CAPÍTULO III. El uso de los signos ortográficos

3. Signos de puntuación

3.1. Funciones de los signos de puntuación

3.1.1. Indicar los límites de las unidades lingüísticas

Gran parte de los usos de los signos de puntuación están orientados a la delimitación de las unidades sintácticas y discursivas del texto escrito, paralelas a veces, pero no siempre, a las unidades fónicas.

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Las unidades lingüísticas son de muy diverso tipo. En el plano fónico, cabe distinguir, entre otras, el grupo fónico, que es el fragmento de habla comprendido entre dos pausas sucesivas (la casa de mis padres), y la unidad melódica, fragmento al que corresponde un patrón entonativo (La casa de mis padres está cerca). En el ámbito sintáctico, son unidades lingüísticas los sintagmas o grupos sintácticos, estructuras articuladas en torno a un núcleo que admite diversos modificadores y complementos (el hotel; llena de orgullo; desde su ventana; comprar comida). Los grupos sintácticos combinados dan lugar a las oraciones, unidades que relacionan un sujeto y un predicado (Mi hermano compró comida). Finalmente, en el plano discursivo, interesan aquí el concepto de enunciado, unidad mínima capaz de constituir un mensaje verbal, y el de texto, que es la unidad máxima de comunicación y está generalmente formado por un conjunto de enunciados interrelacionados. Debe tenerse en cuenta que el enunciado es una unidad de sentido —una unidad mínima de comunicación— y, por tanto, no tiene por qué ser necesariamente una oración; así, son enunciados secuencias como ¡Cuidado!; De acuerdo; ¿Cuándo llegaste?, o Cómete la sopa que te he preparado.

El uso demarcativo de los signos permite al lector percibir de manera sencilla cómo está organizada la información. Así, en los ejemplos siguientes, el punto, los signos de interrogación y los signos de exclamación señalan la existencia de dos enunciados y los límites entre ellos:

Busca entre sus cosas. Tal vez encuentres algo interesante.

¿Qué opina Javier de todo esto? Me interesa mucho saberlo.

No pienso ir. ¡Ni lo sueñes!

En estos otros ejemplos, las comas, la raya o los paréntesis delimitan no ya enunciados, sino unidades inferiores pertenecientes a un mismo enunciado (grupos sintácticos u oraciones, según los casos):

Inés, venga un momento, por favor.

¿Qué quieres? —me gritó.

Aunque no venga su madre, la espera (distinto de Aunque no venga, su madre la espera).

Asistirán como invitados representantes de todos los países del Cono Sur (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay).

En los días de verano, la gente va a pasear a esos montes.

Todos los que se consideran en este capítulo signos de puntuación (excluidos, por tanto, los diacríticos y los auxiliares) son delimitadores, es decir, cumplen una función demarcativa, aunque de diferente naturaleza. Así, cabe distinguir los delimitadores que aquí se llamarán principales —punto, coma, punto y coma, y dos puntos—, pues establecen los límites entre las unidades básicas del texto, de otro grupo de signos, todos ellos dobles —raya, paréntesis, corchetes y comillas—, que delimitan fragmentos de texto para aportar información diversa sobre ellos: que la secuencia que encierran constituye un inciso, que reproduce palabras de otro hablante, que quien escribe se distancia de alguna manera de su contenido, etc. Este segundo conjunto de signos, por tanto, introduce y delimita un segundo discurso que interrumpe el primero con algún fin. Por último, hay que señalar que la función demarcativa solo es una de las funciones, y no la más característica, de los signos de interrogación y de exclamación o de los puntos suspensivos.

La segmentación del discurso que marcan los signos de puntuación es imprescindible para determinar con claridad las funciones gramaticales y las relaciones sintácticas entre los distintos constituyentes de los enunciados. Gracias a la función demarcativa que desempeña la coma, por ejemplo, se identifica Eugenia como vocativo —elemento sintácticamente independiente—, y no como sujeto, en el ejemplo siguiente:

Eugenia, escucha con atención (frente a Eugenia escucha con atención).

Igualmente, la delimitación marcada por la coma informa de que el adjunto temporal por la mañana forma parte de la prótasis condicional en el primero de estos ejemplos, y de la apódosis en el segundo:

Si vienes por la mañana, verás a Luisa.

Si vienes, por la mañana verás a Luisa.

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En los periodos condicionales, hay dos miembros: la subordinada, llamada prótasis, que expresa la condición, y la principal, llamada apódosis.

En casos como estos, la presencia de los signos de puntuación es obligatoria y tiene carácter distintivo, pues las diferencias sintácticas que reflejan llevan aparejados cambios de significado.

     

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