Las palabras que terminan por los siguientes sufijos o elementos compositivos:

-áceo/a (‘perteneciente a’ o ‘semejante a’): crustáceo, grisáceo, herbácea, rosácea;

-cida (‘que mata’): bactericida, fratricida, genocida, plaguicida; o -cidio (‘acción de matar’): genocidio, homicidio, parricidio, suicidio;

-cracia (‘gobierno o poder’): democracia, gerontocracia, teocracia. No constituye una excepción la palabra idiosincrasia (‘rasgo o temperamento característico de un individuo o una colectividad’), que no está formada con este elemento compositivo.

Notas orientadoras sobre el sufijo -ción

Se escriben con c todas las palabras que contienen el sufijo -ción. Este sufijo, procedente del latín -tĭo -tiōnis, se añade a bases verbales para crear sustantivos que denotan normalmente la acción o el efecto de lo designado por el verbo base, aunque también puede formar nombres que designan objetos, lugares u otras nociones. Muchos de estos sustantivos proceden del latín, como absolución (del lat. absolutĭo -ōnis), mientras que otros se han creado directamente en español, como grabación (de grabar + -ción).

Contienen el sufijo -ción los siguientes grupos de sustantivos:

• Los derivados de verbos acabados en -ar: acusación (de acusar), compensación (de compensar), comunicación (de comunicar), eliminación (de eliminar), tergiversación (de tergiversar). Se exceptúan los derivados de verbos terminados en -sar que no contienen la sílaba -sa-: confesión (de confesar), expresión (de expresar), profesión (de profesar), progresión (de progresar).

• Los derivados de verbos terminados en -der, -dir, -tir, cuando conservan la d o la t de la última sílaba del infinitivo: perdición (de perder), fundición (de fundir), rendición (de rendir), competición (de competir), repetición (de repetir).

• Los que pertenecen a la misma familia léxica de adjetivos terminados en -to: absolución (absuelto), absorción (absorto), devoción (devoto), discreción (discreto), erudición (erudito), extinción (extinto), indiscreción (indiscreto), oposición (opuesto), resolución (resuelto), sustitución (sustituto). Excepciones: visión (visto), previsión (previsto), provisión (provisto).

• Los terminados en -cción: acción, adicción, cocción, confección, construcción, elección, fricción, infección, succión, traducción. Sobre las pocas palabras que terminan en -xión, con cuya escritura pueden confundirse las anteriores, véanse las notas orientadoras sobre el uso de la letra x para hablantes que sesean (§ 6.3.2.1). Para las notas orientadoras sobre la escritura de -cc- en las voces que contienen el sufijo -ción, v. § 6.5.2.1.2.

• Los sustantivos terminados en -pción o -unción: adopción, descripción, interrupción, percepción, asunción, función, presunción, punción.

Notas orientadoras sobre el uso de la letra z para hablantes que sesean o cecean

1. SEGÚN CRITERIOS POSICIONALES O SECUENCIALES

Se escriben con la letra z en representación del fonema /s/ (con sonido [s] para quienes sesean y [z] para quienes cecean) los siguientes grupos de palabras:

• Las palabras que terminan en -triz, muchas de las cuales son formas femeninas de sustantivos y adjetivos terminados en -dor y -tor: actriz (de actor), cicatriz, directriz (de director), emperatriz (de emperador), generatriz (de generador), institutriz, matriz.

• Los adjetivos terminados en -az que designan cualidades: audaz, capaz, fugaz, locuaz, tenaz, voraz.

En ambos casos, en las formas de plural, la z del singular se transforma en c por ir seguida de e: actrices, cicatrices, directrices, audaces, capaces, voraces.

2. SEGÚN CRITERIOS MORFOLÓGICOS

Se escriben también con la letra z en representación del fonema /s/ (con sonido [s] para quienes sesean y [z] para quienes cecean) los siguientes grupos de palabras:

• Las palabras que terminan en los siguientes sufijos:

-anza (forma, a partir de verbos, sustantivos que denotan ‘acción y efecto’, y también ‘agente, medio o instrumento de la acción’): alianza, confianza, enseñanza, mudanza, ordenanza, semejanza;

-azgo (forma sustantivos que denotan ‘cargo o dignidad’, ‘condición o estado’ y ‘acción y efecto’): almirantazgo, hallazgo, hartazgo, liderazgo, noviazgo;

-azo/a (normalmente forma sustantivos con valor aumentativo o despectivo, o que denotan ‘golpe, daño o herida causados con lo designado por la palabra base’ o ‘acción repentina o contundente’): aceitazo, balonazo, cambiazo, exitazo, flechazo, gripazo, madraza, manaza, navajazo, portazo, trompazo;

-ez, -eza (forman, a partir de adjetivos, sustantivos abstractos que designan cualidades): madurez, pesadez, sensatez, belleza, dureza, sutileza;

-izar (forma, a partir de sustantivos y adjetivos, verbos que denotan acciones cuyo resultado implica el significado del sustantivo o adjetivo base): alfabetizar (de alfabeto), aterrizar (de tierra), caramelizar (de caramelo), impermeabilizar (de impermeable), realizar (de real), tranquilizar (de tranquilo), vocalizar (de vocal). En la conjugación de estos verbos, la z se transforma en c cuando la desinencia empieza por e: analizar, analizaremos, pero analicemos; visualizar, visualizó, pero visualice.

Los verbos terminados en -isar, muchos de ellos derivados de palabras cuya última sílaba contiene la letra s, no están formados con ningún sufijo: alisar (de liso), descamisar (de camisa), divisar, improvisar (de improviso), pisar, precisar, visar (de visa).

-izo/a (forma adjetivos que denotan ‘semejanza’, ‘propensión’ o ‘pertenencia’; también aparece en ciertos sustantivos que denotan ‘lugar’): asustadizo, caballeriza, caliza, cobertizo, enfermizo, fronteriza, olvidadizo, pasadizo, plomiza, porqueriza, rojizo;

-zón (forma, a partir de verbos de la primera conjugación, sustantivos que denotan ‘acción y efecto’): cerrazón (de cerrar), hinchazón (de hinchar), ligazón (de ligar), quemazón (de quemar).

• Las palabras que contienen los interfijos -z-, -az-, -ez- o -iz- antepuestos a ciertos sufijos que empiezan por a, o, u, como -al, el aumentativo -ote/a, el despectivo -ucho/a o el diminutivo-despectivo -uelo/a: barrizal, cantizal, herbazal, lodazal, favorzote, mayorzota, seriezote, tallerzucho, tiendezucha, jovenzuela, ladronzuelo, reyezuelo. Son excepciones debidas al seseo las voces bambusal (en Am., ‘terreno poblado de bambú’) y cujisal (en Ven., ‘terreno poblado de cujíes’). Estos mismos interfijos se escriben con c si se anteponen a sufijos que empiezan por e, i (v. las notas orientadoras sobre el uso de la letra c). No son excepción los derivados de palabras cuya última sílaba contiene una s, como cipresal (de ciprés), besote (de beso), guisote (de guiso), camisuela (de camisa), famosuelo (de famoso), iglesuela (de iglesia), tramposuelo (de tramposo), que contienen solo los sufijos -al, -ote/a y -uelo/a respectivamente.

6.2.2.8.3 Palabras que presentan variantes con s, z o c (ante e, i )

Hay palabras que admiten en su escritura grafías con s, z o c (ante e, i). Estas variantes son solo gráficas para los hispanohablantes que sesean o cecean, esto es, que no distinguen en su pronunciación los fonemas /s/ y /z/, pues estos tres grafemas representan siempre para ellos el mismo fonema. En cambio, para la minoría de hispanohablantes que sí distinguen los dos fonemas, estas variantes son también fónicas, ya que la s representa para ellos el fonema /s/, y la z o la c ante e, i, el fonema /z/.

Una gran parte de estas variantes se ha generado, precisamente, como consecuencia del traslado a la escritura de la pronunciación con seseo de palabras originariamente escritas con z o con c (ante e, i), que pasan así a escribirse también con s. Otras veces se originan por ultracorrección en áreas de seseo, en el caso de palabras originariamente escritas con s que en esas zonas pasan a escribirse también con z o c (ante e, i). En muchos casos se trata de indigenismos de diverso origen que se han fijado en la escritura de varias formas, a veces con preferencia por una u otra grafía según los países. Otras, en fin, son variantes que han convivido desde siempre en el uso.

Se registran a continuación las voces de empleo actual más o menos frecuente que presentan variantes gráficas admitidas con s, z o c (ante e, i), indicando en primer lugar la forma más usada hoy:

alfóncigo/alfónsigo (‘pistacho’);

amuzgo -ga / amusgo -ga (‘cierto pueblo amerindio de México’);

apipizca/apipisca (‘cierta ave acuática de México’);

arazá/arasá (en el Río de la Plata, ‘árbol’);

basuco/bazuco (en varios países americanos, ‘mezcla de cocaína y otras drogas, que se quema y se inhala’);

bisbirindo -da / bizbirindo -da (en Méx. y Centroam., ‘vivaracho o alegre’);

bisnieto -ta / biznieto -ta (respecto de una persona, ‘hijo de su nieto’);

bizcocho/biscocho (‘dulce preparado con harina, huevos y azúcar’);

casabe/cazabe (‘torta hecha con harina de mandioca o yuca, típica de algunas zonas de América’);

cascarria/cazcarria (‘barro seco que queda pegado a la parte baja de la ropa y, por extensión, suciedad que queda adherida a algo’);

cascorvo -va / cazcorvo -va (en Méx., Centroam. y el Caribe, ‘patizambo’);

casimba/cacimba (en varios países americanos, ‘pequeño pozo excavado a la orilla del mar o de los ríos para obtener agua potable’ y ‘oquedad de las rocas donde se deposita el agua del mar o de la lluvia’);

cebiche o ceviche / sebiche o seviche (‘plato hecho con pescado o marisco crudo en adobo, típico de varios países americanos’);

cempasúchil/zempasúchil/sempasúchil (en Méx., ‘cierta planta y su flor’);

cenzonte/senzonte (en Méx. y Centroam., ‘cenzontle’; cf. sinsonte);

cenzontle/zenzontle/sensontle (en Méx. y Centroam., ‘cierto pájaro’; cf. sinsonte);

chirusa/chiruza (en el Río de la Plata, ‘mujer vulgar o de baja extracción social’);

cingalés -sa / singalés -sa (‘de la etnia mayoritaria en Sri Lanka, antiguo Ceilán’);

crizneja/crisneja (‘trenza de pelo’ y ‘soga trenzada’);

Curazao/Curasao (nombre de una isla de las Antillas Neerlandesas y, con minúscula, ‘cierto licor’);

cuscús/cuzcuz (‘plato típico magrebí’);

Cuzco/Cusco (nombre de una ciudad, una provincia y un departamento del Perú);

epazote/epasote (‘planta aromática usada como condimento y para infusión’);

esquite/ezquite (‘guiso a base de granos de maíz hervidos y condimentados’);

huizache/huisache (‘cierto árbol o arbusto americano muy espinoso’);

lisa/liza (‘cierto pez’; la forma con -z- solo se usa en ciertos países de América);

manisero -ra / manicero -ra (‘de(l) maní’ y ‘vendedor de maní’);

membresía / membrecía (en Am., ‘condición de miembro’ y ‘conjunto de miembros’);

mezcolanza/mescolanza (‘mezcla’);

mezquite/mesquite (‘cierto árbol americano’);

parduzco -ca / pardusco -ca (‘de color que tira a pardo’);

pazcón/pascón (en Centroam., ‘utensilio para colar’ y ‘filtro o cedazo’);

pazote/pasote (‘epazote, planta aromática’);

petiso -sa / petizo -za (en Am. del Sur, ‘de baja estatura’ y ‘caballo de poca alzada’);

placentino -na / plasentino -na (‘de Plasencia, municipio de España’);

pretencioso -sa / pretensioso -sa (‘presuntuoso’);

revesa/reveza (‘corriente de sentido opuesto al de la marea o corriente principal’);

sábila/zábila (en varios países americanos, ‘áloe’);

santafesino -na / santafecino -na (‘de la ciudad y provincia argentinas de Santa Fe’);

sebucán/cebucán (en Méx. y el Caribe, ‘colador de hojas de palma’);

semita/cemita (en varios países americanos, ‘cierto tipo de pan, harina o bollo’);

siguanaba/ciguanaba (en Centroam., ‘personaje mítico en forma de mujer fantasma’);

sinsonte/sinzonte (en varios países americanos, ‘cenzontle’);

sisimite/cicimite (en Centroam., ‘personaje mítico con apariencia de mono’);

sotol/zotol (en Méx., ‘cierta planta y el licor que de ella se obtiene’);

surubí/zurubí (en Bol. y el Río de la Plata, ‘cierto pez’);

temascal/temazcal (en Méx. y Guat., ‘sauna’);

teosinte/teocinte (‘maíz silvestre’);

verduzco -ca / verdusco -ca (‘que tira a verde oscuro’);

zacate/sacate (en Méx. y Centroam., ‘hierba o pasto usado para forraje’);

zamuro/samuro (en Col. y Ven., ‘zopilote, ave carroñera americana’);

zanate/sanate (en Méx. y Centroam., ‘cierto pájaro’);

zapote/sapote (‘cierto árbol americano y su fruto’);

zompopo/sompopo (en Méx. y Centroam., ‘hormiga de gran tamaño’);

zonzo -za / sonso -sa (en Am., ‘tonto’);

zopilote/sopilote (‘ave carroñera americana, parecida al buitre’);

zuncho/suncho (‘abrazadera de hierro’).

     

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